A Coru?a con Picasso
Los lugares clave de la vida del pintor en la ciudad gallega entre 1891 y 1895
La coru?esa playa de Riazor fue el lugar donde Pablo Picasso vio por primera vez una mujer desnuda. Como recordar¨ªa el propio pintor mucho despu¨¦s, ten¨ªa 12 a?os y jugaba cerca de las cabinas de ba?o que hab¨ªa en el arenal. Picasso vivi¨® en A Coru?a de los 9 a los 13 a?os y, aunque esta etapa de su vida es desconocida para muchos, ¨¦l nunca la olvidar¨ªa. Aqu¨ª no solo descubri¨® el cuerpo de la mujer desnuda, tambi¨¦n aprendi¨® a disfrutar del sabor de los percebes y cre¨® la revista ¡®Asul y Blanco¡¯ (¨¦l pon¨ªa la zeta al rev¨¦s) a imagen y semejanza de la conocida ¡®Blanco y negro¡¯. Adem¨¢s, en esta ciudad gallega vivi¨® episodios trascendentales: conoci¨® el amor, sinti¨® el desgarro de la muerte y mostr¨® por primera vez su obra en p¨²blico.
Hoy todav¨ªa se pueden visitar algunos de los lugares que marcaron aqu¨ª la estancia de Picasso. El artista lleg¨® en septiembre de 1891 junto a sus padres ¨CJos¨¦ Ruiz Blasco y Mar¨ªa Picasso- y sus dos hermanas ¨CLola y Conchita¨C. La tr¨¢gica muerte de la menor motiv¨® el traslado de la familia a Barcelona en verano de 1895, tras cinco intensos a?os en la ciudad. Peque?as palomas blancas pintadas en las aceras del centro marcan el camino a seguir para conocer la Coru?a de Picasso, una ruta que podr¨ªa resumirse en seis puntos clave.
La casa de los Picasso
Los Ruiz Picasso fueron los primeros inquilinos del segundo piso de este c¨¦ntrico inmueble, que en diciembre de 2002 se abri¨® al p¨²blico como Casa Museo Picasso (Calle Payo G¨®mez 14, 2?; +34 981 18 42 78). En la planta baja se pueden conocer los lugares emblem¨¢ticos de la ciudad para Picasso a trav¨¦s de una pantalla interactiva, y en el segundo piso se puede ver la casa familiar. La vivienda conserva la distribuci¨®n de finales del siglo XIX. Destaca la galer¨ªa de la parte posterior, desde la que el joven Picasso contemplaba las palomas que tanto dibuj¨® en A Coru?a y que ser¨ªan s¨ªmbolo de su obra. Se supone que en esta estancia de enorme ventanal pasaba las horas pintando con su padre. La galer¨ªa da acceso a un peque?o ba?o con un ventanuco que usaba Mar¨ªa Picasso para llamar a su hijo cuando se entreten¨ªa jugando en la cercana plaza de Pontevedra. En el XIX no exist¨ªa el edificio de al lado.
Llama la atenci¨®n el enorme armario empotrado que preside el pasillo. Picasso contaba que lo ve¨ªa desde la cama y en la oscuridad de la noche lo confund¨ªa con un monstruo. Su habitaci¨®n estaba justo enfrente, hoy decorada como si hubiese sido de sus hermanas. La casa conserva el caballete y el banco que usaba Picasso para pintar y en las paredes cuelgan copias de los cuadros que hizo aqu¨ª. El m¨¢s famoso es La muchacha de los pies descalzos. Muchos apuntan a que es la joven ?ngeles M¨¦ndez Gil, hija de un abogado de Vigo y primer amor (plat¨®nico) del artista. Destacan tambi¨¦n las marinas y el retrato del doctor Ram¨®n P¨¦rez Costales. El exministro republicano fue su mecenas en la ciudad. ?l le daba las cajas de puros en cuyas tapas pint¨® sus primeras obras.
El Instituto Eusebio da Guarda
En el n¨²mero 20 de la Plaza de Pontevedra, en un edificio que conserva el mismo aspecto que a finales del siglo XIX, fue donde el pintor estudi¨® secundaria, en el Instituto Eusebio da Guarda. Pero tambi¨¦n donde en 1892 se matricular¨ªa en la Escuela de Bellas Artes, situada en la planta baja del mismo inmueble. Su padre, Jos¨¦ Ruiz Blasco, fue profesor en la C¨¢tedra de Dibujo de Figura y Adorno y aqu¨ª conoci¨® al maestro Isidoro Brocos. Picasso mantuvo una estrecha relaci¨®n con este artista, que le despert¨® su inter¨¦s por Par¨ªs. Desde 2011 una placa en el vest¨ªbulo del instituto rinde homenaje al pintor. El paisaje de la plaza de Pontevedra se completa con una gran estatua inspirada en la paloma que cre¨® en 1948 con motivo del Congreso Mundial de la Paz en Par¨ªs.
Escuela de Artes Pablo Picasso
En el hall de la Escuela de Artes Pablo Picasso (Calle Orillamar, 2; +34 981 22 80 78), antes ubicado en el Eusebio Da Guarda, se puede ver el expediente del joven Picasso. El artista estuvo en el cuadro de honor de los cursos 93-94 y 94-95, al obtener sobresaliente en Dibujo de figura y secci¨®n. Adem¨¢s, una de las aulas conserva los modelos de yeso que usaba para sus primeros dibujos. Si no hay clase en ese momento, se puede pedir permiso para acceder a ella y verlos de cerca.
Su primera exposici¨®n
El 21 de febrero de 1895 Picasso expuso por primera vez dos de sus cuadros. Fue en una tienda de muebles del n¨²mero 20 de la calle Real. Hoy el bajo est¨¢ vac¨ªo, pero una placa inaugurada con motivo del centenario de aquella fecha recuerda este hecho. "No est¨¢n mal dibujadas, el colorido es acertado y la entonaci¨®n es bastante buena (¡) Contin¨²e de esa manera y no dude de que alcanzar¨¢ d¨ªas de gloria y un porvenir brillante", dec¨ªa la cr¨ªtica que se puede leer en la Casa Museo Picasso. En abril particip¨® en una segunda muestra y parece que hubo una tercera, aunque no apareci¨® en los diarios.
La torre de H¨¦rcules
Picasso sent¨ªa fascinaci¨®n por la Torre de H¨¦rcules, la llamaba la Torre de Caramelo y la plasm¨® en varias obras. Su padre le hab¨ªa hablado de ella en las cartas que escribi¨® cuando en abril viaj¨® a la ciudad para tomar posesi¨®n de la plaza. "Dile a los ni?os que en el buen tiempo tendr¨¢n playas muy pr¨®ximas para ba?arse y a Pablito, en concreto, que le va a gustar un faro muy antiguo que est¨¢ sobre lo m¨¢s alto de la pen¨ªnsula y se llama Torre de H¨¦rcules. Dicen por aqu¨ª que es de origen romano, aunque yo tampoco me lo creo¡±, recoge el periodista ?ngel Pad¨ªn en su libro Los cinco a?os coru?eses de Pablo Ruiz Picasso. Admiraba el bravo oleaje de la playa de Riazor, donde nunca aprender¨ªa a nadar y donde vio por primera vez a una mujer desnuda.
El cementerio de San Amaro
En el cementerio de San Amaro (Orillamar, s/n) descansan los restos de la hermana peque?a de Picasso, fallecida el 10 de enero de 1895 v¨ªctima de una angina dift¨¦rica. Ten¨ªa 7 a?os y todo apunta a que fue enterrada en una fosa com¨²n al haber sido por una enfermedad contagiosa. A?os despu¨¦s, Jos¨¦ Ruiz Blasco solicitar¨ªa poner una cruz en el lugar donde estaba su hija, pero nunca se encontraron sus restos. La muerte de Conchita fue determinante para que los Ruiz Picasso dejasen A Coru?a el verano de 1895.
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