Ocho arcos de roca perfectos para un ¡®selfie¡¯
Ruta por monumentales puertas de piedra que la naturaleza ha horadado en la costa espa?ola
Esta ¡°artesan¨ªa de olas y milenios¡±, en palabras del poeta Jos¨¦ Hierro, responde a caprichos erosivos y, por ello, tiene una cualidad ef¨ªmera como evidenci¨® el pasado mes de marzo el derrumbamiento de la Ventana Azul de Malta a causa del fuerte oleaje. Se trata de farallones en forma de puente o arcadas p¨¦treas que parecen enmarcar el gran azul. Conoc¨ªamos los arcos de la playa de Las Catedrales, en la costa de Lugo, pero hay m¨¢s en otros rincones de Espa?a (y sin tanta gente).
Gran estructura ojival
Pont d¡¯en Gil, Ciudadela (Menorca)
Aparcamos tras el Menorca Sea Club de Cala En Blanes y nos disponemos a disfrutar de una caminata de 10 minutos por una costa virginal hasta lograr el ¨¢ngulo visual requerido para ver la arcada que se abre en medio del Pont d¡¯en Gil, espig¨®n rocoso desde cuya ubicaci¨®n es imposible observar la ca¨ªda del sol sin conmoverse. La zona est¨¢ repleta de cuevas submarinas.
Cerca de piscina natural de Charco Manso, en El Hierro, una de las arcadas parece el abrazo de dos elefantes
B¨®veda-playa
El Jurado, Betancuria (Fuerteventura)
En la playa de la Pe?a Horadada y en horario de bajamar es posible situarse debajo de un arco monumental. Camino de Ajuy (P¨¢jara), tras rebasar el punto kilom¨¦trico 2, tomamos a la derecha la pista (sin se?alizar) que comunica con el barranco de la Pe?a. Bajo el conjunto escult¨®rico arqueado se forma una piscina en bajamar, y durante la puesta de sol el deslumbramiento es, si cabe, mayor. Un tubo volc¨¢nico erosionado sirve de tobog¨¢n. En Ajuy espera el pescado frito de La Jaula de Oro (928 16 15 94).
Fuerza est¨¦tica
Castro de Las Gaviotas, Llanes (Asturias)
En cuanto a farallones (castros), no hay litoral tan ub¨¦rrimo como el llanisco. En ¨¦l sobresale el islote de las Gaviotas o Desfuracado, suspendido en dos pilares calizos asim¨¦tricos, lo cual lo estiliza. En Villahormes buscamos la playa de La Huelga. Antes de embocar la bajada, se toma la pista a mano derecha que conduce al aparcamiento, desde donde se contempla el castro bajando por los escalones de La Canalina. Tambi¨¦n podemos bordear el acantilado unos 300 metros hasta enfilar el castro a gusto del viajero. Para fotografiarlo desde la arena de La Huelga es imprescindible horario de bajamar.
Olas rabiosas en los bufaderos
Charco Manso (El Hierro)
En la isla de El Hierro contamos con cuatro arcadas de gran fuerza est¨¦tica. Por Echedo bajamos a la piscina natural de Charco Manso, en cuyas coladas crece vegetaci¨®n de inflorescencia amarilla. No, el apelativo de manso no puede extenderse al resto del paraje: a la izquierda, con los bufaderos por donde entran olas rabiosas; a la derecha, con un arco continuo de gran tama?o. Uno de esos raros accidentes naturales que el hombre ha llenado de significado simb¨®lico: en el libro El Hierro, formas m¨¢gicas, de Javier Bello, se sugiere el abrazo de dos elefantes.
Musa mallorquina
Es Pont¨¤s, Santany¨ª (Mallorca)
Al pintor paisajista argentino Francisco Bernareggi (1878-1959) debemos la inclusi¨®n de este islote hueco en el imaginario colectivo balear. En Cala Santany¨ª hay que obedecer las se?ales a Es Pont¨¤s y aparcar cerca de la calle Sa Cova des Vell Mar¨ª, de donde parte el sendero que en cinco minutos nos deja en una de las cinco estelas que el escultor Rolf Schaffner fij¨® en los confines europeos. De all¨ª se baja al mirador del acantilado. La monumentalidad de la geometr¨ªa, lejos de empeque?ecer y alejar al espectador, acrecienta la sensaci¨®n de proximidad. Con buen tiempo llegan hidropatines desde las calas de Llombards y Santany¨ª, no faltando imprudentes que se encaraman a su estructura.
La monta?a horadada
Roca Foradada, Torroella de Montgr¨ª (Girona)
Los arcos antes de formarse en la rompiente fueron a menudo oquedades descompuestas en medio de pen¨ªnsulas calc¨¢reas. Tal ocurre con la roca Foradada, arco tunelado de 35 metros de largo por 3 de alto en su punto m¨¢s bajo, situado al norte de L¡¯Estartit, en el parque natural del Montgr¨ª, Islas Medas y Bajo Ter. Se puede contemplar justo antes de bajar a pie a la intacta cala Pedrosa, si bien hay barcos tur¨ªsticos que se acercan a la cueva e incluso la atraviesan. La virginidad del acantilado apabulla.
Puerta marina
El Canto del Diablo, Pi¨¦lagos (Cantabria)
El parque geol¨®gico Costa Quebrada se extiende de Liencres a Santander, cuyo Puente del Diablo se vino abajo por un temporal en 2010, igual que la isla Foradada cinco a?os antes. El urro Manzano, este s¨ª, resiste en la antigua l¨ªnea de costa, 150 metros mar adentro. Desde la playa de Portio hay que subir al acantilado de su banda derecha para fotografiar una fascinante perspectiva de urros (farallones) y, caminando 300 metros hacia el este, del erosionado portal¨®n llamado Canto del Diablo muy posiblemente por su apariencia de animal fabuloso.
De la Ibiza agreste
Puente de piedra, Sant Antoni de Portmany (Ibiza)
Se trata de un hito paisaj¨ªstico de la cala Albarca, muy bien preservada debido a su arisca verticalidad. Contados 1,7 kil¨®metros desde la iglesia de Sant Mateu, en medio de una arboleda, embocamos la pista. Luego habr¨¢ que descender a pie todo el acantilado por una pista inundada de pinos, brezos, plantas arom¨¢ticas. Muchos regresan exhaustos al coche. En el puente quien m¨¢s quien menos se sube para que otro realice la instant¨¢nea inolvidable.
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