Viaje a los or¨ªgenes del planeta Tierra
Volcanes, g¨¦iseres, fumarolas, glaciares, grandes cascadas¡ y, sobre todo, uno de los pueblos m¨¢s j¨®venes y din¨¢micos de Europa. Bienvenidos a la isla de Bj?rk
La mayor¨ªa de vuelos desde Espa?a a Islandia llega al aeropuerto de Reikiavik a altas horas de la noche. En verano, la mejor ¨¦poca para viajar, la madrugada en esta isla remota pr¨®xima al C¨ªrculo Polar ?rtico no es negra, sino azul gris¨¢cea; esa tonalidad misteriosa que inunda las regiones ¨¢rticas cuando el sol no termina de ponerse nunca.
Por eso, cuando el viajero enfila la rectil¨ªnea carretera que une el aeropuerto con la ciudad no sabe si ha llegado a esa isla m¨¢gica de sus sue?os infantiles o a un planeta en formaci¨®n. Una luz espectral envuelve la quietud de interminables campos de lava. El terreno est¨¢ quebrado, como un hojaldre pasado de calor, y en su ¨¢spera superficie parece no tener cabida ning¨²n representante del reino vegetal. A lo lejos se ven humaredas de vapor que emiten fuentes geotermales y siluetas de conos de volcanes dormidos, como erupciones cut¨¢neas en la negra y t¨¦trica piel de este mundo de roca oscura.
Sin embargo, cuando el anonadado viajero llega por fin a Reikiavik, esa sensaci¨®n de haber cruzado la antesala del Averno se diluye entre los colores vivos de las fachadas del puerto viejo y el ambientazo joven que suele haber hasta altas horas en Laugavegur, la calle comercial y peatonal m¨¢s famosa. Reikiavik, la capital nacional m¨¢s septentrional de Europa, es una ciudad moderna y joven ¡ªcomo todo el pa¨ªs¡ª, con una de las vidas nocturnas m¨¢s electrizantes del hemisferio norte. Por sorprendente que parezca, en este lugar aislado, extremo y con un clima hostil florecen los bares, las actuaciones en vivo y los grupos musicales, ya sean de m¨²sica electr¨®nica, indies, rock alternativo, metal o pop. La ronda por los bares del centro, que empieza el viernes noche y acaba el domingo por la ma?ana, es ya un s¨ªmbolo island¨¦s, como los g¨¦iseres y los volcanes.
El carisma de Bj?rk y su aportaci¨®n a la cultura n¨®rdica han sido de tal tama?o que el MoMA de Nueva York le dedicar¨¢ en 2015 una exposici¨®n
En locales de esta calle Laugavegur y otras adyacentes empez¨® a cantar Bj?rk, el icono de la m¨²sica islandesa y, posiblemente, el personaje p¨²blico m¨¢s conocido fuera de la isla. Como dec¨ªa Xabier Moret en su premiado libro La isla secreta, hubo tres acontecimientos en la historia que colocaron a Islandia ¡ªesa isla poco habitada, remota y vinculada a Dinamarca hasta 1944¡ª en el mapamundi: el match del siglo de ajedrez entre Bobby Fischer y Boris Spassky en 1972; la cumbre entre Ronald Reagan y Mija¨ªl Gorbachov de 1986, que precedi¨® al fin de la Guerra Fr¨ªa, y la irrupci¨®n de esta cantante menuda y exc¨¦ntrica, con una voz y una est¨¦tica muy personales. Bj?rk Gu?mundsd¨®ttir (¡°abedul, la hija de Gu?munds¡±, si traducimos literalmente seg¨²n el complejo sistema de nombres islandeses) naci¨® en Reikiavik en noviembre de 1965 y triunf¨® primero con el grupo The Sugarcubes y m¨¢s tarde en solitario como Bj?rk, esa multifac¨¦tica artista llegada del fr¨ªo con voz de soprano, que tocaba todos los palos, ya fuera el pospunk, el rock alternativo, el jazz o el wave et¨¦reo. Su carisma y su aportaci¨®n a la cultura n¨®rdica han sido de tal tama?o que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) dedicar¨¢ en 2015 (del 7 de marzo al 7 de junio) una retrospectiva sobre la cantante islandesa, que compendiar¨¢ la cr¨®nica de 20 a?os de singular producci¨®n, desde sus ¨¢lbumes hasta sus intervenciones en cine, escritos, fotograf¨ªa, direcci¨®n de v¨ªdeos, dise?o de moda y un largo etc¨¦tera.
Reikiavik es una ciudad agradable y de grandes espacios abiertos donde la naturaleza se cuela por todos los rincones. De hecho, el centro urbano es un lago, el Tj?rnin. Un espejo de agua en el que se reflejan las fachadas del ayuntamiento y de la Galer¨ªa Nacional de Arte. El otro gran espacio urbano es la plaza Austurv?llur, una gran pradera en la que tumbarse en cuanto sale un rayo de sol estival y donde se celebran numerosos conciertos al aire libre.
Naturaleza. Esa es la palabra clave para entender y recorrer Islandia. La isla es un libro abierto de geolog¨ªa y casi todos los fen¨®menos de la orog¨¦nesis se est¨¢n dando en tiempo real en su suelo. Horizontes infinitos, mares de lava petrificada que se pierden en lontananza, llanuras deshabitadas sin rastro alguno del ser humano, conos negros y humeantes, picos nevados y glaciares. Y sin m¨¢s ¨¢rboles que algunos replantados por el hombre. Islandia es el reino desnudo de la piedra volc¨¢nica.
La catarata Gullfos, una gigantesca falla de 2,5 kil¨®metros de largo por la que se precipita el agua con? estruendo ensordecedor
Por ejemplo, a un par de horas de Reikiavik se encuentra la impactante catarata Gullfos. El r¨ªo Hv¨ªt¨¢, que drena los glaciares Langj?kull y Hofsj?kull, tropieza con una gigantesca falla de 20 metros de ancho y 2,5 kil¨®metros de largo y se precipita por ella con un estruendo ensordecedor. Pero lo m¨¢s soberbio es el escenario que rodea la catarata: negras paredes de basalto, la turba verdosa que cubre las llanuras volc¨¢nicas¡ y all¨¢ a lo lejos, los dos glaciares, como dos oc¨¦anos de hielo colgados de las monta?as. Es como estar sentado con los pies colgando sobre el principio de los tiempos.
Muy cerca de Gullfos, en la misma excursi¨®n de un d¨ªa desde Reikiavik, se visita Pingvellir, una grieta natural donde se reun¨ªa el Parlamento island¨¦s, uno de los m¨¢s antiguos del mundo. Desde el a?o 930, los clanes de la isla se citaban una vez al a?o en este valle a 40 kil¨®metros de la actual Reikiavik para crear leyes, establecer pactos, dirimir disputas y ajusticiar reos.
Otra visita obligada en las cercan¨ªas de la capital es Bl¨¢a L¨®nid (el lago azul), los famosos ba?os de aguas termales cerca de Grindavik. Se trata de una laguna de agua caliente que emana del fondo de la tierra con un color azul blanquecino muy peculiar. La rodean conos volc¨¢nicos y grandes coladas de lava negra moteada por el verde de los l¨ªquenes. Al fondo hay una central t¨¦rmica que aprovecha la energ¨ªa geotermal para producir electricidad. Sus columnas de vapor de agua, sus chimeneas y sus tubos de aluminio ponen una nota espectral en un escenario fantasmag¨®rico.
Dice un refr¨¢n island¨¦s que si no te gusta el tiempo, espera 15 minutos
Dice un refr¨¢n island¨¦s que si no te gusta el tiempo, espera 15 minutos. Porque la climatolog¨ªa es tan variable que ni se molestan en hacer previsiones meteorol¨®gicas. As¨ª que es hora de preparar el equipaje y disponerse a circunvalar la isla. Para ello es imprescindible alquilar un coche y echar ropa de verano y de invierno, sea la temporada que sea. Existe una ¨²nica carretera asfaltada que circunvala la isla, la N1, apta para recorrer con un utilitario normal. Si pretende aventurarse por las pistas de tierra del interior es obligatorio alquilar un todoterreno; el seguro de los utilitarios no cubre estas pistas y cualquier eventualidad habr¨¢ de ser cubierta por el bolsillo del conductor.
Saliendo de Reikiavik hacia el sur por esa N1, el primer lugar de parada es la catarata de Seljalandsfoss, un nombre tan impronunciable como casi todos los top¨®nimos islandeses. Impacta porque es visible muchos kil¨®metros antes de llegar a su base, gracias a la llanura interminable que se abre a los pies de la monta?a por la que se precipita. Posiblemente Islandia es el lugar con m¨¢s cataratas espectacu?lares por kil¨®metro cuadrado. Muy cerca de Seljalandsfoss aparece Sk¨®gafoss; para muchos, la catarata m¨¢s bella de Islandia. Est¨¢ junto al pueblo de Skogar, y la cortina de agua que cae es tan brutal y continua que nadie ha podido ir detr¨¢s de ella a comprobar si es cierta la leyenda de que un jefe vikingo escondi¨® all¨ª un tesoro. En la punta sur de la isla, en torno a la localidad de Vik, tenemos otra parada obligada: los acantilados de Dyrh¨®laey, donde la acci¨®n de los volcanes gener¨® kil¨®metros de largas y oscuras playas de lava y otros materiales pirocl¨¢sticos. Un escenario t¨¦trico y reconfortante.
Islandia estuvo hace algunos cientos de miles de a?os cubierta por los hielos. Hoy solo quedan cuatro manchas glaciares
Islandia estuvo hace algunos cientos de miles de a?os cubierta por los hielos. Hoy solo quedan cuatro manchas glaciares en su superficie. La m¨¢s grande de todas es Vatnaj?kull, el glaciar m¨¢s voluminoso de Islandia y de toda Europa (3.300 kil¨®metros c¨²bicos de hielo, con espesores de hasta mil metros). Buena parte del glaciar est¨¢ protegido bajo la figura del parque nacional de Skaftafell, el mejor lugar de la isla para ver lenguas glaciares, caminar sobre hielos, ver cascadas, observar la fauna y la flora local y hacer rutas senderistas. En el estupendo centro de interpretaci¨®n que hay a la entrada dan informaci¨®n sobre actividades y excursiones. Una de las m¨¢s t¨ªpicas es caminar hasta la cascada Svartifoss, que queda a 45 minutos a pie.
La N1 va rodeando el glaciar Vatna-j?kull entre la masa de hielo y el mar hasta la siguiente parada: la laguna del glaciar Brei?amerkurj?kull. Estamos ante uno de los parajes m¨¢s bellos del sur island¨¦s. El Brei?amerkurj?kull es una de las lenguas del gran glaciar Vatnaj?kull, y los bloques de hielo que se desprenden de su frente glaciar quedan nadando durante meses en esta impresionante laguna como copos de nata en una sopa fr¨ªa. Se pueden dar paseos en zodiac o, simplemente, sentarse a disfrutar de esta exhibici¨®n de la fuerza creadora de la naturaleza.
La carretera N1 ha cambiado ya de direcci¨®n y se interna en la zona m¨¢s remota y deshabitada de Islandia, que es la esquina este y norte del pa¨ªs. Paisajes abiertos, de horizontes infinitos, donde pastan manadas de renos y donde los efectos del vulcanismo aparecen en cada esquina. Se puede seguir la serpenteante carretera por la costa o tomar un atajo en l¨ªnea recta hasta Egilssta?i. A poca distancia queda Seydisfj?rdur, otro pueblo encantador de casitas de colores en el fondo de un fiordo, donde atracan los ferris que llegan de las islas Feroe.
En este desolado norte merece la pena atravesar el parque natural de J?kulsarglj¨²fur, con otras dos soberbias cataratas (la de Selfoss y la de Dettifoss, la m¨¢s caudalosa de Europa), y visitar el lago Myvatn con su m¨¢gico entorno de fen¨®menos vulcanol¨®gicos, como el cr¨¢ter de Viti, la cueva de Grj¨®tagj¨¢ ?¡ª de donde brota agua caliente¡ª, las formaciones de lava de D¨ªmmuborgir y las solfataras de azufre de N¨¢mafjall Hverir. Y acercarse al pueblo m¨¢s famoso de esta costa, H¨²sav¨ªk, donde se organizan salidas en lanchas neum¨¢ticas para ver ballenas jorobadas y azules.
Para completar esta ruta, para la que se necesitan un m¨ªnimo de 8 o 10 d¨ªas, quedar¨ªa la pen¨ªnsula de Sn?fellsnes, en el extremo oeste. Est¨¢ llena de monta?as de curiosas formas y raridades geol¨®gicas, como la que parece proteger el peque?o pueblo pesquero de Grundarfj?rdur.
Y es que viajar por Islandia es como hacer turismo por los or¨ªgenes del planeta Tierra.
Bj?rk en el MoMA
¡°Islandia anima mi intuici¨®n, las ra¨ªces, las cosas que me han sucedido por dentro. Mientras que fuera de Islandia todo se basa m¨¢s en la acci¨®n, en la parte m¨¢s l¨®gica que hay en m¨ª¡±. La hechicera Bj?rk, la artista pop-rock m¨¢s famosa de Islandia, ser¨¢ objeto de una muestra retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) del 7 de marzo al 7 de julio de 2015. Se repasar¨¢n sus siete ¨¢lbumes ¡ªde Debut (1993) a Biophilia (2011)¡ª y una carrera que de la m¨²sica cl¨¢sica y el punk se expande hacia ¨¢mbitos transversales de sonidos, im¨¢genes y performances.
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