Langstrasse, el barrio m¨¢s multicultural de Z¨²rich
Una ruta por el animado barrio de la ciudad suiza con paradas en un museo del crimen centenario, un gran mercado asi¨¢tico, cines con mucho encanto y su intensa vida nocturna
Langstrasse es el barrio de moda de Z¨²rich gracias a un ejercicio de democracia singular. Durante 1980 y 1990 atrajo a inmigrantes que llenaron la zona de la ciudad suiza de una efervescente multiculturalidad, pero al mismo tiempo se convirti¨® en el barrio rojo de la prostituci¨®n, que arrastr¨® a traficantes y delincuencia. El Ayuntamiento tom¨® medidas para sanear la zona, pero el espaldarazo definitivo lleg¨® hace cinco a?os, con un refer¨¦ndum: los habitantes de la ciudad suiza votaron a favor de regularizar la prostituci¨®n, lo que inclu¨ªa que las mujeres dejaran de exhibirse en la calle y ejercieran su oficio, legalmente, en recintos de la periferia. Hoy permanece el sabor underground y mul?tirracial, y cada vez son m¨¢s los estudios de dise?o, las galer¨ªas y las tiendas de ropa de marcas locales que se instalan aqu¨ª. Pasear por este barrio de 40.000 habitantes (el 10% de Z¨²rich), la mitad de ellos extranjeros, es recorrer la historia de una feliz reinvenci¨®n.
10.00 Caf¨¦ en la calle que no duerme
Langstrasse est¨¢ delimitado al este por el r¨ªo Sihl y al oeste por las v¨ªas del tren. Lo mejor es comenzar por el medio, por la v¨ªa medular que da el nombre al barrio. En espa?ol significa ¡°calle larga¡±, y era la avenida principal de Aussersihl, el pueblo que se anexion¨® a Z¨²rich en el siglo XIX. Recorrerla es empaparse de la cultura caleidosc¨®pica de la zona, de los olores de sus tiendas de comida, de un bullicio que parece que estaba ah¨ª desde mucho antes de llegar, y seguir¨¢ hasta mucho despu¨¦s de que nos vayamos. En el traj¨ªn se mezclan quienes salen (o entran) de los clubes que no conocen hora de cierre y que jalonan sus aceras. Lo mejor es pedir un caf¨¦ para llevar en B?ck Sandwich (1) y pasear esta ic¨®nica calle de punta a punta.
12.00 La tienda donde todo es posible
Fabrikat (2) es un ejemplo de la diversificaci¨®n de la zona. Este local, cuya decoraci¨®n est¨¢ inspirada por Julio Verne, es taller y a la vez tienda de utensilios para oficios art¨ªsticos, y de cualquier cosa que uno pueda imaginar: desde pinceles hasta molinillos de caf¨¦ y vajillas enteras, pasando por ropa y mochilas o incluso cascos de bicicleta. Una heterogeneidad abrumadora, con un denominador com¨²n: todo tiene un dise?o anta?¨®n, pasado por su correspondiente p¨¢tina de modernidad.
13.00 Comer bien y sestear mejor
Es la hora (algo tard¨ªa) de comer, y gracias al car¨¢cter multirracial de Langstrasse se pueden probar platos de muchos lugares, y no necesariamente ex¨®ticos. The Bite (3), regentado por suizos y canadienses, cocina las hamburguesas m¨¢s codiciadas de la zona. Aparte de tener sus paredes decoradas con obras itinerantes de artistas locales, la simpat¨ªa de su personal aumenta el disfrute engullidor. Para algo m¨¢s refinado, Caduff¡¯s Wine Loft (4) (Kanzleistrasse, 126) ofrece, adem¨¢s de su alta cocina, una carta de vinos interminable.
El barrio no es grande, pero hay dos parques amplios para pasearlos, bajar la comida e incluso echarse un rato. Kasernenareal (5) es una extensa pradera presidida por el antiguo cuartel militar, donde hoy se organizan conciertos y obras de teatro. Otra opci¨®n es B?ckeranlage (6), y m¨¢s en verano, cuando ponen mesas de pimp¨®n y una peque?a piscina infantil. Y cruzando el Sihl, a unos metros de donde finaliza Langstrasse, est¨¢ el antiguo jard¨ªn bot¨¢nico Alter Botanischer Garten (7) (Talstrasse, 71).
15.00 Crimen y purificaci¨®n
En 1901, la polic¨ªa cantonal de Z¨²rich cre¨® el primer museo del crimen en Suiza, el Kriminalmuseum (8). Al principio, como entrenamiento para cadetes de la polic¨ªa. El museo fue redise?ado en 1958 y abierto al p¨²blico. No solo recrea cr¨ªmenes reales cometidos en el pa¨ªs al detalle (incluidas las armas o los veh¨ªculos utilizados), sino que se remonta en la historia (no falta una guillotina de un realismo espeluznante). Para purificar la mente y el esp¨ªritu de tanto horror, a pocos minutos est¨¢ la iglesia de Offener St. Jakob (9) (Stauffacherstrasse, 8): su precioso ¨®rgano es un motivo de visita, y los mi¨¦rcoles organizan danzas colectivas que llaman ¡°el baile de los cinco ritmos¡±.
18.00 Sabores orientales
Para conocer el car¨¢cter crisolado que define a Langstrasse, conviene darse una vuelta por el New Asia Market?(10). Sus fundadores fueron una familia china y otra vietnamita que se instalaron aqu¨ª en la d¨¦cada de 1980. Seg¨²n cuentan, ¡°en aquella ¨¦poca era muy dif¨ªcil encontrar ingredientes asi¨¢ticos¡±. De modo que empezaron a importarlos para ellos mismos. La demanda de su entorno fue tal (especialmente de los suizos) que montaron una tienda, que luego se convirti¨® en este gran mercado en el que se encuentra casi cualquier producto de Extremo Oriente. Un paseo perfecto para abrir el apetito y cenar despu¨¦s sin cambiar de continente: cerca est¨¢ el liban¨¦s Le C¨¨dre (11) (Badenerstrasse, 78): su decoraci¨®n a Las mil y una noches es algo obvia, no as¨ª sus exquisitos platos.
20.00 Comunidad cin¨¦fila
El Kino Xenix Bar (12) es un cine de barrio, en el m¨¢s estricto sentido. Hace un a?o estuvo a punto de cerrar por una crisis, y los vecinos se lanzaron en masa a hacer aportaciones. Lleva aqu¨ª m¨¢s de 30 a?os, cuando los turistas evitaban el barrio por su delincuencia. Proyectan pel¨ªculas de autor y las combinan con la primera copa de la noche en su bar. El RiffRaff (13) (Neugasse, 57), a 15 minutos a pie, repite el concepto, aunque abre el abanico con alguna pel¨ªcula de Hollywood. Su restaurante tambi¨¦n es una buena opci¨®n para cenar.
23.00 Terminar al amanecer
La noche es uno de los mayores reclamos de Langstrasse: en sus calles se concentran decenas de garitos para gastar zapatilla sin pensar en la hora de dormir. Los hay de todos los colores y estilos: el Zukunft (14) lleva a DJ nacionales e internacionales de techno y house, el Kanzlei (15) (kanzlei.ch) programa hip-hop, en el Stub? (16) se catan c¨®cteles casi tan sofisticados como sus s¨¢ndwiches de carne mechada y Les Garc?ons (17) abre muy pronto por la tarde y cierra muy pronto por la ma?ana.
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