Vivir Los ?ngeles

Suele pasar. Si conoce a alguien que hizo un tour por el oeste de Estados Unidos, el relato suele ser muy parecido. Le encant¨® San Francisco, qu¨¦ monada. Hizo mil fotos en el parque de Yosemite. En Las Vegas pas¨® dos d¨ªas, perdi¨® dinero y se dio una paliza caminando sin darse cuenta. El Gran Ca?¨®n fue la experiencia de su vida. ?Y Los ?ngeles? Sali¨® huyendo de Los ?ngeles despu¨¦s de un d¨ªa de atascos, calor, un paseo por Hollywood Boulevard entre mendigos y otro por Venice Beach entre borrachos.

Los ?ngeles no es una ciudad normal, hay que reconocerlo. Alguien la defini¨® como ¡°19 suburbios en busca de una metr¨®polis¡±, una frase que va cambiando seg¨²n el n¨²mero de suburbios y el autor que se quiera citar. Es verdad, es dif¨ªcil caer en Los ?ngeles y saber qu¨¦ hacer, d¨®nde est¨¢ lo que hay que ver. Para el turista que busca respuestas r¨¢pidas y fotos obvias, no resiste comparaci¨®n con Nueva York o San Francisco. Porque el atractivo de este lugar est¨¢ en una forma de ser ¨²nica, la que se ha trasladado al cine, a la m¨²sica y la literatura desde un lugar remoto hasta para el estadounidense medio. ?Qu¨¦ pasa en Los ?ngeles? ?Qu¨¦ la hace especial? La ¨²nica manera de llevarse una respuesta es vivirla. Darle una oportunidad y pasear, conducir, comer sin agobiarse pensando si se est¨¢ donde hay que estar. Olv¨ªdelo, la foto ideal no existe, el restaurante obligatorio tampoco. Pero la experiencia del sur de California est¨¢ ah¨ª, para el que quiera experimentarla. No vea cosas, haga cosas. Nunca se podr¨¢ ir de aqu¨ª diciendo ¡°he visto Los ?ngeles¡±. Es imposible. Pero s¨ª se puede pasar unos d¨ªas y vivir Los ?ngeles. Aqu¨ª van algunas maneras de hacerlo.

Mucho arte

En Los ?ngeles, una vez hubo un centro urbano. Sus actuales habitantes lo est¨¢n descubriendo. La apertura de un nuevo museo de arte contempor¨¢neo, The Broad, obra del equipo de arquitectos Diller Scofidio + Renfro, con la colecci¨®n privada del millonario Eli Broad, ha sido un hito para esta zona. Ya se puede hablar de una milla del arte a lo largo de la calle Brand en la que coincide esta sala con el Museo de Arte Contempor¨¢neo de Los ?ngeles. The Broad ya tiene apodo: el museo de los millennials. Cumple a la perfecci¨®n el papel de museo divertido lleno de piezas conocidas y fotografiables. Para recorrer tel¨¦fono m¨®vil en mano. Al lado est¨¢ el Walt Disney Concert Hall, proyectado por Frank Gehry.

La zona de pronto amanece todos los d¨ªas con una cola alrededor de la manzana. Ya que est¨¢ en Downtown, qu¨¦dese ah¨ª. Camine, en serio. Recorra la calle Broadway para ver lo que un d¨ªa fue el centro del mundo del espect¨¢culo. Entre a curiosear en el Ace Hotel, en el edificio donde estuvo la United Artists de Chaplin. Entre en Clifton¡¯s, reci¨¦n renovada cafeter¨ªa que era el lugar de encuentro de las estrellas de los a?os treinta. Coma en el renovado Grand Central Market, convertido en una interesante mezcla de puestos tradicionales con sofisticadas cocinas hipster. Cruce la calle y curiosee el edificio Bradbury, donde se rod¨® Blade Runner. Camine desde all¨ª a Little Tokio. El centro de la ciudad est¨¢ reviviendo. Alg¨²n d¨ªa dir¨¢ que lo vio en reconstrucci¨®n.

Aventura urbana

¡°Los ?ngeles es la ciudad m¨¢s bonita del mundo, siempre que se mire de noche y desde arriba¡±. La frase es de Roman Polanski y tiene tanta iron¨ªa como raz¨®n. Pero ?d¨®nde se hace la gente esas fotos tan espectaculares con Los ?ngeles al fondo? Hay varios paseos de esos que obligan a parar a mirar. El primero, subir al barrio de Los Feliz y llegar hasta el observatorio Griffith. No hace falta meterse en el atasco del aparcamiento. Dejar el coche delante del Teatro Griego es una opci¨®n. De ah¨ª salen dos paseos estupendos por el parque, uno a la derecha y otro a la izquierda, ambos llevan a unas vistas perfectas de la ciudad. En los d¨ªas claros se ve hasta el puerto, al sur, y el Pac¨ªfico, al oeste. Un paseo por Griffith Park da tambi¨¦n una idea de lo rural que sigue siendo en buena medida este mar de cemento. En el parque hay serpientes de cascabel, no es raro encontrarse coyotes, especialmente al atardecer, o ciervos. Y, por supuesto, en estas colinas vive suelto el famoso puma P-22, una especie de mascota de la ciudad.

Cuando est¨¦ mirando desde la monta?a hacia Downtown, comentando lo grande que es la ciudad y tratando de que se vea algo en el selfie, tenga en cuenta un detalle: solo est¨¢ viendo media ciudad. La otra media est¨¢ detr¨¢s. Un estupendo paseo para hacerse una idea es conducir por Mulholland Drive, la carretera que va por la cresta de las monta?as de Santa M¨®nica, desde Hollywood hasta el mar. Se puede entrar desde el principio, junto a la autopista 101, e ir parando en los distintos miradores que tiene, hacia el sur y hacia el norte. El primero que se encuentra a la izquierda de la carretera, sobre el Hollywood Bowl, es una de las vistas m¨¢s incre¨ªbles de la ciudad. En los de la derecha, se ve todo el valle de San Fernando.

Vaya a la playa

La costa californiana est¨¢ mitificada por el cine y la m¨²sica, pero la realidad es que a un viajero de Espa?a o de M¨¦xico, por ejemplo, las playas no le van a impresionar mucho. Pero si uno quiere llevarse una idea del modo de vida californiano, esta es la quintaesencia, lo que el resto de Estados Unidos viene a buscar aqu¨ª. Para un d¨ªa de naturaleza de verdad ¨¦chele un par de horas hasta las playas de El Matador o Leo Carrillo, hacia el norte. Sin irse muy lejos, Zuma Beach, en Malib¨², nos sumerge en una canci¨®n de los Beach Boys nada m¨¢s llegar. Si pasea hacia la izquierda llega a la playa donde se rod¨® el final de El planeta de los simios.

M¨¢s cerca, la gigantesca playa de Santa M¨®nica puede ser decepcionante dependiendo del sitio. Cuanto m¨¢s lejos del famoso muelle con la noria, mejor. ?Le suenan las casetas de los vigilantes de la playa? Son las de la serie de Pamela Anderson. S¨ª, van con ba?ador rojo y corren con un flotador. No, no est¨¢ Pamela Anderson. Otra opci¨®n de playa urbana es Manhattan Beach, un poco m¨¢s al sur. Es la playa surfera por excelencia, m¨¢s tranquila y sin turistas.

Para cin¨¦filos

En Hollywood no hay nada que ver, pero s¨ª mucho que hacer. Acercarse a la industria del cine, llevarse la sensaci¨®n de que se ha estado cerca, es el gran atractivo de Los ?ngeles. La ciudad no puede escapar a ese mundo paralelo que es Hollywood y que define su lugar en el imaginario del turista global. Pero es muy dif¨ªcil ver Hollywood. No hay donde bajarse del coche y hacerse una foto. Un paseo por Hollywood Boulevard puede ser una experiencia muy decepcionante. ?Y esto es la industria del cine?, se pregunta uno mientras aparta palos de selfie y esquiva a un tipo disfrazado de Spiderman. Como le pasa al resto de la ciudad, no hay mucho que ver, hay que hacer cosas.

Los tours de los estudios son la mejor manera de llevarse una experiencia de Hollywood. El tour m¨¢s conocido, el de Warner Bros., le va a dar una de las fotos m¨¢s facebookeables de su vida: la que se puede hacer en el sof¨¢ del Central Perk, el ¨²nico decorado salvado de la serie Friends, que se rod¨® en estos estudios de Burbank durante 10 a?os. Aparte, ves un estudio de verdad en acci¨®n, donde el acceso depende de lo que est¨¦n rodando ese d¨ªa. Para el mit¨®mano, hay cosas que no tienen precio, como cruzar la puerta del hangar n¨²mero 7, donde se rod¨® Casablanca, o caminar por la calle est¨¢ndar de Nueva York donde se han rodado miles de pel¨ªculas.

Universal Studios ofrece un tour por sus decorados dentro de la visita a su parque de atracciones. Otros dos estudios legendarios tambi¨¦n son visitables: Paramount, el ¨²nico que queda en la localizaci¨®n original en Hollywood, en medio de la ciudad; y Sony, que ocupa los antiguos estudios de Metro Goldwyn-Mayer en Culver City, la primera meca del cine.

Otro nivel es participar de la acci¨®n. Si se hacen planes con antelaci¨®n, se puede asistir gratis a muchas grabaciones de televisi¨®n. Igual que busca hotel en Los ?ngeles, busque entradas con antelaci¨®n en tvtickets.com o 1iota.com y puede ver en directo la grabaci¨®n de shows como Fuller House, Girl Meets World o Dancing with the stars. Ya, vale, no son sus favoritos, pero se trata de ver la industria por dentro. Esta es la experiencia definitiva de Hollywood. En Los ?ngeles tambi¨¦n se graban varios de los talk shows m¨¢s populares de Estados Unidos, los de Jimmy Kimmel, Conan O¡¯Brien, Ellen DeGeneres y James Corden. Con tiempo y un poco de suerte, puede acudir como p¨²blico a cualquiera y ver c¨®mo se hacen.

Y por ¨²ltimo, en la ciudad del cine, vaya al cine. Puede parecer una recomendaci¨®n peregrina, pero no lo es. En los mejores cines de Los ?ngeles se ven las pel¨ªculas como las ven los que las hacen, como ellos esperan que se vean. La diferencia con un cine mediano de cualquier otro lugar es notable. Las tres grandes cadenas de exhibici¨®n, Archlight, Regal y AMC son una garant¨ªa para una buena experiencia. Pero, adem¨¢s, en Los ?ngeles se vive el cine a todas horas. Todo el cine. Es muy f¨¢cil encontrar reposiciones y peque?as proyecciones de cl¨¢sicos. Entre en la web de la American Cinematheque y disfrute de un cl¨¢sico en el Egyptian Theatre, uno de los grandes cines de la ¨¦poca dorada de Hollywood. la mejor televisi¨®n del mundo.

Comer y beber

?Restaurantes? S¨ª, muchos. Los ?ngeles es una de las ciudades m¨¢s foodies del mundo. El sushi perfecto o el mejor taco son un tema de conversaci¨®n habitual. Pero no hay comida m¨¢s angelina que un p¨ªcnic. Y si es verano, la forma de coronarse como angelino de pata negra es ir con el p¨ªcnic a un concierto en el Hollywood Bowl. La entrada m¨¢s barata, la de arriba del todo. Si adem¨¢s es viernes, es muy agradable el p¨ªcnic en Barnsdall Park, con una estupenda vista de Hollywood hacia el oeste. Para una foto de postal, haga el p¨ªcnic en Echo Park con vistas al centro, el Downtown. Mientras vaya de d¨ªa es seguro, ya que la gentrificaci¨®n lo ha recuperado para la ciudad.

En Los ?ngeles existe el concepto de bar de copas. M¨¢s o menos. Pero lo que la ciudad ha abrazado con pasi¨®n son las azoteas. Especialmente desde que el Downtown empieza a ser un lugar seguro por la noche. Merece la pena hacer un poco de cola para subir al Perch, en pleno Pershing Square y rodeado por los edificios del centro financiero. Tambi¨¦n las terrazas de los hoteles Ace y Standard. Lo m¨¢s, las azoteas con cine al aire libre, como la del teatro Ricardo Montalb¨¢n, en Hollywood.

En ese viaje por el oeste de Estados Unidos, Los ?ngeles merece una oportunidad. La experiencia aut¨¦nticamente angelina est¨¢ en cualquier esquina. En una cervecer¨ªa artesana del Arts Disctict, en un karaoke coreano de Koreatown, en un min¨²scu?lo restaurante de Chinatown, en un club del Sunset Strip o en una cafeter¨ªa mexicana de Boyle Heights. Cualquier otra ciudad es m¨¢s f¨¢cil de pasear, m¨¢s manejable, m¨¢s fotografiable. Pero hay pocas m¨¢s f¨¢ciles de vivir y que den tanto a cambio al que se interesa por ella.

M¨¢s pistas en Los ?ngeles pinchando aqu¨ª

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