Manantiales de Roma y Al Andalus
Dulzura decadente en las hist¨®ricas termas de Pallar¨¦s, en Alhama de Arag¨®n.
Entrar en las termas de Pallar¨¦s es no querer salir. Un mundo de agua en constante regeneraci¨®n, piedra rojiza, barro de ung¨¹ento y somnolencia de nanas al son de los manantiales te atrapa como a un personaje de El ¨¢ngel exterminador. A menos de dos horas de Madrid y antes de llegar a Calatayud, queda este espacio donde perderse en las aguas que ya apreciaran los romanos y los ¨¢rabes, por los siglos de los siglos. Hoy, honrando aquella memoria, forman un complejo de cuatro hoteles en torno a un m¨¢gico lago termal, donde los peces te hacen cosquillas a una temperatura constante de 39 grados cent¨ªgrados¡
Cuentan las leyendas derivadas de la presencia romana que entre aquellos chorros habitaban unas cuantas hadas. Con los ojos cerrados se ven, quiz¨¢s apostadas en los alrededores de la l¨ªnea amurallada entre la vegetaci¨®n y la torre medieval que todav¨ªa adorna el pueblo. Por eso lo bautizaron en tiempos Ninphorum Aquea. Quiz¨¢s tambi¨¦n se aparecieran en sue?os a las atribuladas legiones, pero lo cierto es que los romanos, parar, se paraban para reconvertir las razones estrat¨¦gicas del Imperio en cuidados para el cuerpo. Apreciaban del enclave sus fuentes calientes. Su sabia elecci¨®n para el relajo de las batallas lo prueba el hecho de que el emperador Marco Aurelio Antonino Augusto, uno de los considerados cinco buenos y el tercero de los hispanos, lo eligiera como lugar de descanso de la guardia pretoriana en el paso que iba entre M¨¦rida y Caesaraugusta (Zaragoza).
Con la ca¨ªda del Imperio, el gusto por los ba?os se vino abajo ninguneado por las nuevas costumbres cristianas. Pero los ¨¢rabes, en su incursi¨®n peninsular, recuperaron sus propiedades terap¨¦uticas y rebautizaron el lugar con el nombre que hoy lo alumbra: Alhama, lugar de aguas calientes.
Jardines y salones
Hoy vivimos ese tiempo en que pese a los bandazos sabemos apreciar lo bueno de las culturas ancestrales. Pero la fiebre termal, reactivada en el siglo XIX como negocio y explorada en Espa?a a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os como un fen¨®meno que se asienta, convierte el complejo de las Termas de Pallar¨¦s en un lugar especial. Navega entre una dulzura decadente, por el aspecto de sus jardines y salones de techos amplios y mobiliario de maderas recias, y una especie de parada perpetua en el tiempo, ajeno al presente, cargado de historia.
Durante la ma?ana y la tarde, una especie de procesi¨®n de batas blancas sale de los hoteles con tres diferentes categor¨ªas ¡ªde 3, 4 y 5 estrellas¡ª para darse cita en el lago circular donde impera el silencio de las corrientes constantemente activadas de forma natural para regenerar el agua a una temperatura m¨¢s que c¨¢lida, tanto en invierno como en verano.
Quienes all¨ª se tratan quiz¨¢s no sean conscientes de que estas corrientes que les hacen bien, aparte de haber aplacado los ardores guerreros de ¨¢rabes y romanos gozan de un acu¨ªfero perteneciente al jur¨¢sico inferior que proviene de la sierra del Solorio. El lago posee una energ¨ªa que se impulsa en los atardeceres hasta l¨ªmites insospechados, alentado por todas esas sacudidas acu¨ªferas que nos retrotraen a periodos anteriores al origen del hombre.
Puede que a la magia contribuyera de forma sabia el dise?o que le dio quien fue en tiempos el gran impulsor del balneario. Se trata de Manuel Matheu, un tipo de car¨¢cter empe?ado en crear en Espa?a un complejo similar a lo que ¨¦l envidiaba de pa¨ªses europeos como Alemania, Francia, Suiza o Austria, acorde con los gustos de la burgues¨ªa emergente y que contara, eso s¨ª, con la bendici¨®n real. Por eso, junto a los hoteles y al borde del lago, mand¨® construir un palacio donde se albergaran los Borbones, cosa que hizo alguna vez el rey consorte, marido de Isabel II, don Francisco de As¨ªs.
Al dise?o actual del lago, con su torre¨®n en el centro y sus puentes conectando los islotes, se fueron sumando partes gloriosas del complejo, con teatro y casino incluido. Hoy el teatro duerme el sue?o de una nueva reforma, pero el bar del casino abre de noche con conciertos de jazz al aire libre y una variada carta de gin tonics.
No sientan mal, con la piel regenerada, despu¨¦s de algunas sesiones bajo los chorros a presi¨®n del Aquae Termae que expulsan 16.000 litros por minuto en pos de nuestras articulaciones y busc¨¢ndole las cosquillas a las amenazas de reuma y artritis.
? Balneario Termas Pallar¨¦s en Alhama de Arag¨®n. Calle Constituci¨®n, 20. Tel¨¦fonos: 902104841 y 976840011.
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