Once razones para escaparse a Zagreb
Centroeuropea hasta la m¨¦dula, amante del caf¨¦, la tertulia y original hasta en sus museos, la capital croata esconde muchas sorpresas
Todo el mundo conoce o ha o¨ªdo hablar de las costas y las islas de Croacia, se queda maravillado con la perfecci¨®n medieval de?Dubrovnik o con los parques nacionales del pa¨ªs, como el de los Lagos de Plitvice o Paklenica. Pero todav¨ªa no hay muchos que se animen a visitar Zagreb, probablemente, solo por desconocimiento. La capital croata es una de las m¨¢s agradables ciudades centroeuropeas; no demasiado grande y perfecta para una escapada de pocos d¨ªas o para ser incluida en un viaje m¨¢s amplio por la regi¨®n de los Balcanes. Museos, m¨²sica, dise?o, arquitectura, gastronom¨ªa y, sobre todo, una animada vida al aire libre. Incluso en invierno, los zagrebinos se las ingenian para tomar caf¨¦ en caldeadas terrazas y disfrutar viendo pasar la vida, como solo ellos saben hacer.
Lo primero que te dicen cuando llegas a Zagreb es que se la conoce como la peque?a Viena. Realmente es una exageraci¨®n, pero lo cierto es que todo tiene un inconfundible aire de imperio austroh¨²ngaro. Los caf¨¦s, los pasajes comerciales acristalados, sus avenidas en forma de anillo enlazando varios parques, los tranv¨ªas, e incluso la gastronom¨ªa tiene un estilo que nos recordar¨¢ a Viena, Budapest o ciudades m¨¢s cercanas, como Belgrado. Si ya te lo est¨¢s planteando, te damos 10 razones que te animar¨¢n a conocer esta peque?a y urbana joya croata.
01 S¨¢bado de 'spica'
Para comenzar, un caf¨¦. En Zagreb se disfruta de una aut¨¦ntica cultura del caf¨¦ en cualquiera de las much¨ªsimas terrazas que hay en cualquier rinc¨®n, ya sea verano o invierno. Los habitantes de la capital croata pasan horas observando a la gente, cotilleando y meditando, sin que los camareros metan prisas. Podemos, por ejemplo, elegir alguna mesa en la peatonal y adoquinada calle Tkalciceva, en la que se suceden los caf¨¦s con terraza. Tambi¨¦n tendremos d¨®nde escoger entre Rrg Petra Preradovica y Bogoviceva, el centro del centro urbano, donde se alin¨¦an media docena de locales especialmente animados en verano.
Pero lo que no hay que perderse es la spica de la ma?ana del s¨¢bado (entre las 11.00 y las 14.00), antes o despu¨¦s de ir al mercado de Dolac: ese ritual de tomar un buen caf¨¦ y contemplar a los paseantes que supone el cenit de la din¨¢mica social semanal en Zagreb; algo as¨ª como nuestro aperitivo de los domingos. Aqu¨ª se exhiben las ¨²ltimas tendencias en m¨®viles y moda, se cotillea y se pone uno al d¨ªa de lo que pasa en la ciudad. Pocas ciudades disfrutan tanto de un caf¨¦ al aire libre como Zagreb.
Entre los caf¨¦s m¨¢s cl¨¢sicos, el Palainovska, al estilo vien¨¦s, se jacta de ser el m¨¢s antiguo de Zagreb ¨Cabierto en 1846¨C y sirve deliciosos caf¨¦s, infusiones y pasteles bajo unos bonitos techos decorados con frescos. Otra opci¨®n es acercarnos a un antiguo cine, el Kino Europa, original de los a?os 20 del siglo pasado, que acoge un caf¨¦ acristalado, un bar de vinos y una grapper¨ªa. El cine proyecta pel¨ªculas y a veces organiza fiestas de baile.
02 Museo al amor (y al desamor)
Zagreb tiene uno de los museos m¨¢s originales y rom¨¢nticos del mundo: el Museo de las Relaciones Rotas. Lo primero que uno piensa es a qui¨¦n se le pudo ocurrir tal idea y, en segundo lugar, c¨®mo puede resultar interesante conocer historias de desamor. Pues lo consigue. El centro ha recibido premios al m¨¢s museo m¨¢s innovador de Europa y ciertamente lo es. La colecci¨®n recorri¨® el mundo entero hasta que finalmente se estableci¨® aqu¨ª, en el elegante palacio barroco de Kulmer. Es un ejemplo de espacio colaborativo, que reune donaciones llegadas de todos los rincones del mundo y las expone en una sucesi¨®n de salas de un blanco inmaculado con techos abovedados. En la muestra podemos encontrar desde una lata de incienso de amor de Indiana ¨Cque no funciona¨C hasta una plancha noruega utilizada sobre un vestido de boda. Uno entra sin ninguna pretenci¨®n, pero si se detiene a leer las historias (traducidas a muchos idiomas) termina enganch¨¢ndose a la exposici¨®n, como si de una buena obra literaria se tratase, llev¨¢ndote de un cap¨ªtulo a otro. Una experiencia diferente que culmina (c¨®mo no) en un acogedor caf¨¦ con mesas a pie de calle.
03 De paseo por la Ciudad Alta
La parte alta de Zagreb es la m¨¢s antigua de la ciudad y concentra las iglesias y los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos, entre escaleras pintorescas, callejones, jardines, plazuelas e incluso funiculares. Adem¨¢s de Museo de las Relaciones Rotas, convertido ahora en visita imprescindible, lo mejor es darse un paseo por estas calles con aire se?orial y bastante solitarias; en algunos rincones todav¨ªa conserva la elegancia que debi¨® de tener en tiempos anteriores al socialismo yugoslavo. El epicentro es la plaza Markov, presidida por la Iglesia de San Marcos, del siglo XIII, uno de los edificios m¨¢s emblem¨¢ticos con un portal g¨®tico de figuras en hornacinas y un colorido tejado que representa los escudos medievales del pa¨ªs y la ciudad; nos recordar¨¢ (esta vez s¨ª) a la mism¨ªsima catedral de San Esteban de Viena. Solo se puede visitar la antesala y la iglesia durante las misas. Aqu¨ª es adem¨¢s donde cada s¨¢bado y domingo al mediod¨ªa (de abril a octubre) tiene lugar la ceremonia del cambio de guardia.
Los otros edificios hist¨®ricos de la plaza son el Sabor (Parlamento) de Croacia, de estilo neocl¨¢sico y, al otro lado, la residencia de los virreyes croatas (actual palacio presidencial).
En esta zona, adem¨¢s de callejear, podremos visitar museos y galer¨ªas muy interesantes, como el de Historia de Croacia o el de Arte Naif. Deambulando nos encontramos rincones muy especiales, como la puerta de piedra, antigua entrada a la ciudad medieval de Gradec, convertida hoy en un conmovedor lugar de culto en semipenumbra donde siempre hay alguien rezando en silencio o dejando velas y flores ante una pintura de una virgen que se considera milagrosa. Una vez visto lo b¨¢sico hay que alzar la mirada hacia la fabulosa iglesia jesuita de Santa Catalina y subir a la torre de Lotrscak para lograr una buena panor¨¢mica de la ciudad (y tambi¨¦n la mejor foto), para despu¨¦s bajar en el funicular o caminando por arboladas escaleras hacia Illica, la gran calle comercial de Zagreb, en la zona baja de la ciudad.
04 Trg Josipa Jelacica, el centro de todo
El coraz¨®n geogr¨¢fico de Zagreb est¨¢ abajo: la plaza de Trg Josipa Jelacica es un punto de referencia para todo el mundo y, hagamos lo que hagamos, siempre terminaremos aqu¨ª, donde todo el mundo queda. Las terrazas de sus caf¨¦s ofrecen todo un espect¨¢culo visual: gente bajando de los tranv¨ªas, salud¨¢ndose y dispers¨¢ndose entre vendedores de peri¨®dicos y flores camino de sus quehaceres habituales, y numerosos caf¨¦s y puestos de cerveza y salchichas que nos podr¨¢n resolver m¨¢s de una comida r¨¢pida o un tentempi¨¦.
La plaza debe su nombre a Ban Jelacic, el ban (virrey o gobernador) del siglo XIX que condujo a las tropas croatas a una desastrosa batalla contra el ej¨¦rcito h¨²ngaro en un intento de lograr la secesi¨®n del imperio. La estatua ecuestre de Jelacic presidi¨® la plaza entre 1866 y 1947, pero Tito orden¨® su retirada por sus connotaciones nacionalistas. El gobierno de Rudman la recuper¨® de un almac¨¦n en 1990 y la devolvi¨® a su lugar.
05 Del mercado de Dolac a los fogones
Dolac, el colorista mercado de frutas y verduras de Zagreb, es una de las visitas imprescindibles, tanto o mas que la catedral o que los museos. Est¨¢ justo al norte de Trg Josipa Jelacica y es el bullicioso y cotidiano epicentro para comerciantes venidos de todo el pa¨ªs. Dolac lleva siendo un hervidero de actividad desde la d¨¦cada de 1930, cuando el Ayuntamiento decidi¨® establecer un mercado de abastos entre la Ciudad Alta y la Baja. El meollo del mercado est¨¢ en una zona elevada; a pie de calle hay tenderetes cubiertos que venden carne y productos l¨¢cteos y, un poco m¨¢s hacia la plaza, un mercado de flores. En el extremo norte hay puestos de miel de la zona, oranamentos artesanales y comida econ¨®mica. Especialmente interesante es el espacio dedicado a la venta de pescado, con una variedad asombrosa para una ciudad de interior como esta.
Aqu¨ª, en Dolac, arrancan tambi¨¦n algunos tours gourmet guiados que se han convertido en una buena experiencia para conocer las particularidades de los productos y de la cocina croata. Para empezar, se acompa?a al chef al mercado para comprar los productos frescos que luego se preparar¨¢n en las cocinas de un restaurante, dise?ando un men¨² que el grupo disfrutar¨¢ m¨¢s tarde acompa?ado por una magn¨ªfica selecci¨®n de vinos croatas.
06 Alta cocina y ¡®streetfood¡¯
Hasta hace muy poco, los buenos restaurantes de Zagreb presum¨ªan de cocina francesa o italiana, pero poco a poco se van diversificando y hoy es posible encontrar mucha m¨¢s variedad entre la alta cocina local: desde comida japonesa hasta nuevos bistr¨®s con mucho estilo que reinventan la tradici¨®n croata y centroeuropea. Las principales calles del centro (Ilica, Teslina, Gajeva, Preradov¨ªceva) est¨¢n jalonadas por locales de comida r¨¢pida y bares baratos, pero hay buenos restaurantes por toda la ciudad. Uno de los nuevos locales de moda es Lari & Penati, en la Ciudad Baja, un peque?o y estiloso bistr¨® con innovadores platos de almuerzo y cena que cambian a diario en funci¨®n del producto de mercado. La comida est¨¢ francamente bien y, si hay buen tiempo, las mesas de la calle son perfectas. Otras apuestas seguras son el Vinodol, con un patio cubierto muy agradable, o el moderno Mano, alojado en un precioso edificio de ladrillo con un amplio comedor de paredes de piedra vista, columnas de acero y una cocina acristalada.
Si preferimos conocer c¨®mo es una t¨ªpica cervecer¨ªa croata, el m¨¢s cl¨¢sico es el Stari Fijaker 900, con salchichas caseras, estofados de jud¨ªas y los t¨ªpicos strukli (bu?uelos de queso fresco). La decoraci¨®n de bancos corridos y los manteles blancos reflejan la tradici¨®n.
07 Una nota dulce
Como herederos de la tradici¨®n centroeuropea, los zagrebinos son golosos y amantes de los buenos dulces que acompa?an generlamente al caf¨¦. Por eso es impresicnidlbe la visita a la slasticarna (pasteler¨ªa) m¨¢s cl¨¢sica de la ciudad, Vincek, en la comercial calle Illica, donde se elaboran algunos de los pasteles m¨¢s exquisitos de Zagreb que se pueden comprar para llevar o, tambi¨¦n, degustar en las mesas del fondo. Otro cl¨¢sico es Dinara, la mejor panader¨ªa de Zagreb (en Gajeva 8, Illica 71, Preradoviceva 1), con una abrumadora variedad de delicias horneadas. Hay que probar el bucnica (pastel de hojaldre relleno de calabaza).
08 Jardines y palacetes en la Ciudad Baja
Para encontrar lo que los zagrebinos llaman realmente la peque?a Viena hay que ir a la Ciudad Baja, un ensanche del siglo XIX y principios del XX que se extiende desde la plaza de Trg Josipa Jelacica hasta la gran estaci¨®n de tren. Y es que en realidad esta zona de la ciudad fue constru¨ªda a imagen y semejanza de la capital austr¨ªaca, con grandes edificios que todav¨ªa hoy convervan su empaque imperial y un gran anillo de jardines que un¨ªa los diferentes edificios m¨¢s representativos. Aqu¨ª est¨¢n tambi¨¦n algunos de los hoteles m¨¢s elegantes, como el inevitable Hotel Palace, y muchas galer¨ªas de arte.
A pesar de su referencia vienesa, el anillo verde de Zagreb es modesto y se puede recorrer en un agradable paseo entre jardines, aprovechando para asomarse a algunos de los museos m¨¢s interesantes de la ciudad. Como el Museo Mimara, que ocupa una antigua escuela de estilo neorenacentista y cuenta con una heterog¨¦nea colecci¨®n de arte privada en la que podemos encontramos desde piezas de arqueolog¨ªa hasta una selecci¨®n de muebles antiguos de diferentes ¨¦pocas o una ambiciosa secci¨®n de pintura donde con obras de Rembrandt, Vel¨¢zquez, Goya, Rafael, Caravaggio, Renoir o Degas. La galer¨ªa Strossmayer de los Maestros Antiguos ocupa un cercano edificio neorenacentista del XIX y expone una impresionante colecci¨®n de bellas artes donada por un obispo a la ciudad en 1884. Aqu¨ª hay muchas obras de maestros italianos (Tintoretto, Vernon¨¦s, Ti¨¦polo), pintores holandeses y flamencos e incluso espa?oles, como El Greco.
La tercera visita interesante, entre jard¨ªn y jard¨ªn, al recorrer este anillo es el Pabell¨®n de Arte, un edificio estilo art nouveau que programa exposiciones temporales.
09 Una estaci¨®n para el Orient Express
El Esplanade es un gran hotel, de esos que nos hacen viajar con solo contemplarlo. Nos remonta a los tiempos del m¨ªtico Orient Express, cuando los grandes viajeros pasaban por Zagreb camino de Estambul. Se construy¨® en 1924, junto a la estaci¨®n, expresamente pensado parar recibir a los pasajeros de tan lujoso convoy. Desde entonces ha hospedado a reyes, artistas, periodistas y pol¨ªticos. Durante la II Guerra Mundial fue convertido en el cuartel general de la Gestapo y la Wermacht, y el escritor y corresponsal de guerra Curzio Malaparte se aloj¨® aqu¨ª mientras escrib¨ªa su famosa novela Kaputt.
El hotel est¨¢ lleno de historias de esp¨ªas y de intrigas entre alemanes y partisanos. Entre su lista de clientes hay de todo: desde Josephine Baker o Charles Lindbergh hasta Elizabeth Taylor, Orson Welles, Mar¨ªa Callas o Tina Turner. En los ¨²ltimos a?os no han faltado artistas de renombre internacional, como la banda U2, REM, Sting, pr¨ªncipes como los de M¨®naco o los de Jap¨®n y, por supuesto, futbolistas gal¨¢cticos como Cristiano Ronaldo.
Reformado hace unos a?os, el Esplanade es una aut¨¦ntica obra maestra del art d¨¦co, rebosante de m¨¢rmol por todas partes, con inmensas escaleras y ascensores de madera. No hay que irse sin echar un vistazo al sal¨®n esmeralda, tomarnos o un caf¨¦ o, si el bolsillo nos lo permite, comer en el soberbio restaurante Zifandel¡¯s. Eso s¨ª, el hotel m¨¢s antiguo de la ciudad es el Palace, una elegante mansi¨®n de ¨¦poca secesionista que ocupa el lugar desde 1891. Las mejores habitaciones son las delanteras por sus fant¨¢sticas vistas al parque.
10 Mirogoj y el jard¨ªn bot¨¢nico
Zagreb est¨¢ repleta de espacios verdes, pero entre ellos, a unos 10 minutos en autob¨²s desde el centro, podemos visitar el cementerio de Mirogoj, uno de los m¨¢s bonitos de Europa, a los pies del monte Medvednica. Fue dise?ado en 1876 por el arquitecto de origen austriaco Herman Bolle, que tambi¨¦n proyect¨® muchos edificios de la capital croata. La majestuosa sucesi¨®n de p¨®rticos coronados por c¨²pulas se asemeja a una fortaleza por fuera, pero en su interior reinan la paz y el refinamiento. El cementerio es como un frondoso jard¨ªn surcado por senderos y salpicado de esculturas y tumbas de dise?o. El monumento m¨¢s reciente es una cruz en la memoria a los ca¨ªdos en la Guerra de la Independencia de la Patria.
Despu¨¦s, en esta misma parte de la ciudad, podemos tomar un respiro en alguno de sus parques, como el Jard¨ªn Bot¨¢nico, una bonita zona verde. Creado en 1890, tiene 10.000 especies de plantas y multitud de apacibles rincones y senderos. Pero para desconectar del todo, lo que realmente hacen los zagrebinos es escaparse al parque natural de Medvednica, al norte de Zagreb y muy accesible en tranv¨ªa y autob¨²s. Hay refugios, zonas con vistas de la ciudad y senderos para conocer otra cara del pa¨ªs e incluso una rom¨¢ntica fortaleza del siglo XIII. En invierno aqu¨ª est¨¢n las pistas de esqu¨ª m¨¢s cercanas.
11 Dise?o, corbatas y corazones
En Zagreb hay que olvidarse de las tiendas de souvenirs, aunque las hay, repletas de corazones de todos los tama?os y colores (el recuerdo m¨¢s t¨ªpico de Croacia). En la calle principal (Illica) hay grandes almacecenes (Nama), tiendas de moda o zapater¨ªas, pero tambi¨¦n otros comercios a los que merece la pena dedicar una tarde de compras, al estilo croata.
Lo primero son las corbatas: dicen que se inventaron aqu¨ª, en Zagreb, y el mejor sitio para comprarse una es Croata, en el Oktogon Passage, un pasaje comercial decimon¨®nico y con mucho encanto. Su origen, dicen, se remonta a 1635 cuando miles de soldados de esta zona de Europa acudieron a Par¨ªs para apoyar al Rey Luis XIII. Para extra?eza de los franceses, los croatas llevaban anudado al cuello una especie de pa?uelo con un nudo hacia la mitad del cuerpo. Los franceses lo adoptaron y, poco a poco, fueron d¨¢ndole un aire m¨¢s sofisticado. Finalmente, se adopt¨® de forma oficial en la corte de Luis IV y de ah¨ª salta a Europa y Am¨¦rica como s¨ªmbolo de distinci¨®n. En Croacia el D¨ªa de la Corbata es el 18 de octubre.
Callejeando entre la zona alta y la baja encontramos tambi¨¦n una serie de peque?as tiendas de dise?adores locales que est¨¢n impulsando una nueva moda croata desde la d¨¦cada de 1990. Por ejemplo, los vestidos casi escult¨®ricos pero c¨®modos de I-GLE. Otra buena compra: joyas y bisuter¨ªa de dise?o buena, bonita y barata.
M¨¢s informaci¨®n en www.lonelyplanet.es y en la gu¨ªa Lonely Planet de Croacia.
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