14 razones para viajar a Panam¨¢
De su reclamo m¨¢s universal, en Canal, a las playas surferas de Santa Catalina, ruta por las maravillas naturales del pa¨ªs centroamericano
1 Canal de Panam¨¢, el gran atajo
No hay reclamo m¨¢s universal de Panam¨¢ que la sorprendente, magn¨ªfica e incre¨ªble obra de ingenier¨ªa que conecta dos grandes oc¨¦anos, Atl¨¢ntico y Pac¨ªfico. El Canal de Panam¨¢ es uno de los mejores atajos del mundo, y se extiende a lo largo de 80 kil¨®metros desde Ciudad de Panam¨¢, la capital del pa¨ªs, en la costa pac¨ªfica, hasta Col¨®n, en el Atl¨¢ntico, atravesando la divisoria continental. Merece la pena ver esta maravilla. Tan impresionantes como los cargueros que pasan por sus esclusas son las legiones de animales que observan desde el borde de la selva. Dos centros de visitantes ofrecen plataformas de observaci¨®n y museos que explican c¨®mo se construy¨® y se ampli¨®. Tambi¨¦n se pueden realizar excursiones en barco y kayak, incluso contratar un trayecto corto a trav¨¦s de las grandes compuertas. La nueva ampliaci¨®n del canal, realizada con participaci¨®n espa?ola e inaugurada a mediados de 2016 es la nueva maravilla de la ingenier¨ªa mundial ¨Cha costado m¨¢s de 15.000 millones de euros¨C, una raz¨®n a?adida para verlo por primera vez o revisitarlo.
2 Ciudad de Panam¨¢, cosmopolita y colonial
La capital m¨¢s cosmopolita de Am¨¦rica Central, sorprende con una costa de azul cegador y rascacielos relucientes que recuerdan a Miami. Ciudad de Panam¨¢ es din¨¢mica y culturalmente diversa, r¨²stica y sofisticada. Adem¨¢s de la ampliaci¨®n del canal, la transformaci¨®n de esta urbe de casi un mill¨®n de habitantes se completa con la primera red de metro de Centroam¨¦rica (a punto de culminarse) y la renovaci¨®n del centro hist¨®rico. Ciudad de Panam¨¢ es Latinoam¨¦rica en todo su esplendor: ceviche, casinos y un mont¨®n de edificios que se apilan unos encima de otros, recortados contra el horizonte. El tr¨¢fico, ca¨®tico, no desmerece su encanto, la poblaci¨®n es aut¨¦ntica y la naturaleza nunca est¨¢ muy lejos. El recuerdo de lo que la fue la ciudad antes del Canal permanece en el Casco viejo, barrio hist¨®rico repleto de antiguos conventos y adoquines. La arquitectura colonial puede recordar a La Habana, pero aqu¨ª el tiempo no parece haberse quedado detenido: sorprende el toque urbano y su ambiente relajado. La Cinta Costera, zona verde reci¨¦n terminada, es un paseo que permite a peatones y ciclistas llegar desde el centro hasta el litoral, entre casetas de artistas, parejas, y plazas con m¨²sica en directo.
3 La cara natural
Hay que escapar de los rascacielos de la capital para ver la cara m¨¢s aut¨¦ntica (y verde) de Panam¨¢, pa¨ªs tropical con dos largas costas perfecto para disfrutar de la naturaleza. El turismo de aventura incluye sobrevolar la selva, nadar junto a tortugas o hacer senderismo con vistas sublimes a los bosques nubosos (conviene llevar prism¨¢ticos). Tambi¨¦n se puede explorar las ruinas de fuertes espa?oles en la costa caribe?a, adentrarse en territorios aut¨®ctonos en una canoa o entregarse a la emocionante observaci¨®n de la fauna, que aparece por todas partes: resplandecientes quetzales en la senda de las tierras altas, monos aulladores caba?a o ballenas que emergen del agua y convierten un trayecto en ferri en un viaje maravilloso. Con 220 especies de mam¨ªferos y 978 de aves, Panam¨¢ es adictivo para los naturalistas. Guacamayos macaos, tucanes, perezosos, monos ardilla¡ Aunque uno solo sea espectador, los gritos y murmullos de la selva se quedan grabados en la memoria. Los aficionados m¨¢s experimentados deben visitar las tierras altas o aventurarse por Dari¨¦n para atisbar la legendaria ¨¢guila arp¨ªa.
4 Aventura en un mundo perdido
No hay que llegar hasta Dari¨¦n, la selva m¨¢s densa del pa¨ªs y uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, para salirse de las rutas m¨¢s trilladas. Tambi¨¦n podemos empaparnos con la espuma de las cascadas cercanas a las tierras altas de Santa Fe; visitar uno de los siete grupos ind¨ªgenas de Panam¨¢; vivir la fantas¨ªa de ser un n¨¢ufrago en Guna Yala, cuyas islas v¨ªrgenes apenas han sido pisadas, o descansar en una playa salvaje de la pen¨ªnsula de Azuero. Panam¨¢ puede ser todo lo salvaje que uno quiera. Hay multitud de islotes desiertos, con un relajado ambiente caribe?o a un lado y las olas enormes del Pac¨ªfico al otro. Para muchos surfistas obsesionados con las olas de primera categor¨ªa, esto es el para¨ªso. Bajo el agua comienza otro mundo por descubrir haciendo submarinismo, con tiburones ballena y arrecifes multicolores en Bocas del Toro.
5 Bocas del Toro, turismo al natural
No es de extra?ar que este archipi¨¦lago caribe?o sea el primer lugar de vacaciones de Panam¨¢. T¨®picos aparte, aqu¨ª hay mucha playa de postal, un mar esmeralda y ondulantes paleras. Pero eso no es todo: se puede pedalear hasta la playa, tararear al ritmo de un improvisado calipso en isla Bastimentos y hacer sobremesa tras la cena en una caba?a al borde del mar. Los alojamientos van de albergues baratos para mochileros a impresionantes caba?as en la selva, pasando por centros vacacionales de lujo en las islas exteriores. Los surfistas se lanzan a las olas, pero tambi¨¦n se puede bucear y observar la variada fauna marina, o hacer voluntariado. La isla m¨¢s urbanizada del archipi¨¦lago y la que alberga la capital provincial es Isla Col¨®n.
6 ?Estamos de fiesta!
Las numerosas fiestas paname?as son una prueba del abanico de culturas que aglutina esta peque?a naci¨®n. Desde las celebraciones de los congos caribe?os en Portobelo, hasta las coloridas tradiciones folcl¨®ricas de la pen¨ªnsula de Azuero, el zapateado guna que se organiza en Nogapope o el festival de jazz en Ciudad de Panam¨¢, a todo el pa¨ªs le encanta pasarlo bien. Al terminar, es indispensable un cuenco de ¡°Lev¨¢ntate, L¨¢zaro¡± (una potente sopa de marisco) en el mercado de marisco de Ciudad de Panam¨¢.
7 Monta?a para todos en Boquete
Boquete, centro de aventuras y retiro en la monta?a a partes iguales, es un im¨¢n para expatriados, jubilados y viajeros de todo tipo. El clima es fresco y en su f¨¦rtil suelo crecen flores, caf¨¦, verduras y c¨ªtricos. La localidad se puso de moda cuando la Asociaci¨®n Estadounidense de Jubilados lo declar¨® uno de los mejores sitios del mundo donde retirarse y ahora conviven los retirados y expatriados con los aficionados a las aves que van para atisbar el quetzal resplandeciente. Tambi¨¦n los aventureros que llegan para escalar una monta?a o hacer rafting en aguas bravas. Pero lo que mueve realmente a esta peque?a poblaci¨®n es el cultivo del caf¨¦. El campo est¨¢ salpicado de cafetales y hay circuitos que muestran el proceso desde la hoja hasta la taza. Tras recuperar energ¨ªas, ya puede venir la siguiente aventura.
8 Coiba, el para¨ªso marino
Con permiso de Gal¨¢pagos, en Ecuador, o la costarricense isla de Coco, pocas islas del Pac¨ªfico resultan tan ex¨®ticas como la de Coiba. Este parque nacional marino es un verdadero mundo perdido de pr¨ªstinos ecosistemas y fauna ¨²nica. Se pueden espiar bandadas de guacamayos macaos, nadar junto a enormes bancos de peces, observar ballenas jorobadas que migran con sus cr¨ªas, as¨ª como mantarrayas arrastr¨¢ndose por el lecho oce¨¢nico. Los submarinistas podr¨¢n ver de cerca un pez martillo o un tibur¨®n ballena, pero lo m¨¢s importante es que Coiba sigue siendo agreste, con pocos visitantes y poca infraestructura. No hace mucho una infame prisi¨®n aislaba a los reclusos en la isla principal, pero ahora es destino tur¨ªstico.
9 San Blas, la vida sobre las aguas
Imaginemos un archipi¨¦lago tropical de color turquesa con una isla de palmeras y arena blanca distinta para cada d¨ªa del a?o. Bienvenidos a las islas San Blas, conocidas localmente como Guna Yala, el hogar de los gunas, primer grupo ind¨ªgena latinoamericano en conseguir su autonom¨ªa. Estas islas comunitarias (e independientes) forman peque?os cayos llenos de caba?as de bamb¨², ganado y habitantes. Los visitantes suelen preferir las islas exteriores, m¨¢s remotas y con menos poblaci¨®n, en las que hay poco que hacer m¨¢s all¨¢ de negociar el precio de un coco, mecerse en una hamaca o bucear en aguas turquesa. El para¨ªso en forma de archipi¨¦lago, por el que desplazarse a bordo de lanchas motoras, barcos de vela y canoas. Casi todos los alojamientos son remotos islotes rodeados de aguas transparentes.
10 Tierras Altas, aire fresco
En los tr¨®picos, las tierras altas son el equivalente a un soplo de aire fresco. Las tierras altas de Panam¨¢ ofrecen una selva exuberante con diminutas ranas doradas y cafetales cubiertos de neblina. Desde Ciudad de Panam¨¢, la gente se escapa el fin de semana a zonas como El Valle y el parque nacional El Cop¨¦. Boquete, ya mencionada, es la cl¨¢sica poblaci¨®n de monta?a, pero si se quiere salir de lo habitual, la aldea de Santa Fe ofrece la aut¨¦ntica tranquilidad de la monta?a, con carreras de carros y excursiones a cascadas y pozas.
11 Encanto colonial en Azuero
La pen¨ªnsula de Azuero est¨¢ considerada el alma de la cultura paname?a, tierra de ranchos y granjas y la zona del pa¨ªs de mayor influencia colonial espa?ola. Preciosos paisajes de colinas, playas solitarias y el murmullo de las olas; se ha convertido en el mejor lugar para escaparse.
La cultura espa?ola tiene ra¨ªces aqu¨ª y se nota en el encanto de las casas coloniales de azulejos, la hospitalidad del pa¨ªs, las fiestas y las elaboradas polleras (vestidos bordados con puntillas). Playa Venao es un importante destino para el surf, mientras que al oeste, la deliciosa Sunset Coast tiene arenales tranquilos de olas estupendas para el surf, as¨ª como circuitos para ver tortugas.
12 Surf y bohemia en Santa Catalina
Santa Catalina, uno de los mejores enclaves surferos de Centroam¨¦rica, es un peque?o pueblo de pescadores, reconvertido en pueblo de surfistas, con hotelitos y albergues frente al mar, lejos de la carretera asfaltada. Aqu¨ª la naturaleza es una maravilla y los complejos hoteleros suenan todav¨ªa a algo lejano. Los mayores atractivos son las olas de primera categor¨ªa que azotan la costa todo el a?o, especialmente en febrero y marzo. La localidad es, adem¨¢s, el principal punto de salida de las excursiones de uno o dos d¨ªas a la isla de Coiba y su fabuloso parque nacional.
13 Senderismo volc¨¢nico
El ¨²nico volc¨¢n de Panam¨¢, el Bar¨² (3.474 metros), domina el paisaje de las neblinosas tierras altas de Chiriqu¨ª y su cumbre marca el punto m¨¢s alto del pa¨ªs. Los entusiastas pueden emprender la ascensi¨®n antes del alba; es empinada y suele estar embarrada, pero la recompensa merece la pena: observar el Atl¨¢ntico y el Pac¨ªfico al mismo tiempo (cuando est¨¢ despejado). Otra opci¨®n, quiz¨¢ m¨¢s sensata, es el impresionante sendero Los Quetzales, que atraviesa el parque y ofrece la posibilidad de ver orqu¨ªdeas ex¨®ticas, tapires y quetzales resplandecientes. El parque nacional tiene muchas posibilidades para el monta?ismo y la acampada, y su f¨¦rtil suelo lo convierten en la zona agr¨ªcola m¨¢s productiva del pa¨ªs.
14 La selva accesible
Una excursi¨®n de un d¨ªa desde Ciudad de Panam¨¢ (a unos 30 minutos de recorrido) permite llegar a uno de los mejores lugares para la observaci¨®n de aves en el mundo: el parque nacional Soberan¨ªa. Se extiende a lo largo de gran parte de un itsmo, desde Lim¨®n, en el lago Gat¨²n, hasta el norte de Para¨ªso, y alberga una de las selvas tropicales m¨¢s accesibles de Panam¨¢. Est¨¢ lleno de sendas para excursiones y en el camino se pueden observar perezosos, monos aulladores o monos carablanca. En Pipeline Road se han llegado a contemplar m¨¢s de 500 especies de aves, desde tucanes hasta tangaras. Para tener otra vista de la espesura, se puede subir a las torres del Rainforest Discovery Center o visitar las comunidades vecinas de ember¨¢ y wounaan.
M¨¢s informaci¨®n en la nueva gu¨ªa Lonely Planet de Panam¨¢ y en www.lonelyplanet.es
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