18 librer¨ªas que tienes que visitar en Londres
De Emily Dickinson al manga japon¨¦s, una variopinta ruta librera junto al T¨¢mesis que da alas a la imaginaci¨®n
En el cielo de Londres siempre hay un avi¨®n. Tambi¨¦n hay muchas gr¨²as: el imparable crecimiento de la ciudad es evidente hasta en la perdida mirada de un miope. Los estampados de los asientos del metro son variados, geom¨¦tricos y mullidos. Lo que m¨¢s sorprende es la integraci¨®n de todas las razas. Qu¨¦ placer. Sortear ejecutivos fren¨¦ticos en Liverpool Street Station en hora punta se convierte en un deporte de riesgo. Contar todos los Starbucks y Pret a Manger, en una odisea. El r¨ªo T¨¢mesis serpenteante se vuelve, como todos los grandes r¨ªos, en gu¨ªa a tiempo completo de nuestros paseos de turista desorientado que necesita de un Norte y Sur estables para no sufrir colapso mental y de cualquier otro tipo. A veces, con sentarse en un banco en un parque de c¨¦sped verde fluorescente y mirar ¡ªlas puertas de colores, las casas de ladrillo, una pareja de viejecitas inglesas tan inglesas, un grupo de ni?as de todos los colores en uniforme azul marino¡ª es suficiente.
La milla de oro libresca, Charing Cross Road, ha ido perdiendo locales pero mantiene a¨²n alto el estandarte
Antes de empezar la ruta de librer¨ªas, una buena opci¨®n para el desayuno es Sketch (Conduit Street, 9). Un sal¨®n de t¨¦ estilo Wes Anderson de color rosa, lleno de lolitas japonesas. Los ba?os, por imp¨²dico que suene, son de obligada visita. El futuro tiene forma de c¨¢psulas-huevo de color blanco y ya est¨¢ aqu¨ª.
Nuestra ruta de librer¨ªas comienza en el barrio del Soho, cerca del cielo rojo y de pl¨¢stico de Chinatown, con las m¨ªticas pantallas de Picadilly Circus ahora apagadas. Nos encontramos, ya nost¨¢lgicamente y como homenaje, pues acaba de cerrar sus puertas (una m¨¢s), con The Society Club (Ingestre Place, 12), cuya selecci¨®n de poes¨ªa era una maravilla. Un par de calles m¨¢s y nos topamos con Gosh! (Berwick Street, 1), el templo para los amantes del c¨®mic y la novela gr¨¢fica. Tambi¨¦n habr¨¢ una peque?a secci¨®n de libros autoeditados y fanzines, y toda una planta para coleccionistas de Marvel. Hay ediciones vintage de libros infantiles, y manga para lectores compulsivos de manga.
En Charing Cross Road, del vecino barrio Covent Garden, hay varias librer¨ªas de segunda mano, como Any Amount of Books (cualquier cantidad de libros) y Quinto & Francis Edwards. Los libros antiguos de viaje y de bot¨¢nica son fascinantes. En la misma calle encontramos Koenig Books, de due?os alemanes, una librer¨ªa especializada en arte, fotograf¨ªa y arquitectura. Las negras estanter¨ªas est¨¢n llenas de joyas, con dise?os de cubiertas imponentes. La selecci¨®n de revistas europeas es tambi¨¦n muy buena.
En la estrecha calle Cecil Court, atestada de librer¨ªas, sobresale Alice Through the Looking Glass (Alicia a trav¨¦s del espejo), dedicada exclusivamente a ediciones de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas y art¨ªculos de coleccionista, desde bombones hasta conejos blancos. Tender Books tiene ediciones especiales, libros de artista y las mejores postales. Y una curiosa secci¨®n dedicada a la redundancia: Books on Books (libros sobre libros).
Un refugio por si llueve
Para descansar, si hace buen tiempo, la mejor opci¨®n es comprar un s¨¢ndwich en Carluccio¡¯s y tomarlo en el patio que rodea la peque?a iglesia de St. Paul¡¯s, o en el parque de Bloomsbury, con violetas asomando en primavera. Si llueve ¡ªprevisiblemente¡ª se puede uno refugiar en el excelente restaurante indio Dishoom Covent Garden (Upper St. Martin¡¯s Lane, 12). Para descansar en movimiento, subirse a un autob¨²s rojo sin rumbo, con el tr¨¢fico de autobuses rojos y taxis escarabajo, da para mucho. Puedes hacerte una idea de la ciudad desde las alturas: los cueros cabelludos, los ¨¢rboles color David Hockney ¡ªsolo esos¡ª, alguna escena ¨ªntima en un segundo piso, los entresijos de una obra inacabada, el cielo calmo.
Ahora un salto al moderno barrio de Shoreditch. Aqu¨ª, la librer¨ªa Brick Lane Bookshop (Brick Lane, 166) es un buen sitio para comprar la tan deseada bolsa de tela naranja de Penguin UK ¡ªla editorial m¨¢s potente de Inglaterra¡ª o todos los preciosos libros de la colecci¨®n Great Ideas (grandes ideas), con el dise?o a dos tintas de David Pearson. Libreria (Hanbury Street, 65) es una nueva librer¨ªa independiente con una cuidad¨ªsima selecci¨®n de libros, con paredes amarillas, zona de lectura y bar. Adem¨¢s, ofrece cursos de arte y risograf¨ªa. Para leer todo lo comprado ¡ªhabr¨¢s picado¡ª, el parque de Brick Lane, con sus tirolinas para personas que sufren miedo a las alturas ¡ªrozas el c¨¦sped¡ª, es un buen sitio. Tambi¨¦n puedes hacerte el raro y leer en el cementerio de Bun?hill Fields, comiendo un beigel ¡ªesos semidonuts salados¡ª de Beigel Bake (Brick Lane, 159), junto a la tumba del londinense William Blake.
Una p¨¢gina web y app llamada The London bookshop map (el mapa de las librer¨ªas de Londres) incluye 113 espacios independientes, y la opci¨®n de buscar uno en concreto, muy ¨²til para trazar un recorrido propio.
Para olvidarnos, despu¨¦s de tanto ajetreo, del cuerpo y sus punzantes agujetas, un poema de Emily Dickinson: ¡°En esta corta vida?/ que solo dura una hora?/ cu¨¢nto ¡ªcu¨¢n poco¡ª est¨¢ en nuestro poder¡±.
Libros hasta en la lista de bodas
ANTONIO RIVERO TARAVILLO
Como ya nada es lo que era, conviene agarrarse a lo que es hoy antes de que deje de ser. Ya se ver¨¢ qu¨¦ es lo que lo sustituye, pero de momento ah¨ª est¨¢ el presente, sobre el cual -y sobre su padre el pasado y su hijo el futuro- escribi¨® brillantemente T. S. Eliot en Cuatro cuartetos. Eliot fue editor y conoci¨® bien el Londres de excelentes librer¨ªas que se agolpaban en torno de la milla de oro libresca, Charing Cross Road, que ha ido perdiendo locales independientes e incluso eslabones de cadenas (recuerdo un Water?stones, un Blackwell's, un Books, etc¨¦tera), pero mantiene a¨²n muy alto el estandarte. El subg¨¦nero literario de obras sobre librer¨ªas cuenta con varios t¨ªtulos destacados, el m¨¢s exitoso el que hace unos a?os descubr¨ªa una correspondencia comercial que viraba a lo personal y ten¨ªa como escenario el n¨²mero 84 de la calle (84, Charing Cross Road, novela epistolar de Helene ?Hanff). De libro viejo, sigue estando all¨ª en el n¨²mero 56 Any Amount of Books, y en el 72 Quinto. Pero la parte del le¨®n se la lleva Foyles en el 107 de la calle. Ocupa ahora una ubicaci¨®n pr¨®xima a la original, pero es este un nuevo establecimiento amplio, luminoso, moderno, con caf¨¦ y sala de actividades que ha dejado como incunable a la vetusta tienda que lo precedi¨®. Cierra a las nueve de la noche de lunes a s¨¢bado (una hora bastante tard¨ªa para lo que se estila en Gran Breta?a).
No muy lejos est¨¢ el barrio de Bloomsbury, que presta su nombre a un grupo literario en el que descuella Virginia Woolf. El Museo Brit¨¢nico y la Universidad de Londres garantizan un ecosistema cultural que ha hecho posible un buen n¨²mero de librer¨ªas, entre las que est¨¢, como herencia del espiritismo que tent¨® entre otros a Arthur Conan Doyle, las esot¨¦ricas The Atlantis y Treadwell's. No pongo aqu¨ª sus direcciones, que el interesado ya las hallar¨¢ por alg¨²n m¨¦dium. S¨ª, m¨¢s racionalista y pegada a la tierra, a unos pasos del museo, en el 14 de Bury Place se halla la London Review Bookshop, que cuenta con un familiar caf¨¦ anexo. A veces prolonga su horario, y siempre se pueden degustar, junto a tentempi¨¦s vegetarianos, c¨®cteles. En su s¨®tano cuenta con una estupenda secci¨®n de poes¨ªa. La librer¨ªa es la sede de un peri¨®dico quincenal de informaci¨®n y cr¨ªtica bibliogr¨¢fica, y se celebran actos, charlas y presentaciones.
Si Londres tiene un centro, acaso sea Piccadilly Circus. En la avenida hom¨®nima, junto a Cordings, donde sir Eric Clapton y yo encuadernamos nuestras tripas (as¨ª se llama al interior de un libro) con chaquetas de cl¨¢sico tweed, est¨¢ la hist¨®rica Hatchards, en el 187, que abri¨® en el siglo XVIII y siempre ha estado muy ligada a la realeza. Es una excelente librer¨ªa a?eja, con moqueta y escalera de madera, con personal elegante que parece trabajar en un bufete. Parece la predilecta de los coroneles retirados con bigotillo y de las marquesas que se han dejado la pamela en casa: tiene por ello buenas secciones sobre historia militar y sobre genealog¨ªa y aristocracia. En un entorno mucho m¨¢s actual, en breve transici¨®n de yardas a metros se encuentra la principal de las Waterstones ocupando todo un edificio (en el 203). Lejanos est¨¢n ya los d¨ªas en que bajaba la persiana como una Cenicienta a medianoche, pero las diez es una hora respetable que permite ese lujazo superior al de caf¨¦, copa y puro: hojear libros despu¨¦s de cenar.
Al otro lado del R¨ªo Grande de Oxford Street, al norte de ese muro de gente que se solidifica en las aceras, y en la muy agradable Marylebone ?High Street, merece la pena una visita a otro buque insignia: el de la peque?a cadena Daunt Books. En el n¨²mero 84, en tres niveles, posee una hermosa galer¨ªa con balaustrada de roble ba?ada por luz natural. En este confortable invernadero de libros con suelo de parqu¨¦ tambi¨¦n se publican t¨ªtulos selectos. Y su fuerte es una amplia panoplia de libros de viajes que compite con la no tan hermosamente dispuesta de Stanfords (12-14 de Long Acre, en Covent Garden).
Una buena librer¨ªa es un lugar en el que se suspende el tiempo y los n¨²meros del reloj ceden a las letras. Con todo, quien quiera echarse temprano a la calle en busca de libros tiene, adem¨¢s de las sucursales de las estaciones de tren, Blackwell's (High Holborn, 50), que abre a las ocho de la ma?ana, aunque su oferta es limitada y su especialidad la econom¨ªa.
Fuera del centro, abri¨® en 2009 la coqueta Lutyens & Rubinstein (Kensington Park Road, 21), fundada por unas agentes literarias que saben lo que se traen entre manos y hasta organizan listas de bodas (cuyos regalos son, naturalmente, libros).
Antonio Rivero Taravillo es autor de la novela Los fantasmas de Yeats (Espuela de Plata).
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