Cluc, un retiro en Begur

Cluc. Ojo cerrado. Es el nombre de un hotelito con mucho encanto situado en el casco antiguo de Begur, uno de los enclaves m¨¢s encantadores de la Costa Brava, ni muy cerca ni muy lejos de las playas. Era una casa indiana de finales del siglo XIX conocida en la localidad como Can Pall¨ª hasta que en 2012 Santi Gusart y su mujer, Elena, la adquirieron para convertirla en este alojamiento de 12 habitaciones y colmar de elaboraciones caseras las ma?anas de los dem¨¢s. Sus hu¨¦spedes se lo agradecen y premian volviendo una y otra vez.

Los grafismos en las paredes nos gu¨ªan a trav¨¦s del buen entender de los due?os. ¡°El vi fa riure i fa dormir¡± (el vino hace re¨ªr y hace dormir), dice una de las frases. As¨ª que nadie debe perder el paso si lo que quiere es comer o derrumbarse sobre la cama. El comedor se sumerge en la antigua cocina, aunque, si el tiempo lo permite, es gozoso trasladarse a una terraza flanqueada de arcos con visillos blancos, r¨²stica a m¨¢s no poder.

La biblioteca centraliza la distribuci¨®n de las piezas, y el bar ¡ªque Santi se da el gusto de llamar honesty bar, o sea, bar honesto¡ª acredita la confianza de quien oficia antes por devoci¨®n que por dinero. Uno consume lo que quiere y lo deja apuntado sin m¨¢s.

Por su tama?o, la casa no invita a prolongar el desperezo. Los propietarios hacen hincapi¨¦ en el entorno mar¨ªtimo del pueblo, sus secretos festivos y gastron¨®micos, as¨ª como en los recursos tur¨ªsticos del Empord¨¤. Una innegable conexi¨®n toscana y provenzal traspasa los c¨¢nones est¨¦ticos coloniales e internacionaliza los momentos del hu¨¦sped. ¡°A bona son no hi ha llit dur¡± (a buen sue?o no hay cama dura). Y eso que los colchones superan en comodidad a los de muchos hoteles de cinco estrellas.

Unos dormitorios ofrecen balc¨®n a la calle y otros disponen de terraza al patio interior. Unos conservan el pavimento hidr¨¢ulico y otros se visten de baldosa catalana. Todos se protegen de los excesos lum¨ªnicos con lencer¨ªa gruesa, mobiliario decapado en colores crudos y un ambiente riguroso de silencios y conversaciones cultas. No hace falta m¨¢s aspavientos decorativos porque, como reza otro lema fijado a la pared, ¡°Al llit, tot l¡¯any ¨¦s primavera¡± (en la cama, todo el a?o es primavera).