Aroma de mantequilla
Olv¨ªdese del r¨¦gimen y aproveche las exquisiteces gastron¨®micas a precios moderados Plazas, iglesias, anticuarios, pasteler¨ªas, enotecas y caf¨¦s esperan en un paseo por la ciudad
Quiz¨¢ porque no hay en ella grandes monumentos ni museos extraordinarios Burdeos parece una ciudad que puede conocerse en 24 horas. Pero no se deje enga?ar: es una villa hecha de calles con edificios hermosos y plazas llenas de encanto y de tentaciones. Burdeos es el mejor lugar para dar rienda suelta al pecado de la gula, pues se suceden las pasteler¨ªas, los bistrots y las enotecas. Las calles huelen a mantequilla, a chocolate, a sofisticados platos locales¡ y, por supuesto, a vino. Olv¨ªdese del r¨¦gimen, y aproveche no solo las exquisiteces que se brindan sino los prudentes precios, inusualmente bajos trat¨¢ndose de Francia. S¨ª, 24 horas son suficientes para saborear la ciudad, aunque le sabr¨¢n a poco. Aqu¨ª va una ruta para abrir boca.
9.30 Desayuno en Port Dijeaux
La animada terraza del Caf¨¦ Dijeaux (1), con vistas a los jardines Gambetta, es un buen lugar para el primer encuentro con la vida bordelesa. Avance por la Rue de la Porte Dijeaux, una calle peatonal con multitud de tiendas de firmas francesas. A la izquierda ver¨¢ la antigua Librer¨ªa Mollet (2), que conserva parte de su estructura original. Gire a la derecha en la Rue Vital Carles, y f¨ªjese en una bella construcci¨®n, el Hotel du Prefect (3). Al final de la calle est¨¢ la plaza de Jean Moulin. Disfrute de la estampa de los soberbios edificios dieciochescos.
10.30 Notre Dame de Aquitania
Avance hacia la catedral de Saint Andr¨¦ (4). Advierta que casi toda la arquitectura religiosa de Burdeos es m¨¢s interesante por fuera que por dentro. A¨²n as¨ª, Saint Andr¨¦ merece una visita, aunque no sea m¨¢s que para ver el ¨®rgano, que es el m¨¢s grande de Francia. Al salir encontrar¨¢ la Torre de Pey Berland, que es en realidad el campanario de la catedral. La campana mayor, llamada Notre Dame de Aquitania, pesa ocho toneladas. La torre data del siglo XV y tiene cuatro niveles. Los valientes pueden subir los 231 escalones y disfrutar de una incre¨ªble vista. Quienes no se atrevan pueden tomar un caf¨¦ en alguna de las terrazas.
12.00 Por la calle de V¨ªctor Hugo
Demos un paseo hasta el r¨ªo por el Cours Pasteur. A mano izquierda, f¨ªjese en la fachada del Museo de Aquitania (5). A la izquierda tomemos la calle de Victor Hugo, que ofrece la visi¨®n de dos edificios rese?ables: a la derecha, el Liceo Montaigne (6), y, a la izquierda, el campanario de la iglesia de Saint Eloi (7). Al final del Cours est¨¢ la puerta de Borgo?a (8). Ya estamos frente al r¨ªo Garo?a. Cruce al Pont de Pierre (9) para apreciar la vista. Luego vuelva sobre sus pasos para tomar la Rue de la Fusterie y llegar¨¢ la place du Bourg, donde ver¨¢ la iglesia de Saint Michel (10). Rod¨¦ela y f¨ªjese en el p¨®rtico y en la torre del campanario. En la plaza, los amantes de las antig¨¹edades tienen una cita en le Passage Saint Michelle, un encantador caj¨®n de sastre donde se pueden encontrar muebles vintage o joyas centenarias.
Callejeando, en diez minutos llegaremos a la Place de la Victoire (11), un lugar muy animado por ser centro de vida universitaria. Esta es una buena zona para comer el plate du jour a un precio asequible. Hay varios locales, pero recomendamos Auguste o San Anton, con men¨² de 13 euros.
15.00 Dulces pasos
Suba por la Rue de Sante Catherine (12). Al principio de la calle hay muchas tiendas de ropa barata. Luego la zona se va sofisticando y encareciendo. Llegaremos de nuevo a la Rue de la Porte Dijeaux, y siguiendo hacia el arco de Port Dijeaux encontraremos un lugar que requiere una parada: la pasteler¨ªa Baillardran (13), el mejor lugar para probar los canneles bordeleses: unos bizcochitos esponjosos de exterior crujiente que, seg¨²n confiesan los maestros pasteleros, son muy dif¨ªciles de hacer. Los de esta confiter¨ªa son insuperables. Los preparan para llevar, pero comerlos reci¨¦n hechos es una experiencia.
Caminado a mano izquierda, bajamos por la Rue Bouffard, una callecita con tiendas de anticuario. A mano derecha, en un precioso hotel, est¨¢ el Museo de Artes Decorativas (14) (39 Rue Bouffard). Ded¨ªquele un rato: no solo exhiben abanicos o porcelanas, sino que recrean el estilo de vida dieciochesco en diferentes habitaciones.
Desde all¨ª, en menos de diez minutos llegaremos a la recoleta plaza de Chapelet, donde veremos la iglesia de Notre Dame (15), de estilo barroco, que acogi¨® la exequias de Francisco de Goya. A la espalda, el precioso hotel Nice, y a mano izquierda el antiguo pasaje comercial Sarget. A dos minutos est¨¢ el Marche du Grands Hommes (16) (Place des Grands Hommes). Si quiere comprar delicias de la zona, la tienda Ducs de Gascogne (4 Galerie des Grands Hommes) es el lugar perfecto.
18.00 Que no falte una copa
Nos espera la Place de la Comedie, centro de la vida bordelesa, llena de alegres caf¨¦s presididos por el impactante edificio de la ¨®pera (17), en cuyos bajos hay un lujoso restaurante. Junto a la plaza est¨¢ la Academia de Vino de Burdeos (18), con su Bar au vin (3, Cours du XXX Juillet). All¨ª podr¨¢ elegir entre veinte etiquetas en copa a precios muy correctos. Por ejemplo: una copa (15 cl) del sublime Chatau de Pressac (San Emilion Grand Cr¨²) cuesta 6 euros. Si va a probar varios vinos puede pedir medias copas. ?Le apetece una cata dirigida por un sumiller? Los viernes, y bajo reserva, el restaurante Comptoir Cuisine (19) ofrece cuatro vinos y cuatro tapas comentados por su experto, Nicol¨¢s Lacoste, que habla un perfecto espa?ol. El precio, razonable: 20 euros por persona.
20.30 Dos opciones
Para cenar, dir¨ªjase a la place du Parlament. Es un lugar bullicioso y bonito, con muchas terrazas. En el n¨²mero 16 de la plaza est¨¢ Edouard (20), donde una cena para dos con botella de vino no llega a 50 euros. Si quiere algo especial, en la Rue du Parlament San Pierre est¨¢ Le Petit Comerce (21), con su tentadora oferta de pescados y mariscos.
22.00 Fuentes nocturnas
Un ¨²ltimo paseo: bajando por la Rue Ferdinand Philippart llegamos a la plaza de la Bolsa, uno de los lugares m¨¢s bellos de Burdeos. La iluminaci¨®n de los edificios y su fuente central hace que merezca la pena verlos de noche. Ac¨¦rquese al r¨ªo a ver los llamados espejos de agua (grandes estanques donde los ni?os chapotean en verano) y despida la jornada con una copa en la terraza del restaurante Gabriel (22) (una estrella Michelin).
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