Arquitectura de vanguardia en el centro hist¨®rico de C¨®rdoba
Tras una sobria fachada se oculta uno de los edificios contempor¨¢neos espa?oles m¨¢s singulares
Si a C¨®rdoba se le reconoce por su esplendor durante la Antig¨¹edad y la Edad Media gracias a una indiscutible magnificencia hist¨®rica y monumental, tambi¨¦n puede ocupar alg¨²n palmar¨¦s en la arquitectura del Movimiento Moderno de nuestro pa¨ªs. De hecho, la Fundaci¨®n Docomomo Ib¨¦rico, encargada de conservar y difundir la arquitectura contempor¨¢nea, coloca a la ciudad andaluza entre las cuatro urbes espa?olas con mayor n¨²mero de edificios de vanguardia.
De entrada parece casi incre¨ªble. Y es que nuevamente la ciudad sorprende con el don de ocultar entre su trama urbana verdaderos paradigmas art¨ªsticos. En pleno centro hist¨®rico, a pocos metros de la zona declarada patrimonio mundial de la Unesco, podemos toparnos con uno de sus m¨¢s considerados ejemplos: la sede de la C¨¢mara de Comercio, situada en el n¨²mero 1 de la calle P¨¦rez de Castro.
A pesar de sus casi 60 a?os, este edificio podr¨ªa parecer un proyecto actual porque destila todav¨ªa juventud, creatividad, dise?o e innovaci¨®n. Esp¨ªritu que sus autores Rafael de la Hoz y Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa de Paredes supieron imprimirle como arquitectos reci¨¦n estrenados, insuflando a una urbe tradicional aires de internacionalismo en aquellos aut¨¢rquicos a?os cincuenta.
Si bien su sobria fachada pasa desapercibida al viandante, la genialidad de sus autores se debi¨® a la capacidad de proyectar sobre un angosto solar una planta mixta rectangular y parab¨®lica cuyos muros parecen flexionarse sobre s¨ª mismos.Y sobre todo por el acierto de escoger para su programa decorativo a artistas de vanguardia como Jorge Oteiza y Miguel del Moral.
En su interior aparecen vertiginosos escenarios conferidos por los planos, texturas, iluminaci¨®n y mobiliario. De repente, un amplio y di¨¢fano vest¨ªbulo da paso a una planta baja cuyo mostrador de hormig¨®n que parece flotar focaliza la atenci¨®n hacia a una escalera en serpentina envolviendo una escultura abstracta de Oteiza.
Focos empotrados a modo de cielo estrellado, hoy tan actuales, ya fueron concebidos en los a?os cincuenta como iluminaci¨®n artificial. Tambi¨¦n el uso del pav¨¦s, una especie de mosaico de vidrio moldeado a modo de pared transparente que rodea la escalera de caracol. Sin embargo, los recursos de un espacio reducido no acaban aqu¨ª, sino que al fondo un espejo multiplica de manera irreal las dimensiones.
En la planta primera puede percibirse el ritmo elegante que la serpentina da a la escalera, conduciendo a un descansillo donde se aprecia intacta la carpinter¨ªa y sillas de dise?o. No solo resulta de inter¨¦s la biblioteca o el despacho del presidente, sino tambi¨¦n la Sala de Juntas, que muestra un pirograbado de Miguel del Moral.
La segunda planta nos depara otra sorpresa inesperada. Un potente sal¨®n de actos insonorizado con tablillas de madera de boj y cubierto por una b¨®veda parab¨®lica revestida de oro viejo. Otro efecto que recuerda la luminosidad de los retablos de templos religiosos.
La C¨¢mara de Comercio de C¨®rdoba supuso el impulso de la nueva arquitectura de estilo internacional (o arquitectura del Movimiento Moderno) en Andaluc¨ªa a trav¨¦s de matices expresionistas muy peculiares que recuerdan la arquitectura americana formalista. Un ejemplo de vanguardia andaluza y nacional que desde el D¨ªa Mundial de la Arquitectura en 2012 quiso ser reconocida con una placa instalada por la Fundaci¨®n Docomomo Ib¨¦rico y los Colegios de Arquitectos de Espa?a y Portugal.
Con esta condecoraci¨®n, el edificio pasaba a formar parte de una lista de los 64 ejemplos art¨ªsticos contempor¨¢neos m¨¢s representativos de la pen¨ªnsula ib¨¦rica.
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