Vigo, de ostras y piratas
Un paseo relajado por la historia y la cultura gallegas en una urbe en la que brillan las intervenciones de arquitectos como V¨¢zquez Consuegra, Rossi y Miralles. Y tabernas y restaurantes donde la comida es una fiesta
Siempre hay un referente en Vigo (www.turismodevigo.org): aqu¨ª la vida huele, suena y se mueve al vaiv¨¦n del mar. Caminar el casco viejo es recordar una historia que se remonta a embestidas de piratas. El ritmo de la urbe, de 295.000 habitantes, con una parte dedicada a la hosteler¨ªa y otra m¨¢s residencial, invita a un paseo relajado entre cuestas empedradas y edificios emblem¨¢ticos.
10.00 Desayuno junto a la primera farola
La plaza de la Constituci¨®n (1) es el n¨²cleo de la parte baja del casco viejo, un lugar de origen medieval que debe su actual aspecto al siglo XVIII. Sus soportales, antes refugio para vendedores, est¨¢n abarrotados de locales donde desayunar. Radiando la plaza, el s¨ªmbolo de esta zona: la primera farola que alumbr¨® con luz el¨¦ctrica a los vigueses. La ma?ana pausada invita a visitar la concatedral de Santa Mar¨ªa (2), m¨¢s conocida como la colegiata. Fue construida en 1811, sobre la iglesia y el cementerio original. Muy cerca se erige la casa torre de Pazos Figueroa (3), del XVI, uno de los ejemplos de la arquitectura culta m¨¢s antigua de la ciudad. A mano izquierda nos topamos con la estrecha calle de la Cester¨ªa, que a principios del siglo XX se convirti¨® en el principal enclave gallego del sector que le da nombre. En todo el casco viejo se pueden comprar diferentes productos artesanos. Bajando hacia el mar por la plaza de la Iglesia se encuentra el mercado de A Pedra (4). Esta zona comercial se clausur¨® en 2014 debido a la venta de ropa de marca falsificada. Hoy algunos puestos siguen cerrados, y otros intentan orientarse hacia nuevos productos, como los souvenirs.
12.00 El punto m¨¢s guiri del casco viejo
El mercado de A Pedra se encuentra sobre la calle de la Pescader¨ªa o la ¡°calle de las Ostras¡±. Las vendedoras sacan sus puestos y ofrecen este t¨ªpico producto vigu¨¦s que se cultiva desde la ¨¦poca romana. Un gaitero suele acompa?ar con melod¨ªas tradicionales la degustaci¨®n. Es el punto m¨¢s guiri del casco viejo y un buen lugar para el aperitivo. Tras reponer fuerzas, hay que subir hasta la plaza de la Princesa para visitar la Casa Galega da Cultura (5). Este espacio multidisciplinar alberga dos fondos, uno bibliogr¨¢fico y otro muse¨ªstico. En la plaza se encuentra una de las fuentes m¨¢s antiguas de la ciudad, una torre de piedra coronada por un angelote. Conmemora la reconquista de Vigo: en 1809 el pueblo expuls¨® a las tropas napole¨®nicas, convirti¨¦ndose en la primera villa espa?ola que se sublev¨® contra los franceses. Ese d¨ªa se recuerda cada 28 de marzo.
14.00 Cien por cien gallego
La materia prima de esta tierra y, sobre todo, del mar casi garantiza el buen comer y beber. Los locales de aspecto moderno conviven con otros m¨¢s r¨²sticos. La Mina (6), Lume de Carozo (7) o Picadillo (8) son solo algunos de los referentes donde el producto gallego se mezcla con la cocina contempor¨¢nea.
16.00 Una muralla contra Francis Drake
En el siglo XVII, durante el reinado de Felipe IV, se mand¨® construir una muralla para proteger la ciudad de los saqueos de los portugueses y de Francis Drake. Discurr¨ªa por el casco viejo, pero hoy no quedan nada m¨¢s que unos vestigios del castillo de San Sebasti¨¢n que la coronaba. Hay que ascender al casco viejo alto para verlos. Durante d¨¦cadas el abandono rein¨® en sus calles, pero hace 10 a?os comenz¨® un proceso de rehabilitaci¨®n en el que los inmuebles restaurados y los negocios de barrio conviven todav¨ªa con las tripas y la decrepitud de algunas estructuras.
La calle Subida al Castillo desemboca en los restos de la fortaleza, destruida por el tiempo y la explotaci¨®n urban¨ªstica. En su interior se asienta hoy la sede del Ayuntamiento (9). Desde este punto se observan las islas C¨ªes (10), el mayor atractivo tur¨ªstico de Vigo; la pen¨ªnsula del Morrazo (11) y uno de los iconos de la comarca: el puente de Rande (12). A la espalda, el monte de O Castro (13), el lugar escogido por los primeros pobladores para asentarse. Las vistas son todav¨ªa mejores desde este at¨ªpico jard¨ªn, que adem¨¢s permite observar restos castre?os de los siglos III a I antes de Cristo.
18.00 En busca de la buena arquitectura
Cuando los ojos se saturen del azul marino, hay que descender a la calle de Abeleira Men¨¦ndez, donde se sit¨²a la pinacoteca municipal (14). Sus exposiciones se vertebran en torno a la pintura gallega y al arte europeo. Tras la visita merece la pena acercarse al kil¨®metro cero de la ciudad, la Puerta del Sol, engalanada por la figura del Sireno, un hombre pez plateado del escultor Francisco Leiro. La calle que la atraviesa, Policarpo Sanz (15), es el cord¨®n umbilical de la ciudad para conectar con las principales v¨ªas. Tambi¨¦n con la calle peatonal del Pr¨ªncipe (16), centro del comercio vigu¨¦s y una de las m¨¢s transitadas. A 200 metros de la pinacoteca se ubica adem¨¢s la sede del Colegio de Arquitectos de Galicia (17), un edificio met¨¢lico con peque?as ventanas, ejemplo de la apuesta de Vigo por conjugar historia y modernidad, obra de 2009 de los arquitectos Jes¨²s Irisarri Castro y Guadalupe Pi?era. No es este el ¨²nico edificio interesante.
El aulario de la Universidad de Vigo se cuenta entre las obras maestras de Enric Miralles, y la rica tradici¨®n arquitect¨®nica de Vigo, del modernismo al racionalismo, pasa tambi¨¦n por ejemplos como el teatro Fraga (1942), de Luis Guti¨¦rrez-Soto; la reforma de la sede viguesa de la Fundaci¨®n Barri¨¦ de la Maza, de Emilio Tu?¨®n y Luis Moreno Mansilla, y el Museo do Mar, de Aldo Rossi, terminado tras su fallecimiento por C¨¦sar Portela. Otros museos recomendables son el Verbum, en la playa de Samil, obra de C¨¦sar Portela (verbum.vigo.org) y el Marco (www.marcovigo.com), espacio para el arte contempor¨¢neo. Y una ¨²ltima obra memorable: el proyecto de ordenaci¨®n del borde mar¨ªtimo de Vigo (1995-2004), con la que el arquitecto sevillano Guillermo V¨¢zquez Consuegra obtuvo el Premio de la Arquitectura Espa?ola en 2005.
20.00 De tapas y copas
El paseo termina donde empez¨®: en la plaza de la Constituci¨®n. Desde aqu¨ª se puede ir a cualquiera de las taper¨ªas y restaurantes de la zona, y hay desde marisquer¨ªas a tabernas para elegir, y elegir bien. Los aleda?os de la plaza suelen rebosar a estas horas de vigueses con copas de vino y cerveza en la mano. Para concluir el d¨ªa, un buen local es La Central (19) (www.lacentralvigo.com). Este c¨¢lido restaurante baja las luces despu¨¦s de cenar, sube la m¨²sica y se convierte en bar.
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