Escapada oto?al a La Granja
Jardines y fuentes como protagonistas, y un palacio dieciochesco inspirado en Versalles con todo el encanto de la peque?a escala. Y, adem¨¢s, Valsa¨ªn, Riofr¨ªo y Segovia
Convertir la naturaleza en arte y viceversa. Esa era la cuesti¨®n en el Siglo de las Luces. Y es lo que ocurri¨® en La Granja, enclave segoviano embolsado en lo que es hoy parque nacional de Guadarrama. Bosques y agua. Los monarcas Borbones convirtieron aquello en retiro para el ocio y la caza. Al tiempo fue creciendo en torno al palacio una especie de poblado dirigido, cortesano y cartesiano, para atender a las necesidades palaciegas: Casa de los Can¨®nigos, para el clero; Casa de Oficios, para los equipos de mantenimiento; cuarteles para los cuerpos de guardia, establos¡ Incluso una f¨¢brica de cristales para crear los grandes espejos y l¨¢mparas. Una ciudad palatina conservada como pocas. Los tiempos cambian, y lo que antes disfrutaban solo los reyes es un hit de los fines de semana del pueblo soberano.
10.00
Geometr¨ªas y agua
Fue Felipe V, nieto del Rey Sol y primer Borb¨®n de Espa?a, quien hizo construir en La Granja de San Ildefonso, entre 1721 y 1724, un palacio (1) con jardines a imagen y semejanza del Versalles de su abuelo. A escala menor, ya que en principio el real sitio estaba destinado solo al descanso (ser¨ªa tambi¨¦n corte temporal, por azares hist¨®ricos). Su viuda, Isabel de Farnesio, y otros sucesores continuaron o ampliaron obras. El caso es que La Granja desprende un aire m¨¢s campestre y casual, m¨¢s cercano a los Trianons que al palacio matriz de Versalles. Antes de entrar en los aposentos, un Museo de Tapices (2) (que se quiere ampliar) muestra piezas colosales, en tama?o y calidad. Pero en La Granja son los jardines (3) los protagonistas, inspirados en los que dise?¨® en Versalles Andr¨¦ Le N?tre. Una alada geometr¨ªa de paseos, ¨¢rboles y setos encastra 26 fuentes monumentales y toda una enciclopedia de dioses. Los surtidores funcionan con mecanismos del siglo XVIII; tuber¨ªas de hierro reciben agua de varios estanques, alimentados a su vez por el llamado Mar, un lago en lo m¨¢s alto. Por eso no corren siempre, porque el agua no se recupera, y porque los tubos estallar¨ªan en invierno. En verano, s¨ª, corren a veces y solo un ratito (mejor informarse antes: www.patrimonionacional.es).
12.00
El Barrio Bajo
En el llamado Barrio Alto est¨¢n, l¨®gicamente, el palacio y algunos edificios para los servicios m¨¢s nobles. En el Barrio Bajo, entre otras casas, est¨¢ la Real F¨¢brica de Cristales (4) (www.realfabricadecristales.es), uno de los motores econ¨®micos de esta villa de 5.500 habitantes situada a 12 kil¨®metros de Segovia y a unos 80 de Madrid. Algo realmente grandioso, un perfecto ejemplo de arquitectura industrial del siglo de la Ilustraci¨®n. Y del sabio aprovechamiento de los recursos naturales: madera (para los hornos de fundici¨®n) y agua (para el procesado). El edificio actual no es el primitivo de Felipe?V, sino el de ¨¦poca neocl¨¢sica. El conjunto engloba la f¨¢brica en s¨ª, con la impresionante nave de hornos (se ve soplar el vidrio), un museo, salas temporales y una escuela. Por ello La Granja forma parte del proyecto European Glass Cities (ciudades europeas del vidrio). Pegado a la f¨¢brica est¨¢ el parador (5), en otro edificio hist¨®rico. Punto apropiado para hacer un alto y comer. Aunque todo el Barrio Bajo (y parte del Alto) est¨¢ invadido por restaurantes y ¡°men¨²s tur¨ªsticos¡±, encabezados siempre por los c¨¦lebres judiones. Como ayuda, anoten estos nombres: Zaca (6), Martinho (7) o El Asador (8).
15.00
En el Barrio Bajo los restaurantes elaboran men¨²s que encabezan con los c¨¦lebres judiones de la zona
Arcadia feliz
Tambi¨¦n cabe otra posibilidad para comer: adentrarse un par de kil¨®metros por la carretera a Madrid. Brotar¨¢n como setas restaurantes y terrazas a ambos lados de la calzada. En los montes de Valsa¨ªn, espacio natural protegido, crecen pinos muy apreciados por la industria maderera (son largos y rectos), y el r¨ªo Eresma cobija truchas codiciadas por los reyes. As¨ª que Felipe?II construy¨® un palacio donde llegaron a celebrarse fastos hist¨®ricos. Pero un incendio asol¨® el edificio; para remate, se llevaron rejas y otros materiales a La Granja al construirse all¨ª el nuevo sitio. Pueden verse en Valsa¨ªn (9) las ruinas del viejo palacio, y en La Pradera (10), algunas casas de maderistas del siglo XIX rehabilitadas. El paraje m¨¢s popular, sin duda, es la Boca del Asno (11), donde el r¨ªo se encajona, arropado por praderas. Hay un centro de visitantes, por si a alguno le da por internarse en el parque nacional.
17.00
Pabell¨®n de caza
Al palacio de Riofr¨ªo (12) se puede acceder saliendo de la carretera a Segovia (CL-601) a la altura del embalse de Pont¨®n Alto. Se dan m¨¢s vueltas que una peonza, pero el entorno es de calendario. Otra opci¨®n es seguir la carretera a Segovia hasta desviarse en la circunvalaci¨®n y entrar al parque de Riofr¨ªo por la Puerta de Hontoria. En ese caso, se habr¨¢ dejado a la derecha Palazuelos de Eresma y la f¨¢brica de whisky DYC (13), que admite visitas, degustaci¨®n incluida. Al llegar a Riofr¨ªo invade cierta sensaci¨®n de desolaci¨®n. Un edificio tan grande e inesperado, tan armonioso¡ y tan solitario. No conoci¨® fastos cortesanos. Qued¨® como simple pabell¨®n de caza, que aprovech¨® sobre todo el rey consorte don Francisco de As¨ªs para escapar de los ardores de Isabel?II, dicen. El palacio est¨¢ en obras (la Junta de Castilla y Le¨®n quiere instalar all¨ª una pinacoteca) y solo se puede visitar el Museo de la Caza, que no a todos seduce, por aquello de ver animales disecados. Animales vivos en libertad, o sea, ciervos, corzos y jabal¨ªes, ya no se ven como antes, por las vallas met¨¢licas que blindan la carretera.
19.00
Las afueras de la ciudad
Al salir de Riofr¨ªo por la Puerta de Hontoria asoma ya sobre el horizonte la torre de la catedral de Segovia. Estamos a un paso. Y entramos en la ciudad por ¡°el pol¨ªgono¡±, y m¨¢s concretamente por el Eroski (14); as¨ª conocen los segovianos al complejo comercial crecido junto a la circunvalaci¨®n, al otro lado de la estaci¨®n del AVE (15), para no emplear el nombre oficial, un poco cursi: Luz de Castilla. Hubo un tiempo no lejano en que Segovia se qued¨® sin cines. Ahora, en este complejo comercial hay ocho salas. M¨¢s un mont¨®n de tiendas y sitios de comida. Y muy cerca no hay que dejar de echarle un vistazo a la f¨¢brica de Embutidos Postigo, rotundo e interesante edificio industrial a pie de carretera, de 1966, obra de Francisco de Inza (un arquitecto con numerosos y fieles admiradores) y Heliodoro Dols.
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