Met Breuer, nuevo museo en Nueva York

El Upper East Side de Manhattan es sin¨®nimo de lujo gracias a sus archiconocidas avenidas ¨Cla Quinta, Madison o Lexington¨C, que cuentan entre sus calles con incre¨ªbles mansiones donde habitaron familias de multimillonarios como los Vanderbilts, Rockefellers o Roosevelts.

A diferencia del Midtown, donde a veces hay que esquivar codos de turistas cuando despliegan los mapas de la ciudad o evitar pisotones antes del selfie de turno en el Empire o Times Square, el Upper East Side es conocido por otra clase de turismo: el de los museos.

Separado del Upper West Side por el verde rect¨¢ngulo de Central Park, el barrio de la clase alta de Nueva York empieza en la calle 59 y termina en la 96, acogiendo en su kil¨®metro y medio de recorrido museos irrenunciables para los visitantes. Como el Metropolitan Museum of Art (MET), que guarda dos secretos: su terraza, con incre¨ªbles fotograf¨ªas panor¨¢micas del gran parque neoyorquino y los edificios que lo rodean, as¨ª como su m¨¢s reciente novedad, la apertura del Met Breuer, en Madison Avenue con la calle 75, nueva extensi¨®n del centro de arte alojada en el mismo y emblem¨¢tico edificio de Marcel Breuer que hasta 2014 acogi¨® el?Whitney Museum, reabierto recientemente en la orilla oeste de Manhattan (99 Gansevoort Street) en un edificio de Renzo Piano ubicado entre el High Line y el r¨ªo Hudson.

Inaugurado el pasado 18 de marzo, el nuevo Met Breuer cuenta con colecciones de arte moderno y contempor¨¢neo de los siglos XX y XXI, en consonancia con los aspectos de la colecci¨®n del museo. Una de las exposiciones actuales, Unfinished, estrenada el pasado 7 de mayo, muestra obras de diferentes ¨¦pocas que, por diferentes motivos, quedaron incompletas. Algunas de ellas son de grandes autores como Pablo Picasso, Juan Gris, Van Gogh, Rembrandt, C¨¦zanne o Andy Warhol, entre otros.

Hablando de Warhol, el artista estadounidense era una de las celebrities que sol¨ªa caminar por las tranquilas calles del Upper East Side para, por ejemplo, visitar la Iglesia de San Vicente Ferrer, en el n¨²mero 869 de Lexington Avenue.

Para emular al icono del arte pop, a Woody Allen, al ex alcalde Bloomberg o a la mism¨ªsima Madonna (algunos de los vecinos del barrio) proponemos una mini ruta con pistas para comer, pasear y detenerse a contemplar la parte alta del este de Manhattan.

Museos

Adem¨¢s del nuevo Met Brauer, la milla de los museos del Upper East Side incluye la fabulosa Frick Collection, el museo jud¨ªo, en la calle 92, as¨ª como el imprescindible Guggenheim ¨Ccalle 89 con la Quinta Avenida¨C y, un poquito m¨¢s abajo, en la 82, el museo Metropolitan.

Desde arriba

La posibilidad de contemplar ¨Cdurante cuatro minutos¨C el skyline de la parte Este de Mahattan desde las alturas solo cuesta el precio de un billete de metro. Basta con subirse al telef¨¦rico hacia Roosevelt Island, en la Segunda Avenida con la calle 59, y disfrutar de las vistas.

Un toque dulce

Cerca de la entrada del telef¨¦rico, en direcci¨®n a la Tercera Avenida, un breve paseo invita a entrar a uno de los sitios m¨¢s conocidos del barrio: Dylan¡¯s Candy Bar, una tienda gigante de chucher¨ªas que har¨¢, seguro, las delicias de los m¨¢s peque?os y, probablemente, tambi¨¦n de los mayores.

Barrio de pel¨ªcula

El Upper East Side permite rememorar momentos de pel¨ªculas como Serendipity: entrar en los grandes almacenes de Bloomingdales¡¯s, en la calle 59 (entre la Tercera Ave y Lexington) o disfrutar (si el presupuesto alcanza) del postre m¨¢s caro del mundo a escasos metros, mientras alucinas con la decoraci¨®n del restaurante Serendipity 3 (225 E 60th St).

Hay m¨¢s escenarios de culto para cin¨¦filos y seri¨¦filos: desde un recorrido tem¨¢tico de la serie Gossip Girls hasta edificios que aparecen t¨ªtulos como Desayuno con Diamantes, El Gran Gatsby, Kramer contra Kramer, American Psycho, El diablo se viste de Prada o Diarios de una ni?era, con Scarlett Johansson.

Rincones curiosos

Una visita distinta en el barrio es Gracie Mansion, la residencia oficial del Alcalde de Nueva York ¨Cactualmente Bill de Blasio¨C situada en la calle 88 con el East River. Otra parada interesante es el Hotel Carlyle (35 E 76th Street), donde seg¨²n el escritor y periodista franc¨¦s Fran?ois Forestier, autor del libro Marilyn y JFK, Kennedy y Monroe tuvieron su ¨²ltimo encuentro ¨ªntimo la misma noche en la que Marilyn enton¨® el ya m¨ªtico Happy birthday, Mr. President en el Madison Square Garden con motivo del 45 cumplea?os de JFK.

A?os despu¨¦s, en 1999, su hijo,?John F. Kennedy Jr., desayun¨® aqu¨ª por ¨²ltima vez antes de fallecer en un accidente de avi¨®n frente a la costa de?Martha's Vineyard (Massachusetts). Pero este hotel es una parada obligatoria en el Upper East Side, sobre todo, por los eventos del Caf¨¦ Carlyle. Entre ellos, las peri¨®dicas actuaciones de Woody Allen y la Eddy David New Orleans Jazz Band.

Desayuno ¡®newyorker¡¯

Una de las caracter¨ªsticas de esta zona de Nueva York es su horrible combinaci¨®n en transporte publico, que suele provocar que m¨¢s de uno llegue tarde al trabajo a diario. Para comprobarlo basta con intentar coger el metro en la estaci¨®n de la calle 77 con la avenida Lexington en hora punta¡­ Pero para sentirse como un verdadero newyorker en el Upper East Side hay que ir a desayunar (barato) a H&H Bagels, en el n¨²mero 1551 de la Segunda Avenida, entre las calles 80 y 81.

Cuando, por contrario, el plan es nocturno, hay que acudir al Stumble Inn, en la calle 75 con la Segunda Avenida, y si despu¨¦s hay ganas de comer algo el supermercado Gristedes queda a unos pasos a la salida del bar. Un buen lugar para ¨Ca otras horas- contemplar el d¨ªa a d¨ªa de las familias del Upper East Side.

Para cenar

La variedad de restaurantes del Upper East Side ¨Calgunos a precios poco asequibles¨C invita a salir a cenar. Por ejemplo (si te lo puedes permitir), al restaurante Daniel (60 East 65th Street), reconocida propuesta de nueva cocina francesa a cargo del chef Daniel Boulud. M¨¢s asequible y muy neoyorquino, en el comedor de JG Melon, en la 74 con la Tercera Avenida, puedes pedir unas de las mejores hamburguesas de la ciudad.

Para hacer la digesti¨®n, Central Park queda a solo cuatro manzanas. Resulta pr¨¢cticamente imposible renunciar al parque durante un recorrido por el Upper East Side: a lo largo de la Quinta Avenida hay una veintena de entradas entre las calles 60 y 110. Imposible no deslizarse por alguna de ellas hacia la gran terraza de los neoyorquinos.

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