Restaurantes baratos de Par¨ªs
Diez locales de la capital de Francia en los que comer por un m¨¢ximo de 13 euros
El joven poeta y periodista Lucien de Rubempr¨¦ frecuentaba, seg¨²n el estado de su econom¨ªa, distintos restaurantes para almorzar en Par¨ªs. Uno de ellos, por ejemplo, se encontraba junto al c¨¦ntrico Palais Royal y la cuenta le sol¨ªa costar el equivalente a un ¡°mes de su existencia¡± en Angulema, su ciudad natal. Otro estaba situado en el barrio Latino, pero pagaba la mitad, e inclu¨ªa vino en jarra, o cerveza. Esto ocurr¨ªa en la ficci¨®n, en las p¨¢ginas de la novela Ilusiones Perdidas, de Balzac. Hoy en d¨ªa, las propuestas para comer bien en la capital francesa por precios asequibles son muy diversas. Aqu¨ª proponemos una selecci¨®n de diez locales con una oferta de platos por un m¨¢ximo de 13 euros.
Chez L¨¦on
Buena parte de los bistr¨® de toda la vida han pasado a manos de grandes administradores y cadenas con m¨²sculo financiero, que se han encargado de uniformizar, hace ya a?os, una de las referencias m¨¢s vistas de la ciudad. Chez L¨¦on va a contracorriente. Mobiliario de material imbatible y a prueba de batallas, dispuesto siempre con sus manteles a cuadros rojos. Lugar oficial de encuentro desde 1934 para el sindicato de transportadores franc¨¦s, este con reminiscencias de la vieja clase obrera se halla en una calle algo desapacible de una zona muy poco desapacible, el arrabal Saint- Lazare. La atenci¨®n corre por cuenta de cuatro generaciones de mujeres de la familia Grange, que se dividen tareas desde que se hicieran cargo de los fogones en los a?os 60 (5 rue d'Isly).
L'Esp¨¦rance
Inmueble de toldos verdes y lucecitas discretas en la noche. Cierra los fines de semana. En su peque?o y ameno comedor es improbable escuchar otro idioma que no sea el de Voltaire. La variedad de postres, de factura propia, es altamente recomendable. La sede de la editorial Gallimard, pante¨®n de las letras francesas, se encuentra justo en diagonal. Por tal raz¨®n, sus editores gravitan a lo largo de la tarde entre pol¨ªticos y profesores universitarios, en un entorno de anticuarios y galer¨ªas de arte. Una buena opci¨®n para el viajero que dedique el d¨ªa a visitar los cercano museos del Louvre o d?Orsay. La comida denota frescura. La atenci¨®n, familiaridad (36 rue de l'Universit¨¦).
Pho Tai
Los recuerdos de las descripciones de la escritora vietnamita Duong Thu Huong sobre las exquisiteces de la comida de su pa¨ªs saltan a primera fila nada m¨¢s entrar en este restaurante de fachada singular. Emplazado justo al lado del metro Maison blanche, la cacofon¨ªa del local contrasta con los desangelados comedores de algunos restaurantes parisinos. Cierra los mi¨¦rcoles y los domingos conviene llegar con tiempo. Las sopas humeantes y los noodles, el arroz siempre compacto, el picante y el an¨ªs, o el tradicional ph?, entre otros, cierran la cuadratura (13 y 18 rue Philibert Lucot).
Le felteu?
Un cartel sobre la puerta de este peque?o espacio del barrio Le Marais advierte: "On n'a pas des m¨¦tiers faciles" (No tenemos oficios f¨¢ciles). Un aviso directo. De entrada, no es raro toparse con una aparatosa motocicleta que preside, en forma de obst¨¢culo, el portal. No suele haber mesas disponibles, por lo que se aconseja reservar con antelaci¨®n. Y de vez en cuando hay que insistir para que el plato llegue a buen puerto. En todo caso, y teniendo algo de paciencia, la comida resulta ser un exquisito descubrimiento. No se aceptan tarjetas de cr¨¦dito (15 rue Pecquay).
Waly-Fay
Dice un blog de este diario que ?frica no es un pa¨ªs. Pues bien, para no dejar lugar a dudas, la comida que se sirve aqu¨ª es de ?frica occidental. M¨¢s concretamente, de Senegal. Abierto de lunes a s¨¢bado desde las 19 horas hasta las 2 de la madrugada, la carta ofrece entre sus opciones el conocido maff¨¦ de pollo con crema de cacahuete acompa?ado por una raci¨®n de arroz, o la Pepe-soup con atti¨¦k¨¦, que es un cusc¨²s elaborado a base de yuca, tub¨¦rculo que se cultiva especialmente en Am¨¦rica Latina, ?frica y Asia. Waly-Fay recoge con simplicidad lo mejor de una cultura ancestral (6 rue Godefroy-Cavaignac).
Chez Gladines
La gastronom¨ªa del suroeste franc¨¦s, cocina del Pa¨ªs Vasco, trasladada a las inmediaciones de un apacible arrabal parisino. Que nadie se tome el tiempo de buscar el tel¨¦fono, no reservan mesas; tampoco se aceptan tarjetas de cr¨¦dito. No existe el concepto de mesa individual, hay que prepararse para compartir con otros comensales. El plato del d¨ªa cuesta 8 euros y las porciones cumplen draconianamente los requisitos para un sustancial banquete en la aldea gala de Ast¨¦rix y Ob¨¦lix. Cerca de la salida del metro m¨¢s cercano, Corvisart, se encuentra el soberbio edificio del diario vespertino Le Monde, cuya fachada ilustr¨® el dibujante Plantu (30 rue des Cinq- Diamants).
Cr¨ºperie Josselin
Chateaubriand naci¨® en Breta?a y muri¨® en Par¨ªs. Tanto la sidra de su regi¨®n, como los cr¨ºpes, que se supone son originarios de esta zona del norte de Francia, gozan de insondable acogida. La Cr¨ºperie Josselin recrea el ambiente de una fonda bretona. Administrada por Madame B¨¦nuezi, el establecimiento, de mosaicos y platos esmaltados, va camino de convertirse en icono parisino. El men¨² del medio d¨ªa consiste en dos cr¨ºpes y algo de sidra por 10 euros. El viajero que llegue y salga de la Gare-Montparnasse hallar¨¢ a corta distancia este animado y apetitoso rinc¨®n (67 rue du Montparnasse).
L¡¯entrepot¡¯s
Joven local con solo nueve a?os de existencia, se trata de un santuario de objetos curiosos. Este bistr¨® rescata para los artistas y vecinos de la zona algunas costumbres t¨ªpicas, en otros tiempos, de la vida de barrio, y propone las suyas propias. A saber, buen vino a precio reducido y buena mesa de corte tradicional francesa. Si a eso le a?adimos tardes ocasionales de jazz y exposiciones temporales de pintura, ser¨¢n argumentos suficientes para visitar este enclave bellevilloise. (2 rue Sorbier)
Les Trois Fr¨¨res
Tengamos los barrios de Goutte d'Or y Barb¨¨s como eje de referencia. Dos atm¨®sferas en constante ebullici¨®n, con fuerte acento del Magreb y de antecedentes populares. Este es un local modesto donde se sirven, entre otros platos recomendables, sardinas en aceite, mejillones rellenos y Sidi Brahim, sabroso vino de Argelia. El local lleva 30 a?os en servicio y dispone de una barra donde a¨²n quedan acodados algunos chibanis, que en ¨¢rabe argelino se refiere a personas mayores, mientras beben un t¨¦ en tiempos lentos (14 rue L¨¦on).
Catz caf¨¦
Peque?o local de composici¨®n ecl¨¦ctica y ambiente rojizo. Cierra los lunes. El plato del d¨ªa (12 euros), las ensaladas y tartas saladas merecen atenci¨®n. En una pared hay un estante con portarretratos y libros de ocasi¨®n. Peque?as l¨¢mparas cuelgan sobre las mesas de cocina china (57 rue Rodier).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.