Doce secretos junto al Douro
Ruta por el norte de Portugal entre quintas se?oriales, pueblos medievales y paisajes de vi?edos
Kil¨®metro tras kil¨®metro, vi?edo tras vi?edo, el valle del Douro es uno de los paisajes m¨¢s genuinamente portugueses. Una sucesi¨®n de vi?as en terrazas, ladera arriba, que acompa?an a los meandros que dibuja este gran r¨ªo en su ¨²ltimo tramo por el norte del pa¨ªs lusitano. Fabulosos vinos, quintas se?oriales, pueblos medievales y vistas de postal en cada curva son sus credenciales.
Y para los que disfrutan descubriendo rincones con pocos turistas, hay una excelente propuesta un poco m¨¢s al sur, en el del Dao: una ruta siguiendo este cauce que nos descubrir¨¢ vi?edos, bosques, pueblos t¨ªpicos y senderos de monta?a en una de las regiones menos visitadas de Portugal.
1 Primer vino junto al Douro
OPORTO
Para recorrer el Duero portugu¨¦s lo habitual es comenzar en su desembocadura, en la ciudad de Oporto, y continuar despu¨¦s r¨ªo arriba hasta la poblaci¨®n de Miranda do Douro, en la frontera con Espa?a. En Oporto, puerto atl¨¢ntico acurrucado a orillas del gran r¨ªo, la vida discurre entre las callejuelas del barrio medieval de Ribeira. La tradicional industria vin¨ªcola de la ciudad se asienta al otro lado del agua, en Vila Nova de Gaia, donde las espl¨¦ndidas bodegas de vino de oporto, originales del siglo XVII, trepan por la ladera. Muchas abren sus instalaciones repletas de barriles a visitas guiadas y catas que ayudan a distinguir un tawny de un LBV. Encabezan la lista tres llevadas por brit¨¢nicos: Taylor¡¯s, donde hay que fijarse en la enorme cuba de 100.000 litros; Graham¡¯s y Cal¨¦m. El Ponte de Dom Luis I, de dos pisos, construido por un disc¨ªpulo de Eiffel, une la ribera de Oporto con la de Vila Nova de Gaia y es uno de los s¨ªmbolos de la ciudad.
2 R¨ªo arriba, entre vi?edos
PESO DA R?GUA
Remontando el Douro, nos sumergimos en una tierra de vinos a trav¨¦s de una sinuosa carretera con vistas a laderas repletas de cepas, capillas y bosques que llegan hasta el r¨ªo. Hay unas tres horas en coche desde Oporto hasta Peso da R¨¦gua, una soleada ciudad ribere?a rodeada de colinas seccionadas por vi?as escalonadas que, como lomos de un drag¨®n, se alzan alrededor. Es la poblaci¨®n m¨¢s grande de la regi¨®n y durante el siglo XVIII se convirti¨® en un importante centro de almacenamiento y distribuci¨®n de vino. La ciudad no es tan encantadora como su entorno, pero merece una visita por el Museu do Douro, alojado en un bonito almac¨¦n reformado junto al r¨ªo. Muestra todas las facetas de esta tierra vin¨ªcola, desde paisajes impresionistas hasta una antigua barcaza de transporte de fondo plano. Del muelle zarpan con frecuencia cruceros de 50 minutos hasta Pinhao.
Cerca de aqu¨ª, en Folgosa, entre Peso da R¨¦gua y Pinhao, en la orilla sur del r¨ªo, se encuentra el restaurante DOC, del c¨¦lebre chef portugu¨¦s Rui Paula, todo un canto al minimalismo con paredes de cristal y l¨ªneas limpias. La terraza tiene unas magn¨ªficas vistas al r¨ªo.
3 Buc¨®licas quintas
QUINTA DO VALLADO
?Ah, qu¨¦ vistas! Los vi?edos se despliegan pintorescos ante algunas de las fant¨¢sticas quintas del tramo central del Duero portugu¨¦s, como la Quinta do Vallado, una bodega y finca de 70 hect¨¢reas que cuenta con cinco habitaciones en la antigua quinta de piedra y otras ocho, decoradas con madera de casta?o y teca, y con terraza, en un moderno edificio de pizarra. Todas comparten una preciosa piscina. Aqu¨ª se viene a disfrutar de una buena comida con maridaje de vinos y a dormir entre vi?edos. Adem¨¢s, se pueden practicar diversas actividades al aire libre, como cicloturismo, excursionismo, pesca o el pirag¨¹ismo.
Si nos desviamos unos kil¨®metros de la ruta hallaremos una especie de nido de ¨¢guilas en lo alto de un promontorio sobre el Douro, dominando un espectacular despliegue de vi?edos en terraza. Es la Quinta do Crasto, que deja al viajero sencillamente boquiabierto. Conviene parar y realizar una vista con cata a la bodega, o simplemente para almorzar. Aqu¨ª elaboran algunos de los mejores vinos del pa¨ªs. La piscina, infinita, dise?ada por el arquitecto Eduardo Souto Moura sobre un cortado y sin bordillo, parece caer directamente a un precipicio.
Siguiendo r¨ªo arriba, en lo alto de una colina, rodeada por 120 hect¨¢reas de antiguas vides y con el Douro a sus pies, la Quinta Nova apabulla visualmente. Esta restaurada quinta del siglo XIX ofrece un rom¨¢ntico alojamiento, circuitos de vinos, catas y algunas de las mejores caminatas de la zona (la m¨¢s larga de dos horas y media).
Y si nos apetece pasar la noche en las colinas del Alto Douro, la Casa do Visconde de Chanceleiros se encuentra en una espl¨¦ndida finca de 250 a?os con espaciosas habitaciones, patios, extensas vistas del valle y sensacionales jardines en terraza. Incluso una sauna en un barril de vino.
4 Inmersos en vino
PINHAO
Llegamos al coraz¨®n del valle del Douro portugu¨¦s: un pueblo sin demasiado inter¨¦s tur¨ªstico pero perfecto como punto de partida para explorar la zona. Pinhao est¨¢ en un meandro especialmente bello del Douro, rodeado de laderas escalonadas donde se elaboran algunos de los mejores oportos, am¨¦n de excelentes vinos de mesa. Las bodegas y sus carteles dominan el escenario, e incluso la encantadora estaci¨®n de trenes muestra la vendimia en sus azulejos. Se puede remontar el r¨ªo desde el muelle de Folgosa do Douro hasta el coraz¨®n del Alto Douro, a bordo de un barco vinatero tradicional de fondo plano con Douro-a-Vela. O viajar al pasado de la vinicultura en un circuito guiado, con cata incluida, en el Museo do Vinho de Quinta Nova.
5 Paisajes de postal
CASAL DE LOIVOS
Pese a la fuerte competencia, Casal de Loivos disfruta las vistas m¨¢s impactantes y bellas de la zona. Desde su mirador, el Douro queda enmarcado en una postal con un panorama de hileras de vides que, distribuidas en franjas escalonadas con muretes de piedra, cubren las laderas y siguen los contornos del valle con el r¨ªo, abri¨¦ndose paso entre ellas. Para disfrutar al m¨¢ximo de estas vistas podemos pasar la noche en la elegante Casa de Casal de Loivos, propiedad de esta familia de bodegueros desde hace 350 a?os, que desde lo alto domina una vista apabullante sobre el Alto Douro. Nadar en su piscina, con los vi?edos expandi¨¦ndose en todas direcciones, es toda una experiencia.
6 Paleol¨ªtico en la terra quente
VILA NOVA DE FOZ C?A
Bienvenidos al coraz¨®n de la terra quente (tierra caliente) del Douro. El encalado pueblo de Vila Nova de Foz C?a, que antiguamente estaba apartado de todo, se puso de moda a partir de los a?os noventa cuando, al estudiarse la zona para una posible presa, se descubri¨® un impresionante despliegue de arte paleol¨ªtico. Estos misteriosos y abundantes grabados en roca se encuentran en el valle del r¨ªo C?a, una aut¨¦ntica galer¨ªa de arte rupestre que se puede contemplar visitando el Parque Arquol¨®gico do Vale do C?a. Uno de los tres n¨²cleos abiertos al p¨²blico es la Canada do Inferno, el lugar ideal para entender lo cerca que estuvieron de desaparecer estas representaciones prehist¨®ricas.
7 Custodiando la frontera
MIRANDA DO DOURO
Durante mucho tiempo, Miranda fue un baluarte del salvaje este de Portugal. Esta ciudad fronteriza fortificada, ubicada al borde del precipicio sobre el ca?¨®n del Douro, conserva su aire medieval gracias a su castillo en ruinas y la hermosa y severa catedral del siglo XVI. Hoy, en lugar de repeler los ataques castellanos, Miranda recibe pac¨ªficamente a muchos de sus vecinos espa?oles cada fin de semana. La cultura fronteriza de la zona se puede comprender visitando el Museu da Terra de Miranda. Si preferimos echar un vistazo a la agreste naturaleza circundante, podemos hacer un crucero fluvial por el gran r¨ªo a trav¨¦s de espectacular garganta. En la oficina Parque Natural do Douro Internacional facilitan informaci¨®n sobre excursionismo por los bosques e imponentes acantilados de granito de este espacio natural de 832 kil¨®metros cuadrados, que cuenta entre su avifauna con ejemplares de cig¨¹e?a negra, halc¨®n peregrino, buitre negro, ¨¢guila real y ¨¢guila perdicera.
8 De catas por el Dao
La regi¨®n del Dao est¨¢ fuera de las rutas m¨¢s transitadas de Portugal y es el coraz¨®n rural del pa¨ªs vecino, al sur del Douro. Un atractivo paisaje de vi?edos, bosques de pinos y eucaliptos, bodegas familiares y pueblos blancos llenos de magia. Aqu¨ª podremos visitar bodegas, pasar la noche en grandes fincas, regalarnos comidas copiosas regadas con deliciosos vinos y realizar caminatas por los picos de la Serra da Estrela, los m¨¢s altos del Portugal continental. ?Y qu¨¦ es eso que se oye aqu¨ª? El silencio.
Con casas encaladas escondidas entre colinas bajas, miradores sobre el r¨ªo Dao y una hermosa iglesia barroca con dos torres, Santa Comba Dao marca el comienzo de la regi¨®n vin¨ªcola y sol¨ªa ser la terminal del tren de v¨ªa estrecha entre Dao y Viseu.
Para comer bien en esta ruta enol¨®gica podemos parar en Tres Pipos, en el pueblo de Tonda. Un agradable restaurante familiar donde se sirven platos regionales, como el cabrito y el polvo ¨¤ lagariro (pulpo cocido con patatas, ajo y aceite de oliva), en comedores de techos de madera y gruesos muros de piedra.
9 Un desv¨ªo por el bosque
SERRA DO CARAMULO
Desde Tonda una carretera local serpentea a trav¨¦s de peque?as aldeas y bosques de abetos y eucaliptos hasta el pueblo de Caramulo, una buena base para recorrer la Serra do Caramulo. Los bosques de robles, pinos y casta?os se extienden hasta las cimas de granito, donde fluyen peque?as cascadas y arroyos de aguas cristalinas. En un d¨ªa claro merece la pena subir al Caramulinho (1.076 metros), para disfrutar de las vistas que se extienden hasta la Serra da Estrela, hacia el sur, y el Aveiro y el Atl¨¢ntico, hacia el norte.
10 Barroco en el Dao
SANTAR
El peque?o pueblo de Santar es uno de los m¨¢s bonitos de la regi¨®n del Dao, con sus estrechas calles y casas barrocas. Sin embargo, su mayor atractivo son las bodegas. La m¨¢s importante, Pa?o dos Cunos de Santar, se aloja en una finca del siglo XVII donde se pueden visitar los vi?edos antes de degustar sus vinos y aceites de oliva, y probar la creativa cocina regional de su moderno restaurante. Muy cerca est¨¢ la Casa Santar, una bodega familiar de estilo barroco con visitas guiadas que muestran las cavas de granito donde los tintos envejecen en barricas de roble.
11 Historia con vistas panor¨¢micas
VISEU
Joya de esta ruta por el Dao, la ciudad medieval de Viseu merece una visita sosegada, incluso con noche incluida, para empaparse de su ambiente. Es una de las localidades m¨¢s atractivas de la regi¨®n de Beira Alta y compite con la ciudad universitaria de Coimbra en v¨ªas empedradas, sinuosos callejones, jardines p¨²blicos exuberantes y una plaza central adornada con olorosas flores y fuentes. Desde lo alto hay unas vistas panor¨¢micas dignas de foto y, all¨ª mismo, un museo lleno de obras de arte renacentista de Portugal. Despu¨¦s de una dosis de cultura, quiz¨¢ apetexca tomarse un vino en el elegante bar Palato.
12 Aislados del mundanal ruido
La sublime Casa da ?nsua permite apartarse del mundanal ruido por una noche. Esta mansi¨®n del siglo XVIII y su bodega, reconvertidos en hotel de cinco estrellas, cuenta con grandes zonas verdes, salones con candelabros, habitaciones de techos altos, una sala para cata de vinos y un restaurante de gran prestigio. Brillante ejemplo de enoturismo es la Quinta da Boavista, en Penalva do Castelo, una bodega dirigida por el apasionado Joao Tavares de Pina y su familia. La casa, con conciencia ecol¨®gica, se encuentra en un lugar apartado y, adem¨¢s de alojamiento, ofrece al viajero deliciosas comidas caseras.
M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas Portugal y En ruta por Espa?a y Portugal de Lonely Planet y en www.lonelyplanet.es
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