Dada¨ªstas y futboleros en Z¨²rich
La ciudad suiza celebra el centenario del dada¨ªsmo, que naci¨® en el Cabaret Voltaire, y estrena el Museo de la FIFA, donde se expone la Copa del Mundo. Un almuerzo alternativo en Z¨¹rich-West, y salchichas a la parrilla para cenar
Hoy todos somos un poco dada¨ªstas, pero en 1916, y en la muy moderada Suiza, debi¨® de haber m¨¢s de un ictus entre el p¨²blico cuando Hugo Ball subi¨® al escenario del Cabaret Voltaire de Z¨²rich ataviado con una especie de ropaje papal de cart¨®n y recit¨® aquel poema fon¨¦tico suyo que dice: ¡°Gadji beri bimba glandridi laula lonni cadori¡¡± (y otras 110 palabras sin sentido m¨¢s). En aquellas veladas locas tambi¨¦n actuaban Tristan Tzara, Marcel Janco, Richard H¨¹lsenbeck y Jean Arp. Las obras de amigos (Picasso, Modigliani, Marinetti¡) decoraban las paredes. Y, para m¨¢s revoluci¨®n, en la misma calle viv¨ªa Lenin. Definitivamente, Z¨²rich era entonces una de las ciudades m¨¢s interesantes de Europa. No es de extra?ar, pues, que este a?o celebre el centenario del dada¨ªsmo (www.dada100zuerich2016.ch) por todo lo alto, con multitud de exposiciones y eventos. Para compensar tanta cultura, est¨¢ el reci¨¦n inaugurado Museo del F¨²tbol de la FIFA. All¨ª no hay poemas fon¨¦ticos, ni nada m¨¢s complicado que un futbol¨ªn.
9.00? Tres miradores para empezar
Para visitar lo mucho que hay en Z¨²rich (y m¨¢s este a?o), es imprescindible la tarjeta Zurichcard (www.zuerich.com/en/). En una ciudad con precios de susto, es casi un regalo: por 24 euros, se puede usar durante 24 horas cualquier transporte p¨²blico y entrar a casi todos los museos. En los trenes de la l¨ªnea S10 se llega en 20 minutos a Uetliberg (1, pinche sobre el n¨²mero para ver el mapa ampliado) (www.uetliberg.ch), una monta?ita desde donde se observa la ciudad como si fuera una maqueta, con su lago y los Alpes nevados al fondo. Otro buen mirador es la torre Karlsturm de la catedral Grossm¨¹nster (2), pero aqu¨ª toca subir 187 escalones. Y otro, el parque Lindenhof (3), que fue asiento del castillo romano de Turicum.
10.30? Un reloj de m¨¢s de ocho metros
Queda claro, por lo visto desde los miradores, que Z¨²rich no es una ciudad fea, sino mucho m¨¢s guapa y coqueta de lo que se espera de una capital financiera. Bajando desde Lindenhof por callejuelas adoquinadas se descubre en un minuto el campanario de St. Peter (4), con uno de los relojes murales m¨¢s grandes del mundo, de 8,7 metros de di¨¢metro. Y poco m¨¢s all¨¢, la iglesia Fraum¨¹nster (5), con vidrieras de Chagall. Despu¨¦s, lo suyo es dar un paseo en barco por el lago (incluido en la Zurichcard) y otro a pie por la rutilante avenida comercial Bahnhofstrasse (6), que va del lago a la estaci¨®n central siguiendo lo que hasta 150 a?os era el foso de la muralla y hoy es la calle m¨¢s cara de Europa. Cuanto m¨¢s cerca del lago, m¨¢s cara. Junto a la estaci¨®n se encuentra el hotel-boutique Townhouse (7) (www.townhouse.ch), uno de los alojamientos m¨¢s c¨¦ntricos y recomendables, con decoraci¨®n de estilo ingl¨¦s y una tableta en cada habitaci¨®n.
12.00? Cinco kilos de oro
En Z¨²rich hay m¨¢s de 50 museos, lo que no est¨¢ nada mal para una ciudad de apenas 400.000 habitantes. El ¨²ltimo en abrir sus puertas, en febrero, ha sido el del F¨²tbol de la FIFA (8) (www.fifamuseum.com), donde se exhiben la aut¨¦ntica Copa del Mundo (la de cinco kilos de oro, no la r¨¦plica barata que se llevan los ganadores a casa) y otras piezas a¨²n m¨¢s curiosas, como una vieja figura de vud¨² de Benin que representa a un ¨¢rbitro encadenado, concebida para que el de carne y hueso no pite nada en contra. Por cierto, que a una parada de tranv¨ªa est¨¢ el Museo Rietberg (9) (www.rietberg.ch), el ¨²nico de culturas extraeuropeas de Suiza, donde hasta el 18 de julio se puede ver la exposici¨®n Dada Afrika, que ahonda en la fascinaci¨®n que sent¨ªan los dada¨ªstas por ese continente, como saltaba a la vista (y al o¨ªdo) en las soir¨¦es n¨¨gres del Cabaret Voltaire. Pero el gran museo de Z¨²rich, y el que hay que visitar este a?o, s¨ª o s¨ª, es el de Bellas Artes, la Kunsthaus (10) (www.kunsthaus.ch): la retrospectiva del artista franc¨¦s de origen cubano Francis Picabia (1879-1953), del 3 de junio al 25 de septiembre, va a ser, junto con los actos programados para el Festival de Z¨²rich (del 3 al 26 de junio, www.festspiele-zuerich.ch), la cresta del centenario.
14.00? Comer bajo el viaducto
El barrio que m¨¢s mola es Z¨¹rich-West, una antigua zona industrial a la que se accede a trav¨¦s de los arcos de un viaducto ferroviario, muchos de ellos ocupados ahora por caf¨¦s, restaurantes, salas de conciertos y tiendas de moda sostenible, decoraci¨®n vintage y bicis urbanas. Im Viadukt (www.im-viadukt.ch) se llama este complejo, que tambi¨¦n incluye un mercado de productos gourmet y de alimentos de proximidad. Se puede comer debajo mismo de las v¨ªas, en el restaurante 38 (11) (www.restaurant-viadukt.ch), o adentrarse 300 metros en el barrio para hacerlo en Les Halles (12) (www.les-halles.ch), una brasserie con aire de garaje. Un icono universal del barrio es la tienda Freitag (13) (www.freitag.ch): bolsos de lona de cami¨®n reciclada, en un edificio construido con 17 contenedores de barco apilados. Y otros lugares imprescindibles, el antiguo astillero Schiffbau (14), hoy restaurante, jazz club y teatro; y Puls 5 (15), donde antes se fund¨ªa acero y ahora dinero (es un centro comercial).
18.00? El cabaret de los locos
Vuelta al casco antiguo para conocer el Cabaret Voltaire (16) (www.cabaretvoltaire.ch), el local que fund¨® el alem¨¢n Hugo Ball el 1 de febrero de 1916 y donde ¨¦l y otros artistas emigrados a la pac¨ªfica Suiza prendieron la llama del dada¨ªsmo como respuesta a la sinraz¨®n de la Primera Guerra Mundial. Hay librer¨ªa, exposiciones, caf¨¦ y, todas las tardes, a las 20.00, veladas musicales y po¨¦ticas. Pero no es el ¨²nico lugar dad¨¢ de la ciudad. Tambi¨¦n reclaman el legado de este movimiento, y la atenci¨®n del viajero, los caf¨¦s Odeon (Limmatquai, 2) y Terrasse (17) (Limmatquai, 3), donde Tzara y compa?¨ªa se juntaban para escribir sus poemas de locos.
21.00? Tambi¨¦n un hotel dad¨¢
Otro sitio donde anduvieron aquellos lun¨¢ticos es el restaurante Zunfthaus zur Waag (18) (www.zunfthaus-zur-waag.ch), que alberg¨® una famosa velada dada¨ªsta en julio de 1916 y que funciona como taberna desde 1385, nada menos. Sus especialidades son la ternera con r?sti (una torta de patatas rayadas) y deslumbrar al comensal con su sal¨®n estilo Biedermeier. Sternen Grill (19) (www.sternengrill.ch) no tiene que ver con otro arte que no sea el de la parrilla, sus salchichas son las mejores de la ciudad y uno puede cenar aqu¨ª sin arruinarse. Tampoco es caro, para los par¨¢metros suizos, el hotel Limmatblick (20) (www.limmatblick.ch), de 16 habitaciones, muy c¨¦ntrico, con vistas al r¨ªo y decoraci¨®n inspirada en el dada¨ªsmo.
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