Se¨²l, la capital supers¨®nica
Si alguien cree que sus hijos lucen unas pintas demasiado atrevidas, que se pasee por el barrio de Sinchon de la gran urbe surcoreana para relativizar
Impresionan los 800 metros de ancho del r¨ªo Han que dividen en dos la ciudad de Se¨²l. Ser¨ªa una frontera tan inexpugnable como la distancia que separa al mundo adulto del adolescente si no fuera por los 27 puentes que lo atraviesan en toda la regi¨®n. O lo que viene a ser igual, por esos lazos afectivos que llevan de la mano a un hombre y a su hija de 14 sin que haya que preguntarse por qu¨¦, como estudiantes de pellas.
Cualquier webenciclopedia de serie B te presenta Se¨²l como una ciudad global, uno de esos t¨¦rminos acu?ados en los ¨²ltimos a?os que hace las delicias de los treinta?eros. La ventaja para el turista es que puedes globalizar las 24 horas del d¨ªa. Se convierte en natural restaurarse frugalmente a las siete de la tarde para seguir con ritmo descubriendo la ciudad, barrio a barrio, en todos sus tonos, y sentarse finalmente a la una de la madrugada en uno de esos restaurantes barbacoa tradicionales donde trabajarse la comida fuerte del d¨ªa, donde calmar el apetito es una fiesta siempre, rodeados del estruendo de las otras mesas, devorando con ganas, a la espera de la sesi¨®n de cine de las tres de la madrugada en la octava planta de un centro comercial digno de la saga de Star Wars. All¨ª se disimulan, as¨¦pticos, replicantes de curso legal. Regresar al hotel en taxi a 140 kil¨®metros por hora antes del crep¨²sculo escuchando a todo trapo La casa del sol naciente, cortes¨ªa del taxista, se convierte en una deliciosa contradicci¨®n que tiende uno de esos puentes de los que habl¨¢bamos.
Pero cambiemos de tercio, no vaya a parecer que hay que consumir compulsivamente para disfrutar, sus habitantes no lo hacen. ?C¨®mo? ?Que no?¡ Y de manera enfermiza, como si no hubiera un ma?ana, desde la m¨¢s tierna infancia, desde primera hora del d¨ªa. El mercadillo ambulante m¨¢s radical o la boutique m¨¢s chic de Gangnam-gu se encargan de que te lleves a casa aquello que nunca sospechaste que era indispensable para respirar, hasta que lo viste.
L¨¢grimas amargas
Itaewon, con sus referencias m¨¢s occidentales, tiendas y restaurantes, es una buena zona para alojarse. La red de metro (la m¨¢s larga del mundo, puedes desplazarte casi por toda Corea) y los autobuses urbanos funcionan a las mil maravillas. El barrio universitario, Sinchon, propone decenas de antros discoteca, donde corren l¨¢grimas amargas si no se consigue entrar el d¨ªa se?alado en el local de moda; poco parec¨ªan interesar a la princesa de 14 a?os dichos placeres salvo para disfrutar examinando vestimentas, gestos, onomatopeyas, un nuevo perfil sonoro en cr¨ªos de su universo. A ti, querida mam¨¢ lectora, esa tribu urbana a la que ha decidido sumarse tu adorado v¨¢stago, y que no deja de atormentarte por su est¨¦tica imposible, te parecer¨¢ desde hoy la m¨¢s adecuada para la visita de los domingos a casa de los abuelos; no hay emo, ni g¨®tico, ni bater¨ªa de piercings occidental que supere al megarrulo de flequillo ¡ªlo comparten entre amigas a lo largo del d¨ªa¡ª; las lentillas Blade Runner que transforman ojos de almendra en ojos pista de circo, como en los dibujos animados manga; las toallas de ba?o a modo de falda y una enfermiza interlocuci¨®n con el m¨®vil.
A trav¨¦s de ¨¦l hablan como si intimaran con su mejor amigo, susurr¨¢ndole dram¨¢ticas confidencias, r¨ªen y lloran, m¨®viles que incorporan la restricci¨®n por ley de una c¨¢mara que siempre suena al hacer fotos, aunque est¨¦ en modo silencio, para evitar los vicios ocultos de an¨®nimos compa?eros de vag¨®n. Esas tentaciones perversas tan al uso en nuestros estereotipos asi¨¢ticos y, por otro lado, tan al orden del d¨ªa en estas realidades. ?Por qu¨¦? Este detalle se suma a los carteles de ¡°calle segura para las mujeres¡±, pintados en el asfalto como una vulgar se?al de tr¨¢fico, habitualmente junto a un sem¨¢foro que en lugar de bot¨®n para el peat¨®n tiene bot¨®n de ¡°me est¨¢n atacando. S¨¢lvame¡±.
La fuerza del Makoli
Fumar en la calle est¨¢ prohibido, el alcohol en Corea del Sur es el ¨²nico refugio permitido para el ciudadano que no llega a fin de mes, para quien explota al ciudadano que no llega a fin de mes, para el anciano y el joven, tanto en ¨¦l como en ella est¨¢ tan admitido como el arroz de cada d¨ªa, y puede provocar situaciones tan comunes como delirantes: hombres reventados en sus mesas durmiendo la mona con los pies desnudos durante horas, comensales estamp¨¢ndose contra la pared al levantarse de sus sillas despu¨¦s de haber bebido cantidades ingentes de makkoli ¡ªdelicioso vino lechoso de arroz servido en teteras¡ª, y que un rato m¨¢s tarde, avergonzados, comparten contigo platos de su mesa, al parecer una costumbre arraigada. O marines de la base, Rambos de uniforme venidos a menos que dicen: Go home is the way (el camino es volver a casa) y que dan color local a la m¨²sica americana de los a?os sesenta que suena en casi todos los garitos de moda.
Este realismo m¨¢gico que se extiende a nuestros pies bajo un cielo panza de burro se hace a¨²n m¨¢s llevadero por la simpat¨ªa de sus habitantes, con quienes la interlocuci¨®n, de 0 a 10, ser¨ªa de 1, gracias a su amabilidad y al ingl¨¦s que practican las clases m¨¢s favorecidas. Compartir la sensaci¨®n de no entender nada en las tiendas, el mercado de pescado, el metro y comentarla despu¨¦s en los remansos que propone la ciudad, como el Palacio Real, los parques a lo largo del r¨ªo, las piscinas p¨²blicas, inmensas, de las cuales te sacan del agua cada hora, nos hizo sentir Se¨²l como si fuera nuestra propia ciudad.
Gu¨ªa
Korean Air cuenta con vuelos directos entre Madrid y Se¨²l los martes, jueves y s¨¢bado. En 2017 est¨¢ previsto un nueva l¨ªnea directa desde Barcelona. Tambi¨¦n existen vuelos (con una escala) de Emirates y Qatar Airways a partir de algo m¨¢s de 500 euros (ida y vuelta).
Informaci¨®n
Oficina de turismo de Corea del Sur.
Oficina de turismo de Se¨²l.
David Villanueva es m¨²sico y editor de Demipage.
{ "active": true, "code": "294197", "elementType": "offerExtension", "id": 15, "name": "SEUL", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.