50 trucos para dar la vuelta al mundo
Lo que a los autores les hubiera gustado saber antes de pasarse un a?o viajando rumbo al Este
Si volvi¨¦semos a dar la vuelta al mundo, har¨ªamos las cosas de manera diferente. Y es que viajando se planea tanto como se improvisa, se camina tanto como se huye, se aprende tanto de otros como de uno mismo. Estos son 50 intentos de atrapar la bruma vertiginosa y et¨¦rea de lo vivido, una mezcla de lo que nos gustar¨ªa haber sabido al comenzar y de lo que ahora conocemos.
01 La regla de la carretera
Conviene evitar la primera fila en los autobuses para no pasar horas entre sudores fr¨ªos y miedo real a morir. No hay quien se relaje viendo al conductor adelantar a tres camiones en una curva con doble continua, niebla cerrada y gafas de sol.
Tarifa plana en el tren bala
El prop¨®sito inicial de nuestro viaje fue llegar de Europa a Australia sin subirnos a un avi¨®n. Salimos a principios de 2013 con destino a una Rusia cubierta de nieve que atravesamos montados en el Transiberiano, compartiendo vodka con alg¨²n ruso y litera con muchos kazajos.
En Vladivostok tomamos un barco a Corea del Sur, persiguiendo hacia el sur la fiesta del florecimiento de los cerezos y los gigantescos m¨®viles que los fotografiaban. Otro barco a Jap¨®n nos permiti¨® recorrer la isla con una tarifa plana de tren bala sin encontrar un lugar que no estuviese cuidado hasta el ¨²ltimo detalle.
Alguna noche m¨¢s en barco nos acerc¨® a China y al aroma casero al ser acogidos por unos amigos. Despu¨¦s volvimos a dormir en literas de tren entre algunas megaciudades de las que nunca hab¨ªamos o¨ªdo hablar.
Cruzamos fronteras con la facilidad que permite el sureste asi¨¢tico. En Laos escuchamos sabaid¨ªs (hola en laosiano) durante un buen tiempo, debido a una ca¨ªda que lesion¨® una rodilla y un tobillo. Madrugamos cada d¨ªa m¨¢s que el anterior para perdernos por el Angkor Wat, en Camboya, y despu¨¦s de tantos kil¨®metros busc¨¢ndolas, se dieron el clima y el lugar perfectos para descansar en las playas de Tailandia.
Relajados como est¨¢bamos, tuvimos que correr a Malasia, pues hab¨ªa surgido un road trip de amigos por Australia. Lleg¨® la dif¨ªcil decisi¨®n de abandonar el plan original y subirnos a un avi¨®n de bajo coste por el que pagamos 16 veces menos que en el carguero en que pens¨¢bamos montarnos. No nos arrepentimos de la decisi¨®n, que nos llev¨® a meternos seis en una furgoneta de cinco plazas a la que llamamos la Wombat y recorrimos todo la costa este de Australia y parte de la franja sur.
Entonces nos cancelaron un vuelo a Singapur que nos iba a devolver al continente. Percibimos una se?al que nos hizo volar a Nueva Zelanda. All¨ª trabajamos a cambio de alojamiento y comida, cuidando caballos, pintando porches, sirviendo mesas, limpiando cristales y canalones... Tambi¨¦n hubo tiempo de recorrer en furgoneta las dos preciosas islas kiwis, lugar de ensue?o en el que m¨¢s meses pasamos.
Pensamos en mantener fiel el rumbo y seguir dando la vuelta persiguiendo el Este. Pasamos por Argentina y Uruguay, sinti¨¦ndonos como en casa, despu¨¦s de meses sin ver a nadie por la calle despu¨¦s de las nueve, entre personas que hablan a gritos y cenan a las once de la noche.
Recorrimos Per¨², Ecuador y Colombia alternando aventuras y paisajes que cortaban la respiraci¨®n con largos viajes en autob¨²s. Ya tergiversada por completo la idea que nos lanz¨® a la carretera, otro avi¨®n nos devolvi¨® a casa un a?o despu¨¦s. Con la informaci¨®n que recopilamos de las infinitas maneras que existen por ah¨ª de vivir la vida, ahora nos hemos puesto a buscar la nuestra.
02 Turista s¨ª, pero con cabeza
Distingue entre estafa y picaresca: pl¨¢ntate ante la primera y res¨ªgnate ante la segunda.
03 Contar para dormir
La tercera clase de los trenes tiene truco aritm¨¦tico, y no solo por lo que te ahorras al compartir vag¨®n con 50 personas. Las literas m¨¢s c¨®modas est¨¢n abajo, y conviene saber al comprarlas en la estaci¨®n que tienen n¨²meros impares; son m¨¢s amplias que las superiores, donde no se cabe erguido. Mejor a¨²n si llevan los n¨²meros del 7 al 31, m¨¢s alejadas de los ba?os y de los espacios entre vagones, refugio de fumadores y paseantes insomnes.
04 Me pido la litera de arriba
En los hostales, los mejores colchones, los menos usados, se quedan en las literas superiores, ya que lo normal es ocupar y sentarse en las de abajo.
05 Sabroso, sabroso
Lo suculento lo prueba cualquiera. Pero tambi¨¦n hay lenguas de pato pequin¨¦s, saltamontes fritos camboyanos, semen de pez globo japon¨¦s, p¨¦talos de rosa en tempura, sopa de perro coreana, hormigas culonas colombianas... Venga, sin muecas.
06 Los imprescindibles
Lo que te llevas ah¨ª fuera, por ejemplo la mochila o el bolso de mano, se convierte en parte de ti. No puedes dejarlo atr¨¢s si se rompe. Ah¨ª entran las bridas, que te apa?an desde el asa de la mochila hasta la correa del reloj, y el pegamento de contacto, que puede con todo. No olvides las toallitas, la navaja multiusos, el esparadrapo y los chupach¨²s; no hay un solo ni?o del planeta al que no se le iluminen los ojos si le das uno.
07 ?Me lo llevo?
Con mapa y gu¨ªa tienes m¨¢s claro ad¨®nde ir y qu¨¦ ver. Cuando los guardas, acabas entre dentistas callejeros o en plazas de pueblos donde se corre la voz para que los dem¨¢s se acerquen a ver al forastero. Alternar parece razonable.
08 ?Qu¨¦ me pongo?
Deja un hueco para comprarte ropa en los mercadillos de Asia. Encontrar¨¢s lo que sea que necesites por una parte ¨ªnfima de lo que pagar¨ªas en tu casa, y cuesta menos deshacerte de ello si ya no lo necesitas.
09 Por si acaso
Un seguro de viaje de cobertura mundial es caro y puede que no lo uses. Pero puede ocurrir, porque ocurre, que te abras una rodilla en Laos y el hospital m¨¢s cercano se encuentre a cinco horas por carretera. O que te hagas una brecha en la barbilla en Nueva Zelanda y sin ¨¦l cada punto de sutura se cobre a precio de cirug¨ªa est¨¦tica. Anda, mejor hazte un seguro.
10 Pero no te pases
Cuidado cuando el contacto del seguro solo quiere sacar dinero a tu compa?¨ªa, mandando para ti una furgoneta de 15 plazas ¨²ltimo modelo cuando tu rodilla ir¨ªa igual de c¨®moda en un tuc-tuc. A¨²n hay un corredor de seguros de Laos que nos busca para cobrarse unas muletas de madera de cortes¨ªa que donamos al irnos.
11 El picante no conoce matices
Suele ser cierta la regla de que cuanto m¨¢s color rojo hay en el plato, m¨¢s picar¨¢ en la boca. Hay regiones en China en las que pedirlo ¡°poco picante¡± es sin¨®nimo del peor ardor de est¨®mago de tu vida.
12 Levanta la vista de la pantalla
No soltar la tableta en las zonas comunes de los hostales, apenas hablar, fiarse m¨¢s de cualquier opini¨®n de Internet que de quien se sienta al lado... Es un prototipo de viajero frecuente. Mant¨¦n un t¨¦rmino medio; ir con un ordenador port¨¢til es ¨²til para llamar a los tuyos, reservar alojamiento, mantener un blog... pero no consumas m¨¢s tiempo del necesario mirando a una pantalla. Miremos alrededor.
13 Posados forzados
Es improbable que consigas zafarte si uno de esos chinos tan curiosos te pone en su punto de mira y quiere tomarse la en¨¦sima foto contigo. Sonr¨ªe, aunque no tengas la menor idea de d¨®nde acabar¨¢ tu careto.
14 Hola, adi¨®s, gracias, por favor
El trato recibido por los locales cambia radicalmente si sabes pronunciar cuatro palabras en su idioma. Esa demostraci¨®n de inter¨¦s en su cultura y de esfuerzo por integrarte se valora. Pero m¨¢s all¨¢, por m¨¢s que creamos que con l¨®gica y tiempo somos capaces de hacernos entender, conviene escribir en un papel el lugar al que quieres ir, el lugar donde te hospedas o lo que est¨¢s buscando. Tiene algo de m¨¢gico adem¨¢s escribir en cir¨ªlico, mandar¨ªn o vietnamita.
15 Medicinas
Puede ser que los mejores antibi¨®ticos del hospital en el que te curan sean los que llevas contigo. Un buen c¨®ctel resuelve problemas, puede dejar boquiabiertos a los m¨¦dicos de algunos pa¨ªses (¡°?Una caja de amoxicilina... y entera!¡±) y, si tienes la suerte de no usarlos, los puedes donar.
16 Cuenta preventiva
No viajamos para borrar spams en cir¨ªlico o canton¨¦s, y es lo que ocurrir¨¢ si te identificas con tu direcci¨®n de correo usual. Crear un par de cuentas de correo electr¨®nico para registros varios en alojamientos o conectarse a redes wifi gratuitas lo soluciona.
17 ?De comer?
M¨¢s vale que disfrutes del arroz, porque en medio mundo toca comerlo dos d¨ªas y medio de cada tres; si no es la base, es la guarnici¨®n de cualquier plato.
18 Proporci¨®n y sentido com¨²n
Por norma se debe regatear por todo, pero sin olvidar que para ti un euro al cambio no es nada y para el que est¨¢ enfrente puede suponer una gran diferencia.
19 Consulta y disfruta
Preguntar una direcci¨®n a un coreano o japon¨¦s es como desentenderse. Si no sabe c¨®mo se llega, le preguntar¨¢ a otro viandante. Si este tampoco, se lo preguntar¨¢n a un tercero. Todos creando grupo hasta que alguien resuelva la duda que, a estas alturas, igual resolviste t¨² solo.
20 Suelta lastre
Para descargar peso de tu espalda est¨¢n los paquetes a casa. Es importante recalcar en la oficina de correos que quieres que vayan by surface o by land. Sale mucho m¨¢s barato de lo que costar¨ªa por avi¨®n. Tus cosas viajar¨¢n barco a barco y cami¨®n a cami¨®n hasta llegar incluso m¨¢s tarde que t¨².
21 Aerol¨ªneas desconocidas
Est¨¦s donde est¨¦s, si quieres comprar un billete de avi¨®n, no olvides echarle un ojo a las aerol¨ªneas chinas. No siempre aparecen en los buscadores habituales, pero tienen muy buenas tarifas entre pa¨ªses que no pensar¨ªas, como de Australia a Nueva Zelanda.
22 Fronteras
Cuanto m¨¢s remoto es un puesto fronterizo, menos transitado y m¨¢s sencillo es el tr¨¢mite. Como La Balsa, entre Per¨² y Ecuador, donde los ni?os juegan de un lado al otro del puente mientras t¨² esperas a que el polic¨ªa que tiene que sellarte el pasaporte se despierte de la siesta. Nunca lo habr¨¢s visto todo en cuanto a controles transfronterizos: a la luz de las velas, entre gallinas, con prohibiciones de portar camisetas de Bob Marley o introducir carne.
23 Alguna trampa
Hombre, tampoco te vas a comprar un carn¨¦ de conducir estadounidense o un DNI espa?ol falso en los puestecillos de Bangkok. Pero puedes arrepentirte de no hacerte con un m¨¢s que cre¨ªble carn¨¦ de estudiante que te granjee descuentos para el resto del viaje.
24 Para elegir el camino propio
Si se planea pasar un par de meses en las Ant¨ªpodas, es una inversi¨®n inteligente comprarse una furgoneta destartalada de segunda mano en la que descubrir el pa¨ªs a tu aire y poder dormir en las innumerables zonas de acampada gratuitas. Acaba resultando mucho m¨¢s barato que alquilar, pues mientras no la descoyuntes es relativamente f¨¢cil venderla antes de irte.
25 Mecido a la bartola
Si el clima es tropical, cambia el saco de dormir por una hamaca. En el sureste asi¨¢tico y en Indonesia encontrar¨¢s muchos lugares donde colgarla y mecerte al aire libre. Pasar¨¢s menos calor y a los bichos andantes les costar¨¢ m¨¢s encontrar el camino hacia tu cara.
26 Paciencia rodada
Recuerda: los horarios de autob¨²s son un invento occidental. El coche solo se pondr¨¢ en marcha cuando las plazas se llenen. Y llenarse significa hasta los topes. As¨ª que atrinch¨¦rate en tu asiento y ponte c¨®modo.
27 Cambio de h¨¢bitos
En general, olv¨ªdate de trono y cisterna. Es mucho m¨¢s com¨²n un agujero en el suelo donde vaciar cubos de agua.
28 Viajes transfronterizos
Si vas en furgoneta de Tailandia a Camboya y, poco antes de la frontera, te dicen que el restaurante donde te han soltado a comer un pad thai es el consulado camboyano, no te lo creas. En la mayor¨ªa de fronteras por tierra puedes ir t¨² mismo a tramitar el visado; no pagues a intermediarios listillos, por mucho que te amenacen con que la furgoneta no esperar¨¢.
29 Fotos de nubes
Subir las fotograf¨ªas a un servicio de alojamiento en la nube cada vez que haya ocasi¨®n te ahorrar¨¢ el Disgusto. Perder las fotos es peor que perder el pasaporte.
30 ?Qu¨¦ ser¨¢?
Tener claro cu¨¢l es la cadena del inodoro y cu¨¢l es la llamada de emergencia evita situaciones vergonzosas. No infravalores la tecnolog¨ªa sanitaria de coreanos y japoneses; ese ba?o podr¨ªa tener un cociente intelectual m¨¢s alto que el tuyo.
31 Nuevas habilidades
Cercenar con soplete la cola a miles de corderos para prevenir enfermedades al tiempo que capas a los machos, llenar carretillas y carretillas con cagadas de caballo, cultivar un campo de lavanda o pintarle la cocina a una madre soltera; son algunos de los conocimientos que adquirir¨¢s trabajando a cambio de alojamiento y comida. Y s¨ª, hemos dicho miles de corderos. Unas 4.200 colas.
32 Rutas alternativas
Que no te mientan: se puede ir a Machu Picchu sin coger el tren privado de titularidad brit¨¢nica, que, aparte de ser car¨ªsimo, hace temblar las monta?as milenarias. Aunque la otra opci¨®n conlleve jugarte la vida por caminos de tierra flanqueados por barrancos a ras de ventanilla.
33 Sem¨¢foros de adorno
En China, el mu?eco en verde no implica que los peatones puedan cruzar la calle tranquilamente. A no ser que un polic¨ªa se ponga a dirigir el tr¨¢fico, los coches seguir¨¢n salt¨¢ndose el sem¨¢foro en rojo. Atento a los pitidos, son sus intermitentes.
34 Relativizar
En Ecuador, la anciana que se encarame la ¨²ltima a la chiva ser¨¢ la que m¨¢s se queje del sobrepeso cuando el eje de la direcci¨®n reviente por exceso de carga a 10 metros de un barranco. ¡°Ya te lo dije, Melisandra, hab¨ªa gente de m¨¢s...¡±.
35 Como en casa
Nunca te olvides en tu equipaje de las zapatillas de andar por casa. Esenciales para sentirse c¨®modo en lugares ajenos.
36 ?Qu¨¦ a?oras m¨¢s de tu pa¨ªs?
Supone todo un ejercicio sociol¨®gico pregunt¨¢rselo a otros viajeros. Si est¨¢ en tu mano proporcion¨¢rselo, te ganar¨¢s a un amigo de por vida. Por ejemplo, los finlandeses se mueren por ir a una sauna; los franceses, por comer un pedazo de queso decente, y los australianos, por sus chocolatinas Tim Tam.
37 Recuerdos al peso
Si encuentras alg¨²n objeto que te enamore, c¨®mpralo. Por mucho que pese, ocupe o desfigure tu macuto la figurita, piedra, tapiz o instrumento musical... Por mucho que lo odies cada vez que abras la mochila, es peor lamentarse de no llevarlo.
38 No pidas lo imposible
El estado natural de la cerveza servida en muchos sitios es del tiempo y por litros. Si te la sirven as¨ª es porque es as¨ª; no seas ingenuo y pidas una fr¨ªa.
39 Cuesti¨®n de gustos
Por lo que cuesta una noche de hostal en habitaciones de 16 camas en Sidney se puede vivir en una caba?a a pie de playa paradis¨ªaca en Tailandia durante m¨¢s de una semana. Cuando encuentres uno de esos lugares, para el reloj, olvida el plan de viaje y qu¨¦date todo el tiempo que puedas. Mejor no ir a todo y conocer a fondo un poco.
40 De pu?o y letra
No hay comparaci¨®n cibern¨¦tica posible: metes el cart¨®n en una ranura y aparece en el buz¨®n de tu casa. Las postales son una colecci¨®n inimitable, solo superada por una baraja hecha a base de naipes que encuentres tirados por el suelo del mundo.
41 Brindar es universal
Nunca infravalores el poder et¨ªlico de lo que te ofrezcan: el mundo est¨¢ lleno de brebajes diab¨®licos.
42 Que cualquiera sirva
Se hablan muchos idiomas por el mundo, pero uno universal es el de las comisiones en los cajeros autom¨¢ticos. Hay un par de tarjetas de d¨¦bito que permiten sacar dinero unas cuantas veces al mes en cualquier lugar sin pagar ese extra.
43 Mimet¨ªzate
Mujeres, aunque haga un calor que derrita el asfalto, no olvid¨¦is un pa?uelo para cubrir los hombros y el escote; evitar¨¢ que te planten una t¨²nica verde fosforito de tacto muy grimoso para entrar en los templos budistas e hind¨²es.
44 Llega de d¨ªa
Porque llegar de noche al destino siempre es una mala opci¨®n. Todo parece m¨¢s peligroso, tus opciones se limitan y puedes acabar en un taxi con una pegatina gigante de Pok¨¦mon conducido por un adolescente. Puedes tener suerte una vez, pero procura no jug¨¢rtela.
45 Todo un ¡®hit¡¯
S¨ª, Julio Iglesias a¨²n se escucha en los lugares m¨¢s insospechados del planeta.
46 Recorrido literario
El libro electr¨®nico es perfecto si vas a viajar una temporada. Soluciona innumerables ratos muertos y permite leer a autores de cada pa¨ªs mientras est¨¢s ah¨ª.
47 Diferentes costumbres
No se puede dar nada por supuesto. Hay gente en biquini en su casa de San Petersburgo cuando fuera la temperatura es de -20¡ã?C; en Tailandia no se arrugan los billetes, porque en ellos est¨¢ la imagen del rey y se considera una falta de respeto.
48 Sitio al fondo
De todo el universo, tus exiguas pertenencias tienen un lugar asignado dentro de tu mochila. Mantenerlas en el mismo bolsillo evita perderlas. Incauto porque te robaron puede, pero nunca desorganizado.
49 Ad¨¢ptate
Si donde comes se venera a los monos, mejor venera a los monos.
50 ?Qu¨¦ hago?
No te desesperes, todo se arregla. La ¨²nica manera que ten¨ªamos de salir de Vladivostok era tomar un barco. Nunca zarp¨®. Y si expira el visado ser¨¢s persona non grata en Rusia por el resto de tus d¨ªas. Pero preguntando te enteras de que al d¨ªa siguiente se bota un nuevo barco coreano. Los exabruptos rusos se convierten en reverencias asi¨¢ticas, se celebra una fiesta de inauguraci¨®n y pagas la mitad por ser el primero. Lo inesperado siempre llega, sobre todo de viaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.