Paseo gastron¨®mico junto al Retiro
La calle Villalar, cerca de la madrile?a Puerta de Alcal¨¢, concentra restaurantes y locales que destacan por su originalidad
Hay calles de Madrid que act¨²an como polos atrayentes, concentrando en sus aceras un significativo n¨²mero de establecimientos originales que, local a local, seducen con propuestas gastron¨®micas de lo m¨¢s sugerente. Ocurre con la calle Ponzano, especialmente de moda en la capital en los ¨²ltimos tres a?os, aunque lleve siendo un referente gourmet en el barrio de Chamber¨ª desde hace muchos m¨¢s.
A una escala menor, ya que es m¨¢s corta, la calle Villalar se ha convertido en un peque?o microcosmos gastron¨®mico junto al paseo de Recoletos, marcando una clara diferencia con v¨ªas aleda?as del menos din¨¢mico barrio de Salamanca.
En la trastienda de la plaza de la Independencia y su Puerta de Alcal¨¢, y a escasos pasos del parque del Retiro, sus apenas doscientos metros invitan a un paseo entre cocina de toda la vida, propuestas slow food (comida lenta), caf¨¦s que apuestan por lo sostenible o una peluquer¨ªa multidisciplinar con cantina incluida.
Al inicio de VIllalar, entrando desde la calle Salustiano Ol¨®zaga y frente a la Embajada de Francia, nos da la bienvenida el amplio y luminoso espacio de a.n.E.l Tapas & Lounge: propuestas de cocina casera a base de recetas heredadas por esta familia procedente de C¨¢diz con muchos gui?os a su tierra de origen. Desde at¨²n rojo de almadraba hasta montaditos de pring¨¢ o de piripi, entre los que cuelan, adem¨¢s, jugosos solomillos de buey gallego o el entrecot de Retinta.
Seis n¨²meros m¨¢s adelante topamos con un reci¨¦n llegado a Villalar, Arty's, alojado en la antigua carboner¨ªa que ocupaba el restaurante Dassa Bassa, del desaparecido cocinero Dar¨ªo Barrio. El nuevo proyecto tiene detr¨¢s al chef David Reartes, abanderado del movimiento slow food y de la cocina de kil¨®metro 0 (producto local, de cercan¨ªa y de temporada), que aterriza en Madrid desde su conocido local de Ibiza, Lips Reartes. Si su carta promete, la oferta de entretenimiento no es menos ambiciosa: sus mi¨¦rcoles de Studio 54 realizan una homenaje a las m¨ªticas fiestas de la sala neoyorquina, con buena m¨²sica y muchas sorpresas.
Enfrente nos espera el acogedor Il Tavolo Verde, un espacio ideado, por Martina y Leo, como caf¨¦ org¨¢nico y tienda de antig¨¹edades. Por este alargado local se distribuyen sin agobios art¨ªculos recuperados y muebles reciclados, reunidos por sus propietarios en sus viajes por Europa en busca de objetos olvidados a la espera de una nueva vida. La misma filosof¨ªa sostenible y ecol¨®gica se traslada a su carta, en la que cada plato se elabora con productos procedentes de su huerta y de las de otros productores con similar filosof¨ªa. Una cocina rica y saludable, como las quiches y tartas caseras, para disfrutar en mesas y sillas recicladas ubicadas junto a los grandes portones de la fachada.
La siguiente parada nos lleva a Miss Chou Paris, un colorista espacio donde el petit chou, la versi¨®n francesa del tradicional profiterol, se presenta crujiente y desbordante de crema, en diez sabores diferentes (de pralin¨¦, de crema de casta?a, de tarta de manzana caramelizada, de merengue¡). Su propietaria, Laurence, de origen belga y criada en Francia, recibe a sus clientes con una sonrisa para explicar c¨®mo elabora este dulce seg¨²n la tradici¨®n familiar, iniciada por su abuela, amante del arte culinario con especial debilidad por los postres.
Esta miniruta culmina en el Espacio Isaac Salido, donde algo tan cotidiano como cuidarse el cabello o arreglarse la barba tiene un valor a?adido. Y es que el menorqu¨ªn Isaac Salido ha concebido su sal¨®n de belleza como un espacio multidisciplinar, al que se puede acudir tambi¨¦n a desayunar y comer en su cantina de comida org¨¢nica, repleta de gui?os a la isla balear, como las tradicionales cocas. La est¨¦tica industrial del local, con solados de cemento pulido, paredes de ladrillo visto y mucha madera sin tratar, no deja nada al azar y est¨¢ llena de piezas especiales, como las antiguas sillas de barbero. La cuidada selecci¨®n musical y la luz tenue se encargan de hacer el resto. Ir a la peluquer¨ªa nunca fue tan sugerente.
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