Bremen en zapatillas

Si hay algo que llama la atenci¨®n en Bremen es que siempre, a cualquier hora y por cualquier calle por la que paseemos, siempre pasa alguien corriendo, enfundado en ropa alarmantemente ajustada. Incluso cuando hiela, nieva y, por supuesto, llueve. Quiz¨¢ sea por las (buenas) condiciones de la ciudad, de plana y aburrida orograf¨ªa, o porque est¨¢ repleta de espacios verdes y paseos bien asfaltados. Lo cierto es que, evitando el centro y sus adoquines, hay muchas zonas por las que trotar alegremente y disfrutar de la tranquilidad de esta urbe del norte de Alemania. En definitiva, descubrir Bremen en zapatillas.

Uno de los recorridos m¨¢s populares es el que atraviesa el B¨¹rgerpark, el parque m¨¢s famoso de Bremen. Aqu¨ª se puede correr entre estanques y canales, burritos, patos y hasta llamas (acoge un zoo de animales dom¨¦sticos); atravesar peque?os puentes sacados de cuadros impresionistas; hacer una parada t¨¦cnica en algunos de sus bares y restaurantes, como Emma am See, Meierai, Waldb¨¹hne o Haus am Walde, y, si quiere redondear el esfuerzo, alquilar una barca y remar durante un par de horas. Para regresar al centro siempre se puede bordear el parque por la calle Parkallee, salpicada de bonitas villas y edificios se?oriales.

La orilla del r¨ªo tambi¨¦n es un buen escenario para los viajeros con ganas de rodar por Bremen. Desde Domsheide, el punto m¨¢s c¨¦ntrico de la ciudad, existen dos opciones: hacia la derecha, en direcci¨®n a ?berseestadt, o hacia la izquierda, hacia el estadio del equipo de f¨²tbol Werder Bremen.

La primera de estas variantes atraviesa Schlachte, uno de los paseos m¨¢s reconocibles de la ciudad, pasa a los pies de la iglesia St Stephani y permite contemplar la decena de barcos que suelen estar anclados en la peque?a marina de Bremen, hasta llegar a la parte m¨¢s renovada de la ciudad, la zona de ?berseestadt. La segunda opci¨®n, permite disfrutar de las verdes parcelas de Osterdeich, a orillas del r¨ªo Weser, donde los habitantes de Bremen suelen disfrutar de barbacoas en verano y de su inclinaci¨®n durante el invierno, para deslizarse con trineos de nieve. Si seguimos avanzando m¨¢s all¨¢ del estadio del Werder Bremen (y su piscina), pasaremos por Sportgarten, un proyecto que incluye numerosas variantes deportivas para j¨®venes (desde un roc¨®dromo y una pista para monopatines hasta pistas de v¨®ley playa). Para terminar la ruta, nada mejor que una nutritiva cerveza en el conocido local Paulaner im Wehrchloss, posiblemente, la mejor manera de combinar tradici¨®n alemana y deporte.

Aunque m¨¢s alejada del centro, la ruta runner m¨¢s esc¨¦nica recorre, desde Buntentor hasta Werdersee, el Klein Weser (Weserdeich), un peque?o lago en el que, seg¨²n la estaci¨®n, se puede nadar o patinar sobre hielo. Pese a estar a escasa distancia del bullicio de Neustadt, en pocos metros pasar¨¢ de la calle principal de este c¨¦ntrico barrio a la tranquilidad del campo. No hay que olvidar, eso s¨ª, detenerse ante la sala Schwankhalle y consultar la programaci¨®n de espect¨¢culos; posiblemente regresar¨¢ al hotel con plan para la noche.

Cruzando un peque?o puente peatonal se llega a la isla creada por la bifurcaci¨®n del r¨ªo Weser. Repleta de peque?as casitas coquetas y bien cuidadas que los locales utilizan como segunda vivienda durante los fines de semana, resulta un lugar especialmente tranquilo y saludable. Desde all¨ª, y siguiendo las calles Kuhhirtenweg y Werderstrasse, se puede retornar al centro a trav¨¦s del puente Wilhem-Keisen-Brucke. Un ¨²ltimo consejo: cuidado con las bicicletas, corren como locas.

M¨¢s planes interesantes para una visita a Bremen pinchando aqu¨ª

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