El mejor tobog¨¢n de agua est¨¢ en Tenerife

Desde la mirada de dos ni?os, Ana y Manuel, de 8 y 11 a?os, el viaje en coche desde el norte de Tenerife es una aventura llena de nervios que se supera contando las vallas publicitarias de Siam Park junto a la autopista. Por suerte, Ana mide m¨¢s de 1,25 metros y podr¨¢ entrar en todas las atracciones, en algunas, eso s¨ª, acompa?ada por un adulto. No es el caso de The Lost City, lo m¨¢s parecido a un parque infantil con el agua de protagonista. La atracci¨®n representa una ciudad engullida por la selva. Est¨¢ decorada con figuras de elefantes, cacat¨²as, loros y tucanes. Cada cinco minutos, la enorme cabeza de mono que la preside vuelca mil litros de agua. Mientras Ana entra y sale de tubos y puentes colgantes, Manuel espera la lluvia como man¨¢ que cae del cielo.

El ¨¦xito de este parque, ubicado en Los Cristianos, al sur de la isla canaria, reside en la calidad de sus toboganes. Hay adultos que salen del agua desconcertados con el v¨¦rtigo de algunos trompazos, especialmente potentes en las atracciones Drag¨®n y Kinnaree. The Volcano es la m¨¢s imaginativa, un tubo a oscuras ambientado como un cr¨¢ter donde el ba?ista es erupcionado. En The Giant se convierte en una mosca cayendo por un sumidero. Jungle Snake est¨¢ compuesta por cuatro toboganes que reptan en medio de la vegetaci¨®n, mimetizando los visitantes con ella, cada uno con su recorrido y velocidad. En Naga Racer hay seis carriles paralelos para echar carreras acu¨¢ticas a lomos de colchoneta.

De las 16 atracciones del parque, vigiladas por un equipo de 70 socorristas, la aut¨¦ntica estrella es la Torre del Poder. Solo subir los 200 escalones que llevan hasta la plataforma de lanzamiento da idea del desaf¨ªo. Desde ah¨ª, las vistas de la isla de La Gomera son fabulosas. Despu¨¦s, los ba?istas sit¨²an boca arriba, pies y brazos cruzados, en lo alto de un tobog¨¢n de 28 metros de altura y 66 grados de inclinaci¨®n. El lanzamiento es un suspiro. Caes a 50 kil¨®metros por hora. Un torpedo humano que atraviesa en su ca¨ªda una pecera con tiburones toro y nodriza, lubinas y un gran mero. Incluso es una atracci¨®n m¨¢s para el que mira que para el que la vive. Puro espect¨¢culo.

Una de las mejores experiencias en el parque se viven en el Palacio de las Olas, en Siam Beach, una playa artificial de olas con 1.200 hamacas sobre arena tra¨ªda del Algarve. Puntualmente, en el minuto 40 de cada hora, suenan estruendosos bufidos que se transforman en olas de m¨¢s de tres metros. Las han provocado 700.000 litros de agua en ca¨ªda libre. Puedes jugar a elevarte sobre la fabulosa monta?a de agua o tratar de surfearla con el cuerpo. Entre 6 y 10 socorristas no quitan ojo a los movimientos de los balistas. En la loma contigua, tres Caba?as VIP ¨Csolarium, ducha, minibar, televisi¨®n y conexi¨®n a Internet, alquilables por un d¨ªa¨C ayudan a reponerse de tanta descarga de adrenalina.

Otra de las claves del ¨¦xito del parque es su ambientaci¨®n, inspirada en el antiguo Reino de Siam, en el Sudeste asi¨¢tico. Entre la tupida malla de plantas tropicales destacan m¨¢s de 6.000 palmeras. El esmero en la decoraci¨®n se aprecia de forma especial en el Mercado Flotante, zona comercial cuyas tiendas se sostienen sobre una l¨¢mina de agua por la que se deslizan carpas pardas. Para su dise?o se trajeron madera y carpinteros tailandeses. Sus elementos est¨¢n pintados a mano. Los caracter¨ªsticos tejados thai est¨¢n rematados con cristales reciclados.

La encuesta realizada a Ana y Manuel durante el camino de regreso no arroja dudas: Singha fue, por unanimidad, la atracci¨®n vencedora. Subes en un flotador con forma de transbordador espacial y capacidad para tres personas. Es lo m¨¢s parecido a una monta?a rusa en ba?ador. R¨ªo Lento es su reverso, e ideal para empezar. Un relajante paseo de 1,3 kil¨®metros al sol, cuyo cl¨ªmax son unos r¨¢pidos que terminan bajo el acuario que atraviesan los misiles humanos que descienden desde la Torre del Poder.

Las ocho horas se pasan volando y as¨ª, por el aire, llegan los ¨²ltimos visitantes del parque cuando el sol a¨²n est¨¢ alto y el recinto empieza a desalojarse. Las gaviotas son las primeras en tomar nota de la desbandada humana. Ellas se posan sobre la fina l¨¢mina de Siam Beach cuando los ¨²ltimos turistas se resisten a salir del agua.

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