Una Mallorca de miradores
Los pueblos de las monta?as al noroeste de la isla balear mantienen su esencia y se resisten al turismo de masas. Un c¨®ctel de arquitectura tradicional, monasterios, buena comida y mucha calma
Aunque Mallorca sea marinera, sus pueblos m¨¢s bonitos y emblem¨¢ticos est¨¢n en la sierra de Tramuntana, una cadena monta?osa al noroeste de la isla con 99 kil¨®metros de longitud y dos cumbres principales, Puig Major d¡¯en Torrella y Puig Major de Massanella, que se acercan a los 1.500 metros de altitud. En 2011 el paisaje de estas monta?as, bautizadas con el nombre del viento que llega de esa direcci¨®n, fue declarado patrimonio mundial por la Unesco. Esta zona, ideal para practicar el trekking y el ciclismo, atrae cada primavera a viajeros que recorren sus senderos empedrados, se acercan a sus miradores y calas o visitan los lugares que frecuentaron los primeros visitantes ilustres de la isla: George Sand y Fr¨¦deric Chopin, Robert Graves o el archiduque Luis Salvador de Austria. Sus nombres y parte de sus vidas est¨¢n ligados a localidades de esta sierra que, al estar tan cerca de la costa, re¨²ne lo mejor del mar y la monta?a.
9.00? El peor invierno de George Sand
El tejado cubierto de azulejos turquesa de la torre de la Real Cartuja de Jes¨²s de Nazaret (1, pinche sobre el n¨²mero para ver el mapa ampliado) (www.cartujadevalldemossa.com) es lo primero que se divisa desde lejos en la localidad de Valldemossa, una de las joyas de la isla. La Cartuja es el centro neur¨¢lgico del pueblo, un monasterio que habitaron los monjes desde 1399 hasta 1835, y donde Chopin y George Sand comprobaron, en 1838, la peculiar hospitalidad de los mallorquines de entonces. Pero Un invierno en Mallorca, el libro-venganza de la escritora francesa, plagado de insultos para los lugare?os, guarda grandes elogios para el paisaje. De este monasterio, lo mejor es su claustro y su jard¨ªn de cipreses. De Valldemossa, sus calles empedradas y las casas con macetas, pulcramente conservadas. La delicia t¨ªpica de aqu¨ª es la coca de patata, un bollo que se puede probar en Ca¡¯n Molinas (Blanquema, 15; www.canmolinas.com). Algo que a los turistas les suele pasar inadvertido es el puerto de Valldemossa (2), a seis kil¨®metros del pueblo, una deliciosa aldea de pescadores con una playa de cantos rodados.
11.00? Utop¨ªas junto al Mediterr¨¢neo
Son Marroig y Miramar, junto al mirador de Sa Foradada (3), son lugares con historia. El mal llamado monasterio de Miramar era un proyecto de Ram¨®n Llull (www.rutasramonllull.com) en el siglo XIII para crear un colegio de misioneros dedicado a la ense?anza de lenguas orientales. En el siglo XIX, el archiduque Luis Salvador de Austria compr¨® Miramar, Son Marroig y tambi¨¦n S¡¯Estaca, que luego pasar¨ªa a manos de Michael Douglas. El archiduque, al que se le atribuye una vida disoluta, pero tambi¨¦n una labor de mecenas, difusi¨®n de las islas y un cierto legado ecol¨®gico, vivi¨® en este rinc¨®n de la sierra su particular utop¨ªa dedic¨¢ndose a la agricultura, el vino, sus amantes y sus reuniones con intelectuales de toda Europa que ven¨ªan a visitarlo. Miramar y Son Marroig (www.sonmarroig.com) pueden visitarse, y a la visita se a?ade lo mejor, que es asomarse a este abrupto pero tranquilo tramo de la costa mallorquina.
12.30? El refugio de Robert Graves
El nombre de Dei¨¤ (4) est¨¢ unido al del escritor Robert Graves, que, seg¨²n cuenta en su libro Por qu¨¦ vivo en Mallorca, lleg¨® a la isla buscando un sitio barato donde escribir. Por aquel entonces este lugar lo era. Hoy comprar o alquilar casa aqu¨ª requiere de una cuenta nada corriente. El encanto de Dei¨¤ est¨¢ en sus peque?os detalles, sus construcciones, sus buganvillas o sus restaurantes. Sa Fonda (Arxiduc Llu¨ªs Salvador, 3) es el bar m¨¢s cosmopolita y en verano cuenta con actuaciones en directo en su terraza. En la cima de este pueblo est¨¢ el cementerio con la tumba de Robert Graves, y Ca N¡¯Alluny (www.lacasaderobertgraves.org) es la casa-museo donde vivi¨® el escritor, y que visitaron Ava Gadner, Alec Guinness o Michael Caine. En la cala Dei¨¤ (5), muy cerca, hay barcas de pescadores, chiringuito, aguas turquesas y lecho de piedras.
14.30? Modernismo con acento franc¨¦s
Muchos a¨²n recuerdan que desde S¨®ller (6) sal¨ªan barcos a Marsella, cuando, dada su inaccesibilidad, este pueblo entre monta?as comerciaba con Francia o Barcelona antes que con Palma. La prosperidad de la burgues¨ªa sollerense propici¨® una arquitectura modernista que puede verse en la fachada de la iglesia de San Bartolomeu, el Ayuntamiento, el cementerio, y en Can Prunera (www.canprunera.com), museo dedicado a este estilo arquitect¨®nico. Para seguir con el mismo decorado se puede comer en el restaurante del hotel La Vila (www.lavilahotel.com), con recetas mediterr¨¢neas (desde unos 35 euros por persona). El puerto de S¨®ller (7), a cuatro kil¨®metros, al que se llega con un antiguo tranv¨ªa de madera, recuerda al de los pueblecitos de la Riviera francesa.
16.30? Fornalutx, palmeras, naranjos y cipreses
Los vecinos de Fornalutx (8) tienen normas estrictas a la hora de remodelar sus casas, ya que esta localidad ha ganado premios al pueblo m¨¢s bonito de Espa?a y sus im¨¢genes han promocionado la Mallorca interior. Se suceden impecables casas de monta?a, terrazas y jardines. Todo a distintas alturas, de las que sobresalen palmeras, naranjos y cipreses, hace de Fornalutx una postal en tres dimensiones. Desde aqu¨ª se toman muchos caminos de monta?a.
17.00? El monasterio al que se peregrina de noche
Cada primer s¨¢bado de agosto se celebra Lluc a Peu, una marcha nocturna desde Palma al santuario del Lluc (9) (a 48 kil¨®metros de distancia). Aqu¨ª se venera a una Virgen negra, pero se cree que el lugar albergaba en la antig¨¹edad alg¨²n santuario pagano, ya que su nombre, que proviene del lat¨ªn, lucus, significa bosque sagrado. El monasterio (www.lluc.net) cuenta con un museo y jard¨ªn bot¨¢nico, adem¨¢s de celdas que se alquilan (el precio medio de una doble es 48 euros por noche) si uno quiere sumergirse del todo en la tranquilidad y el silencio.
19.30? Cena en Can Teresa
Cada verano, el Festival de Pollen?a (10) (www.festivalpollenca.com) atrae a figuras internacionales de la m¨²sica cl¨¢sica. Cuenta con una programaci¨®n en la que no falta el cine, arte, teatro o gastronom¨ªa. Esta peque?a localidad de la sierra pierde entonces su tranquilidad de ciudad fundada por los romanos, con su puente y sus estrechas calles. Aqu¨ª casi todas las atracciones tienen que ver con lo religioso, como el convento de Santo Domingo, con un precioso claustro, donde se celebra el Festival de M¨²sica Cl¨¢sica, o como sus iglesias, pero el V¨ªa Crucis, con 365 pelda?os, es la joya de la corona. Pollen?a tambi¨¦n tiene su puerto (11) y a 10 kil¨®metros de este hay que visitar el mirador de Es Colomer (12), el m¨¢s espectacular de la costa mallorquina. Can Teresa (www.canteresa.com) es un buen lugar para cenar en Pollen?a. Este antiguo colmado convertido en restaurante sirve comida balear con toques internacionales (desde 30 euros por comensal).
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