El p¨²lpito de los troles en Noruega

La l¨ªnea recta puede que sea el m¨¦todo m¨¢s r¨¢pido para ir de un punto a otro, pero no necesariamente tiene por qu¨¦ ser el m¨¢s interesante. De Bergen a Stavanger, los dos grandes n¨²cleos habitados de la regi¨®n noruega de los fiordos, se puede ir en un suspiro por una carretera casi rectil¨ªnea que salva r¨ªas y monta?as mediante un sinf¨ªn de t¨²neles. Llegas r¨¢pido, pero no te enteras de nada. Luego est¨¢ la otra opci¨®n, la m¨¢s sinuosa y sugerente, que sigue carreteras locales por el interior que serpentean entre los fiordos, que salvan collados e incluso se tienen que ayudar de ferris para cruzar brazos de mar. Es la forma m¨¢s lenta, pero m¨¢s recomendable, de descubrir una regi¨®n donde la naturaleza a¨²n conserva con todo derecho el adjetivo de salvaje.

Aqu¨ª van algunos lugares imprescindibles de una ruta por los fiordos m¨¢s bellos del sur de Noruega, entre Bergen y Stavanger, siguiendo las carreteras nacionales 7 y 13.

Bergen

Las gu¨ªas la definen como la ciudad m¨¢s bella de Noruega, y no van desencaminadas. Bergen es la materializaci¨®n de lo que todos hemos so?ado alguna vez que deber¨ªa ser una localidad portuaria del mar del Norte. Aunque m¨¢s que Bergen en general, habr¨ªa que decir Bryggen ¡ªel viejo puerto de la ciudad medieval¡ª, que es la estampa por la que se ha hecho famosa esta localidad portuaria y la raz¨®n ¨²ltima por la que llegan hasta esta regi¨®n de los fiordos miles y miles de turistas. Bergen, o lo que los turistas vienen buscando de Bergen, se explora bien en un d¨ªa. El epicentro de todas las rutas urbanas es su famoso puerto, con esa maravillosa y colorida l¨ªnea de fachadas de casas de madera de origen medieval, mil veces repetida en todo tipo de im¨¢genes publicitarias, y que no por eso deja de impresionar la primera vez que se ve.

Hay que seguir las indicaciones de carretera 7 y Norheimsund para salir hacia nuestra ruta.

Cascada de Steinsdalsfossen

Poco antes de llegar a Norheimsund nos encontramos con este salto de agua de unos 50 metros. Tiene la particularidad de que puedes pasar por detr¨¢s de la cascada gracias a un sendero pavimentado. Otra curiosidad es que el salto se form¨® s¨²bitamente en 1699, cuando el r¨ªo cambi¨® de curso de forma natural.

Hotel Thon Sandven

Merece la pena parar a tomar algo (o, mucho mejor, alojarse) en este edificio hist¨®rico de 1857, uno de los primeros hoteles de la comarca, al pie del fiordo de Hardanger, en Norheimsund. Lo que m¨¢s enamora es el jard¨ªn con embarcadero que hay en la parte posterior, donde se puede desayunar o cenar con vistas al Samlafjorde y al glaciar Folgefonna. Un lugar de lo m¨¢s rom¨¢ntico y evocador.

Ferri T?rvikbygdJondal

Entre Bergen y Stavanger por esta ruta hay que usar tres transbordadores para salvar otros tantos fiordos. El primero de todos es el ferri ?T?rvikbygd-Jondal, que cruza el Hardangerfjorden en apenas 10 minutos.

Glaciar Folgefonna

Desde Jondal, una carretera tan estrecha que en muchos tramos no caben dos coches a la vez sube hasta el pie del glaciar Folgefonna, donde en verano se abre una peque?a estaci¨®n de esqu¨ª, con un solo remonte y una sola pista por encima del glaciar. Suficiente para quitar el mono a quienes no puedan esperar a que llegue la temporada de invierno. Merece la pena subir aunque no se tenga previsto esquiar solo por los parajes que atraviesa la carretera y las espectaculares vista. Hay que pagar 80 coronas (10 euros) para subir.

S?rfjroden

Desde Jondal parte una carretera directa hasta Odda a trav¨¦s de t¨²neles; es r¨¢pida, pero no se disfruta del paisaje. Quienes no lleven prisa har¨¢n bien en dar la vuelta a la pen¨ªnsula del Samlafjorden y bajar luego por el fiordo de S?rfjroden, un estrecho entrante de agua rodeado de buc¨®licos paisajes. A un lado se ve el agua mansa, y al otro, las numerosas plantaciones de manzanos y cerezos que han hecho famosa esta zona agr¨ªcola. Con las manzanas se fabrica una sidra local de muy buena calidad.

Mirador Trolltunga

El mirador m¨¢s espectacular y adrenal¨ªnico de Noruega, junto con el famoso Preikestolen (El P¨²lpito), es esta plataforma de granito, que sale de manera casi imposible sobre el S?rfjroden, denominada Trolltunga (La lengua del troll). Es una de las excursiones cl¨¢sicas de la zona de Hardangerfjorden. Para subir hay que llegar a Tyssedal (poco antes de Odda por la carretera 13), y subir desde all¨ª hasta el parking de Skjeggdal. Ida y vuelta requiere al menos de ocho horas de caminata. La ventaja es que, gracias a su dificultoso acceso, hay much¨ªsima menos gente que en el Preikestolen.

Carretera de Odda a Skare

Tras Odda, la carretera 13 se interna en un estrecho desfiladero, lleno de lagos y cascadas. Un paraje soberbio que merece la pena hacer despacio, parando en cada rinc¨®n.

Energihotellet

Ubicado en el peque?o pueblecito de Nesflaten, este singular hotel ocupa las antiguas dependencias de los trabajadores de una central hidroel¨¦ctrica. Fue construido a principios de los sesenta en el m¨¢s puro dise?o n¨®rdico, ambiente que el nuevo propietario ha mantenido y mejorado. Todo es minimalismo, naturaleza¡­ y algunas excentricidades, como la chimenea chapada en oro. Lo mejor: las soberbias vistas. Un lugar aconsejable para hacer un alto en el camino.

Preikestolen (El P¨²lpito)

La postal celeb¨¦rrima de los fiordos noruegos est¨¢ en el Lysefjord, unos 50 minutos antes de llegar a Stavanger, por la carretera 13. Los glaciares tallaron en la roca un balc¨®n casi imposible, con una ca¨ªda de 600 metros cortada a pico y una posici¨®n de lo m¨¢s cinematogr¨¢fica, con el estrecho y bello Lysefjord al fondo como decorado para las fotos. El parking est¨¢ bien se?alizado en la carretera 13 (cuesta 100 coronas; unos 12 euros). Desde all¨ª hay dos horas y 600 metros de desnivel hasta la plataforma. Un trekking f¨¢cil, por lo que en temporada alta suele estar saturado de gente.

Llegada a Stavanger

Es la gran y agradable sorpresa de esta zona de los fiordos. Bergen tiene el puerto m¨¢s bonito de Noruega, es cierto; sin embargo, el resto del casco antiguo de Stavanger supera con creces al de Bergen. Es una delicia pasear por las calles de Gamle Stavanger (la ciudad vieja), un coqueto barrio de casitas de madera blanca, e imaginarse c¨®mo era la ciudad en el siglo pasado, cuando prosper¨® gracias a la industria de las conservas de pescado. Actividad que recuerda un museo instalado en una antigua f¨¢brica en esa misma calle. Tambi¨¦n es interesante el Museo del Petr¨®leo (situado aqu¨ª porque Stavanger es el centro log¨ªstico de las plataformas petrol¨ªferas del mar del Norte).

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