Tirana coloreada
La capital de Albania, una urbe ca¨®tica y llena de vida, es una desconocida para el turismo
Tirana es una ciudad de muchos contrastes consecuencia de su pasado reciente: 40 a?os de paranoica dictadura comunista, ca¨ªda en 1991, que conden¨® a Albania al m¨¢s absoluto aislamiento y a una dif¨ªcil situaci¨®n econ¨®mica y social que a punto estuvo de terminar en guerra civil en 1997. Cuando se llega desde el aeropuerto de Nene Teresa (Teresa de Calcuta, que era albanesa), uno se encuentra una ciudad de tr¨¢fico ca¨®tico con veh¨ªculos que no pasar¨ªan la ITV, coches de alta gama ¡ªmuchos de origen dudoso¡ª y ruidosos motocarros. En las aceras, puestos de ropa usada, zapatos amontonados, fruta, chatarra... Se arreglan y lavan coches en habit¨¢culos junto a modernas gasolineras presuntamente de la mafia. Un conductor grita el destino desde un autob¨²s que a¨²n exhibe en su chapa su origen espa?ol. Vacas y caballos pastan en las orillas del r¨ªo Lana, y peque?os restaurantes en torno a la calle Myslym Shyri dan de comer por tres euros magn¨ªficos kernacha kor?a y peskarica (carnes picadas con especias), shishqebap (brochetas) y suxhuk kosove (salchichas) con pan exquisito, cerveza Tirana y raki (aguardiente).
Este ambiente que recuerda otros tiempos del orbe mediterr¨¢neo, o de Anatolia, como dice el escritor turco de ascendencia kosovar Nedim G¨¹rsel en De ciudad en ciudad, est¨¢ enmarcado por edificios variopintos de ladrillo, construidos por prisioneros de los sovi¨¦ticos, o los cl¨¢sicos grises del socialismo real, con fachadas rematadas por cada vecino con el material y pintura que ten¨ªa a mano, coronados de parab¨®licas y mara?as de cables. Para paliar este desaguisado, el alcalde-pintor Edi Rama propuso hacer ¡°una galer¨ªa de arte al aire libre¡± pintando los edificios de viv¨ªsimos colores con flechas, arco¨ªris, hojas, cubos... que han tenido un efecto m¨¢s pr¨¢ctico que est¨¦tico: los ornamentos de cada casa sirven de se?as para carteros y taxistas ante la falta de nombres de las calles en una ciudad que pas¨® de 200.000 habitantes en 1991 al mill¨®n actual, una tercera parte de la poblaci¨®n albanesa.
La gran avenida
Todo cambia al llegar al monumental bulevar Deshmoret e Kombit (M¨¢rtires de la Naci¨®n), donde est¨¢n los principales edificios p¨²blicos. Este conjunto urbano fue construido por arquitectos fascistas italianos en los a?os veinte y sovi¨¦ticos a partir de 1945. Tal fasto para la entonces modesta Tirana llev¨® al escritor ruso Ilya Ehrenburg a decir que hab¨ªa visto ciudades sin grandes avenidas, pero nunca una gran avenida sin ciudad.
Por detr¨¢s se halla Blloku (bloque), la ciudad prohibida, donde resid¨ªa la nomenklatura comunista, incluido el propio dictador, Enver Hoxha. Le estaba vedada a los albaneses incluso para pasear. Afortunadamente, hoy es una de las zonas m¨¢s animadas d¨ªa y noche, llena de tiendas, cafetines, bares de copas y restaurantes donde degustar el tradicional fergese (carne con verduras y queso al horno), qofte (carne picada), tarator (sopa fr¨ªa de yogur y pepino) o tave kosi (cordero al horno con yogur) por unos 15 euros.
En el cruce del r¨ªo se halla el monumento a Hoxha que le hizo su hija. Se le llama La Pir¨¢mide por su forma, como el t¨ªtulo de una de las novelas de Isma¨ªl Kadar¨¦, en la que critica su tiran¨ªa. Tambi¨¦n recuerda a los b¨²nkeres que brotan en cualquier esquina (lleg¨® a haber medio mill¨®n), mandados construir por Hoxha ante el temor a una invasi¨®n tras su ruptura con Yugoslavia, la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la China de Mao, es decir, por haber abandonado la ortodoxia estalinista. Freud habr¨ªa disfrutado en la Albania comunista. Se han destruido much¨ªsimos (su hierro es oro en el mercado negro) y los que quedan se han aprovechado como bares, hoteles, establos e incluso como lugar ¨ªntimo para parejas.
Cerca est¨¢n el hoy abandonado hotel Dajti, donde se alojaban los extranjeros durante el comunismo controlados por la temida Segurimi, y el Consejo de Ministros, con su bajorrelieve de pasado totalitario, frente al Parlamento ¡ªantiguo comit¨¦ central del partido¡ª, edificios de ingrato recuerdo local que inspiraron alguna novela de Kadar¨¦, como El palacio de los sue?os.
La plaza Skanderbeg est¨¢ dedicada al legendario h¨¦roe de las guerras medievales contra los otomanos: su estatua ecuestre la preside. Ha sido testigo de desfiles y revueltas. Aqu¨ª naci¨® la ciudad en 1614 y se hallaba el casco hist¨®rico otomano que fue destruido durante el comunismo para hacer la ?pera y el Museo de Historia. Solo queda la mezquita Ethem Bey, del siglo XVIII, con sus originales frescos, y la torre del reloj. Por detr¨¢s est¨¢n las calles que fueron de la familia Toptani, con la bonita Casa Otomana del siglo XIX, un tramo de muralla, el puentecito decimon¨®nico de los curtidores y el restaurante Sarajet, en un palacio de 1780.
Es recomendable la visita al Museo de Historia, que recoge desde el pasado ilirio hasta la dictadura de Hoxha; y a la Galer¨ªa Nacional de Arte, por su colecci¨®n medieval y de obras del realismo socialista. Y en otro sentido, subir al monte Dajti en funicular para hacer trekking o disfrutar de las vistas de Tirana; en su d¨ªa solo pod¨ªa acceder la nomenklatura comunista.
Pese a la corrupci¨®n, los ajustes de cuentas vinculados al tradicional c¨®digo kanun y el aspecto l¨²gubre de sus calles por su escasa iluminaci¨®n nocturna, no se respira inseguridad ciudadana. El ¨²nico peligro es meter el pie en alg¨²n agujero, sobre todo en los puentes, o cruzar las calles: hasta hace 20 a?os nadie ten¨ªa coche, lo que no hace recomendable a un extranjero conducir.
Tirana es una ciudad por descubrir, al igual que Albania en su conjunto, con lugares como Gjirokaster, Durres o el imponente valle del Theth. Ha dejado de ser la ciudad gris y tediosa de anta?o para convertirse en una urbe llena de vida, de gente amable con la que es f¨¢cil entenderse a trav¨¦s del italiano que han aprendido por la televisi¨®n. Como buenos mediterr¨¢neos, les gusta la buena mesa y la vida callejera y noct¨¢mbula, algo que compartimos. Faltan infraestructuras y el turismo a¨²n no es masivo, pero eso le da su encanto.
Gu¨ªa
??Turismo de Albania (www.albania.al).
??Web de la ciudad de Tirana (www.tirana.gov.al).
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