Chipre en una gota de vino
Un viaje en coche a trav¨¦s de la regi¨®n donde se produce el vino m¨¢s antiguo del mundo explora brevemente la historia y el car¨¢cter de la isla mediterr¨¢nea
Dicen que Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n qued¨® tan maravillado con el sabor del vino comandaria, que en su banquete de boda en Chipre se apresur¨® a exclamar: ¡°Es el vino de los reyes y el rey de los vinos¡±. La euforia del m¨ªtico cruzado ya hab¨ªa seducido, milenios antes, al poeta griego Hes¨ªodo, que se refiri¨® en sus trabajos al negro elixir, considerado el m¨¢s antiguo del mundo.
El m¨¦todo de elaboraci¨®n de este vino dulce, cuya uva se cultiva entre las monta?as del sur del macizo chipriota de Tr?odos, ha permanecido inalterable desde el 800 a. C. Su nombre, bastante posterior, lo debe a los cruzados que durante a?os tomaron la isla como basti¨®n en su avance hacia Oriente.
En la actualidad, solo cuatro bodegas salpicadas por la regi¨®n lo producen. En total, 14 pueblos marcan una ruta con aroma a higueras y vides en la isla, que se alimenta con la serenidad de un tiempo casi estancado y que a¨²n conserva las cicatrices de una historia que solo puede ser vivida donde las civilizaciones se amontonan.
El viaje en coche comienza en Pissouri, no lejos del l¨ªmite de la regi¨®n de Koumandaria, a unos 40 kil¨®metros de Limassol, la capital del sur chipriota. Esta recogida villa, situada en el camino hacia la monumental Pafos, es un peque?o pueblo de casas api?adas en cuestas, apartada del complejo tur¨ªstico del mismo nombre aferrado a la costa. En realidad, Pissouri no forma parte de la ruta del comandaria; all¨ª no se cultivan la Xyneri (blanca) ni la Mavro (negra), las uvas patrias con las que se elabora este celebrado vino dulce. Pero es un excelente punto de partida desde el que despedir las vistas al mar, enmarcadas en frutales y parras, y dejar atr¨¢s los posos del caf¨¦ terroso t¨ªpico de la regi¨®n. Adem¨¢s, esconde entre vi?edos uno de los mejores restaurantes de la zona, el Bunch of Grapes Inn, una casona con m¨¢s de 200 a?os que sirve tambi¨¦n de cobijo al viajero.
Conduciendo hacia el este se tropieza con el Museo del Vino en Erimi (entrada cinco euros, con degustaciones de tinto, rosado, blanco y dulce), antes de enfilar hacia el castillo de Kolossi. El fuerte, donde celebr¨® sus nupcias Ricardo Coraz¨®n de Le¨®n, es el n¨²cleo de la historia. All¨ª, a las puertas de la pen¨ªnsula de Akrotiri, que a¨²n hoy es dominio brit¨¢nico, se establecieron en el siglo XIII los caballeros de la orden de los Hospitalarios. Tras la breve estancia de los templarios, el castillo, desde cuyas almenas se abre un paisaje de vi?edos en los que se ahora se afanan jornaleros del sudeste asi¨¢tico, se convirti¨® en el mando de la Comander¨ªa, de donde procede el nombre del vino.
La uva es parte de la cultura del pa¨ªs. En el silencio de la villa de Monagri, de unos 200 habitantes, se intuye el sosiego en el empe?o chipriota de dejar reposar la fruta en los tejados de las casas durante meses, donde se seca hasta alcanzar el punto ¨®ptimo de concentraci¨®n de az¨²car. De la cosecha se obtiene tambi¨¦n la ambros¨ªa nacional: el palousse, una pasta hecha con el zumo de la fruta, base de siropes, mermeladas, confitados y de uno de los dulces m¨¢s exportados, el susuco, elaborado con frutos secos que se sumergen una y otra vez en el caramelo hasta lograr una larga cadena.
Gu¨ªa
C¨®mo llegar
Vuelos desde Espa?a al aeropuerto internacional de L¨¢rnaca, a unos 68 kil¨®metros de Limassol.
Varias rutas de autobuses cubren la ruta desde el aeropuerto, que tambi¨¦n dispone de varias compa?¨ªas de alquiler de coches.
Domir
Bunch of Grapes Inn, en Pissouri.
Comer
Jonh¡¯s Restaurant (11 Panagias Eleousis Ave, Trimiklini).
El postre, cuya elaboraci¨®n puede observarse con detenimiento en la tur¨ªstica Granja de Uvas de Monagri, endulza la visita al monasterio del Arc¨¢ngel Miguel, uno de los cuatro complejos ortodoxos que salpican el valle hacia el r¨ªo Kouris. Al sur queda el embalse del mismo nombre, en torno al que se ha erigido la leyenda de una serpiente marina, heredera de la fama del lago Ness. Perezosos gatos descansan entre los muros bizantinos restaurados tras los avatares otomanos, imperio al que perteneci¨® la isla antes de pasar a manos inglesas.
Siguiendo la carretera hacia Platres, en el coraz¨®n de la cordillera Tr?odos, se encuentra Laneia (o Lania), peque?o enclave que guarda como un tesoro, en la peque?a iglesia mariana, un icono de la Virgen de Valanas, pintura datada en el siglo XVII a la que se le atribuyen ciertos milagros curativos. El enclave ofrece tambi¨¦n una visita al Museo Tradicional, donde ubicar en las im¨¢genes la presa vin¨ªcola de Linos.
La carretera contin¨²a hacia el norte, donde la villa de Trimiklini marca el punto de inflexi¨®n. Antes de decidir c¨®mo seguir el viaje, se hace inevitable detenerse ante un mezze en la terraza del Restaurante John, con vistas al valle; convienen dejarse recomendar por el camarero sobre las especialidades gastron¨®micas chipriotas de la casa, como musaka o afelia.
A partir de aqu¨ª es el viajero quien reescribe su propia historia. La carretera ofrece la posibilidad de explorar los saltos de agua escondidos entre maleza en los nacientes del Tr?odos, en la ruta hacia Nicosia, la ¨²ltima capital dividida de Europa; o descender hacia el sureste y enfilar el camino a Limassol, donde aguardan la quietud de su casi abandonado barrio turco y la arquitectura de herencia brit¨¢nica en el reconstruido barrio colonial que rodea el castillo bizantino.
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