Bremen, ciudad de ultramar
Ruta por la recuperada zona de ?berseestadt, entre almacenes reconvertidos en oficinas y 'lofts', un museo de coches cl¨¢sicos y la vieja f¨¢brica de Caf¨¦ Hag, el primer descafeinado del mundo
A orillas del r¨ªo Weser se est¨¢ realizando la mayor ampliaci¨®n urban¨ªstica de la historia de Bremen. Es la ciudad de ultramar o ?berseestadt, una zona completamente nueva con una atm¨®sfera mitad industrial, mitad ciudad de vacaciones. Antiguos almacenes, hoy recuperados y convertidos en oficinas, centros de ocio y viviendas de lujo conviven con nuevos edificios salpicados de balcones con vistas al r¨ªo. Vistas que, en el fondo, sue?an con ser vistas al mar. Ese mar al que Bremen ha querido acercarse siempre. Hace aproximadamente 200 a?os la ciudad compr¨® el terreno que hoy es Bremerhaven y a partir de entonces utiliz¨® el r¨ªo Weser como v¨ªa por la que traer las mercanc¨ªas a la ciudad. El puerto de r¨ªo finalmente llegaba al mar. Tras complicados procesos de drenaje, los barcos pod¨ªan navegar hasta aqu¨ª y traer consigo toneladas de g¨¦nero -principalmente caf¨¦, tabaco y algod¨®n- que descargaban en tres canales. Hoy en d¨ªa solo uno de ellos sigue cumpliendo estas funciones. Otro se utiliza exclusivamente para embarcaciones de recreo y el ¨²ltimo se clausur¨® hace 15 a?os, utilizando el nuevo terreno para situar el mercado central. Fue en ese momento cuando comenz¨® la ampliaci¨®n.
Para conocer la zona lo mejor es dirigirse al centro de informaci¨®n situado en el antiguo almac¨¦n Speicher XI (Am Speicher XI 1). Este centro es gratuito y all¨ª podr¨¢ contemplar una estupenda maqueta de la ampliaci¨®n y comparar ¨¦sta con otras empresas urban¨ªsticas similares que se acometen en la actualidad por todo el mundo. En el mismo edificio se encuentra el Museo del Puerto, perfecto para conocer los ¨²ltimos 120 a?os de historia portuaria de Bremen.
Tras un latte machiato en Feuwerwache, el antiguo parque de bomberos (Waller Stieg 5), podemos merodear por los alrededores del molino Rohland, un impresionante edificio art d¨¦co que parece sacado de Gotham City y que a¨²n desempe?a orgulloso sus funciones. Atenci¨®n: todav¨ªa circulan trenes en esas v¨ªas que parecen olvidadas. Escenario de lunes a viernes del trasiego de barcos y trabajadores, durante los fines de semana resulta inquietante perderse entre los muelles solitarios y los gigantescos almacenes de grano. Un paisaje industrial perfecto para los amantes de la fotograf¨ªa o de la soledad.
M¨¢s adelante, encontraremos un edificio enorme, pr¨¢cticamente en desuso, que fue la antigua tostadora de Caf¨¦ Hag, productora del primer caf¨¦ descafeinado del mundo. Proyectada en 1907 por el arquitecto Hugo Wagner para acoger el coraz¨®n del imperio de Ludwig Roselius, en su sal¨®n de m¨¢rmol se puede curiosear la historia del inventor del caf¨¦ sin cafe¨ªna. Roselius lleg¨® a monopolizar el 90% de la industria y fue un personaje tan importante como exc¨¦ntrico, destacando por su car¨¢cter innovador. Puesto que Bremen recibi¨® el apodo de ciudad del caf¨¦ gracias a ¨¦l, no podemos marcharnos sin degustar un caf¨¦ fuerte y arom¨¢tico en la diminuta cafeter¨ªa del edificio.
Informaci¨®n
C¨®mo llegar
Autob¨²s n¨²mero 20 desde la estaci¨®n de trenes.
Tranv¨ªa n¨²mero 3 desde el centro de la ciudad (Domsheide).
D¨®nde dormir
Steigeberger Hotel (Am Weser-Terminal 6).
Zollhaus (Am Kaffee-Quartier 1).
Volviendo sobre nuestros pasos, nos dirigimos al Schuppen 1 (Konsul-Smidt-Stra?e), aut¨¦ntico ep¨ªtome de la transformaci¨®n de esta zona. Este antiguo e inmenso almac¨¦n ha sufrido una profunda remodelaci¨®n y acoge oficinas, lofts de lujo, un centro deportivo del equipo de f¨²tbol Werder Bremen y varios restaurantes. Pero sin duda, la mejor raz¨®n para venir hasta aqu¨ª es la magn¨ªfica exposici¨®n de coches cl¨¢sicos que se puede visitar gratuitamente. La industria automovil¨ªstica siempre ha sido muy importante en Bremen y este espacio es un homenaje a la misma. Entre modelos de todas las marcas y ¨¦pocas, encontramos algunas motos antiguas y otras rarezas como un par de coches de la extinta marca local Bogward. Adem¨¢s de la exposici¨®n, este enorme pabell¨®n alberga varios establecimientos dedicados al cuidado de este tipo de autom¨®viles: talleres, tapiceros o grafiteros que decoran carrocer¨ªas con el dise?o m¨¢s extravagante.
En Schuppen 1 nos sorprende tambi¨¦n una estupenda novedad en la escena culinaria de Bremen. El restaurante sirio Al Dar ha abierto sus puertas recientemente con una cuidada decoraci¨®n y un servicio atento y esmerado. Merece la pena animarse a probar su excelente men¨² degustaci¨®n Un viaje por Siria. La bandeja de entrantes es simplemente maravillosa. ?Y muy abundante! Despu¨¦s, para aligerar el est¨®mago, un buen t¨¦ de menta y retomamos el paseo.
Siguiendo el curso del agua podemos llegar hasta el extremo de la ?berseestadt donde se encuentra el faro que antiguamente guiaba a los barcos de mercanc¨ªas. Seg¨²n dicen, el farero no s¨®lo iluminaba su camino sino que tambi¨¦n les informaba del tr¨¢fico y del canal por el que deb¨ªan circular a grito pelado. ?Menuda voz!
Para pasar la tarde podemos jugar al mini golf a oscuras, iluminados tan s¨®lo por luces negras. Una mezcla extra?a entre deporte y club nocturno, curiosa cuanto menos. Y para finalizar la jornada, ?qu¨¦ tal un espect¨¢culo en el nuevo teatro de variedades GOP? Propuestas exc¨¦ntricas y llamativas, cercanas al circo, en una franquicia que ha llegado a Bremen tras conquistar ocho ciudades alemanas.
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