Un ba?o en Copencabana
Piscinas naturales en la antigua zona industrial y un corto trayecto en bicicleta hasta las playas cercanas, planes refrescantes en Copenhague
La cura para todo es siempre agua salada: el sudor, las l¨¢grimas o el mar¡±, dijo Isak Dinesen, la autora danesa de Memorias de ?frica. Si el norte de Europa vivi¨® en primavera una ola de calor que no se ha visto en d¨¦cadas, este verano parece que la temperatura media en Copenhague es de 25 grados, con sol resplandeciente. As¨ª que si visita la capital de Dinamarca olv¨ªdese de la cazadora y en su lugar meta en la maleta el ba?ador y las chanclas.
Islands Brygge
La antigua zona industrial y portuaria de Copenhague cuenta con varias ¨¢reas para el ba?o que est¨¢n entre lo que es una piscina p¨²blica al aire libre y una zona de mar acotada para el ba?o. Las dos m¨¢s populares est¨¢n situadas en el canal mar¨ªtimo que separa la isla de Zelanda de la de Amager. Dise?ada por el conocido arquitecto dan¨¦s Bjarke Ingels, lo realmente original de la zona de Islands Brygge (situada a cinco minutos en bicicleta de la plaza del Ayuntamiento) es que integra parques infantiles y espacios de esparcimiento con los elementos caracter¨ªsticos de la antigua zona industrial y portuaria: diques secos, gr¨²as, muelles y embarcaderos. Pensada para todas las edades y gustos, hasta el 30 de septiembre tiene abiertas cuatro piscinas exteriores de diferentes tama?os y formas, dos trampolines (de tres y cinco metros de alto) y una zona para tomar el sol. El ambiente es cosmopolita y se respira ese toque sencillo, moderno y ecol¨®gico que tiene todo lo dan¨¦s.
A unos 10 minutos a pie y a pocos metros del conocido centro comercial Fisketorvet (en la estaci¨®n de metro con el mismo nombre), se encuentra la zona de ba?o Havnebadet Fisketorvet, conocida con el ex¨®tico nombre de Copencabana. As¨ª que despu¨¦s de unas compras o de comer en uno de los muchos restaurantes del centro, uno puede ir a tomar el sol, llevar a los ni?os al parque, socializar o darse un chapuz¨®n. Como en las anteriores, hay duchas, sillas playeras y hasta socorrista. La entrada es gratuita, y el agua, perfectamente tratada (se revisa todos los d¨ªas), ofrece todas las garant¨ªas para el ba?o, ?y no est¨¢ fr¨ªa!
Amager Strandpark
A casi todas las playas, unas en el coraz¨®n de la ciudad y otras m¨¢s alejadas, se puede acceder en transporte p¨²blico, aunque lo m¨¢s r¨¢pido y agradable es un paseo en bicicleta. Amager Strandpark es la m¨¢s popular. Se encuentra en la isla artificial de Amager, a solo cinco kil¨®metros del centro de Copenhague (estaciones Oresund, Amager Strand o Femoren). Ofrece casi cinco kil¨®metros de playa de arena blanca y fina, un ¨¢rea recreativa muy popular con caf¨¦s, quioscos y un mont¨®n de actividades y deportes acu¨¢ticos en verano. Un lugar ideal para ni?os.
Otro arenal cercano a la ciudad es Svanemollen Strand. Llegar desde el centro es muy f¨¢cil. En bicicleta son algo menos de cinco kil¨®metros (unos 20 minutos) o se puede tomar el S-Tog hasta la estaci¨®n de Svanemollen. Una vez all¨ª, espera una zona de arena y un peque?o paseo.
Museo Louisiana
Si nos cansamos del ba?o o nos reconcome estar en una ciudad como Copenhague sin visitar ning¨²n museo, es muy recomendable el Louisiana, ubicado junto a la costa de Oresund, al norte de la isla de Zelanda, a unos 30 kil¨®metros al norte del centro. Abierto a las impresionantes vistas del mar B¨¢ltico y situado en una parcela cuajada de arbolado, el museo [la entrada cuesta unos 16 euros] est¨¢ enclavado en uno de los parajes m¨¢s bellos del mundo. Por la perfecta interrelaci¨®n entre la arquitectura y su entorno, es considerado por la mayor¨ªa de los cr¨ªticos y estudiosos como uno de los mejores. El proyecto fue encargado en 1956 por el empresario y coleccionista dan¨¦s Knud W. Jensen a los arquitectos Jorgen Bo y Vilhelm Wohlert para transformar una modesta residencia de campo decimon¨®nica en un peque?o museo de arte, con la idea b¨¢sica de que las obras deb¨ªan exponerse en un pabell¨®n apaisado dentro de un parque. Hoy, aparte de las exposiciones de arte moderno, tanto temporales como la permanente (un referente internacional de la segunda mitad del siglo XX), se organizan conciertos, eventos culturales e incluso actividades para ni?os. Una curiosidad: el nombre, que inmediatamente hace pensar en Estados Unidos, no tiene nada que ver; se debe a que el mecenas se cas¨® tres veces, y el nombre de las tres mujeres era Louise.
Y si tiene ganas de playa o los ni?os piden su raci¨®n de entretenimiento, solo hay que descender por las lomas del jard¨ªn hasta la orilla del mar. La peque?a playa es de cantos rodados y tiene un muelle para tomar el sol.
La casa de Karen Blixen
Esta preciosa casa al norte de Copenhague, en Rungstedlund, conserva el aire aristocr¨¢tico de la ni?ez de la escritora Karen Blixen (el verdadero nombre de Isak Dinesen). Fue el lugar al que retorn¨®, enferma y arruinada, cuando el cultivo de caf¨¦ en Kenia fracas¨®. Hab¨ªa estado en ?frica durante 17 a?os, encontr¨® all¨ª ¡°a la mujer que quer¨ªa ser¡± (tarea nada f¨¢cil), y volver fue un choque tremendo: ten¨ªa que pedir dinero a su madre hasta para los cigarrillos. Sus pinturas de personajes y animales africanos, los muebles, las cortinas hasta el suelo, los hermosos ramos de flores que a¨²n se siguen colocando en memoria de su afici¨®n, las fotos de su vida y sus viajes nos hacen pensar, a ratos, que ella sigue ah¨ª, observando. Blixen quiso que la enterraran en ?frica: ¡°Si muriese en este pa¨ªs, deseo que se tomen medidas para asegurarse de que no me entierran viva, y que me entierren en Ngong Hills. No quiero l¨¢pida sobre mi tumba, pero si mi gente se empe?a en ponerla, no quiero que aparezca en ella fecha alguna¡±, dijo en una carta de 1931. No pudo ser. Pero el lugar en donde ahora yace [el acceso vale 13,40 euros], en los mismos jardines de la casa, bajo un haya centenaria, es igualmente inspirador y tranquilo. Y lo mejor: no est¨¢ lejos del agua salada del mar y del puerto, como a ella le gustaba.
Cristina S¨¢nchez-Andrade es autora de ¡®Alguien bajo los p¨¢rpados¡¯ (Anagrama).
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