Luz de mar

Parece mentira que un hotel de 142 habitaciones y 16 suitespueda destilar aires de familia en sus instalaciones y servicios. M¨¢s a¨²n cuando su minimalismo ortodoxo en planta de Y, sin ninguna panelaci¨®n que lo esconda al mar, impone en el edificio una asepsia seudoindustrial solo diluida en cuanto el viajero deja el coche, aposenta los b¨¢rtulos, se pega una buena ducha y desciende al vest¨ªbulo para tapear lo que sea antes de la cena.

Ah¨ª desenfundan sus argumentos los herederos de Carlos Montez Champalimaud, que en los felices a?os veinte tuvo la visi¨®n de acotar el solar existente entre Cascais y Cabo da Roca, a media hora de Lisboa, para crear el complejo de vacaciones Quinta da Marinha, que a?os m¨¢s tarde constituir¨ªa el campo de golf m¨¢s rutilante de la costa lisboeta. No es raro ver a Miguel Champalimaud trastear en la cocina o compartir el aperitivo con sus clientes. El octavo de su finca, nombre que adopta el hotel, tiene para ¨¦l m¨¢s vocaci¨®n de amistad que de negocio.

Hay lugar, en estos espacios tan luminosos, para el arte de las ¨²ltimas generaciones lusas. Esculturas y pinturas. Muebles de firmas reconocidas. Arquitectura atl¨¢ntica, escueta y serena, con acento contempor¨¢neo, aposentada sobre una loma, entre el bosque y la playa. Mucho m¨¢s valioso, como hotel emocional, que sus hermanos Onyria y Quinta Marinha, pertenecientes a la misma familia, pero no a la misma unidad empresarial.

Da gusto deambular por toda la longitud de sus instalaciones, en planta de ¨¦psilon, radiantes de luz. Y jalonar pasillos inacabables de una fachada a otra, la terrestre y la mar¨ªtima, anchos como la eslora de un velero oce¨¢nico. A ambos lados se suceden las habitaciones, a cual m¨¢s grande y confortable, segmentadas en espacios autoconfigurables, con pavimentos de vinilo azul y balcones orientados al mar o al campo de golf. Solo por el porte de las camas uno se decidir¨ªa por esa..., la primera habitaci¨®n que salta en pantalla cuando se efect¨²a la reserva.

Pero volvamos a la planta baja, que es donde se expresa mejor el car¨¢cter tur¨ªstico de este edificio. Es un espacio vasto, di¨¢fano, minimalista, configurado por varios salones continuos en los que se proyectan pel¨ªculas de golf, se sirven los desayunos matinales (de calidad regular), se transforman en un chill-out de copeo nocturno y se subdividen en tres comedores con diferentes propuestas culinarias: una gastroteca portuguesa, el restaurante gastron¨®mico Ypsilon y la barra sushi en la que suele oficiar Marcos Ara¨²jo, un maestro del corte zen en vivo y en directo.

En los s¨®tanos del hotel, pero abierto al exterior mediante una mampara de vidrio, el spa invita a los m¨¢s sugerentes masajes frente al green Oitavos-Dunes dise?ado en su d¨ªa por Arthur Hills. Desde las camillas solo se oye el rumor del oleaje y alg¨²n espor¨¢dico toc.

{ "active": true, "code": "189154", "elementType": "offerExtension", "id": 11, "name": "CASCAIS", "service": "tripadvisor" }