12 ciudades para visitar sobre dos ruedas
De ?msterdam a Bogot¨¢ y de Sevilla a Kioto, urbes que apuestan por que locales y turistas se muevan en bicicleta
En algunas grandes ciudades comienza a apostarse por el transporte sostenible, especialmente por la bicicleta, llamada a tomar el relevo al coche como s¨ªmbolo de este cambio. Para celebrarlo, visitamos algunas de las urbes que ya van sobre dos ruedas en cuesti¨®n de movilidad. Desde las que tienen m¨¢s tradici¨®n ciclista, como ?msterdam o Copenhague, hasta las reci¨¦n llegadas al uso mayoritario de la bici urbana, como Bogot¨¢ o Sevilla.
1 Chicago, pedaleando contra el viento
En Windy City, la ciudad de los vientos, se puede pedalear feliz entre los rascacielos del barrio de negocios, el Loop; por pistas al borde del lago Michigan para quienes prefieran circular con el perfil de Chicago al fondo, o por Milwakee Avenue, la llamada autopista de los hipsters. Es decir, las posibilidades son m¨²ltiples y variadas, y no es cosa de ahora: ya en 1900, antes del autom¨®vil, esta ciudad del Estado de Illinois (EE UU) era bike friendly: exist¨ªan m¨¢s de cincuenta clubes ciclistas con m¨¢s de 10.000 socios, y se dice que la comunidad ciclista consigui¨® convertir en alcalde a su abogado m¨¢s brillante, Carter Harrison Jr. Curiosamente, dos alcaldes m¨¢s contempor¨¢neos han prolongado esta afinidad: Richard J. Daley, que impuls¨® la construcci¨®n de las primeras infraestructuras ciclistas en la d¨¦cada de 1970, y su hijo mayor, Richard M. Daley, impulsor del Chicago ciclista del siglo XXI. Est¨¢ previsto que en 2020 la ciudad cuente ya con 1.000 kil¨®metros de carriles bici.
En el McDonald¡¯s Cycle Center, lugar ¨²nico en el mundo en pleno Millennium Park, se pueden aparcar, aprender a repararlas o darse una ducha antes de ir a trabajar. M¨¢s al sur, el caf¨¦ para ciclistas m¨¢s elegante de la metr¨®polis se llama Heritage. Una de las iniciativas m¨¢s exitosas es el servicio de pr¨¦stamo en autoservicio Divvy, gracias al que la ciudad gan¨® en 2016 el Top City for Cycling Award de la revista Bicycling.
2 Bogot¨¢, la revoluci¨®n de las dos ruedas
Es una de las ciudades que ha hecho de la bicicleta un emblema del cambio, con nuevas infraestructuras pensadas para el transporte sostenible, concretamente la bicicleta. Para ver este nuevo fen¨®meno ciclista en su apogeo no hay nada mejor que salir a la calle cualquier domingo. Ese d¨ªa, la Ciclov¨ªa pone a disposici¨®n de los bogotanos 100 kil¨®metros del mejor asfalto y las avenidas m¨¢s anchas de la ciudad y m¨¢s de un mill¨®n de ciudadanos ocupan sus calles a pie, en patines o, la gran mayor¨ªa, en bici. La Ciclov¨ªa tiene su propia historia. Naci¨® en la d¨¦cada de 1970 de la imaginaci¨®n de Ortiz Marino, activista de gran sentido c¨ªvico escandalizado por la gran cantidad de espacio que ocupaban los coches en la v¨ªa p¨²blica. Tuvo la idea pionera de movilizar a los ciclistas como contrapunto y el ¨¦xito fue fulgurante, tanto que su iniciativa ha traspasado todas las clases sociales.
En 2016 solo el 4% de sus habitantes iba al trabajo en bici, quiz¨¢ a causa de las eficaces v¨ªas del autob¨²s TransMilenio y a pesar de los 400 kil¨®metros de v¨ªas ciclistas habilitadas. Desde el barrio hist¨®rico de La Candelaria, su Museo del Oro y sus calles adoquinadas, se puede pedalear a trav¨¦s de la Carrera S¨¦ptima ¨Cla prestigiosa ruta 7¨C hasta Cataci¨®n P¨²blica, donde se degustan los mejores caf¨¦s de la capital de Colombia.
3 Dubl¨ªn, ciclismo urbano con aire celta
La conquista de Londres por los ciclistas, incluso antes de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012, inspir¨® a Dubl¨ªn, una ciudad peque?a de 500.000 habitantes. Tanto que actualmente se puede circular en bici alegremente por la capital de Irlanda gracias a los 120 kil¨®metros de carriles exclusivos para ciclistas y otros 50 kil¨®metros de v¨ªas compartidas con autobuses. Dentro de la ciudad no hay ni una sola cuesta y Dublinbikes, el servicio p¨²blico de alquiler, ten¨ªa 70.000 abonados en 2016.
La bicicleta resulta especialmente pr¨¢ctica para visitar tanto sus tesoros arquitect¨®nicos ¨Cdel Trinity College al castillo de Dubl¨ªn, al sur del Liffey¨C como sus espacios verdes: desde el carril del Gran Canal al magn¨ªfico Phoenix Park, al norte, cuyas avenidas m¨¢s bonitas est¨¢n hoy dedicadas a las dos ruedas. Una buena idea para ciclistas es subir a las monta?as ubicadas al sur de Dubl¨ªn: tres enormes rocas a 444 metros sobre el nivel del mar que ofrecen fabulosas vistas de la ciudad y hacen que el esfuerzo merezca la pena.
4 Estrasburgo, la peque?a Francia a pedales
Hay que llegar a Estrasburgo en tren. Y nada m¨¢s pasar la vidriera de la estaci¨®n central detenerse un instante ante la visi¨®n de cientos de bicicletas amarradas a arcos o entre s¨ª. Considerada como la capital de la Uni¨®n Europea, es indudablemente una ciudad ciclista. Probablemente, la m¨¢s comprometida con las dos ruedas de Francia, y la cuarta de Europa, seg¨²n la clasificaci¨®n elaborada por el gabinete dan¨¦s Copenhagenize en 2015. En la isla central y su entorno, desde la catedral hasta la pintoresca Petite France, se disfruta un ambiente apacible. Los ciclistas conquistaron la ciudad en la d¨¦cada de 1990, en paralelo a la renovaci¨®n del tranv¨ªa. Cada uno de los canales que la recorren, cada una de sus avenidas, cuenta desde entonces con un espacio reservado a las bicicletas. Hasta 600 kil¨®metros en 2017.
Al estar tan cerca de Alemania, las peticiones de los grupos ecologistas se hacen o¨ªr: las empresas asumen la mitad del abono anual a V¨¦lhop ¨Csistema p¨²blico de bicis compartidas¨C de sus empleados y el uso de la bici puede ser recetado por un m¨¦dico. Estrasburgo ve en este medio un proyecto de largo alcance, e incluso cuenta ya con un agradable circuito: la ruta de los fuertes. Desde la estaci¨®n de tranv¨ªa de Parc de l¡¯Orangerie, son 85 kil¨®metros que descubren 19 obras del Cintur¨®n de los Fuertes.
5 ?msterdam, paisaje (ciclo)urbano
Si hay una ciudad ciclista por excelencia es ?msterdam, donde pr¨¢cticamente hay tantas como habitantes. O incluso m¨¢s, pues el exceso de estos veh¨ªculos se ha convertido casi en un problema para los peatones. En la ciudad holandesa las bicis forman parte del paisaje urbano, que ya tiene tres elementos inconfundibles: canales, fachadas del siglo XVII y bicicletas. En ?msterdam, convertida en para¨ªso para ciclistas antes que cualquier otra ciudad, nada est¨¢ lejos, el terreno es completamente llano y se recuerda a los usuarios mediante un revestimiento rojo que circulan en una v¨ªa donde la velocidad se limita a 30 kil¨®metros por hora. En cada sem¨¢foro hay un espejo para que los automovilistas vean a los ciclistas en su ¨¢ngulo muerto. Se aprende a montar en bici y las normas de circulaci¨®n en la guarder¨ªa, y los puntos negros de la ciudad se se?alizan y se interviene en ellos.
Por ello la ciudad invita a ser explorada sobre dos ruedas. Primero el Jordaan, el barrio burgu¨¦s y bohemio. De ah¨ª hasta el Dam, centro neur¨¢lgico, y algo m¨¢s lejos el Museumplain, para admirar a Rembrandt, Vermeer, Van Gogh, los maestros holandeses. El Vondelpark ofrece una pausa buc¨®lica, para luego detenerse en un coffee shop o en un c¨¢lido bruin cafe (caf¨¦ marr¨®n).
Incluso tambi¨¦n uno puede lanzarse a una escapada aprovechando los recorridos ciclistas habilitados por todo el pa¨ªs, como la ruta de los molinos de Zaanse Schans: 15 kil¨®metros al norte de ?msterdam, a trav¨¦s de carriles bici que bordean los canales y el r¨ªo Zaan. Tras un agradable paseo de apenas una hora, se llega a Zaanse Schans, un paisaje de postal que es parque protegido, un museo al aire libre gratuito, sobre todo entre abril y octubre, cuando los molinos se pueden visitar.
6 Sevilla, ahora en bicicleta
Los sevillanos y sevillanas desaf¨ªan los t¨®picos desplaz¨¢ndose en bici. En la capital andaluza el cicloturismo ha explotado, con paseos sobre dos ruedas tan apetecibles como el que va desde el puente de Triana a la catedral, pasando por la plaza de Espa?a. Antes hubo que transformar la ciudad. Los planes de circulaci¨®n dise?ados en la margen occidental del Guadalquivir con ocasi¨®n de la Expo 92 abrieron una brecha. Actualmente, Sevilla cuenta con un servicio municipal de alquiler compartido de 3.000 unidades y se calcula que casi 100.000 circulan diariamente por los 120 kil¨®metros de carriles reservados para bicis (de color verde). Suelen ser accesibles desde las aceras y est¨¢n protegidos por una barrera de conos. Adem¨¢s, desde 2010 el n¨²mero de tiendas ciclistas especializadas ha pasado de 10 a 50, y algunas de ellas (como Santa Cleta) ofrecen formaci¨®n gratuita o mec¨¢nico a parados.
Los alrededores de la ciudad andaluza tambi¨¦n ofrecen rutas para todos los gustos y durante todo el a?o, pues el term¨®metro no suele bajar de 10?C.
7 Copenhague, 12.000 kil¨®metros sin cuestas
La apuesta de la capital danesa por la bici es tan evidente que puede contemplarse desde el cielo. A trav¨¦s de la ventanilla del avi¨®n, antes de aterrizar, se avistan zonas exclusivas para bicis pintadas de azul el¨¦ctrico (tambi¨¦n en cada cruce) y en tonos naranja o verde carriles-bici que recorren toda la ciudad. Una vez a pie de calle, las sorpresas contin¨²an. Los taxis no pueden negarse a transportar una bici y la tarifa por ello es de apenas 50 c¨¦ntimos. La sincronizaci¨®n de los sem¨¢foros se hace en funci¨®n de la velocidad de los ciclistas. Adem¨¢s, desde 2005 se han invertido 150 millones de euros en infraestructuras para bicicletas, como puentes solo para ciclistas como el de Cykelslangen o el Inner Harbour, que une los barrios de Nyhavn y Christianshavn.
Aqu¨ª los turistas pueden ir en bicicleta de la Sirenita a los jardines de T¨ªvoli, pasando por la iglesia de San Salvador y su escalera en espiral. Seg¨²n la poblaci¨®n local, pedalear influye positivamente en el ambiente de la ciudad. Y eso es decir mucho en una de las capitales con mayor calidad de vida del mundo.
8 Berl¨ªn, un mundo aparte
En el 2016 un colectivo ecologista inici¨® un proceso de refer¨¦ndum popular para presionar al Gobierno municipal y que pusiera en marcha un ambicioso plan ciclista: 450 kil¨®metros nuevos de carril bici, 100 de ellos para usuarios r¨¢pidos, v¨ªas de al menos dos metros de ancho en cada avenida, sem¨¢foros sincronizados seg¨²n la velocidad de los ciclistas... Adem¨¢s de flashes de la historia europea m¨¢s reciente ¨Cdesde los restos del Muro al Reichstag y la Puerta de Brandeburgo¨C, recorrer Berl¨ªn transmite una enorme energ¨ªa y vitalidad contempor¨¢nea, cultural y art¨ªstica, por ejemplo en la elegante Potsdamer Platz, y hacerlo en bici permite moverse c¨®modamente por una ciudad que es ocho veces m¨¢s extensa que Par¨ªs.
Sus avenidas son amplias, largas y seguras, el terreno es llano y en las viejas calles empedradas a menudo se ha asfaltado el carril ciclista. Se puede alquilar una bici el¨¦ctrica por solo 25 euros en el famoso Fat Tire o tomar el metro o el tren con bicicleta incluida por 1,50 euros suplementarios, y ninguna zona verde est¨¢ prohibida, como el antiguo aer¨®dromo de Tempelhof (hoy un enorme parque) o el magn¨ªfico Tiergarten. Los automovilistas son respetuosos y casi todos los edificios tienen un aparcamiento cerrado para bicis. M¨¢s que un para¨ªso para ciclistas, la capital de Alemania es un mundo aparte.
9 Mosc¨² verde, siguiendo el Moscova
La ca¨ªda de la URSS se produjo hace 25 a?os, pero el ansia de los moscovitas por exhibir su acceso a los bienes de consumo ostentosos sigue siendo enorme. Y el coche (uno caro), un objeto de deseo. Desde 2010 Mosc¨² es la ciudad m¨¢s congestionada del mundo, en la que la bici podr¨ªa ser una soluci¨®n. El cambio es lento ¨Csolo el 3% de la poblaci¨®n disfruta de los carriles ciclistas en el centro¨C pero los convencidos no retroceden, ni siquiera ante el fr¨ªo m¨¢s crudo: en invierno de 2017, con temperaturas de 30 grados bajo cero, grupos de noct¨¢mbulos militantes circulaban en bici.
Aunque las infraestructuras van con retraso y las existentes no son muy afortunadas, las maravillas arquitect¨®nicas y naturales que exhibe la capital rusa pueden recorrerse en bici sin temor a jugarse la vida. Pero hay avances pendientes: siguen estando prohibidas en el metro, el transporte p¨²blico m¨¢s eficaz; el asfalto suele estar en mal estado y las aceras son demasiado altas. Adem¨¢s, los peatones no est¨¢n concienciados y los automovilistas a¨²n pecan de imprudencia.
Para los m¨¢s deportistas del pedal, las cercanas colinas de Krylatskoye, al oeste, cuentan con una ruta circular protegida de 13 kil¨®metros que recuerda los Juegos Ol¨ªmpicos de 1980: las pruebas de ciclismo se celebraron all¨ª, consagrando a Sergu¨¦i Sujoruchenkov, el mejor ciclista sovi¨¦tico de todos los tiempos.
10 Utrecht, el nuevo modelo
La cuarta ciudad de los Pa¨ªses Bajos tiene muchos encantos: canales, callejuelas medievales, terrazas de ambiente casi latino y la vida estudiantil al abrigo de una de las universidades m¨¢s prestigiosas de Europa. Pero con 400.000 habitantes Utrecht es ante todo una ciudad de ciclistas. En torno al 40% de los miles de pasajeros que llegan diariamente a la estaci¨®n central lo hace en bici. Esto explica el arriesgado proyecto de crear el mayor aparcamiento de bicicletas del mundo, una vez llevado al extremo el acondicionamiento de las v¨ªas de circulaci¨®n y despu¨¦s de excavar numerosos t¨²neles e inaugurar m¨²ltiples puentes reservados a las dos ruedas. En el subsuelo del complejo de salas de exposici¨®n Jaarbeurs unas 30.000 plazas estar¨¢n disponibles en 2020, repartidas en tres plantas con emplazamientos correderos de una modernidad absoluta. Utrecht es la ciudad europea que hay que descubrir en bici en este inicio del siglo XXI.
¡°We all cycle¡± (todos pedaleamos) es el lema de la ciudad holandesa, que apela a lo colectivo. En 2015 fueron reclutados 180 vecinos de Utrecht para definir las estructuras del futuro, con el objetivo de superar a ?msterdam y Copenhague como la ciudad m¨¢s adaptada a ciclistas del mundo. Como por ejemplo, desarrollar una tecnolog¨ªa que permita a los usuarios saber cu¨¢l es el aparcamiento m¨¢s cercano con plazas libres a trav¨¦s del m¨®vil.
11 Liubliana, la m¨¢s avanzada de los Balcanes
Por la noche las bicicletas ruedan por las tranquilas calles de Liubliana. Y no solo en el centro hist¨®rico, plagado de arte barroco y modernista, del que los coches han sido expulsados. Cabe recordar que en la antigua Yugoslavia la bici era el medio de transporte de obreros y campesinos, y la cultura ciclista viene de lejos. Tampoco hay que olvidar que a finales de la d¨¦cada de 1990 un responsable de urbanismo, Edvard Ravnikar, preocupado por los atascos de circulaci¨®n, fue a Copenhague a aprender sobre la implantaci¨®n de la bici en la ciudad, y a su regreso aplic¨® lo aprendido. Actualmente, m¨¢s all¨¢ del puente del Drag¨®n y de la catedral de San Nicol¨¢s, Liubliana es una aut¨¦ntica ciudad ciclista. Hay 80 kil¨®metros de v¨ªas se?alizadas y otros tantos de carriles exclusivos. En la avenida Dunajska un contador indica cada d¨ªa de la semana cu¨¢ntas bicis bajan desde el norte de la ciudad hacia el centro (m¨¢s de 5.000 diarios). El bonito parque T¨ªvoli, m¨¢s al oeste, cuenta ya con su propio carril exclusivo y en 2016 Liubliana fue elegida capital verde de Europa.
El resto del pa¨ªs es un regalo para los ciclistas de monta?a. Al salir de la ciudad se llega enseguida a las estribaciones de los Dolomitas, como al t¨¦rmino del bonito paseo que lleva hasta el circuito de Podutik, acondicionado en 2015. Disfrutarlo en BTT ¡ªbicileta de monta?a¡ª solo cuesta 15 euros.
12 Kioto, ciclismo zen
Cuando era capital imperial (hace m¨¢s de mil a?os), Kioto se llamaba Heian-Kyo, ciudad de la paz y la tranquilidad. Nada ha cambiado. En contraste con las turbulentas Osaka y Kobe, la plenitud jam¨¢s ha abandonado a la metr¨®poli nipona, magn¨ªfica muestra del Jap¨®n ancestral. Llana y dise?ada en cuadr¨ªcula, con un asfalto en perfecto estado de mantenimiento, es ideal para recorrerla en bici. Sorprende, eso s¨ª, que se pueda circular por la mayor¨ªa de las aceras, compartidas con los peatones ¨Cadvertidos mediante el uso del timbre¨C, aunque la principal preocupaci¨®n de los viajeros es recordar que en Jap¨®n se circula por la izquierda.
Uno de los itinerarios m¨¢s bonitos conduce, a lo largo de un canal, al Camino de la Filosof¨ªa. All¨ª se llega hasta los famosos templos de Ginkaku-ji (Pabell¨®n de Plata) y Nanzen-ji, y en abril florecen centenares de sakura (cerezos). En oto?o la naturaleza ofrece colores diferentes algo m¨¢s al oeste, en el l¨ªmite de la villa imperial de Katsura. Solo queda reservar un ryokan, albergue tradicional, y si es posible con onsen, ba?o termal caliente.
En Kioto es omnipresente la mamachari, una bicicleta para mam¨¢s original de la d¨¦cada de 1950: cuadro robusto en forma de U, dise?ado para transportar (varios) ni?os peque?os, ir al supermercado o a la estaci¨®n sin pensar demasiado en el mantenimiento o en la seguridad. El precio es asequible, en torno a 100 euros.
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