Tarzanes en Rabat
Reabre el Jardin d¡¯Essais Botaniques con 600 especies, entre ellas los ficus con ra¨ªces a¨¦reas como lianas
En el sofocante calor del mes de agosto, el reci¨¦n rehabilitado?Jardin d¡¯Essais Botaniques de Rabat ofrece un poco de sombra y verdor a los paseantes. Despu¨¦s de varios a?os de mantenerse cerrado y de un un paulatino deterioro, este gran espacio hist¨®rico de 17 hect¨¢reas en pleno coraz¨®n de la capital, reabre sus puertas al p¨²blico recobrando su antiguo esplendor.
El Jardin d¡¯Essais Botaniques (JEB) fue concebido hacia 1914 por el gran paisajista franc¨¦s Jean Nicolas Forestier, a quien debemos otros parques y jardines tan emblem¨¢ticos como el de Mar¨ªa Luisa, en Sevilla, o el de la Casa del rey Moro, en Ronda. Corr¨ªan entonces los tiempos del Protectorado franc¨¦s, y Rabat y Casablanca rivalizaban por exhibir las obras de los mayores y m¨¢s prestigiosos arquitectos, paisajistas y urbanistas galos, quienes eligieron estas dos ciudades como campo experimental para desarrollar su trabajo. Henri Prost fue el urbanista encargado de prestar a Rabat su actual fisonom¨ªa, fuera del recinto de la medina y los enclaves amurallados. Un urbanismo ancho, luminoso y de amplias perspectivas que, fuera de minimizarlos, daban realce a los monumentos hist¨®ricos.
En este contexto surge este gran jard¨ªn bot¨¢nico, destinado a aclimatar toda clase de especies ornamentales y agr¨ªcolas para proveer a la ciudad, que se puso en funcionamiento como tal hacia 1927-1928, bajo la direcci¨®n bot¨¢nica de Gaston Herbert. El jard¨ªn estaba y sigue asociado al INRA (Instituto Nacional para las Investigaciones Agrarias), instituci¨®n encargada de su gesti¨®n en la actualidad, con el apoyo de la Gobernaci¨®n de Rabat. As¨ª, junto con las palmeras, cicas y bamb¨²es, crecen abundantes variedades de mangos, aguacates, moreras o granados destinados al consumo y la experimentaci¨®n agr¨ªcola.
El ¨¢rbol botella
El JEB sigue esa simetr¨ªa limpia y descendiente hacia el mar, propia de los jardines franceses organizados en torno a un eje central escalonado, dotado de fuentes y estanques. Lo enmarcan grandes alineaciones de ficus, con sus enormes ra¨ªces a¨¦reas, que por cierto son una tentaci¨®n para los ni?os, deseosos de emular a Tarz¨¢n de los monos atrap¨¢ndolas entre sus manos. En torno al parterre central se extienden rosaledas y parten umbrosos caminos empedrados que se adentran en la foresta, as¨ª como grandes parterres tem¨¢ticos: el de las crasul¨¢ceas, los frutales y plantas mediterr¨¢neas, las trepadoras, el arboretum¡ Muchos de ellos en v¨ªas de enriquecimiento vegetal, pero con ejemplares valiosos como la llamada palmera azul (Brahia armata), la palmera Butia capitata,?la Euphorbia resinifera -end¨¦mica de Marruecos-, o el gran ¨¢rbol botella (Brachyton rupestris). La ¨²nica botella que no es ni de pl¨¢stico, ni de cristal, explican los responsables del JEB a los ni?os.
As¨ª, el jard¨ªn cuyas avenidas est¨¢n jalonadas de ¨¢rboles y plantas en diferentes alturas, a modo de los cultivos tropicales, alberga 600 especies ornamentales y comestibles, aunque la l¨ªnea de investigaci¨®n apuesta por el estudio y aclimataci¨®n de especies end¨¦micas y amenazadas marroqu¨ªes.
Muchos son los nost¨¢lgicos que a?oraban volver a pasear de forma pausada por este jard¨ªn de ¨¢rboles majestuosos, respirando la tranquilidad que ofrece este oasis en pleno centro. Lo que no esperaban es encontrar un nuevo jard¨ªn de estilo andalus¨ª y un pabell¨®n neomorisco para actividades culturales. Es en la parte llamada aval, al valle, que siempre se mantuvo cerrada al p¨²blico y se encuentra en la parte inferior de este bot¨¢nico partido en dos por la Avenida de la Victoria, donde se esconde un recoleto e ¨ªntimo jard¨ªn andalus¨ª rodeado de arcadas y muros vegetales, en el que el agua susurra y los m¨²ltiples aromas invitan al recogimiento. Este proyecto ha sido concebido por la Fundaci¨®n de Cultura Isl¨¢mica, una organizaci¨®n espa?ola con el prop¨®sito de ense?ar las plantas empleadas en la jardiner¨ªa andalus¨ª, el sistema de riego por inundaci¨®n y la influencia del agua en la arquitectura y el estado an¨ªmico.
En un pabell¨®n neomorisco, tambi¨¦n rehabilitado en el marco de esta iniciativa con sello espa?ol y materiales de genuina usanza magreb¨ª, se encuentra la exposici¨®n Al-Andalus, una cultura del agua, dotada de ingenios olfativos y pantallas interactivas que hacen las delicias de cr¨ªos y mayores. Los visitantes aprenden acerca del rol social que tuvo el agua en Al-Andalus al ser repartida de forma gratuita por vez primera, y tambi¨¦n, sobre su capacidad para transformar el paisaje agr¨ªcola tal y como hoy lo conocemos, y su conducci¨®n mediante norias, acequias, acueductos y pozos artesianos. Aprendemos adem¨¢s que las comunidades de regantes levantinas, el Tribunal de las aguas de Valencia y la figura del alam¨ª son de origen andalus¨ª, y que en el Islam, la higiene es poco menos que la mitad de la fe.
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