Fulgor sesentero sobre el acantilado

Acceder a los apartamentos Buganvilla (Los Jazmines 17, San Agust¨ªn), junto a Maspalomas (Gran Canaria), es como entrar por el final del tubo de un embudo. De lo oscuro a la luz. El edificio, de ocho plantas, proyectado por Salvador F¨¢bregas hace 50 a?os, est¨¢ grapado a un escarpe junto al mar. Los apartamentos, espacios blancos di¨¢fanos rematados por una terraza con barandilla de vidrio, simulan cavidades en el acantilado que se abren al oc¨¦ano. Desde la terraza se observan las olas avanzar hacia la playa, c¨®mo el agua se ondula desde mar adentro hasta el blanco rizado final. Al fondo, las dunas de Maspalomas.

¡°La fachada de Buganvilla es una puesta de sol¡±, dice Jos¨¦ Antonio Sosa, arquitecto y responsable, junto a Evelyn Alonso, de la rehabilitaci¨®n del lugar. El complejo reabri¨® sus puertas en noviembre de 2014. ¡°Lo que m¨¢s me gusta es c¨®mo F¨¢bregas se empotr¨® en la monta?a. Los preciosos arcos de piedra de la primera planta hacen de contrafuertes. El edificio entero son muros de carga, paredes de medio metro de espesor realizadas con la misma piedra que se sac¨® al vaciar el solar. Esto le da un gran aislamiento ac¨²stico a las habitaciones¡±.

El equipo de arquitectos Alonso-Sosa desnud¨® el edificio. ¡°Cuando trabajas con un edificio valioso debes restarle las piezas a?adidas, dejarlo en la esencia y darle una nueva vida. Por ejemplo, restauramos toda la carpinter¨ªa de madera de riga original, a la que el sol lleva dando desde 1967. Hoy parece como encendida, tiene un color precioso¡±. La reforma tambi¨¦n a?adi¨® elementos nuevos. ¡°En la planta uno F¨¢bregas traslad¨® los apartamentos hacia atr¨¢s para facilitar el acceso. Como eso les hizo perder sol, construimos tres nuevas terrazas colgantes de madera con barandillas de vidrio¡±.

Buganvilla dispone de 24 apartamentos y 16 estudios, con capacidad de hasta tres personas. ¡°Nuestro reto es que las habitaciones fueran abiertas como las de un hotel y con los servicios de un apartamento¡±. Cenar con velas en la terraza, desayunar con vistas al mar sin los agobios del buf¨¦. El mobiliario combina elementos antiguos y actuales, cerradura vintage en la puerta del ba?o. ¡°Tratamos de recuperar la levedad de los muebles de los a?os 60, el pavimento tiene una forma de espiga muy de esa d¨¦cada. Hemos reinventado el lugar para una nueva clientela con la edad de los primeros usuarios de aquella ¨¦poca, turistas n¨®rdicos que empezaron a venir con 20 a?os. Algunos lo siguen haciendo con m¨¢s de 70¡±.

La puerta del complejo da a un paseo que conduce, veinte metros m¨¢s all¨¢, a la playa de San Agust¨ªn. La intervenci¨®n en el jard¨ªn de la paisaj¨ªsta Marga Arencibia reorden¨® las plantas ornamentales y a?adi¨® ¨¢rboles de sombra en la zona de piscinas. En el talud entre esta y el paseo mar¨ªtimo se plantaron endemismos resistentes a la salinidad marina, inspiradas en los cr¨¢teres protegidos de la playa de Vargas, en Ag¨¹¨ªmes (sureste de la isla). Destacan la palmera canaria, la sterlizia gigante, el clerodendro, el crinum, el apio de mar y el salado verde.

En la zona m¨¢s pegada al mar, Alonso y Sosa hacen su ¨²ltimo gui?o: una elegante valla de madera cuperizada con 300 palos girados de forma aleatoria sobre el muro de laja que separa Buganvilla del mundo exterior.

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