Croquetas de vainilla y chocolate

En la vida de Charly Aleluya todos los caminos conduc¨ªan a la croqueta. Las cenas de Navidad, los domingos con su abuela en el pueblo, los estudios de cocina y su estancia en Madrid. ¡°Ha sido un c¨²mulo de circunstancias las que finalmente me empujaron a montar el Do?a Luc¨ªa¡±, comenta apoyado en una de las mesas de su peque?o local en Badajoz, especializado en uno de los alimentos m¨¢s populares y con menos glamour de nuestra gastronom¨ªa.

Charly Aleleuya se atrevi¨® antes con la canci¨®n y el teatro que con las croquetas. Un bagaje que le ha permitido luego dotar de modernidad y aire fresco a la reina del rebozado en la croqueter¨ªa Do?a Luc¨ªa (Plaza de San Jos¨¦, 6; 633935445), situada en pleno casco hist¨®rico de Badajoz. ¡°Mi grupo de amigos organiza cada Navidad el Festival de la Croqueta. El caso es que mis croquetas siempre estaban entre las mejores, incluso llegu¨¦ a ganar un par de veces¡±, aclara mientras asoma la cabeza por el ventanuco que comunica la cocina con la barra. ¡°Adem¨¢s de estudiar cocina, tengo grabados desde muy peque?o aquellos sabores y olores que emanaban de los fogones de mi abuela, Luc¨ªa. ?bamos todos los domingos a su casa a comer y recuerdo las alb¨®ndigas y las croquetas. Lleg¨¢bamos cuando todav¨ªa estaba en la cocina y a m¨ª me encantaba estar a su lado mientras las hac¨ªa¡±.

Charly emplea el mismo m¨¦todo de elaboraci¨®n, la?Manhomix. Todo es artesanal en Do?a Lucia, guardando la esencia de la comida casera por excelencia. Ni rastro de maquinas o robots de cocina. Ingredientes de primer¨ªsima calidad, tiempo, mucha paciencia y pasi¨®n acompa?an cada raci¨®n de croquetas. Las hay de 25 clases, ¡°aunque podr¨ªa tener hasta 100 variedades distintas, lo que pasa es que mi cocina es muy peque?a¡±. Est¨¢n las de la abuela (las cl¨¢sicas): jam¨®n, pollo y huevo duro, pescado, cocido, verduras y bacalao; y las especialidades del nieto (las m¨¢s vanguardistas): humus, espinacas con canela, merluza con queso curado, patatera y miel, musaka, pisto o salm¨®n, entre otras. Un recorrido por la dieta mediterr¨¢nea montado en bechamel. Tambi¨¦n hay croquetas de postre: fondant y frutos rojos, y de vainilla y chocolate. ¡°Las croquetas le gustan a todo el mundo. No tienen edad. Es el alimento m¨¢s democr¨¢tico que hay. Todos somos iguales ante una croqueta, no hay edad, ni estrato social, ni etnia¡±, proclama con entusiasmo ante un plato con varias piezas humeantes. ¡°La variedad es grand¨ªsima y el precio, muy econ¨®mico, 6 euros una raci¨®n de 10 croquetas¡±.

Rodeado de fotos de Luc¨ªa, tambi¨¦n se pueden degustar ensaladas como la de cusc¨²s al yogur, o una de tofu para veganos; y raciones cl¨¢sicas y otros platos que complementan perfectamente a las croquetas.

Da lustre al bar una terraza junto a la Alcazaba ¨¢rabe de la ciudad, que de junio a septiembre est¨¢ abierta todos los d¨ªas desde las 12.30 horas del mediod¨ªa hasta las 01.30 de la madrugada. ¡°Es un trabajo muy esclavo, pero a mi es que me gusta mucho, me apasiona. En Madrid trabajaba en hosteler¨ªa y las condiciones eran cada vez peores, as¨ª que eso tambi¨¦n motiv¨® que me volcara en tener mi propio negocio. Es muy sacrificado, pero tambi¨¦n muy reconfortante, sobre todo si te gusta lo que haces. Y a m¨ª me encanta¡±.

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