Jerusal¨¦n se divierte en su vieja estaci¨®n
Cultura, arte, gastronom¨ªa y rutas guiadas en segway o bici electr¨®nica, incluso en 'shabat', en la renovada estaci¨®n decimon¨®nica de la ciudad santa
Despu¨¦s de un invierno que ha regalado a la ciudad de Jerusal¨¦n la nevada m¨¢s copiosa de los ¨²ltimos 50 a?os, los barrios jerosolimitanos de Abu Tor y HaMoshava HaGermanit (La Colonia Alemana) reciben la primavera estrenando un nuevo espacio de ocio urbano, la renovada vieja estaci¨®n de tren (David Remez 4); gastronom¨ªa, moda, rutas cuturales guiadas y hasta actividades infantiles, incluso en Shabat.
Construida a finales del siglo XIX para satisfacer la creciente demanda de transporte de los peregrinos llegados a Tierra Santa, la estaci¨®n permaneci¨® abierta durante m¨¢s de un siglo. Pero en 1946 la entonces l¨ªnea de ferrocarril m¨¢s importante de Palestina recibi¨® uno de los golpes m¨¢s duros: el atentado fallido contra la vieja estaci¨®n planeado por milicianos de las Brigadas Irg¨²n. Durante aquellos ¨²ltimos a?os del Mandato Brit¨¢nico (1917-1948) fueron varios los ataques perpetrados por los grupos de la resistencia armada jud¨ªa contra las autoridades, como el del cercano Hotel King David, entonces sede del gobierno del Mandato y hoy hospedaje habitual de Jefes de Estado y de Gobierno.
Restablecido el servicio despu¨¦s de la Guerra de Independencia, tras la que se declar¨® la creaci¨®n del Estado de Israel, la estaci¨®n fue reabierta con infraestructuras renovadas aunque ya nunca atrajo la misma afluencia de viajeros que en tiempos pasados. Las nuevas alternativas de transporte para cubrir los algo m¨¢s de 50 kil¨®metros de distancia entre Jaffa ¨Cciudad centenaria al sur de la moderna Tel Aviv¨C y Jerusal¨¦n, junto a la falta de mantenimiento del apeadero original, fueron apagando poco a poco el otrora esplendor de esta l¨ªnea ferroviaria que redujo de diez a tres horas un viaje que pocos a?os antes se realizaba en camello, caballo o burro. La estaci¨®n dej¨® de funcionar definitivamente en 1998, permaneciendo 15 a?os abandonada hasta su reapertura en 2013 como espacio cultural y de ocio.
Durante dichos a?os de ostracismo fueron varias las iniciativas presentadas al ayutamiento jerosolimitano para recuperar los edificios que albergaban el ferrocarril, pero la disputa entre los empresarios y los concejales del ala m¨¢s conservadora sobre la apertura de los establecimientos en shabat ¨Cd¨ªa festivo para los jud¨ªos durante el que, seg¨²n la tradici¨®n m¨¢s estricta, no debe existir comercio alguno¨C demor¨®, entre otros motivos administrativos, las obras de renovaci¨®n.
Ocio en 'shabat'
Hoy en la estaci¨®n funcionan a diario ¨Cincluidos los d¨ªas festivos¨C cinco restaurantes, una helader¨ªa y dos puestos permanentes: uno de dise?o de ropa, accesorios o joyas y otro dedicado a talleres y actividades para ni?os junto a la venta de productos de decoraci¨®n. Tambi¨¦n se ha habilitado un peque?o centro de exposiciones que cuenta la historia de la estaci¨®n, varios comercios dedicados a los m¨¢s peque?os ¨Cdesde ropa ecol¨®gica hasta juguetes educacionales¨C o una tienda donde es posible adquirir juegos de mesa tradicionales de madera artesana.
Pero uno de los grandes atractivos de este espacio es poder sentarse en shabat ¨Cquien huya de las multitudes mejor que acuda entre semana¨C en la terraza de uno de sus cinco restaurantes. Se trata de la ¨²nica alternativa para comer o cenar en un ambiente animado en una zona de Jerusal¨¦n que se apaga casi por completo durante el tradicional festivo semanal. Por ejemplo, en el Adom, un cl¨¢sico jerosolimitano que presume de servir buen pescado fresco en una ciudad donde no abundan muchas especies debido a que los c¨®digos religiosos que rigen la comida casher?(kosher en el mundo anglosaj¨®n, adecuada o apta, en su traducci¨®n del hebreo) proh¨ªben comer peces que no tengan aletas o escamas (pez espada, congrio o rodaballo), as¨ª como mariscos, moluscos cefal¨®podos y dem¨¢s invertebrados marinos.
Para quienes busquen refugio en el interior durante los d¨ªas ya calurosos de la primavera jerosolimitana, Pincho ofrece tapas ¡°a la espa?ola¡± regadas con alguno de los vinos locales, espa?oles o italianos que abundan en su vinoteca. Adem¨¢s, los domingos y lunes (18.00 - 21.00) ofrece una cerveza por 10 shequels (unos 2 euros) si se pide junto una tapa. Un precio interesante considerando que un tercio no suele bajar de los 20 shequels (unos 4 euros) en cualquier establecimiento de la ciudad.
M¨¢s all¨¢ de los placeres culinarios, en el centro de visitantes se ofrecen diversas rutas guiadas que recorren las antiguas v¨ªas de la estaci¨®n, la Ciudad Vieja de Jerusal¨¦n o el centro cultural Miskenot Sha?nanim, construido hace 150 a?os por el fil¨¢ntropo Mois¨¦s de Montefiore para albergar el primer barrio jud¨ªo extramuros de la Ciudad Vieja. Los recorridos pueden realizarse a pie, en segway o en bicicleta h¨ªbrida de alquiler, que cuenta con un sistema integrado de navegaci¨®n que permite dar una vuelta m¨¢s amplia por el lado oeste de la ciudad ¨Cla mitad oriental, palestina, queda fuera de la ruta¨C si se escoge el itinerario llamado Rodeando Jerusal¨¦n.
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