Coma Alta 2012, contrapunto salino

Cada vez que escribo sobre Mas d¡¯en Gil me viene a la memoria la familia Barril, empecinados viticultores del Priorato, cuando hacer vino era una heroicidad en esta dura y m¨¢gica tierra catalana. Recuerdo su Masia Barril T¨ªpico, un tinto recio cuando gustaba la flacura, oscuro cuando imperaba la palidez, alcoh¨®lico cuando asustaba el grado.

Luego Pere Rovira compr¨® la bodega y ahora, con el apoyo de sus hijas, elabora vinos de exquisita modernidad gracias a las admirables vi?as plantadas hace medio siglo y cuidadas con mimo de viejo agricultor enamorado.

Como este soberbio blanco, filigrana enol¨®gica creada a partir de cepas de Garnacha blanca y Viognier, cultivadas sobre suelos de licorella (pizarra), entre matas de espliego y romero, en la zona alta del Valle de La Coma.

El bosque mediterr¨¢neo que las cobija otorga a las uvas una personalidad arrebatadora que Pere Margalef sabe desvelar con una depurada enolog¨ªa. As¨ª tenemos una nariz de profundidad arom¨¢tica, donde la t¨®nica frutal se combina con la l¨ªnea mel¨®dica de las hierbas bals¨¢micas y florales bajo la apagada resonancia del roble. Para terminar en un contrapunteado sabor ligeramente salino.