Donde el (r¨ªo) Mundo viene al mundo
Excursi¨®n a la Cueva de Los Chorros, en la sierra de Alcaraz, en Albacete, donde un enorme salto de agua marca el nacimiento del cauce
El t¨®pico de La Mancha de horizontes planos y llanuras cerealistas sin una mala sombra en la que guarecerse se esfuma en el nacimiento del r¨ªo Mundo, un afluente del Segura. El lugar es muy especial, y no solo por los frondosos bosques de pino y los numerosos resaltes y rincones que el r¨ªo crea al atravesar la barrera monta?osa. Lo es sobre todo por la espectacularidad de su nacimiento: un parto abrupto, a¨¦reo y atronador.
El Mundo viene al mundo por la abertura de una caverna de unos 25 metros de di¨¢metro, colgada en mitad de un circo de piedra. El agua sale, se precipita al vac¨ªo y 82 metros m¨¢s abajo se estrella contra las rocas, formando un enjambre de cascadas y pozas de extraordinaria belleza. La ca¨ªda vaporiza el agua, sumiendo todo el circo en una fina y constante lluvia que ayuda a mantener las paredes cubiertas de musgos y l¨ªquenes a la vez que facilita el crecimiento de numerosas especies de ¨¢rboles. Decididamente, nada que ver con esa imagen del Albacete mesetario y cerealista.
La cueva de los Chorros, de la que nace el Mundo, es la octava de mayor recorrido horizontal de Espa?a y una gozada para los espele¨®logos. Hace a?os, la subida hasta la boca por una exigua y a veces peligrosa senda estaba a vierta a todo el p¨²blico; pero como pasa siempre, la masificaci¨®n y un par de accidentes obligaron a regularla y ahora hay que pedir un permiso.
La cueva recoge el agua de filtraci¨®n del Calar del Mundo, la altiplanicie caliza declarada parque natural que corona el cerro donde est¨¢ situada la gruta y que hace las veces de embudo para que el agua de lluvia, tras un largo recorrido bajo tierra, salga de nuevo al exterior por la boca de los Chorros convertida en flamante r¨ªo Mundo.
Ri¨®par nuevo, Ri¨®par viejo
Si busca servicios, los hallar¨¢ en Ri¨®par, la capital del valle del Mundo, aunque, por extra?o que parezca, aparecen dos Ri¨®par al buscar en Google Maps. El nuevo, donde est¨¢n hoteles, restaurantes y dem¨¢s servicios a pie de carretera, era en realidad F¨¢bricas de San Juan, poblaci¨®n nacida en 1774 con la concesi¨®n de una licencia para fabricar objetos de bronce y lat¨®n que Carlos III otorg¨® a un ingeniero austriaco, Juan Jorge Graubner. Graubner levant¨® la f¨¢brica en esta llanura regada por el Mundo y la llam¨® Reales F¨¢bricas de San Juan de Alcaraz.
El Ri¨®par original, Ri¨®par Viejo, se ve arriba, encaramado a un cerro cercano y tan escondido que al viajero le cuesta distinguir desde la carretera un ¨¢pice de sus murallas, su iglesia o sus caserones. Como en tantos otros pueblos de monta?a, cuando se abri¨® la f¨¢brica sus pobladores empezaron el ¨¦xodo hacia las ventajas y las comodidades que les proporcionaba un trabajo y una residencia abajo, en la llanura, sin las incomodidades de la vida en el risco. De esta manera, F¨¢bricas de San Juan fue rest¨¢ndole habitantes y protagonismo a Ri¨®par hasta que acab¨® por robarle lo ¨²ltimo que le quedaba: el nombre.
La primera vez que yo sub¨ª a Ri¨®par viejo solo quedaba un vecino. Pero a partir de los a?os 90, gracias al turismo, la aldera volvi¨® a renacer. Sus viviendas abandonadas, la mayor¨ªa pura ruina, se convirtieron en objeto del deseo de quienes buscaban una segunda residencia o un local para montar un negocio de turismo rural. Para que luego digan que el turismo es intr¨ªnsecamente malo. Hoy este Ri¨®par de viejo ya solo tiene el nombre.
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