Las musas de Tamar Novas
Entre Malasa?a y Conde Duque, un recorrido de la mano del actor con paradas en dos bares y en la tienda de ropa Sportivo Actor con Almod¨®var y Amen¨¢bar, Tamar Novas lleg¨® desde Santiago de Compostela al centro ¡®hipster¡¯ de Madrid, donde encuentra ecos de la vida de los pueblos gallegos
Hay d¨ªas en que un rinc¨®n de El Rinc¨®n (1) (Esp¨ªritu Santo, 26; 915 22 19 86) se convierte en la segunda casa de Tamar Novas. Este actor gallego, de 28 a?os, pelo rizado, ojos en estado de alerta y barba recortada, viene a desayunar con frecuencia entre las paredes azul p¨¢lido de este local donde suelen exponerse cuadros de artistas emergentes. Est¨¢ en el coraz¨®n de Malasa?a, barrio en el que Novas ha vivido desde que lleg¨® a Madrid, hace cinco a?os, procedente de su natal Santiago de Compostela. ¡°Soy muy de estar por estas calles porque tienen un aire de pueblo y muchos de mis conocidos viven por aqu¨ª. Son calles con mucha personalidad, y eso me encanta. En realidad, soy un aldeano de Malasa?a. Por eso he elegido este recorrido¡±.
En torno a un cortado en vaso y con hielo, el ganador del Goya 2005 al mejor actor revelaci¨®n por Mar adentro (Alejandro Amen¨¢bar) dice que lo que m¨¢s le gusta de Madrid es su oferta cultural. ¡°En Santiago hay menos, pero es verdad que Santiago me da mucho descanso. Yo soy de caminar y caminar la zona vieja, de estar con mi familia, mis amigos¡ Tambi¨¦n el aire es distinto y s¨ª que se echa de menos¡±.
En julio estren¨® Animal, una obra de teatro escrita y dirigida por el tambi¨¦n actor Rub¨¦n Ochandiano, representada en el espacio alternativo La Casa de la Portera (calle de Abades, 24; 649 39 75 71). ¡°Tal como est¨¢ la situaci¨®n, es algo muy bueno que surjan espacios as¨ª. Me parece fant¨¢stica la intimidad que ofrece La Casa de la Portera. No hab¨ªa probado tener al p¨²blico tan cerca¡±.
Ropa en¨¦rgica y simp¨¢tica
Al salir de El Rinc¨®n, quien fuera uno de los ni?os protagonistas de La lengua de las mariposas (Jos¨¦ Luis Cuerda, 1999) propone cambiar de zona e ir andando hasta el Centro Cultural Conde Duque (2) (Conde Duque, 9-11; 914 80 04 01), donde en oto?o reestren¨® Comedia y sue?o, obra basada en textos de Lorca y Shakespeare y dirigida por Juan Carlos Corazza. Pero antes se detiene en Sportivo (3) (Conde Duque, 20; 915 42 56 61), una tienda de ropa ¡°ecl¨¦ctica, sensible, en¨¦rgica y simp¨¢tica¡±, en donde Tamar Novas ha comprado varias camisetas ¡°de colores encendidos y apagados, para equilibrar¡±.
Ya ante los imponentes muros del Centro Conde Duque opta por atravesar el patio y mostrar sus rincones favoritos de la biblioteca, a la que suele acudir. Con fascinaci¨®n sube unas escaleras blancas y llega hasta unas estanter¨ªas llenas de v¨ªdeos donde busca y rebusca las temporadas completas de la serie The Wire. Luego avanza hasta el fondo y, detr¨¢s de una puerta de cristal, ense?a con fascinaci¨®n la sala de instrumentos musicales.
Al salir, mientras avanzamos de vuelta rumbo a la calle de Manuela Malasa?a, cuenta que, al igual que muchos actores, cada vez ve menos posibilidades de trabajo. ¡°?ltimamente he sentido que hay menos oportunidades de hacer pruebas y hay menos guiones para leer. Por desgracia, es algo muy de estos tiempos. Pero tengo la sensaci¨®n de haber elegido siempre lo que me apetec¨ªa hacer. Hasta ahora he tenido una carrera con mucha fortuna, he trabajado con la gente que me apetec¨ªa trabajar, con grandes directores¡ Los que m¨¢s admiraba, de hecho¡±. En cine, despu¨¦s de Los abrazos rotos (Almod¨®var, 2008) ha participado en La cicatriz blanca (Margarita Ledo, 2012), pero espera que pronto se concrete una propuesta que acaba de llegarle y de la que de momento prefiere no hablar. Mejor suerte ha tenido en las series de televisi¨®n, donde ha participado casi diez meses en Bandolera,de Antena 3. ¡°El ritmo de trabajo en la tele es fren¨¦tico. Y para m¨ª ha sido un gran aprendizaje, una gran escuela¡±.
Un ejemplar de ¡®Rayuela¡¯
Cuando entra en la Librer¨ªa Cervantes y Compa?¨ªa (4) (Manuela Malasa?a, 23; 910 11 80 37), Tamar Novas se estira para alcanzar, en lo m¨¢s alto de una estanter¨ªa de madera, un ejemplar de la nueva edici¨®n de Rayuela, de Julio Cort¨¢zar (Alfaguara), que hojea con cuidado. ¡°En mis momentos de estar solo, mi mejor compa?ero es un libro o un disco. Aqu¨ª, en esta librer¨ªa, he comprado t¨ªtulos que guardo con mucho cari?o, y como est¨¢ cerca de mi casa, pues suelo venir¡±, dice mientras se dirige a echar un vistazo a las novedades.
Al cruzar la calle llegamos a la ¨²ltima parada del recorrido: La Musa (5) (Manuela Malasa?a, 18; 914 48 93 83). En esta cafeter¨ªa de mesas peque?as y barra amplia (con un delicado dise?o interior de Andr¨¦s Jaque) suele quedar con amigos para tomar algo. Otras veces entra solo y se sienta en una mesa del rinc¨®n. Entonces lee alg¨²n peri¨®dico y piensa en sus proyectos. ¡°Me gusta reflexionar acerca de si, cuando trabajo, al mismo tiempo he compartido algo y si eso que he hecho me ha servido para crecer. Porque me gustar¨ªa que mi trabajo me elevase como ser humano, que me enfrentara a realidades que me son desconocidas. Haciendo personajes que no tengan que ver tanto conmigo, que tengan una cabeza opuesta a la m¨ªa. Que me confronten conmigo mismo. Eso es lo que me da ligereza y me abre la mente¡±.
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