Ser Han Solo engancha
¡®La Guerra de las Galaxias¡¯, Buzz Lightyear y Peter Pan, en un ¡®top-ten¡¯ en Disneyland Par¨ªs seg¨²n dos ni?os de ocho y diez a?os
Voy a Disneyland Par¨ªs con mis hijos, de ocho y diez a?os. Ellos han aguantado las colas de los museos, ahora me toca cumplir a m¨ª. En algunos foros dicen que se necesitan por lo menos tres d¨ªas para disfrutarlo a fondo. Solo dispongo de uno. Nos perderemos atracciones, pero si en el Orsay no he podido ver El origen del mundo, ni en el Louvre El juramento de los Horacios, ellos pueden vivir sin el aut¨®grafo de Pluto. Temeroso del s¨ªndrome de Stendhal, de marearme si no por la acumulaci¨®n de belleza s¨ª por la inmensidad del lugar, y de no enterarme de nada, como Fabrizio del Dongo en Waterloo, he reducido la jornada al parque Disneyland, renunciando al parque Walt Disney Studios, que est¨¢ pegado.
En esta lista de las diez atracciones que m¨¢s les han gustado, hay que tener en cuenta que algunas de las 43 con las que cuenta estaban cerradas temporalmente, como Space Mountain, o que para Indiana Jones y el Templo Maldito hace falta una altura m¨ªnima de 1,40, lo que le imped¨ªa entrar al m¨¢s peque?o.
1 El l¨¢ser de Buzz Lightyear
Amenizando la espera, un enorme Buzz Lightyear habla y se mueve como el real (por as¨ª decirlo). Despu¨¦s, comienza un recorrido en vag¨®n por el infinito y m¨¢s all¨¢. Armados con una pistola l¨¢ser, disparamos a las dianas del malvado emperador Zurg, mientras un contador suma los aciertos. Uno de mis hijos hab¨ªa visto que el r¨¦cord estaba en 112.000 puntos. La segunda vez que nos montamos consigo 99.000. Mis hijos, impresionados, dicen que casi lo bato. 13.000 puntos es una diferencia notable, pero no digo nada. Me queda demasiado poco tiempo de ser admirado por ellos.
2 La monta?a del trueno
Una monta?a rusa en la que los vagones son los de una mina abandonada, en un decorado que recuerda el Monument Valley de las pel¨ªculas de Ford. Curvas, paradas y bruscos descensos son emocionantes sin llegar a marear. Suben sobre todo j¨®venes y adolescentes, as¨ª que nuestro vag¨®n cumpl¨ªa la media de edad.
3 Star Tours
Es una de las atracciones m¨¢s logradas. Consiste en una sala con varias filas de asientos con una pantalla, como si fuera un cine. Se hace la oscuridad y comienza una huida en una nave espacial. Los sillones se mueven en sincron¨ªa con lo proyectado en la pantalla, consiguiendo el efecto de estar realmente en el interior de una nave lanzada por el espacio a toda velocidad, frenando de golpe, esquivando meteoritos o atravesando un largo y estrecho t¨²nel sin chocar con las paredes. Muy divertida. Ser Han Solo engancha.
4 El vuelo de Peter Pan
M¨¢s tranquila que las anteriores. Se simula un pl¨¢cido vuelo nocturno en un barco pirata, de Londres al Pa¨ªs de Nunca Jam¨¢s, viendo a Campanilla, al Capit¨¢n Garfio, a los indios...
5 Piratas del Caribe
Caminando por el exterior de un fuerte, entre muros, esqueletos, faroles y palmeras, se llega a una barca para hacer un recorrido sobre el agua. Montones de aut¨®matas representan diferentes escenas: piratas borrachos, dormidos entre cerdos, peleando con espadas, corriendo detr¨¢s de una mujer, en un decorado tropical fant¨¢stico que mezcla lagunas, cuevas y fortalezas en llamas. La atracci¨®n es anterior a la pel¨ªcula.
6 Autopia
En un circuito de asfalto, se conducen cochecitos de gasolina que frenan si se quita el pie del acelerador. Los accidentes se producen cuando uno se para y el de atr¨¢s no se da cuenta a tiempo. El volante est¨¢ algo duro y hay curvas bastante cerradas. Para no perder por completo el control, un ra¨ªl sirve de gu¨ªa.
7 La mansi¨®n de los fantasmas
Gu¨ªa
Informaci¨®n
Disneyland Par¨ªs (www.disneylandparis.es; 901 51 55 55). Un paquete de tres d¨ªas de entradas a los dos parques (Disneyland y Walt Disney Studios), dos noches de alojamiento (en el hotel Santa Fe) y desyunos para dos adultos y dos ni?os cuesta a partir de 684,04 euros. Entrada de un d¨ªa para los dos parques, desde 62 euros por adulto y 55 los ni?os.
Un recorrido en tren por una casa encantada con muertos que salen del ata¨²d, novias compuestas y sin novio, telara?as, perros espectrales, risas terror¨ªficas, macabros banquetes y esqueletos. Siempre echar¨¦ de menos a la bruja que, en mi infancia, repart¨ªa escobazos. Y siempre envidiar¨¦ trabajo tan gratificante.
8 Las tazas de t¨¦ de Mad Hatter
Y recordando, recordando, estas tazas gigantes que giran a mayor velocidad cuanto m¨¢s r¨¢pido gires el volante son una concesi¨®n a otra ¨¦poca. Pero los ni?os siguen siendo ni?os y las tazas obtienen, en la votaci¨®n, un muy meritorio octavo puesto.
9 Blancanieves y los enanitos
De nuevo, un recorrido por un cl¨¢sico de Disney. El apacible paseo se disfruta. A m¨ª me encant¨® el momento en el que la bella y malvada madrastra hace un encantamiento de espaldas a nosotros para, al darse la vuelta, presentarse como la perversa bruja.
10 Los decorados
Esto, evidentemente, es elecci¨®n m¨ªa. En verano el calor y las colas pueden ser mortales. Los fast-pass (pases para salt¨¢rselas) se agotan enseguida, y apenas se pueden usar un par de veces. Por ello, vale la pena pasear sin agobios ni prisas y disfrutar de los decorados ¡ªtiendas y restaurantes incluidos¡ª que imitan una ciudad estadounidense de principios del XX, casas y chozas africanas, islas de piratas, pueblos del Oeste, cascadas, junglas... Destaca el castillo de la Bella Durmiente, que, en el centro del parque, sirve para orientarse. En la Caba?a de Robinson estuve un rato maravill¨¢ndome del gigantesco ficus sobre el que se levanta. Tocaba el tronco, las ramas, y no acababa de saber si era aut¨¦ntico, como me dec¨ªan mis sentidos, o artificial, como dictaba mi juicio. Tan falso y tan verdadero como Disneyland Par¨ªs.
Y entre la caba?a y el castillo, uno puede encontrarse con dos ni?as de siete a?os con un disfraz de princesa distinto, y con que una de ellas, al cruzarse, se d¨¦ la vuelta y se quede en jarras examinando con ojo cr¨ªtico el vestido de su rival. Puro Disney.
Mart¨ªn Casariego es autor de la novela El juego sigue sin m¨ª (Siruela)
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