Queens, el nuevo Brooklyn
Del MoMA PS1 al barrio chino de Flushing, recorrido por el distrito de moda en Nueva York
Queens es el mayor de los cinco distritos de Nueva York en tama?o y poblaci¨®n, y podr¨ªa ser una ciudad por s¨ª misma. Pese a crecer a la sombra de Manhattan, es genuinamente neoyorquina: un mosaico de comunidades que invita a comer en las tiendas ¨¦tnicas de Astoria, a ver arte contempor¨¢neo en Long Island City -como en el MoMA PS1, que puso a esta zona en el mapa de la vanguardia de la ciudad-, devorar bollos de cerdo al vapor en Flushing o practicar surf en Rockaway Beach.
En Queens viven griegos, colombianos, ecuatorianos, brasile?os o egipcios. Hay de todo y cada comunidad pone su granito de arena para ofrecer una vuelta al mundo sin salir del barrio. En Flushing, por ejemplo, encontremos un abarrotado Chinatown; en Jackson Heights una ex¨®tica Little India y en Astoria una peque?a ciudad griega.
Inspiraci¨®n en el PS1
El hermano peque?o, y m¨¢s moderno, del Museum of Modern Art (MoMA) est¨¢ ubicado al otro lado del East River y es una visita imprescindible para quienes deciden dedicar uno o varios d¨ªas al barrio de Queens. En el MoMA PS1 solo hay arte de vanguardia: pintura, escultura e instalaciones realizadas especialmente para este museo en el que nada es predecible.
El PS1 existe desde la d¨¦cada de los 70. Era la ¨¦poca de la Dia Art Foundation, el Artists¡¯ Space y el New Museum, espacios de nueva generaci¨®n que mostraban el arte experimental y multimedia que prosperaba en la ciudad. En 1976, Alanna Heiss, firme defensora del arte en lugares alternativos, se hizo con el edificio de un colegio abandonado en Queens e invit¨® a artistas como Richard Serra, James Turrell y Keith Sonnier a que creasen obras para exponerlas. El resultado fue la muestra inaugural del PS1, Rooms.
Hoy, adem¨¢s de las exposiciones, hay conferencias, actuaciones y fiestas veraniegas todos los s¨¢bados por la tarde: el PS1 organiza las actividades musicales y culturales m¨¢s incre¨ªbles de la ciudad. En estos eventos Warm Up tanto bohemios como adictos a la electr¨®nica desbordan el patio del museo para comer, beber y disfrutar de bandas, m¨²sica experimental y sesiones de DJ. Otro capricho cultural son las Sunday Sessions, todos los domingos de septiembre a mayo. Hay charlas, proyecciones f¨ªlmicas, conciertos y proyectos arquitect¨®nicos, pasando por comedia experimental, jams de ruido postindustrial y baile latino art-house.
M¨¢s arte contempor¨¢neo
Muy cerca del MoMA PS1 se encuentra otra joya para los aficionados al arte moderno que suele pasar m¨¢s desapercibida, el Fisher Landau Center for Arts, en el que se puede disfrutar de obras contempor¨¢neas sin multitudes. Su colecci¨®n permanente de pintura, fotograf¨ªa e instalaciones abarca desde la d¨¦cada de 1960 hasta la actualidad y ocupa una antigua f¨¢brica de arneses de paraca¨ªdas en Long Island City.
Otro rinc¨®n interesante es el Noguchi Museum, instalado en una antigua planta de fotograbado al otro lado de la calle donde tiene su estudio el escultor, dise?ador de muebles y paisajista Isamu Noguchi. Tanto las obras como el edificio, de gran sensibilidad zen, son obra del artista japo-americano. Sus esculturas de piedra abstractas, dispuestas en simples galer¨ªas de ladrillo y hormig¨®n, y un jard¨ªn de roca exterior son una especie de meditaci¨®n sobre la lucha entre naturaleza y mundo artificial.
Puestos a ver arte, conviene escaparse a un antiguo almac¨¦n de trolebuses ubicado en un callej¨®n sin salida, convertido ahora en el Sculpture Center. Con su aire de hangar y un s¨®tano enorme, es el espacio perfecto para las exposiciones temporales de creadores emergentes y veteranos. Hay de todo: desde instalaciones espec¨ªficas hasta videoarte.
Al aire libre, se pueden ver m¨¢s esculturas en el Socrates Sculpture Park, un espacio abierto de 18.000 metros cuadrados junto al East River, repleto de curiosas esculturas. Lo mejor es coincidir con las actividades gratis: yoga y taichi los fines de semana de mediados de mayo a finales de septiembre y pases de pel¨ªculas los mi¨¦rcoles de principios de junio a finales de agosto.
Relax de dise?o
Un parque de dise?o y 4,8 hect¨¢reas con vistas ininterrumpidas de los edificios de Manhattan (aparece en la pel¨ªcula La int¨¦rprete, protagonizada por Sean Penn y Nicole Kidman), cuatro muelles y tumbonas p¨²blicas para disfrutar y relajarse con las vistas del skyline. Los arqueados p¨®rticos del Gantry Plaza State Park, ahora restaurados, son testimonio del pasado de la zona como muelle de carga. El gigantesco anuncio de Pepsi-Cola, original de 1936, en el extremo norte del parque, remataba en tiempos una planta de embotellado cercana, ya demolida.
Cine y televisi¨®n en Astoria
Para revivir grandes momentos del cine y la televisi¨®n, el Museum of the Moving Image, recientemente modernizado, hace un homenaje a la peque?a y a la gran pantalla. Es uno de los mejores museos de cine, televisi¨®n y v¨ªdeo del mundo. Sus galer¨ªas vanguardistas exhiben una colecci¨®n con m¨¢s de 130.000 piezas de atrezo, entre ellas, la peluca que llevaba Elizabeth Taylor en Cleopatra o la escalofriante mu?eca usada en El exorcista.
El estudio de grabaci¨®n, con nuevos doblajes de escenas m¨ªticas de El Mago de Oz, merece una visita y el museo cuenta con numerosas y alucinantes antiguallas entre televisores, c¨¢maras y m¨¢quinas recreativas. Las exposiciones temporales suelen ser fant¨¢sticas, al igual que las proyecciones.
La playa de Nueva York
Inmortalizada en 1977 en una canci¨®n de los Ramones, cuyos integrantes eran vecinos de Forest Hills, barrio del centro de Queens, Rockaway Beach es la mayor playa urbana de Estados Unidos y la mejor de Nueva York. Accesible por la l¨ªnea A del metro, durante los fines de semana estivales tambi¨¦n se puede llegar en ferri desde Lower Manhattan (90 minutos de recorrido). Menos frecuentada que Coney Island, este paraje natural es famoso por su belleza y por sus condiciones para el surf. Se est¨¢ convirtiendo, poco a poco, en el refugio veraniego de bohemios y artistas, repleto de restaurantes de productos locales. Por ejemplo, Tacoway Beach, en el?Rockaway Beach Surf Club, nuevo emplazamiento del conocido chiringuito Rockaway Taco y sus m¨ªticos tacos de pescado con guacamole, o las pizzas del emblem¨¢tico Roberta¡¯s Brooklyn.
Pese a todo, sigue siendo un para¨ªso natural alejado del caos urbano con parajes como el Jacob Riis Park, en el extremo sur de Rockaway, que debe su nombre a un fot¨®grafo y activista de los derechos de los inmigrantes de finales del siglo XIX. Tambi¨¦n alberga el Fort Tilden, un basti¨®n costero de artiller¨ªa fuera de servicio de la I Guerra Mundial.
Observar aves en Jamaica Bay
Desde los alrededores del aeropuerto JFK se extiende el pantanoso salar Jamaica Bay Wildlife Refuge, uno de los humedales m¨¢s importantes de la costa este de Estados Unidos, h¨¢bitat de aves migratorias. En primavera y oto?o m¨¢s de 325 especies de aves paran a descansar y alimentarse de toda clase de criaturas de agua salobre, como almejas, tortugas, camarones y ostras.
Los aficionados a las aves y los naturalistas se acercan a las marismas del este y oeste, donde se observa m¨¢s movimiento. A pesar de que la charca del oeste qued¨® da?ada por el hurac¨¢n Sandy, a¨²n se puede bordear la m¨¢s oriental, de 2,4 kil¨®metros. Hay que llevar zapatos resistentes al barro, repelente para insectos, protector solar y agua, e ir con cuidado de no tocar la hiedra venenosa.
Nueva York en miniatura
Recientemente ampliado, el Queens Museum es una de las sorpresas m¨¢s inesperadas de la ciudad, especialmente por el Panorama of New York City, una reproducci¨®n en miniatura de la megal¨®polis de 872 metros cuadrados. La maqueta, que cuenta con 895.000 edificios, cambia su iluminaci¨®n cada 15 minutos para simular el paso del d¨ªa. El museo tiene otras muchas exposiciones de arte moderno, desde fotograf¨ªa contempor¨¢nea hasta instalaciones art¨ªsticas. El centro ocupa un edificio hist¨®rico construido para la Exposici¨®n Universal de 1939 que lleg¨® a ser sede de la ONU y cuenta con una secci¨®n dedicada a esta cita hist¨®rica y la celebrada en 1964.
En casa de Louis Armstrong
En la cima de su carrera y con el mundo a sus pies, Louis Armstrong eligi¨® Queens como residencia. El trompetista pas¨® los ¨²ltimos 28 a?os de su vida en una tranquila casa de Corona Heights (34-56 107th St), ahora convertida en museo y tesoro nacional; falleci¨® aqu¨ª en 1971.
Satchmo (como se conoc¨ªa al cantante) vivi¨® en esta vivienda con su cuarta mujer, Lucille Wilson, bailarina del m¨ªtico Cotton Club. El circuito guiado (gratuito y de 40 minutos de duraci¨®n) muestra al visitante su feliz vida juntos, con an¨¦cdotas divertidas y un pu?ado de grabaciones caseras. En la guarida de Armstrong, de la que el instrumentista se sent¨ªa muy orgulloso, cuelga un retrato suyo pintado por Benedetto (alias de Tony Bennett).
Delicias callejeras en Roosevelt Avenue
?Sopa de mariscos? ?Spanak¨®pita? ?Gai kua? Si existe, seguro que est¨¢ en Queens. Adem¨¢s de los restaurantes de producto local Long Island City, todo foodie que pise Queens debe adentrarse en la diversidad gastro de Astoria; hay de todo, desde cocina griega hasta boller¨ªa casera. Los locales m¨¢s concurridos est¨¢n en la 30th Avenue, Broadway (entre las calles 31y 35) y la 31st Ave. A Steinway Ave, entre Astoria Blvd y la 30th Ave, se la conoce como el peque?o Cairo. M¨¢s al este, en Roosevelt Ave, hay que lanzarse a por la comida latina que ofrecen las camionetas ambulantes, y al final de la l¨ªnea 7 de metro se encuentra Flushing, el Chinatown sin turistas de Nueva York.
Si hay ganas de callejear, pocos lugares m¨¢s propicios hay que Roosvelt Ave, con sus camionetas ambulantes de comida latina, carritos y puestos abiertos de madrugada. En un paseo desde la 90th St hasta la 103rd St podremos beber champurrados (atole a base de chocolate y ma¨ªz), probar una cemita (s¨¢ndwich mexicano) y dejar hueco para un guiso de pescado ecuatoriano. Es barato, aut¨¦ntico y t¨ªpico de Queens. Y en el cruce con Benham St se halla la legendaria camioneta de comida T¨ªa Julia, c¨¦lebre por sus cemitas, y unos pasos m¨¢s al este por Roosevelt Ave hay un puesto de comida, El Coyote Dormil¨®n, que se dedica a amasar tortillas sin descanso.
De Roosevelt Ave a Warren St tambi¨¦n encontraremos una hilera de enormes camionetas con comida, como la brillante Hornado Ecuatoriano, o El Guayaquile?o, famoso por su guiso de pescado a base de yuca, at¨²n, cilantro, cebolla, lim¨®n, comino y choclo tostado.
Si el viajero nunca ha probado esta comida o simplemente es un sibarita que adora la cocina, es muy recomendable el Queens Midnight Street Crawl, un circuito de noche por lo mejorcito de los puestos callejeros de la zona, a manos del bloguero culinario Jeff Orlick.
Como locales en Queens
Hay otras muchas experiencias esper¨¢ndonos t¨ªpicamente de Queens, como tomarnos unas cervezas en el Astoria Bier & Cheese mientras los modernos piden caf¨¦ de origen ¨²nico en el Queens Kickshaw y escuchan m¨²sica indie en mesas comunitarias entre una clientela enganchada al Mac.
En Flushing, el s¨®tano del Golden Shopping Mall tiene una zona de restauraci¨®n con fabulosos platos de comida callejera, como los bollos rellenos de cordero, y para los amantes del picante est¨¢n las abrasadoras especialidades chinas del Hunan Kitchen of Grand Sichuan o el Fu Run, un restaurante de culto por su extraordinaria cocina del noreste de China.
Si nos pasamos de la raya, podemos apaciguar el organismo en un spa. El New York Castle es el sitio perfecto para empaparse y dejarse mimar. Estos ba?os coreanos de 9.300 metros cuadrados, un enorme universo acu¨¢tico, se convierten en un para¨ªso de burbujas, masaje y piscinas, saunas medicinales de vapor y cataratas en pleno Queens.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es y en la gu¨ªa Lonely Planet de Nueva York
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