En ?msterdam tambi¨¦n hay chiringuito
La taberna de Hanekkes Boom, oasis a cinco minutos del centro de la ciudad
Este barecito es lo m¨¢s parecido a un chiringuito de playa que tiene ?msterdam y est¨¢ situado en uno de esos enclaves privilegiados en los que uno olvida que el centro de la ciudad se encuentra a tan solo cinco minutos. Est¨¢ al lado de la estaci¨®n central de trenes, en una de las entradas mar¨ªtimas a la ciudad desde el canal del IJ, que comunica ?msterdam con el mar.
Este bar, abierto en 2011, puede decirse que lleva all¨ª desde 1662. S¨ª, suena raro¡ Y es que el lugar en el que se enclava era en esos tiempos una de la entradas a ?msterdam para los barcos de mercanc¨ªas. Por entonces, de noche, cuando sonaban las campanas y las puertas de acceso a la ciudad se cerraban, las opciones de los viajeros eran pocas. O bien se alojaban en alg¨²n lugar de la ciudad o se divert¨ªan en la taberna aqu¨ª situada llamada la Casa del ?rbol, de ah¨ª el actual nombre de Hanekkes Boom, el ?rbol de Hanneke. Pero basta de historias.
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Parece ser que algunas cosas no cambian. De hecho, los buques de mercanc¨ªas siguen pasando para el asombro de los visitantes del bar que ven como el puente de pasajeros que da acceso a Hannekes Boom, equipado con un sistema hidr¨¢ulico, tornea para dejar pasar a las naves.
Entre el barullo de Oosterdokseiland, la nueva isla al lado de la estaci¨®n central de trenes, uno? puede encontrarse este tipo de oasis de ciudad en el que todo parece posible. Aunque tan en el centro, rodeado de carreteras, hangares de trenes, la terminal de pasajeros de trasatl¨¢nticos, el muro de escalada, etc., el lugar queda todav¨ªa aislado y si no se lo conoce de antemano es un tanto dif¨ªcil de encontrar.
La ubicaci¨®n es un tanto irregular, a modo de peque?a isla en forma puntiaguda con embarcadero. La terraza y el agua son dos de los elementos m¨¢s valiosos de este lugar y los utilizan al m¨¢ximo para enriquecer su programa de actividades que abarca desde cine, teatro, danza, alquiler de barcos e incluso, desde el 2 de julio, clases de yoga. El lugar no tiene desperdicio ni tampoco sus vistas al Museo de Ciencias para ni?os (Nemo), a la Base de los Marines y al conservatorio de M¨²sica.
Aunque la comida es bastante b¨¢sica os aseguro que es m¨¢s que comestible. Pero definitivamente lo mejor es la gente, una mezcla de trabajadores de las oficinas anexas vestidos con trajes, estudiantes provenientes de la biblioteca, marineros de agua dulce con propio barco y gente como yo que tan solo quiere pasar un buen rato fuera del trepidante ritmo de la ciudad y el tr¨¢fico¡ de todo un poco.
Vale la pena disfrutar de este lugar, al menos mientras dure. El Ayuntamiento de ?msterdam dio un permiso temporal a estos emprendedores para montar un bar mientras la zona sigue en construcci¨®n, as¨ª que no hay tiempo que perder. A prop¨®sito, el concepto de 'temporalidad' lo tomaron tan a pecho que incluso la construcci¨®n se hizo utilizando restos de construcciones derribadas o en desuso. S¨ª, lo del reciclado funciona.
Aunque hasta aqu¨ª se llega en tranv¨ªa (25 y 26), tambi¨¦n est¨¢ bien andar o ir en bicicleta para poder observar el resto de edificios de la zona. Aquellos que consigan un paseo en barco, mejor que mejor.
Hanekkes Boom (Dijksgracht 4 ?1019BS. (0031) 020 4199820. Abierto de 10.00 a 01.00 y los viernes y s¨¢bados hasta las 03.00.? Yoga los lunes y los viernes por la ma?ana 9.00 a 10.30.
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