Hangzhou, a orillas del Lago del Oeste
¡®Orioles cantando en los sauces¡¯ es el nombre de una de las rutas por el parque lacustre de Hangzhou. La pagoda de Leifeng y las tiendas de seda son otros atractivos de la ciudad china
Rodeada de monta?as con enormes parques y lagos, la que fue sede de la ¨²ltima cumbre del G?20 es la escapada perfecta desde Shangh¨¢i ¡ªa 180 kil¨®metros¡ª, ya que ambas ciudades est¨¢n muy bien comunicadas por tren de alta velocidad. Hangzhou fue capital imperial durante 200 a?os (960-1279), por lo que conserva un valioso legado arquitect¨®nico que se concreta sobre todo en los jardines y palacios del Lago del Oeste. Con sus nueve millones de habitantes, es una metr¨®poli de rascacielos, buenos restaurantes y edificios de arquitectura contempor¨¢nea que contrastan con el legado imperial. Una de las mejores formas de recorrerla es alquilando una bicicleta o moto el¨¦ctrica.
8.00 Desayuno con sopa
La vida empieza pronto en las ciudades chinas, con todos los puestos de comida callejera a punto para tomar un primer refrigerio que deber¨¢ ser chino para ponernos en situaci¨®n. Una de las opciones menos arriesgadas en este pa¨ªs en el que cuesta comunicarse a no ser que se sepa mandar¨ªn es optar por unos deliciosos tang jiao, peque?os atadillos de pasta rellenos de carne y sopa que saben a gloria, acompa?ados de una (o m¨¢s) tazas de t¨¦, o por los socorridos noodles, adecuados para cualquier hora. En la plazoleta, frente a nuestro hotel, un grupo de mujeres empieza el d¨ªa con suaves movimientos al son de la m¨²sica; estamos cerca de la hist¨®rica calle Qing He Fang, peatonal y una de las m¨¢s pintorescas de la ciudad. En el mismo hotel alquilamos una bicicleta para dirigirnos hacia el Lago del Oeste (1).
9.00 La farmacia de Hu Qing Yu
El Gran Canal, con 1.800 kil¨®metros, y la Muralla son las obras que mejor representan el poder¨ªo imperial
¡°Sumaos al flujo y dejaos llevar¡±, nos aconseja una madrile?a residente en Hangzhou al ver nuestra indecisi¨®n frente a la vor¨¢gine del tr¨¢fico. Aunque a priori puede parecer casi imposible y muy peligroso circular por las ca¨®ticas calles chinas, lo cierto es que todo funciona arm¨®nicamente, hasta el punto de que la experiencia acaba siendo divertida. La calle Qing He Fang (2), donde iniciamos la ruta, est¨¢ flanqueada de edificios hist¨®ricos bien conservados, la mayor¨ªa de los cuales fueron levantados a finales de la dinast¨ªa Ming (del a?o 1368 a 1644) y principios de la dinast¨ªa Qing (1644-1914). Aqu¨ª se encuentra la famosa farmacia de Hu Qing Yu (3), construida por un riqu¨ªsimo comerciante, Hu Xueyan, en 1872. Tambi¨¦n es imprescindible la visita a su residencia, una impresionante edificaci¨®n situada a pocos pasos de la cercana plaza Wushan (4).
10.00 Ruta de las 10 maravillas
En 10 minutos, y circulando entre miles de coches, silenciosas motos el¨¦ctricas y bicicletas, se llega a la entrada este del Lago del Oeste (Qingbo) (5), por donde nos adentramos en este espl¨¦ndido y enorme territorio. Varios d¨ªas y mucho andar har¨ªan falta para recorrer las maravillas, patrimonio mundial, que se extienden alrededor del lago. Puentes, templetes, rocas escult¨®ricas, pagodas, nen¨²fares, jardines bot¨¢nicos¡ Todo rodeado de espl¨¦ndidas monta?as que se reflejan en las aguas, surcadas por embarcaciones tradicionales. Eso s¨ª, atestado de visitantes que siguen la ruta de las 10 maravillas ¡ªuna de las cuales, Orioles Cantado en los Sauces (6), se encuentra junto a la puerta por la que hemos entrado¡ª, mientras extienden sus palos de selfies y se cubren el rostro con paraguas para evitar el sol o la lluvia. Dejamos las bicicletas en el aparcamiento de la entrada y tomamos un tentempi¨¦ con tofu fermentado.
12.00 Campos de t¨¦
Una de las visitas imprescindibles es la pagoda de Leifeng (7) (del siglo X), situada en el sur del parque sobre la Colina del Atardecer, con sus cinco pisos de altura y su forma octogonal. La que se visita en la actualidad data del a?o 2002, ya que la original se derrumb¨® en 1924. Aunque queda mucho por ver, toca salir del parque para conocer una de las joyas de Hangzhou, el templo budista de Lingyin (8) (o del Retiro del Alma). Lo mejor es tomar un taxi, son muy econ¨®micos. En el camino se pasa por delante del interesante edificio del Museo de Arte de Zhejiang (9) (138, Nanshan Road; zjam@zjam.org.cn), una gran estructura obra del arquitecto chino Cheng Taining. En 20 minutos se llega al barrio residencial de Xihu. El templo de Lingyin fue fundado en el siglo IV por el monje Hui Li, durante la dinast¨ªa Jin del Este, y es impresionante recorrer sus grutas y templos y los miles de budas esculpidos en la piedra caliza.
14.00 Platos para compartir
Para comer, elegimos un restaurante tradicional situado delante de la parada del autob¨²s 87, que nos llevar¨¢ hasta el Pueblo Cultural del T¨¦ Longjing (10), uno de los productores de t¨¦ verde Pozo del Drag¨®n, uno de los mejores del mundo. Comemos seg¨²n la costumbre china, muchos platos para compartir. Ya en el autob¨²s, nos adentramos en las monta?as cercanas donde los rascacielos se sustituyen por escalonados campos verdes que cubren sus laderas. Flanqueando la calle principal, los lugare?os secan el t¨¦ en grandes vasijas de cobre.
17.00 Un pijama de seda
De vuelta a Hangzhou, recogemos las bicicletas y pedaleamos hasta la Ciudad de la Seda (11). Hangzhou ha sido un centro de producci¨®n y comercio de seda desde la dinast¨ªa Song del Sur (1227-1279). En las calles Xinhua y Jiankang nos espera un para¨ªso de compras con m¨¢s de 600 tiendas en las que impera el regateo y donde venden pa?uelos, pijamas, juegos de cama e incluso suaves y fin¨ªsimos calzoncillos de la mejor seda.
19.00 Cena junto al agua
La noche la dedicamos al Gran Canal (12), esa obra impresionante que, junto a la Muralla China, representa el poder¨ªo de las distintas dinast¨ªas imperiales. El canal que une Pek¨ªn con Hangzhou cubre una distancia de casi 1.800 kil¨®metros y se culmin¨® bajo el mandato de la dinast¨ªa Sui (581-618). En 2014 fue incluido en la lista del patrimonio mundial. El tramo de Hangzhou es uno de los m¨¢s bellos e interesantes. Cenamos en uno de los restaurantes de la calle Qiaoxi Zhi Jie (13), en el distrito de Gongshu, pato, una de sus especialidades, y sopa de pollo con setas silvestres, mientras vemos pasar los barcos, iluminados por las aguas del canal.
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