El d¨ªa entero de galer¨ªa en galer¨ªa
Di¨¢fana, igualitaria, imaginativa. As¨ª es la ciudad alemana donde el arte bulle en espacios amplios y elegantes, pero tambi¨¦n en otros casi clandestinos Para no perder detalle nos gu¨ªan dos artistas
Noche de estreno en las galer¨ªas de arte de Colonia, hogar de tantos artistas y gente variopinta. Lo m¨¢s interesante de esta ciudad son las personas, su car¨¢cter abierto, desenfadado, su vena art¨ªstica, un tanto loca. Art Cologne, feria desde 1967 (este a?o 19 al 22 de abril), es la cita obligada para el mundo del arte.
9.00 Tras los ventanales
Desayuno en el Museo Ludwig (2) (plaza de Heinrich-B?ll) con Rolf Kuhlmann, que pinta cuadros figurativos, entre surrealistas y simb¨®licos, y se ha convertido en el pintor de las fiestas del carnaval. La cafeter¨ªa de este centro de arte moderno es un buen punto de partida. Su fachada de cristal y las vistas del puente sobre el Rin nos introducen en un paisaje urbano lleno de contrastes, rompedor. Algunos tesoros expresionistas y pop del Ludwig se pueden ver desde el exterior debido a la transparencia de su fachada. Es una met¨¢fora de lo que es Colonia: di¨¢fana, igualitaria, imaginativa. Atravesamos la plaza del Dom. Rolf me se?ala el vitral de Gerhard Richter, una geometr¨ªa de color. Al girar hacia el frontal de la catedral (2), las altas torres, ojos de la urbe, siempre sorprenden.
10.30 Una librer¨ªa
El rostro de la ciudad m¨¢s antigua de Alemania est¨¢ lleno de cicatrices. Sus viejas calles, sus bonitos edificios intramuros, sus dulces ruinas, todo fue arrasado por las bombas inglesas. De ah¨ª el desigual, ecl¨¦ctico, estilo de sus edificios. Unas veces parece una ciudad fr¨ªa, fea, funcional. Y otras fascina por las soluciones urbanas un tanto atrevidas. Desde el racionalismo del Museo de Artes Aplicadas (3) (An der Rechtschule), proyectado por Rudolf Schwarz, hasta reconstruidos inmuebles del XIX, sin olvidar las puertas medievales, la vida tiene aqu¨ª un aire provisional, bohemio, y a la vez resulta confortable, burguesa, quintaesencia de la gem¨¹tlichkeit (apacibilidad). Ah¨ª tenemos la galer¨ªa Karsten Greve (4) (Drususgasse 1-5), una de las m¨¢s bonitas y espaciosas de Colonia. Muy cerca, en la Boisser¨¦e (5) (Drususgasse 7-11), cuelgan cuadros de Antonio Saura. Pasamos por Appellhoplatz y entramos en Breite Stra?e, donde se encuentra K?nig (6), la mejor librer¨ªa de arte que conozco.
12.30 Pista vanguardista
En Colonia hay galer¨ªas que se esconden tras puertas de garajes, en la trastienda de un anticuario o en un an¨®nimo piso, lo que da un estimulante sabor clandestino. El arte de verdad es t¨ªmido, clandestino. Aunque no siempre, opina Rolf, que me muestra en la calle, ante cada galer¨ªa por la que pasamos, el pl¨¢tano warholiano de Thomas Baumg?rtel, artista y grafitero local, que ya ha pintado m¨¢s de cuatro mil en todo el mundo. La galer¨ªa Gisela Capitain (7) (St. Apern Stra?e 26) est¨¢ considerada una de las m¨¢s vanguardistas. La Drei (8) (Albertusstra?e, 3) no anda muy lejos, apenas un altillo con suelo de tablas al que se sube por una inestable escalera met¨¢lica. Llegamos a Neumarkt (9). En un extremo de la plaza vemos el cono de helado de 10 metros de altura que Claes Oldenburg instal¨® en la esquina de un edificio. Nos dirigimos al K?lnischer Kuntsverein (10), el club art¨ªstico de Colonia. All¨ª se re¨²nen los entendidos y todo tiene un curioso aire a?os sesenta.
14.00 Despeinados con gafas
Con el tranv¨ªa n¨²mero 1 hemos llegado a la laguna Aachener Weiher (11). La cafeter¨ªa del Museo de Arte del Extremo Oriente est¨¢ a sus orillas y parece que nos encontramos en un pl¨¢cido rinc¨®n de Kioto. Curioseamos las salas de arte de China, Corea y Jap¨®n. Atravesamos luego el parque para ver la exposici¨®n de la M29 (12) (Moltkestra?e 27a), galer¨ªa que pretende combinar con desparpajo arte con literatura, filosof¨ªa, ciencia y cine. Hay una exposici¨®n de story boards. J¨®venes despeinados con gafas deambulan con aire concentrado. Rolf se marcha a su estudio de Eigelstein, un acogedor barrio habitado por turcos y artistas.
17.00 Un japon¨¦s y un alem¨¢n
Llego en el metro al parque de esculturas cercano al Zoobr¨¹cke (13). Veo un s¨®lido acero de Chillida, una ara?a de Bourgeois, las l¨²dicas siluetas recortadas de Calder. El parque, tranquilo y bello, est¨¢ organizado por periodos que recorren la trayectoria de la escultura internacional durante los ¨²ltimos veinte a?os. Lo ¨²ltimo es la galer¨ªa blanca del arquitecto japon¨¦s Sou Fujimoto, que pertenece m¨¢s a la arquitectura que a lo escult¨®rico, y la constelaci¨®n de formas y colores del artista alem¨¢n Florian Slotawa.
19.00 Noche
Heiner Blumenthal, artista conceptual interesado en el lugar que ocupan las cosas y la apariencia, me espera en la galer¨ªa Susanne Zander (14) (Antwerpener Str. 1) mirando los minuciosos dibujos de camiones y de rascacielos de Wesley Willis, m¨²sico que tuvo una banda de punk-rock en Chicago y muri¨® esquizofr¨¦nico. El opening re¨²ne a un pu?ado de artistas con abrigos y bufandas y una botella de cerveza en la mano. De ah¨ª vamos a Thomas Rehbein (15) (Aachener Stra?e 5), amplia galer¨ªa muy concurrida. Vino blanco. Gente diversa que curiosea entre los papeles prendidos de alfileres, como mariposas. El arte es vol¨¢til, leve. En el opening de Gisele Capitain (7) est¨¢ la flor y nata. En la chic Klaus Benden (16) (Helenenstr. 2) nos damos de bruces con Anselm Kieffer, sus cuadros son vitrinas con flores y ramas secas sobre un fondo turbulento. Heiner identifica algunos coleccionistas, Kieffer ya tiene dos puntos rojos. Cava. Ya tarde recalamos en Christian Nagel (17) (Br¨¹sseler Stra?e, 85), agencia de viajes galer¨ªa, donde un tipo aporrea una guitarra el¨¦ctrica ensordecedora y cuelgan jaulas con cuadros en blanco dentro. Aqu¨ª, artistas j¨®venes, escena vanguardista.
22.00 El artista m¨¢s loco
Entramos en el Caf¨¦ Central del Hotel Chelsea (18) (J¨¹licher Stra?e, 1), cerca de Rudolfplatz. En este caf¨¦ se reun¨ªa la vanguardia en los noventa y fue la guarida de Kippenberger, el artista m¨¢s loco que ha tenido Colonia. En la barra, Heiner me cuenta an¨¦cdotas de aquellos a?os. El hotel mantiene una excelente colecci¨®n repartida en sus habitaciones. El lugar ideal para el reposo del aficionado al arte.
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