Bangkok, para¨ªso del ¡®streetfood¡¯
Deliciosa comida callejera hasta medianoche en los puestos de la zona de Thong Lor, en el centro de la capital tailandesa
La ic¨®nica Soi 38, una animada bocacalle de la c¨¦ntrica v¨ªa Sukhumvit, en la zona de Thong Lor, fue considerada hasta hace muy poco tiempo la meca de la comida callejera en Bangkok. En esta animada callejuela de la capital tailandesa, los vendedores montaron sus puestos a diario durante m¨¢s de cuatro d¨¦cadas, ofreciendo desde las seis de la tarde hasta la medianoche todo tipo de pescados, carnes, ensaladas y zumos.
Pero el due?o del edificio donde se alojaba este espacio dedicado al streetfood, cuyos puestos se ubicaban tanto en los locales de la planta baja como en la acera contigua, falleci¨® en 2014 y su familia decidi¨® vender la parcela a empresas constructoras, de cara a edificar un nuevo condominio de establecimientos de lujo, cuya demanda es cada vez mayor en la ciudad. El edificio donde se instalaban los vendedores fue r¨¢pidamente demolido a principios de 2016 y las obras de la nueva construcci¨®n se iniciaron en cuesti¨®n de semanas, dejando a los amantes de la comida callejera sin una de sus zonas predilectas en Bangkok, y sin saber a d¨®nde ir a los propietarios de sus ya cl¨¢sicos puestos.
Muchos de ellos llegaron a este lugar de la capital tailandesa cuando la carretera todav¨ªa no exist¨ªa y la zona no era m¨¢s que una cama de arena. Otros, posteriormente, tomaron el relevo del negocio que emprendieron sus padres. Desde entonces, todos ellos se hab¨ªan convertido en algo parecido a una familia, compartiendo extensas jornadas de trabajo y largas conversaciones, lo que explica que se quedaran consternados tras conocer la noticia de la demolici¨®n del edificio.
¡°Nos quedaremos hasta que nos echen. Tenemos esperanza, llevamos aqu¨ª mucho tiempo¡±, dec¨ªa entonces Joe, de 40 a?os, uno de los habituales en Soi 38. ¡°Los otros edificios de alrededor son muy caros y no puedo pagar el alquiler¡±, a?ad¨ªa Nongamm, otra vendedora.
La desaparici¨®n de la mayor¨ªa de estos puestos callejeros de Soi 38 no es una excepci¨®n. En menos de un a?o, los funcionarios tailandeses han desalojado una treintena de espacios comunes similares dedicados al streetfood en otros puntos de la ciudad. En todos los casos, como parte de una campa?a para ¡°limpiar las calles y las aceras¡± de la capital. A los vendedores instalados en Soi 1, otra bocacalle de la c¨¦ntrica arteria Sukhumvit, les lleg¨® su turno el pasado mes de septiembre.
El ¨²ltimo reducto
Con el paso de los meses desde que comenzara la construcci¨®n del nuevo edificio en Soi 38, algunos de los vendedores de estos puestos han abandonado la zona para trasladarse a otros puntos de Bangkok, mientras que un ¨²ltimo reducto, sin otras alternativas posibles, simplemente han cruzado la calle, es decir, se han instalado en la acera de enfrente, donde luchan por sobrevivir con el temor de que sus puestos puedan ser desalojados en cualquier momento por las autoridades.
El centro comercial Gateway, ubicado en la cercana bocacalle Soi 42, tambi¨¦n en Sukhumvit, junto a la parada de tren a¨¦reo de Ekamai, ha sido una de las alternativas que se han abierto para el hist¨®rico? colectivo de Soi 38; una docena de sus antiguos vendedores han sido invitados a recolocar all¨ª sus negocios. Otros han encontrado acomodo en el nuevo y aleda?o estacionamiento interior Sutti Mansion, creado tras la demolici¨®n del tradicional mercado streetfood de Soi 38 y situado al comienzo de esta misma calle, pero en el que la mayor¨ªa de puestos no corresponden a los venderores que han operado en la zona durante d¨¦cadas.
Ei, una mujer de 51 a?os que regentaba un local donde serv¨ªa sopas en el antiguo Soi 38 (tal y como era conocido el edifcio ahora derruido), tuvo un poco m¨¢s de suerte. Ha trasladado su puesto de comida a la calle Rama IV. Antes de marcharse, distribuy¨® en su antigua tienda algunos mapas con su nueva localizaci¨®n y gracias a ello ha recuperado parte de su clientela. Marley, una de las caras m¨¢s conocidas de Soi 38 despu¨¦s de trabajar durante m¨¢s de tres d¨¦cadas preparando zumo de frutas en el mismo local, tampoco sigue al frente de su puesto; aunque se ha jubilado, mantiene el contacto con los antiguos compa?eros de la familia Soi 38 que no han logrado otro espacio libre donde realojarse, en algunos casos porque no podr¨ªan hacer frente a los elevados alquileres de la zona.
Es el caso de Chaichana, quien adem¨¢s se?ala una dificultad a?adida a los que permanecen en Soi 38: el n¨²mero de clientes ha disminuido desde que se hiciera p¨²blica la notificaci¨®n de derribo del edificio. Algo que, con el rostro cambiante, admite Joe, otro de los vendedores que todav¨ªa resiste a pie de calle. "Ahora viene la mitad de gente que antes. La calle Soi 38 sol¨ªa estar llena de turistas", explica el vendedor, quien en un intento de conseguir el m¨¢ximo n¨²mero de clientes en su puesto de pollo con arroz se alterna con su t¨ªo para ofrecer a los transe¨²ntes que pasan una hoja plastificada con el men¨². Aunque la zona sigue siendo conocida, ha dejado de ser tan popular. Muchos habitantes de la capital tailandesa incluso se sorprenden cuando descubren que algunos de los puestos permanecen abiertos.
El futuro para ellos es incierto. Chaichana cree que tendr¨¢ que encontrar un nuevo Soi (bocacalle, en jerga local) donde instalar su puesto de comida para poder ganarse la vida. "Creo que la gente ha dejado de venir porque ha le¨ªdo en los medios que el mercado streetfood de Soi 38 est¨¢ cerrado. De todos modos, no creo que nos dejen quedarnos a este lado de la calle por mucho tiempo¡±, cuenta el vendedor. ¡°Los espacios que ahora se encuentran justo detr¨¢s de nuestros puestos (establecimientos sin actividad comercial, de momento) tambi¨¦n tienen due?o y tarde o temprano nos obligar¨¢n a movernos. Pero si nos echan, nos trasladaremos a otro lugar cerca de aqu¨ª".
Mientras tanto, a la entrada de lo que hoy queda del hist¨®rico Soi 38, la que fuera meca del streetfood en Bangkok, cuelga un cartel que resume el esp¨ªritu de los vendedores que permanecen aqu¨ª, y su actual lucha contra las autoridades. La se?al reza: ¡°Sobreviviremos¡±.
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