Rumbo a 11 islas espa?olas casi secretas
Del islote de Lobos, en Fuerteventura, a la gallega ¨ªnsula de S¨¢lvora, praderas de posidonia y playas desiertas al alcance de cortas y divertidas traves¨ªas marinas
En veranos como este de fuerte masificaci¨®n se impone el deseo de isla. Por la limitaci¨®n de acceso; por su biodiversidad. Las hay que parecen a tiro de piedra, pero no: un brazo de mar mantiene su rom¨¢ntico atractivo, garantizado por diversas figuras de protecci¨®n ambiental.
Cada ¨ªnsula representa un universo aparte. A todas se llega lentamente, contemplando de lejos su silueta, reconociendo a medida que nos acercamos su perfil orogr¨¢fico, su muelle, sus eminencias. He aqu¨ª 11 para¨ªsos nunca perdidos ¨Ccaminables salvo ?zaro y las Medes- para isl¨®manos que nada quieren saber del turismo desbocado e insostenible.
1 Caminata volc¨¢nica
Islote de Lobos (La Oliva, Fuerteventura)
Es dif¨ªcil superar este parque natural en cuanto a belleza canaria en estado original. La l¨ªnea regular zarpa de Corralejo y en 20 minutos ya estamos en el islote de 6 kil¨®metros cuadrados y 13,7 kil¨®metros de costa. Conviene emprender la calurosa excursi¨®n con sombrero y un m¨ªnimo de dos litros de agua por persona.
Un ¡®lla¨¹t¡¯ de pescadores rodea las Medas, y el buceo garantiza ver gorgonias, meros y, quiz¨¢s, el pez luna
En unas tres horas se rodea el islote, subiendo a La Caldera -el monte tutelar de Lobos-, pasando por el faro de Marti?o, el humedal de Las Lagunitas y comiendo en El Puertito el pescado que fr¨ªe Antonio Hern¨¢ndez, hijo del ¨²ltimo farero de Lobos; solo acepta reservas en persona. Quien lleve el bocata dispondr¨¢ al lado de un merendero con m¨¢quina expendedora de bebidas. La tarde, mejor reservarla para zambullirse en La Concha, donde se excava un taller romano de p¨²rpura vinculado con Gades (C¨¢diz).
Una visita m¨¢s ligera -la can¨ªcula manda-, pasa por subir a La Caldera, darse un primer chapuz¨®n en La Concha, atravesar El Puertito, de aguas de colorido inigualable, hacia Las Lagunitas, y regresar a aquel para comer. En La Concha se aprovecha la tarde al m¨¢ximo: en cuanto vemos zarpar el barco de Corralejo recogemos los b¨¢rtulos y caminamos tranquilamente hasta el muelle, que se alcanza en 6 minutos.
2 Robinsonada colectiva?
Isla d¡¯en Colom (Mah¨®n, Menorca)
Su ¨¦xito sin fama ha hecho de esta joya del parque natural de la Albufera des Grau una invitaci¨®n para el escapismo; ello pese a encontrarse a solo 500 metros de la isla mayor, Menorca. Desde Es Grau, Juan Febrer pilota su lancha Illa Colom (+34 609 59 21 50). El ecosistema resulta de tal importancia y su grado de protecci¨®n tan estricto, que los ba?istas tienen prohibido abandonar las playas (tampoco lo permitir¨ªa su vegetaci¨®n de maquia inextricable). Anta?o fue ¨¢mbito de aventuras al servir de lazareto a una expedici¨®n de esclavos redimidos de Argel en 1787.
Los arenales est¨¢n orientados a poniente. Al meridional no por nada lo bautizaron Tamarells (tamarindos), mientras la norte?a cala d¡¯en Moro resulta m¨¢s agreste, y al disponer de una franja del arena m¨¢s dilatada, registra mayor afluencia. En ambas, merced al agua cristalina, contrastan crom¨¢ticamente los fondos arenosos con las praderas de posidonia. Como todo para¨ªso que se precie, solo podemos dejar huellas de pisadas.
Una manera alternativa es llegar en kayak, pero los que se conformen con regocijarse con las vistas de En Colom, les interesar¨¢ seguir el Cam¨ª de Cavalls hasta Sa Torreta.
3 En su estado primigenio
S¨¢lvora (Ribeira, A Coru?a)
El alto n¨²mero de visitas que registran los archipi¨¦lagos de C¨ªes y Ons hace que giremos la vista hacia uno de los destinos menos frecuentados del parque nacional de las Islas Atl¨¢nticas de Galicia. S¨¢lvora emerge en la bocana de la r¨ªa de Arosa y se conserva admirablemente al haber estado en manos privadas hasta 2008; hoy solo se puede pisar en compa?¨ªa de un gu¨ªa.
Desde O Grove navega en 40 minutos Cruceros R¨ªas Baixas, para luego emprender dos caminatas: una al faro erigido tras el naufragio del Santa Isabel -¡°El Titanic gallego¡±-, y otro a la aldea y al pazo, como de cuento, construido sobre una f¨¢brica de salazones. Aparte de la leyenda del hijo que tuvo el propietario con una sirena, llama la atenci¨®n la capilla que sirvi¨® de bar; fijarse tambi¨¦n en los tritones del lavadero. La visi¨®n de los caracter¨ªsticos roquedos arosanos, tras los que pastan caballos aut¨®ctonos, cautiva y relaja. Reservar 4 horas.
Desde Agui?o (Ribeira), Bluscus llega a S¨¢lvora en lancha r¨¢pida ¨Ctambi¨¦n disponen de un velero- en apenas diez minutos. Su visita es m¨¢s a la carta e incluye conocer las bateas de la r¨ªa.
4 Asombro en las conchas?
La Graciosa (Teguise, Lanzarote)
Quien ama las islas sabe que el archipi¨¦lago Chinijo contiene un mundo singular que lo hace arrebatador. Primero, fotografiar desde el mirador del R¨ªo a La Graciosa, como si de un crust¨¢ceo se tratara. Es un platillo con 30 kil¨®metros de costa, rasgada su horizontalidad por cuatro edificios volc¨¢nicos. Desde ?rzola arribamos en 20 minutos y en Caleta del Sebo decidiremos la ruta seg¨²n el tiempo disponible y nuestro estado de forma (hay safaris en todoterreno). Siempre habr¨¢ que incluir Las Conchas, arenal viv¨ªfico, de un colorido que entronca con la categor¨ªa de portento (lo que no resta peligrosidad al ba?o). Es buena idea apuntarse a la ciclorruta de 15 kil¨®metros a la que invita El Mato Bikes (+34 664 89 32 81), pasando por la playa del Ganado, trepando al cono de monta?a Bermeja (hay estacionamiento para bicicletas) y moj¨¢ndonos los pies en Las Conchas.
Para llegar a la mejor cala para ba?arse, La Cocina, solo se permite el acceso rodado hasta playa Francesa, tras la cual hay que caminar 20 minutos. ?Una recomendaci¨®n para el t¨ªpico caldo de pescado? El Marinero (+34 928 84 20 70).
5 Suced¨¢neo de para¨ªso
S¡¯Espalmador (Formentera)
Depositario de la idea de placer, de paz, el id¨ªlico arenal de S¡¯Alga (qu¨¦ mejor decorado para pel¨ªculas de piratas y bucaneros) extiende sus hechuras en un islote al que llega con buen tiempo, desde La Savina, la barca Bah¨ªa (ni la oficina de turismo conoce su tel¨¦fono; primera salida a las 10.15 y ¨²ltimo regreso a las 18.45), realizando una escala en Ses Illetes. Una vez en S¡¯Espalmador solo se tiene derecho de tr¨¢nsito por la orilla: aunque es privada, el d¨ªa menos pensado la isla ostentar¨¢ la titularidad p¨²blica. Aqu¨ª rinden pleites¨ªa cientos, miles de yates procedentes de todo el Mediterr¨¢neo: tal es la calidad de su arenal y aguas de transparencia v¨ªtrea en las que los ba?istas se empapan de belleza.
De lo que pocos son conscientes es de que pertenece al parque natural de las Salinas de Ibiza y Formentera, y que los ba?os de lodo est¨¢n prohibidos, por antihigi¨¦nicos. Es aconsejable costear a pie hasta su punto de fuga, la vieja torre vig¨ªa, pasando despu¨¦s a la playa de Sa Torreta, ya cerca del faro-islote de En Pou. La sombrilla es tan importante como el agua.
6 Goteras hasta aqu¨ª
?zaro (Bermeo, Bizkaia)
Cuenta la leyenda que Bermeo y Mundaka dirimieron su eterna rivalidad por la isla de ?zaro con una regata al despuntar el alba. Los bermeanos enga?aron a los gallos con antorchas y partieron antes de hora, saliendo victoriosa su trainera. Historietas aparte, ma?ana d¨ªa 22, fiesta de la Madalena, la alcaldesa navegar¨¢ hasta ?zaro para reafirmar la soberan¨ªa bermeana lanzando una teja al mar y pronunciando la f¨®rmula: ¡°Hasta aqu¨ª llegan las goteras de Bermeo¡±. La salida del cortejo al mediod¨ªa no est¨¢ exenta de colorido.
La isla, declarada biotopo protegido de la reserva de la biosfera de Urdaibai, se rodea con el barco de Hegaluze en su singladura diaria entre Bermeo a Elantxobe, puertito que ejerci¨® de ¨¢rbitro en la legendaria competici¨®n, de ah¨ª el gentilicio macu¨¦s (mal juez). Desde el barco podemos observar su adustez de lajas acuchilladas, as¨ª como las ruinas del monasterio, uno de los cap¨ªtulos espor¨¢dicos de ocupaci¨®n humana. La gasolinera de Mundaka es un mirador privilegiado sobre esta isla que fue imagen de la distribuidora ?zaro Films.
7 Encontrando a Nemo
Islas Medes (Torroella de Montgr¨ª, Girona)
Gracias a su protecci¨®n durante tres d¨¦cadas, los siete islotes de las Medas revisten valor capital, empezando por su patrimonio subacu¨¢tico. Que en l¡¯Estartit haya estaci¨®n n¨¢utica garantiza una informaci¨®n completa referida a actividades acu¨¢ticas en el parque natural, paddle surf y vela incluidas.
La barca N¨²ria, antiguo lla¨¹t de pescadores, rodea las Medes y saca partido a los entresijos de los acantilados del Montgr¨ª. Para excursiones familiares, quien recurra a Medaqua dar¨¢ en el clavo, tanto si se quiere para navegar en kayak ¨Cel canal mide 900 metros-; o, mejor todav¨ªa, practicar buceo en superficie con gafas y aletas, en donde ni?os a partir de 6 a?os divisan salpas y nacras. El buceo garantiza gorgonias, meros y muy probablemente en julio, el pez luna.
La m¨²sica impregna durante estas fechas la costa de Torroella. No solo en los chiringuitos con las actuaciones de Jazz en Ba?ador (ma?ana, d¨ªa 22, canta Paula Grande), tambi¨¦n en el Jazz Festival L¡¯Estartit, cuyo escenario tiene siempre las Medas como tel¨®n de fondo.
8 Arropada por la mitolog¨ªa
Sancti-Petri (Chiclana de la Frontera, C¨¢diz).
Todos son facilidades para que el viajero conozca el lugar que fue templo fenicio de Melkart, y posterior santuario romano de H¨¦rcules, situado hoy en una islita a un kil¨®metro de la costa gaditana. En la web elcastillodesanctipetri.com gestionan toda la visita. Primero el transporte: en barco, o bien en kayak, contando con el empuje de la marea y la corriente del ca?o de Sancti-Petri. El traslado se enlaza siempre con la visita guiada a la isla amurallada en el siglo XV para defensa de la Tacita de Plata, y que se termin¨® de fortificar entre los siglos XVI al XIX. Tambi¨¦n se puede hacer coincidir la llegada con la visita teatralizada (11.30) por un actor que emula un romancero del Carnaval de C¨¢diz. Asociados a la salida de las 12.30 y a la de puesta de sol -quiz¨¢ la mejor opci¨®n- se puede reservar el almuerzo o la cena.
9 Septiembre de halcones
Dragonera (Andratx, Mallorca)
Hace mucho que Mallorca dej¨® de ser La isla de la calma, seg¨²n rezaba el libro del pintor Santiago Rusi?ol. Hoy tal remoquete lo heredar¨ªa Dragonera, sexta de las islas baleares en extensi¨®n. Ahora que hace 40 a?os de tanta efem¨¦ride, es momento de recordar la ocupaci¨®n de la isla el 7 de julio de 1977 por activistas contrarios a su urbanizaci¨®n. El hoy parque natural, a 2,7 kil¨®metros de San Telmo, parece desgajado de la sierra de Tramontana, al guardar la unidad de escala. Litoral escarpado que atesora la colonia de halcones de Eleonor m¨¢s copiosa del Mediterr¨¢neo occidental.
No puede faltar la visita del faro de Tramuntana, que alberga una exposici¨®n sobre los faros isle?os. Si despu¨¦s queremos ir al faro de Llebeig ¨Ccita ineludible en septiembre y octubre para ver halcones cazando para sus cr¨ªas- completaremos unos 12 kil¨®metros de caminata. La cumbre, Na P¨°pia (353 metros), donde se yergue el antiguo faro, es mejor no subirla, por los rigores de la caloreta, en julio y agosto. Llevar agua y sombrero.
El paso en lla¨¹t de 1952 tiene su encanto. Primera salida a las 9.50. A las 17.00 todo el mundo tiene que haber abandonado la Dragonera.
10 En barco, moto o kayak
Isla de Benidorm (Alicante)
Como el desprendido tajo de Rold¨¢n que falta al Puig Campana. As¨ª considera la leyenda a esta isla de gran inter¨¦s biol¨®gico, a 3,5 kil¨®metros de la costa benidorm¨ª e incorporada al parque natural de la Sierra Helada y su Entorno. Puede embarcarse en golondrina o catamar¨¢n con fondo de cristal, as¨ª como en kayak o moto acu¨¢tica.
Una vez en el destino muchos transbordan al barco de visi¨®n submarina Aquascope III. Si de lo que se trata es de bucear con botellas de aire comprimido podremos atravesar Los Arcos entre morenas y salpas, con suerte alguna raya o pez luna. En el acantilado encuentran refugio una importante colonia de pa¨ª?o europeo, y en el aire hay un vuelo de gaviotas patiamarillas.
La cuesta, esa que tiene paralelismos con una pista de despegue, nos eleva 73 metros hasta el mirador. Finalizamos en La Caleta -que cuenta con bar-restaurante-, sitio estupendo para nadar en superficie con aletas y gafas de buceo.
11 ?rase un parque insular
Santa Clara (San Sebasti¨¢n, Gipuzkoa)
En esta isla verd¨ªsima que preside la bah¨ªa donostiarra todo se remite a un parque municipal. La motora va directa, o realiza antes, frente al Peine del Viento, un tramo de visi¨®n submarina cuya nitidez es muy variable. Junto al espig¨®n, en la zona meridional, se extiende una caleta -con bar-, que borra el Cant¨¢brico en pleamar, como ocurre en La Concha, hasta donde se anima a nadar m¨¢s de uno.
Dos senderos conducen al faro, de manera que se puede subir por las escaleras y regresar por la rampa. La cuadrada superficie del faro (1864) recibe al viajero con su linterna octogonal coronada por su c¨²pula de cobre elaborada a mano. Un must far¨ªstico. Y siempre con el plus del centenar de mesas bajo de laureles y tamarindos principalmente, que anta?o pertenec¨ªan a familias de San Sebasti¨¢n. Toda isla tiene su cara oculta, en este caso muy acantilada.
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