Seis playas imprescindibles

Un pu?ado de las 3.119 playas espa?olas han hecho del lenguaje crom¨¢tico su estilo. La retina del ojo y las longitudes de onda generan variopintos espect¨¢culos para la vista cuya gradaci¨®n paisaj¨ªstica va del blanco al negro. Eso s¨ª, la percepci¨®n del color de la arena puede variar en esta primavera incipiente.

Perfiles de grisalla

M?NSUL (N¨ªjar, Almer¨ªa)

Grises tel¨²ricos. Un manto ceniciento cubre las olas de lava petrificadas en la playa donde mejor se aprecia el vulcanismo del parque natural del Cabo de Gata. La erupci¨®n de un volc¨¢n extinguido resulta fotog¨¦nica por dem¨¢s, sumado al efecto del islote de La Peineta y la duna Rampante, de gran verticalidad (no pisar). Playa que, debido a su gran ¨¦xito medi¨¢tico, conviene descubrir fuera de temporada. Si seguimos la pista hacia el cerro de la Vela Blanca daremos con la barrera que impide el paso. Cerca est¨¢ la bajada a pie a la cala Carb¨®n, que a m¨¢s de uno le resultar¨¢ familiar. Es, s¨ª, el acantilado por donde bajan los porteadores y mulas en la pel¨ªcula El Ni?o.

Rubio natural

LAS TERESITAS (Santa Cruz de Tenerife)

La playa de la capital chicharrera luce tonalidades amarillentas, las mismas que tanto furor causaron en 1973, cuando fueran descargados cuatro millones de sacos de arena fina y tamizada procedente del S¨¢hara, en un cambio de look hoy ecol¨®gicamente discutible. Dos espigones y una escollera se encargan de que la arena depositada artificialmente en el barrio marinero de San Andr¨¦s permanezca fija. La afluencia es continua: toda una cotidianidad de familias, jugadores de v¨®ley-playa y discapacitados disfrutando del sol a los pies de la pen¨ªnsula de Anaga. El antiguo cementerio est¨¢ situado junto a la parada de guaguas (autobuses). Los amigos del naturismo tendr¨¢n que madrugar si quieren encontrar sitio en la cercana cala de las Gaviotas. Y para la hora de comer, atenci¨®n al expositor del restaurante Cofrad¨ªa de Pescadores de San Andr¨¦s (922 54 90 24).

Harina de la mar

PLAYA DE LAXE (A Coru?a)

La erecci¨®n del dique hace tres d¨¦cadas propici¨® un cambio brusco en la din¨¢mica litoral de Laxe. No solo redujo el calado ¡ªadi¨®s a su condici¨®n de puerto refugio¡ª, sino que gener¨® frente a las casas dunas que rayan los seis metros de altura, m¨¢s altas incluso que el nivel de la carretera. Un espl¨¦ndido cord¨®n blanco como la cal, fin¨ªsimo y colonizado con vegetaci¨®n t¨ªpica de estos biotopos, siempre enmarcado por la r¨ªa de Corme y Laxe. La refracci¨®n de la luz garantiza generosos bronceados. As¨ª que conviene una protecci¨®n solar adecuada.

La certidumbre del ¡°mar domado y municipalizado¡±, que dir¨ªa P¨ªo Baroja, se agradece teniendo presente la peligrosidad de las playas abiertas de la Costa da Morte. En Laxe ondean las banderas azul y la Q de Calidad Tur¨ªstica. De noche seguiremos sin perder de vista estas arenas desde el pub A Ventana. Hoy, viernes, act¨²a el tr¨ªo de Gustavo Almeida con su funk brasile?o; el d¨ªa 20 tocar¨¢ Narf.

Del espectro del lodo

EL FANGAR (Deltebre, Tarragona)

La coloraci¨®n en el delta es un ente vivo, nunca est¨¢tico. As¨ª lo atestigua la gama de ocres que embadurna la costa consecuencia de la acumulaci¨®n de limos que genera el Ebro al desaguar en el Mediterr¨¢neo. Estos aportes del Fangar ¡ªm¨¢s rojizos cuando no incide el sol; marrones oscuros cuando llueve¡ª est¨¢n situados a 12 kil¨®metros del centro de Deltebre. Unas preciosas dunas, las de la pen¨ªnsula del Fangar, que, salvo que los protocolos internacionales lo remedien, corren peligro de verse anegadas por el mar a causa del cambio clim¨¢tico. Del restaurante Vascos proseguiremos menos de un kil¨®metro a pie hasta el precioso cord¨®n dunar cuya pista de acceso, a partir de abril, se delimitar¨¢ con cinta pl¨¢stica para que aniden a gusto tanto charranes como chorlitejos patinegros.

La playa marciana

EL VERODAL (Sabinosa, El Hierro)

Los hay que apuntar¨¢n numerosas playas rotjas (rojas) diseminadas por el litoral mediterr¨¢neo. Pues bien, ninguna puede competir con el tono acerbo e ins¨®lito que ti?e la playa m¨¢s occidental de Espa?a. El acceso a El Verodal est¨¢ a unos 10 kil¨®metros del balneario Pozo de la Salud (922 55 94 65), lo que es decir en las ant¨ªpodas del puerto y del aeropuerto herre?os. Todo es soledad en este desmonte realizado hace cuatro d¨¦cadas durante las obras de una carretera, lo que deriv¨® en el rojo cubrimiento de arena donde hoy colocan su toalla los ba?istas: si es posible, como recomiendan los carteles, alejados de la pared acantilada. Escenario tan ins¨®lito como fragoroso donde el Atl¨¢ntico bate con fuerza y aconseja un ba?o de pies y poco m¨¢s. A falta de arbolado, se agradece el umbroso merendero.

Pescando carb¨®n

LOS QUEBRANTOS (Soto del Barco, Asturias)

Las playas canarias son indisociables del color negro; pero m¨¢s inter¨¦s que el eruptivo reviste el carbon¨ªfero de esta playa vecina con la desembocadura del r¨ªo Nal¨®n, el m¨¢s importante de Asturias, que recog¨ªa los desechos de los lavaderos de mineral situados en las principales cuencas mineras astures. Hubo un tiempo en que a las mujeres de San Juan de la Arena se las ve¨ªa donde rompe la ola con cedazos en los que quedaba cribado el cisco (gruesos granos de carb¨®n) que luego era transportado en carritos. Hoy d¨ªa, a muchos surfistas ac¨¦rrimos les cuesta eliminar la negrura acumulada en las plantas de los pies.

Como el ba?o es comprometido (preguntar por la zona segura), lo suyo es pasear o apuntarse a los cursos de surf que imparte la veterana Rompiente Norte, dotada con albergue. Otro aspecto interesante es el mirador del extremo oriental: sin ¨¦l ser¨ªa muy peligroso pasar durante la pleamar al colindante play¨®n de Bayas, el nirvana de los paseantes.