El gato, del Cerrato
Paisaje, gastronom¨ªa, arte y sosiego en Baltan¨¢s, por tierras palentinas
Las plantaciones de vides bordeando la carretera y los anuncios sobre las bodegas de la Ribera del Duero desaparecen como si cruz¨¢ramos una frontera. De camino a Baltan¨¢s, la capital del Cerrato, a 25 kil¨®metros de Palencia, el paisaje se transforma en un p¨¢ramo salpicado de enebros, encinas y amapolas. Solo los chozos, como igl¨²s pero construidos piedra a piedra para cobijar a los pastores, rompen la uniforme quietud.
Ni ruta rom¨¢nica, ni ruta del vino. A caballo entre las provincias de Palencia, Burgos y Valladolid, la comarca la configuran 88 pueblos de los que 44 pertenecen a Palencia. Los 1.500 habitantes de la capital del Cerrato no se resignan a ser los grandes olvidados de los viajeros que tradicionalmente prefieren la contemplaci¨®n del estilo arquitect¨®nico que domin¨® Europa en los siglos XI y XII que discurre entre Aguilar de Campo¨® y Fr¨®mista, en la ruta del Canal de Castilla. Pero Baltan¨¢s no es ¨²nicamente el centro geogr¨¢fico de la comarca. En ella se resumen las caracter¨ªsticas de este territorio: aglutina monumentos, bodegas excavadas en los cerros y el Museo del Cerrato con su peculiar pinacoteca. El viajero de este territorio podr¨¢ contemplar sus casas singulares; chozos de pastor, aislados por la planicie; corrales para el ganado; palomares, yesares y las torres del tel¨¦grafo ¨®ptico de espejos que testifican la presencia humana sobre el territorio a lo largo del tiempo. Ubicado en la ruta de la trashumancia, en Baltan¨¢s llegaron a pastar 12.000 cabezas de ovejas churras, pero la emigraci¨®n del campo a la ciudad redujo el medio centenar de pastores de anta?o a los dos que ahora viven en el pueblo.
Conscientes de su importancia hist¨®rica, Julia L¨®pez Garc¨ªa y Marta Asensio llevan tres a?os al frente de la oficina de turismo, instalada en las dependencias del Museo del Cerrato. Se ocupan personalmente de las visitas guiadas, dise?an folletos y abren los portones de las iglesias. Por el tama?o, la llave de San Mill¨¢n parece la de una catedral, y, una vez dentro, la espectacularidad de la iglesia as¨ª lo atestigua. Ejecutada en la piedra de la zona, alberga tres naves con b¨®veda de crucer¨ªa, coronadas por su torre del siglo XVII, un retablo barroco, un Cristo crucificado medieval y un ¨®rgano. Como en otros pueblos de Castilla, la monumentalidad y el n¨²mero de iglesias y conventos, hoy casi desiertos y plagados de reliquias semiabandonadas, ofrecen una idea de c¨®mo se vivi¨® la religi¨®n en el pasado. A unos metros de distancia, situada en una posici¨®n m¨¢s elevada, se distingue la sobria fachada de una ermita, dedicada a la patrona de Baltan¨¢s, la Virgen de Revilla.
Del antiguo dicho que alababa la ¡°mujer, miel y gato del valle del Cerrato¡± solo se acuerdan ya los mayores del lugar. La poblaci¨®n se multiplica en verano, pero durante el a?o manda la tercera edad, casi los ¨²nicos que se mueven por sus calles y sus casas, construidas en piedra la parte baja y en adobe la alta. En su tranquilidad reside su encanto. El pueblo lo atraviesa la carretera, pero basta un paseo para cruzarse con la antigua escuela, como sacada de una postal de los a?os veinte y hoy convertida en centro sanitario, y el viejo cine, donde ensaya la orquesta local. Quedan pocas dulzainas y no todos bailan la jota de la zona, pero en el Museo del Cerrato se puede realizar un recorrido etnogr¨¢fico y cultural que culmina con una valiosa pinacoteca de artistas de la zona ¡ªdonde destacan Casado de Alisal o Pedro Mozos¡ª y una sala de arte sacro. El museo, inaugurado en 2010, se exhibe en dos conjuntos arquitect¨®nicos de distintas ¨¦pocas: el palacio-hospital de Santo Tom¨¢s, un edificio del XVIII, construido en piedra, con su fachada barroca y un patio interior de columnas de la misma ¨¦poca, que se completa con el antiguo colegio de la Milagrosa, edificio modernista de ladrillo. Ambos conectados mediante una pasarela met¨¢lica.
Arte, religi¨®n y costumbres. Porque Baltan¨¢s posee tambi¨¦n uno de los barrios m¨¢s antiguos y complejos de bodegas, donde los baltasaniegos elaboran y guardan su propio vino. Convertidas en punto de encuentro y de tertulia, los lugare?os presumen del conjunto arquitect¨®nico. Sobre las laderas del cerro del Castillo se ha censado un d¨¦dalo de 374 bodegas distribuidas en seis niveles y perforadas en una roca que no admite el contacto con el agua, y a las que hay que mantener con un tiro de aire para evitar su deterioro. Provistas de su humero ¡ªesbeltos cilindros de piedra que configuran un paisaje peculiar¡ª y con la puerta de madera, sobre la que se abren huecos para facilitar la ventilaci¨®n, cuentan que el conjunto arquitect¨®nico pudo inspirar al propio Gaud¨ª, quien contempl¨® esa Capadocia castellana camino de Astorga, donde dise?¨® el palacio episcopal.
Vicente Picado, guarnicionero como su padre, emigr¨® con su familia a Bilbao en los a?os cincuenta cuando llegaron los tractores y el negocio de las lanas y las caballer¨ªas se vino abajo, pero ahora con la jubilaci¨®n ha vuelto a casa para recuperar viejas tradiciones. Elabora su propio vino, unos 2.000 litros que dan para meriendas, bautizos y comuniones. Cualquier pretexto es bueno para sentarse alrededor de una mesa de piedra y degustar el meritorio vino y el queso de la tierra.
Desde ese paraje se divisa un valle ondulado entre cerros, de los que recibe su nombre la regi¨®n. El paisaje dominado por los tonos ocres cambia a verde en las zonas forestales y arbustivas y a amarillo en el verano en las zonas de cereal. Como colof¨®n, este recorrido requiere reponer fuerzas. Nada mejor que empezar con una sopa castellana ¡ªplato s¨®lido¡ª, asado de lechazo churro en horno de le?a, a los que se pueden a?adir, o sustituir por, legumbres, perdices, pichones, liebres, caracoles, cangrejos de r¨ªo o setas y champi?ones, para culminar con una sabrosa torrija caramelizada. Paisaje, gastronom¨ªa, arte y sosiego aconsejan poner el Cerrato en la ruta.
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??A Baltan¨¢s se accede por la carretera CL-619 desde Aranda de Duero y desde Palencia capital.
? www.turismocerratocastellano.blogspot.com; 645 68 15 51.
??Casa Rural La Ca?uela. Balsilla, 31. Valdeca?as del Cerrato. 607 91 66 95; www.laca?uela.es
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