12 experiencias b¨¢varas
De los castillos de Luis II, el Rey Loco, a las orillas del Danubio, ruta por la regi¨®n alemana de Baviera
Desde las cimas de los Alpes hasta las llanuras del Danubio, en la regi¨®n de Baviera se dan todos los clich¨¦s de la Alemania m¨¢s rom¨¢ntica: castillos de cuento de hadas, historias de reyes exc¨¦ntricos, praderas con vacas que pastan pl¨¢cidamente, tabernas campestres donde se beben tanques de cerveza cubiertos de espuma y pueblos medievales amurallados que parecen atrapados en el tiempo.
Pero Baviera tambi¨¦n tiene otro tipo de atractivos, como una innovadora industria, un pasado lleno de luces y sombras, vinos de fama internacional, ciudades en las que resuena la m¨²sica a lo grande y unas monta?as llenas de senderos, pistas de esqu¨ª y paisajes para descubrir.
1 Las monta?as del Rey Loco
El recuerdo del exc¨¦ntrico Luis II de Baviera, conocido como el Rey Loco, nos persigue al recorrer los Alpes B¨¢varos. Son unas monta?as espectaculares, a modo de frontera natural con la vecina Austria, y salpicadas de aldeas pintorescas, balnearios cl¨¢sicos y montones de posibilidades para el esqu¨ª, el snowboard, el senderismo, el pirag¨¹ismo o el parapente. A los urbanitas b¨¢varos les gusta escaparse a la zona de Garmish-Partenkirchen y lugares como Berchtesgarden, F¨¹ssen o Oberstdorf, perfectos como base de operaciones para recorrer la regi¨®n.
F¨¹ssen es el punto ¨¢lgido de la Ruta Rom¨¢ntica, con algunos castillos imprescindibles en cualquier viaje por el sur de Alemania. La visita (y la foto) imprescindible es el castillo de Neuschwanstein, uno de los m¨¢s bellos del mundo, o al menos, el m¨¢s rom¨¢ntico. Surge entre los picos de las monta?as circundantes como un espejismo; a todos los que hayan visto La bella durmiente les resultar¨¢ familiar.
El exc¨¦ntrico Luis II de Baviera planific¨® personalmente este edificio de cuento de hadas con la ayuda, no de un arquitecto, sino de un escen¨®grafo. Lo imagin¨® como un gran escenario para recrear el mundo de la mitolog¨ªa alemana, inspirado por las ¨®peras de su amigo Richard Wagner. La estancia m¨¢s impresionante es la S?ngersaal (Sala de los Trovadores), con frescos de escenas de la ¨®pera Tannh?user, pero el circuito guiado descubre otros espacios sorprendentes, como los dormitorios tem¨¢ticos de Trist¨¢n e Isolda (con una enorme cama de estilo g¨®tico), una estridente gruta artificial o el bizantino Sal¨®n del Trono, cuyo suelo de mosaicos tiene m¨¢s de dos millones de teselas. A pesar de todo el dinero que invirti¨® el rey en su construcci¨®n, solo lleg¨® a residir en el palacio 170 d¨ªas en toda su vida.
Para obtener vistas de postal de Neuschwanstein hay que subir 10 minutos a pie hasta el Puente de Mar¨ªa, que cruza el desfiladero del P?llat por encima de una cascada, un poco m¨¢s arriba del castillo.
2 M¨¢s palacios de cuento
Neuschwanstein no es el ¨²nico castillo de la zona. En el de Hohenschwangau, de color amarillo, verane¨® toda su vida Luis II de Baviera y aqu¨ª fue donde conoci¨® a Richard Wagner. Es de estilo neog¨®tico, mucho menos ostentoso que el anterior y tambi¨¦n m¨¢s acogedor. Otra fantas¨ªa g¨®tica es el Hohes Schloss, antiguo palacio de retiro de los obispos de Augsburgo, que preside el compacto centro hist¨®rico de F¨¹ssen.
Por ¨²ltimo, el castillo de Linderhof es como una minicueva de curiosos tesoros. Era el palacio m¨¢s peque?o del exc¨¦ntrico rey decimon¨®nico, pero tambi¨¦n el m¨¢s lujoso y el ¨²nico que logr¨® ver completado en vida. Est¨¢ en una empinada ladera en medio de un fant¨¢stico paisaje de jardines franceses, fuentes y edificios ornamentales. El solitario monarca lo utilizaba como retiro y casi nunca recib¨ªa visitas. Linderhof est¨¢ inspirado en Versalles y est¨¢ dedicado a Luis XIV, el Rey Sol.
Y para tener vistas fabulosas de los Alpes y sus castillos, una ¨²ltima recomendaci¨®n: subir en el telef¨¦rico hasta la cima del Tegelberg, un lugar excelente para lanzarse en ala delta y parapente.
3 El techo de Alemania
Para decir que se ha visto Alemania por todo lo alto hay que subirse a la cima del Zugspitze, el pico m¨¢s alto del pa¨ªs (2.964 metros), desde una de las estaciones de esqu¨ª m¨¢s famosas del mundo: Garmisch-Patenkirchen, desde donde tambi¨¦n se pueden hacer c¨®modamente las excursiones para visitar los castillos del rey Luis II. Hasta hace poco tiempo, decir "he pasado el invierno en Garmish" era algo aristocr¨¢tico y un tanto snob. Hoy sigue siendo un privilegio esquiar en sus pistas, incluidas las del Zugspitze. Patenkirchen conserva un ambiente rural alpino a la antigua, pero en Garmish reina un ambiente completamente del siglo XXI.
En d¨ªas claros, desde el techo de Alemania se contemplan cuatro pa¨ªses. La ruta circular empieza en Garmish a bordo del tren cremallera que recorre la base de la monta?a hasta el Eibsee, un id¨ªlico lago en un bosque. Desde all¨ª se toma el Eibsee-Seilhahn, un telef¨¦rico muy empinado que sube a la cima y, despu¨¦s, contin¨²a hacia el glaciar Zugspitze, desde donde el tren regresa a Garmisch. Es una de las excursiones m¨¢s populares en el sur de Alemania.
4 Pasado nazi en Berchtesgaden
Junto a la frontera austr¨ªaca y rodeado de seis formidables cordilleras, la zona de Berchtesgaden es un fabuloso rinc¨®n de Baviera lleno de mitos y leyendas. Aqu¨ª est¨¢n el segundo pico m¨¢s alto de Alemania (el Watzmann, de 2.713 metros) y el lago del Rey (K?nigssee), el m¨¢s fotog¨¦nico del pa¨ªs. Gran parte de esta zona est¨¢ protegida (es parque nacional) pero sus principales atracciones no est¨¢n relacionas con la naturaleza.
El Nido del ?guila se edific¨® como retiro de monta?a para Hitler y fue un regalo del Reich para su 50 cumplea?os. En tan solo dos a?os, 3.000 trabajadores trazaron una vertiginosa carretera de monta?a de seis kil¨®metros de largo, excavaron un t¨²nel de 124 metros, construyeron un ascensor horadado en la roca y levantaron el chal¨¦ del F¨¹her (hoy convertido en un restaurante). En los los d¨ªas claros, las vistas son asombrosas. Poco queda de la fortaleza de Hitler ya que al final de la II Guerra Mundial la Royal Air Force arras¨® gran parte de Obersalzberg, aunque, curiosamente el Nido de ?guila qued¨® intacto.
En la cercana localidad de monta?a de Obersalzberg nos reencontramos con el pasado m¨¢s negro de Alemania. En 1933, este apacible pueblo pas¨® a ser la segunda sede del poder nazi, despu¨¦s de Berl¨ªn. Esta ¨¦poca oscura se muestra en el?Dokumentation Obersalzberg, excelente muestra hist¨®rica que recorre todas las facetas del terror nacionalsocialista. Una secci¨®n de la red de b¨²nkeres subterr¨¢neos est¨¢ tambi¨¦n abierta al p¨²blico.?
5 Senderismo en los bosques b¨¢varos
Junto con el Bosque Bohemio, al otro lado de la frontera con la Rep¨²blica Checa, los bosques b¨¢varos forman la zona boscosa (ininterrumpida) m¨¢s grande de Europa. Este inspirador paisaje de apacibles colinas sinuosas y picos redondeados cubiertos de ¨¢rboles se entremezcla con valles silenciosos y tramos de bosques v¨ªrgenes que constituyen el h¨¢bitat de muchas especies que han desaparecido del resto de Europa central. Una gran extensi¨®n convertida (y protegida) en parque nacional que conforma un aut¨¦ntico para¨ªso para los amantes de la naturaleza. El denso bosque se extiende desde Bayerisch Eisenstein, al norte, hasta Finsterau, al sur, y est¨¢ integrado formado en su mayor parte por piceas comunes. El parque nacional de los Bosques B¨¢varos cuenta con de cientos de kil¨®metros de caminos se?alizados para el excursionismo, el ciclismo y el esqu¨ª de fondo (en invierno), algunos de los cuales contin¨²an, gracias a un red senderista similar, al otro lado de la frontera.
Es una zona poco tur¨ªstica y muy tradicional. Para ver como era la vida no hace demasiado tiempo, se puede ir visitar el Museumsdorf Bayerischer Wald, en Tittling, un museo al aire libre con 150 granjas y casas de madera t¨ªpicas de la regi¨®n originales de los siglos XVII y XIX.??
6 La Ruta del Vidrio
La ruta tur¨ªstica m¨¢s interesante de los bosques b¨¢varos es la Glasstrasse (carretera del vidrio), de 250 kil¨®metros, que conecta Waldsassen con Passau, donde todav¨ªa se mantiene activa una industria del vidrio soplado con muchos siglos de antig¨¹edad. Se pueden visitar estudios, talleres, museos y tiendas, y comprar art¨ªculos de vidrio con dise?os tradicionales y contempor¨¢neos. El Glasmuseum, en Frauenau, recorre cuatro milenios de historia de artesan¨ªa de vidrio, empezando por los antiguos egipcios y terminando con piezas de arte moderno de todo el mundo.
Paradas interesantes en el recorrido son Passsau, encantadora ciudad cuyo casco antiguo se concentra en una estrecha pen¨ªnsula alrededor de la cual confluyen tres r¨ªos -el Danubio, el Inn y el Ilz-, as¨ª como Gl?serne Wald, uno de los puntos m¨¢s curiosos de la ruta: se trata de un bosque de ¨¢rboles de cristal de hasta ocho metros de altura, cerca de Regen. Los ¨¢rboles, con distintos tonos de cristal transparente, han sido creados por un artista del vidrio cerca del castillo de Wissenstein.
El punto final puede ser Weiden, ciudad con varias f¨¢bricas de vidrio laminado y que a menudo acoge exposiciones del vidrio, muchas en colaboraci¨®n con la vecina Rep¨²blica Checa.
7 Lecci¨®n de historia en Nuremberg
La segunda ciudad m¨¢s grande de Baviera, Nuremberg, tiene una vida nocturna interesante y una cerveza negra como el caf¨¦. Es famosa por los juicios a los jerarcas nazis que se celebraron despu¨¦s de la II Guerra Mundial pero en realidad la ciudad tiene un pasado mucho m¨¢s luminoso: durante siglos fue la capital (no declarada) del Sacro Imperio Romano y la residencia preferida de los reyes germ¨¢nicos, que guardaban aqu¨ª las joyas de la corona. Rica y llena de maravillas arquitect¨®nicas, tambi¨¦n fue un im¨¢n para famosos artistas; el c¨¦lebre Durero, que naci¨® aqu¨ª.
En la Nuremberg de hoy destaca el Kaiserburg, un enorme castillo sobre el centro hist¨®rico; un museo del ferrocarril especialmente interesante; la plaza del mercado (Hauptmarkt) y el sal¨®n de los Juicios de Nuremberg donde fueron juzgados G?ring, Hess, Speer y otros 21 l¨ªderes nazis. La casa museo de Durero e iglesias antiguas pueden ser el pre¨¢mbulo de una noche muy interesante y, si se va antes de Navidad, de un paseo por el mercadillo navide?o m¨¢s famoso de Alemania.
8 Un 'spa' en Bad T?lz
A unos 40 kil¨®metros al sur de M¨²nich, Bad T?lz es un bonito pueblo termal situado a ambas orillas del r¨ªo Isar. Sus atractivas casas y sus pintorescas tiendas del casco viejo salpican las suaves pendientes circundantes, creando una escena que atrae cada fin de semana a visitantes procedentes de Munich para hacer excursiones junto al r¨ªo. Sobre todo para disfrutar del famoso y modern¨ªsimo recinto acu¨¢tico, que incluye un tobog¨¢n alpino. Tambi¨¦n es la puerta de entrada a la regi¨®n de T?lzer Land y a sus dos lagos: el Walchensee y el Kochelsee.
Hay balnearios por toda Baviera, como el complejo termal Watzmann Therme, en Berchtesgaden, con varias piscinas interiores y al aire libre, cabinas de tratamientos hidroterap¨¦uticos, una sauna y unas vistas alpinas realmente inspiradoras.
9 La Ruta Rom¨¢ntica
Desde los vi?edos de Wurzburgo hasta los pies de los Alpes, la Ruta Rom¨¢ntica es una de las m¨¢s populares de Alemania: atrae a unos dos millones de visitantes cada a?o. Sus casi 400 kil¨®metros permiten apreciar la gran diversidad cultural e hist¨®rica del sur de Alemania, ya que atraviesa Franconia y Baden Wurtemberg, en el norte, antes de entrar propiamente en Baviera para finalizar en los extravagantes castillos de Luis II. Hay mucho turismo kitsch y japoneses a tutipl¨¦n en todo el camino, pero tambi¨¦n una buena dosis de genuina hospitalidad.
Una buena pausa es Dinkelsb¨¹hl, una ciudad medieval perfectamente conservada. Tiene sus ra¨ªces en una residencia real fundada a unos 40 kil¨®metros al sur de Rothenburg por los reyes carolingios, en el siglo VIII. Tras salvarse de la destrucci¨®n en la Guerra de los Treinta A?os y ser ignorada por los bombarderos en la II Guerra Mundial, podr¨ªa decirse que es la parada m¨¢s pintoresca y aut¨¦nticamente medieval de la ruta. Se puede caminar por sus murallas fortificadas con 18 torres y cuatro puertas, y su iglesia es uno de los templos del g¨®tico tard¨ªo m¨¢s puro al sur del pa¨ªs.
10 ?pera en Bayreuth
M¨¢s all¨¢ de sus v¨ªnculos wagnerianos, Bayreuth ser¨ªa un desv¨ªo igualmente?interesante (desde Nuremberg o desde Bamberg) por ver su arquitectura barroca y sus impresionantes palacios. Sin embargo, es su Festival de Wagner lo que hace atrae cada a?o a 60.000 amantes de la ¨®pera hasta aqu¨ª. En el siglo XVIII pasaron por Bayreuth los mejores artistas, poetas y compositores de la corte de Federico II El Grande de Prusia. De aquella ¨¦poca es el edifico de la ¨®pera, uno de los teatros barrocos m¨¢s ornamentados de Europa. A pesar de eso, Richard Wagner consider¨® que era demasiado modesta para su obra y solo dirigi¨® aqu¨ª uno de sus trabajos.
El palacio de Bayreuth es tambi¨¦n un derroche rococ¨® con una extensa colecci¨®n de porcelana del siglo XVIII. En su Sal¨®n del Cedro se celebra cada a?o la apertura del Festival de Wagner. Pero hay m¨¢s m¨²sica: a principios de la d¨¦cada de 1870, el rey Luis II, el seguidor m¨¢s devoto de Wagner, concedi¨® al compositor los fondos para construir la Haus Wahnfried, una peque?a mansi¨®n en el extremo norte del Hofgarten. Hoy el edificio alberga un museo y en la parte trasera de la casa est¨¢ la tumba de Wagner y de su esposa.
La clave de todo est¨¢ en el Festspielhaus, la sede principal del Festival de Wagner, construida en 1872 con apoyo financiero del Rey Loco. Su estructura fue especialmente dise?ada para albergar los enormes decorados de las ¨®peras de Wagner.
11 Ratisbona, la herencia romana
La que fuera primera capital b¨¢vara conserva el pasado romano de Alemania. Este enclave, completado en tiempos de Marco Aurelio, fue posteriormente residencia de duques, reyes y obispos, y durante 600 a?os una Ciudad Imperial Libre. Dos mil a?os de historia que han legado a la ciudad uno de los mejores patrimonios arquitect¨®nicos de la regi¨®n, aunque hoy Ratisbona es un lugar sin pretensiones que sirve de trampol¨ªn ara visitar el resto de la Baviera Oriental.
El palacio de los Thurn und Taxis es la joya de Ratisbona, pero hay tambi¨¦n puentes de piedra, iglesias rom¨¢nicas y g¨®ticas, museos y una muralla romana, recuerdo m¨¢s tangible de la antigua y rectangular Castra Regina, de donde procede el nombre alem¨¢n de la ciudad, Regensburg. Del a?o 179 es el tosco arco Porta Praetoria, la estructura romana m¨¢s alta de Baviera, que form¨® parte de las defensas de la ciudad durante siglos.
12 Estirar las piernas en M¨²nich
A la capital b¨¢vara no hay que ir solo para beber cerveza. El centro de M¨²nich concentra un cierto aire de pueblo y es f¨¢cil de recorrer a pie. Conserva lugares muy interesantes, especialmente galer¨ªas de arte y museos, y si a eso le sumamos el patrimonio real b¨¢varo, el barrio ol¨ªmpico y una dosis de turismo siniestro, est¨¢ claro por qu¨¦ es uno de los destinos preferidos para quienes disfrutan de un poco de historia y cultura sin renunciar a la juerga nocturna.
La Marienplatz es el centro de todo, el lugar perfecto para comenzar a conocer la ciudad. Muy cerca est¨¢ Viktualienmarkt, uno de los mercados para gourmets m¨¢s exquisitos de Centroeuropa, todo un fest¨ªn de sabores, frutas y verduras frescas, quesos artesanos, jamones y mermeladas. La cervecer¨ªa al aire libre del Viktualienmarkt, de 1807, es toda una instituci¨®n.
El coraz¨®n espiritual de M¨²nich est¨¢ en Frauenkirse, con sus dos torres de c¨²pula bulbosa. El coraz¨®n real est¨¢, sin embargo, en la Residenz, el palacio residencial de los reyes b¨¢varos desde 1508 hasta la I Guerra Mundial. En su museo, que ocupa casi la mitad del palacio, se pueden ver incre¨ªbles obras de arte y todo un estilo de vida.
Y dos lugares curiosos m¨¢s: un jard¨ªn ingl¨¦s y un destino para surfistas. El popular Englischer Garten es uno de los mayores parques urbanos de Europa y acoge la Chinesischer Turn, la cervecer¨ªa al aire libre m¨¢s antigua de M¨²nich (1791). Y aunque el ¨²ltimo deporte que uno esperar¨ªa ver en Munich es el surf, en el extremo sur del Englischer Garten, en Prinzregentrestrasse, puede verse una multitud asomada a un puente para animar a los que se atreven con la ola artificial del Eisbach.
El Oktoberfest es la fiesta grande de M¨²nich, para los turistas y para los propios alemanes. Se celebra durante 16 d¨ªas, generalmente hasta el primer domingo de octubre. En 2016 ser¨¢ del 17 de septiembre al 8 de octubre. Toda la cerveza que se sirve en las carpas se produce en Munich:? Hofbr?uhaus, Paulaner, L?wenbr?u, Augustiner y otras marcas menos famosas, como la Hacker-Pschorr y la Spaten.
M¨¢s informaci¨®n en la gu¨ªa Lonely Planet Munich, Baviera y la Selva Negra y en www.lonelyplanet.es
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