Nueve rincones sorprendentes de Lisboa
De arte cinem¨¢tico en una vieja nave industrial hasta una de las estaciones de metro m¨¢s bonitas de Europa
Un ciclista pedalea hacia la luna en una librer¨ªa para lectores sin prisas; un hermoso patio lisboeta de macabra historia; un yacimiento romano que cabe en una fachada o una exposici¨®n fotogr¨¢fica a pie de calle en el barrio de Mouraria. Da igual cuantas veces se visite, Lisboa siempre sorprende. Nueve demostraciones fuera de las habituales rutas por la capital portuguesa y sus alrededores.
01 Metro bello en Olaias
En 2012, un art¨ªculo en el portal Impact your World, de la cadena CNN, incluy¨® el metro lisboeta de Olaias entre las 10 estaciones m¨¢s bonitas de toda Europa. Inaugurada en 1998, y correspondiente a la Linha Vermelha (ampliada recientemente hasta el aeropuerto), est¨¢ decorada con enormes paneles geom¨¦tricos policromos que matizan la luz natural en diferentes colores y crean una sensaci¨®n de luminosidad muy particular. Enormes columnatas de metal acompa?an y custodian la l¨ªnea del and¨¦n. Todo parece una alucinaci¨®n de azulejos, mosaicos y vidrieras, una especie de parque G¨¹ell reducido bajo las adoquinadas faldas de Lisboa.
02 Un chal¨¦ para la condesa
En Sintra son famosos los palacios, el convento, los monumentos, el castillo, las fuentes y su preciosa sierra, donde perderse y no dejar rastro. Pero tambi¨¦n existe un peque?o chalet que muy pocos conocen, un misterioso escondite dominado por el famoso Pal¨¢cio da Pena que pasa desapercibido para la mayor¨ªa de los que visitan esta encantadora villa pr¨®xima a Lisboa.
El caser¨®n, que entre 1869 y 1875 mandara construir el rey Don Fernando II el Artista para su futura esposa, la cantante de ¨®pera suizo-americana Elise Hensler, Condessa d¡¯Edla, muestra una heterog¨¦nea, casi exc¨¦ntrica, composici¨®n ornamental. Con un exterior moldeado en estuco, resulta sorprendente la utilizaci¨®n de corcho en marcos de puertas y ventanas. El interior del chalet de la Condessa D'Edla esconde s¨ªmbolos esot¨¦ricos, mezclas de estilos ar¨¢bicos, pinturas de aires pastoriles y, c¨®mo no, metros y metros de pared revestidos de brillantes azulejos. Adem¨¢s, esta curiosa pieza de arquitectura est¨¢ rodeada de 1,5 hect¨¢reas de bellos jardines, con lagos y especies bot¨¢nicas tra¨ªdas de lugares ex¨®ticos para deleite de la condesa.
03 Iglesia con gafe
Lisboa suma en total m¨¢s de 60 iglesias, conventos, monasterios y bas¨ªlicas, pero solo dos guardan su pasado gravado a fuego en las piedras de sus pilastras. El m¨¢s conocido es el Convento de Carmo, que a¨²n muestra las devastadoras cicatrices del terremoto de 1755. Y el menos c¨¦lebre, a pesar de encontrarse en el centro de la ciudad, es la Igreja de Sao Domingos. Construida en el siglo XIII por orden del rey Sancho I el P¨ªo, ha acogido regias ceremonias, ilustres cultos religiosos, exequias nacionales, bautizos y bodas reales.
Sin embargo, esta iglesia tambi¨¦n ha pasado m¨¢s tribulaciones que una monja de clausura. Fue bajo sus muros donde comenz¨® la llamada Matanza de Pascua, en 1506, en la que una multitud de cristianos tortur¨® y mat¨® a unos 2.000 jud¨ªos que hu¨ªan de la persecuci¨®n en Espa?a de los Reyes Cat¨®licos. En 1531, un terremoto hizo precisa una primera reedificaci¨®n y, como el resto de la ciudad, sufri¨® tambi¨¦n el devastador se¨ªsmo de 1755, tras el que solo se salv¨® la sacrist¨ªa y la capilla mayor. De nuevo reconstruida, en 1959 sufri¨® un violento incendio que acab¨® con toda la decoraci¨®n interior entre altares, tallas de pan de oro, im¨¢genes y frescos del siglo XVIII. Pero esta vez, as¨ª se qued¨®, espejo de penitencia: los muros interiores muestran todav¨ªa las huellas del fuego, as¨ª como cortes y fisuras en sus columnas.
04 Una librer¨ªa ¡®slow¡¯
El recinto que la acoge ya es un icono de la ciudad. En la parroquia de Alc?ntara, dentro del Lx Factory, un antiguo recinto industrial de 23.000 metros cuadrados convertido en centro cultural alternativo, Ler Devagar es quiz¨¢ la librer¨ªa m¨¢s curiosa de Lisboa. Al entrar nos encontramos con una amplia y c¨®moda sala de est¨¦tica industrial y cierto aire a taller de arte neoyorquino. Mientras ojeas libros, c¨®mics o magazines, puedes tomar un pastel, un caf¨¦ o un vino en una de sus dos cafeter¨ªas. Est¨¢ decorada con las antiguas m¨¢quinas de un taller de imprenta, acoge exposiciones temporales y los libros forran paredes, estanter¨ªas, mesas y algunas partes del suelo. La imagen m¨¢s ic¨®nica de Ler Devagar es la escultura que cuelga del techo: un ciclista dirigi¨¦ndose a la luna, del artista y creador cinem¨¢tico Pietro Proserpio, quien tiene su taller en el segundo piso del local, cuya visita es m¨¢s que recomendable. Todo un viaje por su m¨¢gica creatividad mec¨¢nica.
05 Vestigio romano en la fachada
En 1747, durante las obras del actual edificio Almada los operarios encontraron de casualidad un aut¨¦ntico tesoro romano. Adem¨¢s de una serie de l¨¢pidas romanas ¨Cconservadas y visibles hoy en la fachada¨C consagradas a la diosa Cibeles, al dios Mercurio y al pretor de la provincia romana de B¨¦tica, los operarios encontraron un templo en buen estado dedicado a la propia Cibeles, restos de columnas y un capitel j¨®nico excelentemente conservado. Por desgracia, solo las l¨¢pidas sobrevivieron, ya que el resto de ruinas fueron aprovechadas en la propia construcci¨®n del edificio.
Monumento Nacional desde 1910, estas Lapides das Pedras Negras se conservan como un trascendental vestigio de la dominaci¨®n romana de Lusitania. Algunas de las inscripciones de las l¨¢pidas a¨²n pueden leerse en vivo, mientras que el resto ¨Cmenos legibles¨C pueden encontrarse en internet. Una de las que m¨¢s sorprende es la l¨¢pida encargada por un tal Tito Lic¨ªnio Cern?o, natural de Lychaonia, provincia romana que estuvo situada en la actual Capadocia turca, a 5.000 kil¨®metros de distancia de Lisboa.
06 El ¨²ltimo verdugo lisboeta
Carrasco en portugu¨¦s quiere decir verdugo, y fue aqu¨ª, en lo que se conoce hoy como el Patio do Carrasco, donde vivi¨® el ¨²ltimo ejecutor oficial de Portugal. Lu¨ªs Ant¨®nio Alves, al que llamaban Lu¨ªs Negro a causa de su indumentaria, vivi¨® en esta corrala lisboeta hasta su muerte en 1873, solo seis a?os despu¨¦s de que Portugal se convirtiera en el segundo estado europeo que abol¨ªa la pena de muerte. M¨¢s all¨¢ de esta macabra circunstancia hist¨®rica, el Patio do Carrasco ha sido catalogado por muchos escritores y amantes de la ciudad como el m¨¢s acicalado, atractivo y pintoresco de Lisboa.
07 Galer¨ªa callejera en Mouraria
En Portugal se tiene la sana tendencia de sacar todo a la calle: las fiestas, los conciertos, las parrillas o las exposiciones de cuadros. Fiel a esta afici¨®n, la fot¨®grafa y artista inglesa Camilla Watson, afincada desde hace bastantes a?os en Lisboa, y otros tantos en la zona de Mouraria, decidi¨® tambi¨¦n sacar su taller de paseo. Y as¨ª, de las paredes del Largo dos Trigueiros ¡ªdonde Camilla tambi¨¦n tiene su taller¡ª, la Rua Regedor y otros pasajes pr¨®ximos cuelgan fotograf¨ªas de antiguos y actuales vecinos del barrio. Pasear por algunas de estas calles, en las faldas del Castelo de S?o Jorge, es como un viaje al pasado cotidiano de Mouraria, una oportunidad de ver c¨®mo sol¨ªan ser esos mismos callejones hace dos d¨¦cadas. Cuando por ejemplo, Dona Ant¨®nia se asomaba a la misma ventana que ahora se abre ¨Cvac¨ªa ya¨C junto a su fotograf¨ªa impresa en la pared; o cuando Dona Egilda aparec¨ªa orgullosa franqueando el umbral de su puerta, hoy cerrada y con una imagen fotograbada junto a la entrada de su casa.
08 Teatro con vistas
Esta antigua casa de espect¨¢culos es la actual base de operaciones de la compa?¨ªa experimental Teatro da Garagem. Abierta en 1870, estuvo funcionando como teatro hasta bien entrado el siglo XX, hasta que fue abandonada y acab¨® ech¨¢ndose a perder. En la d¨¦cada de los a?os 90 fue rehabilitado y los arquitectos responsables proyectaron un edificio m¨¢s abierto al exterior. La sala de espect¨¢culos, cuyos fundamentos arquitect¨®nicos fueron respetados, es un sencillo pero elegante anfiteatro de aires decimon¨®nicos. En el piso de abajo, la cafeter¨ªa abre sus amplios ventanales al jard¨ªn, que cuenta con uno de los tantos miradores escondidos de la ciudad: vistas geniales sobre el Tajo, el valle de Martim Moniz y S?o Pedro de Alc?ntara.
09 Palacete para el t¨¦
Embutido entre varios callejones y escadinhas (escaleras) del barrio de Alfama, el palacete Chafariz d¡¯El Rei, de 1909, suele pasar desapercibido a pesar de su fachada: una extra?a mezcla que algunos denominan neo¨¢rabe, con azulejos morados y azules, que la Comisi¨®n de Est¨¦tica de Lisboa aconsej¨® demoler por ¡°atentado al buen gusto¡± en 1912. Afortunadamente, la petici¨®n debi¨® de traspapelarse entre la enmara?ada burocracia portuguesa y actualmente, despu¨¦s de su restauraci¨®n interna y externa, se ha convertido en un peque?o hotel de seis habitaciones con un m¨¢gico sal¨®n de t¨¦.
Aunque alojarse aqu¨ª no est¨¦ al alcance de cualquiera, s¨ª merece la pena holgazanear un rato frente a un t¨¦, un caf¨¦ o el elegante brunch de mediod¨ªa: el interior parece sacado de una novela de T¨®lstoi. L¨¢mparas de ara?a, un piano de cola, sillas de respaldos acolchados y sillones de oreja en una sala de los espejos con columnas de capiteles corintios y paredes y techos con filigranas de estuco.
M¨¢s propuestas para una escapada a Lisboa pinchando aqu¨ª
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