?vora, parada monumental en el Alentejo
Los restos de un templo romano, la vista desde la torre de la catedral, el casco hist¨®rico medieval y pistas para comer y comprar en la deliciosa ciudad portuguesa
Es una de las capitales de la regi¨®n portuguesa del Alentejo y ?vora es tambi¨¦n una de las ciudades m¨¢s monumentales de todo el pa¨ªs. Deambular por sus calles peatonales y empedradas significa dar un paseo por la historia lusa en el que igual te aparece un templo romano que una portada g¨®tico-manuelina.
9.00 Pasteis de nata para desayunar
Podemos empezar desayunando en la Fabrica dos Pasteis (1) (Alc¨¢rcova de Cima, 10), en pleno casco hist¨®rico, con un buen caf¨¦ portugu¨¦s (en pocos pa¨ªses saben tratar el caf¨¦ como aqu¨ª) y unos pasteis de nata o una queijada (tarta de queso), que en este local tradicional y de decoraci¨®n acogedora son la marca de identidad de la casa.
Desde all¨ª, por la Rua de Burgos, subimos hasta la colina que domina la ciudad y donde siempre estuvieron sus lugares sagrados. De uno de ellos, muy antiguo, queda una maravillosa evidencia: las 14 columnas de un templo romano (2), popularmente atribuido a Diana, aunque no est¨¢ clara la deidad que se veneraba en ¨¦l. Lo que s¨ª permite intuir este monumento es la importancia que tuvo ?vora en ¨¦poca romana como municipium de la provincia de Lusitania. El templo se conserv¨® milagrosamente porque fue engullido por un baluarte defensivo medieval. Para seguir indagando en la historia de la ciudad y del Alentejo, frente al templo romano se alza el antiguo palacio arzobispal, reconvertido hoy en el museo Arqueol¨®gico de ?vora (3).
10.30 La S¨¦ de origen rom¨¢nico
A menos de 10 minutos a pie se encuentra una de las visitas inexcusables en ?vora: la S¨¦, su catedral (4), un s¨®lido edificio de origen rom¨¢nico que tiene m¨¢s de fortaleza que de templo. La entrada completa (4,50 euros) incluye el museo catedralicio, el claustro ¡ªque fue a?adido en el siglo XIV¡ª y la subida a la torre, por la que se accede a la cubierta superior de la nave y al cimborrio. Desde all¨ª se tiene una de las mejores vistas panor¨¢micas de esta localidad de unos 55.000 habitantes y el mar de dehesas y olivos que la rodea.
12.00 Souvenirs de corcho
Desde la S¨¦, se toma la Rua 5 de Outubro (5), estrecha y peatonal, que baja hacia la plaza do Giraldo. Es la calle de las compras y de la artesan¨ªa. A ambos lados se encuentran tiendas de ropa, de dise?o y, sobre todo, de objetos hechos con corcho, la gran riqueza del Alentejo, cuyas dehesas est¨¢n cuajadas de alcornoques. Con este material se hace de todo, desde vestidos hasta bolsos o pulseras. Los venden en D¡¯Cortica (n¨²meros 68-80), en Eug¨¦nia Maur¨ªcio (78) o en Artesanato O Pierrot (67). Tambi¨¦n hay alguna gastroteca, como Ervideira Wine Shop (56), donde comprar vinos de la regi¨®n y quesos del pa¨ªs.
12.30 Terrazas en la plaza do Giraldo
La plaza do Giraldo (6) es el centro neur¨¢lgico del casco hist¨®rico, un bell¨ªsimo espacio porticado y rodeado de edificios de arquitectura t¨ªpica alentejana por tres de sus costados. El cuarto lo ocupa la iglesia de Santo Ant?o (7). Hacia el suroeste se abr¨ªa la antigua juder¨ªa, reconocible a¨²n por sus estrechas callejuelas. Giraldo es un espacio perfecto para sentarse en alguna de sus muchas terrazas a tomar un vinho verde como aperitivo o a comer unas migas alentejanas o a?orda ¨¤ alentejana, una sopa muy popular y de origen humilde que se hace con pan duro, huevo escalfado y cilantro.
15.00 La capilla de los Huesos
Desde la plaza do Giraldo, mirando hacia el sur, se desciende por una calle vetada al tr¨¢fico, con tiendas de artesan¨ªa y muchos restaurantes, que lleva a la plaza 1? de Maio, otro de los grandes espacios abiertos que esponjan el denso entramado medieval de ?vora. All¨ª se levanta, imponente, la figura de la iglesia de San Francisco (8), un templo de estilo g¨®tico manuelino muy entroncado con toda la historia mar¨ªtima portuguesa, que en los siglos XV y XVI fue una de las potencias navales del mundo. Su ¨²nica nave luce espectacular porque acaba de rematarse una ingente reforma que se demor¨® a?os. Su rinc¨®n m¨¢s visitado es la capela dos Ossos (la capilla de los Huesos), forrada enteramente con calaveras y huesos, mandada construir por los frailes franciscanos que viv¨ªan en el convento. Una invitaci¨®n a reflexionar sobre lo ef¨ªmero de la condici¨®n humana y el valor pasajero de la vida terrenal.
16.00 Un para¨ªso para los cafeteros
Lo mejor de ?vora es deambular por sus callejas de sabor medieval, admirando los detalles: una ventana manuelina por aqu¨ª, unos vestigios romanos por all¨¢, una casona renacentista acull¨¢. Y placitas, muchas placitas y rincones sencillos en los que probablemente habr¨¢ una terraza donde sentarse a tomar un caf¨¦ espresso, un abatanado (solo y doble) o un pingado (caf¨¦ cortado). Preparar bien el caf¨¦ es una religi¨®n en Portugal, y no se entiende que te pongan uno mal servido, torrefacto o quemado. Y adem¨¢s¡ ?cuesta 0,80 euros! El para¨ªso de los muy cafeteros.
18.00 Atardecer en las murallas
?vora es, a¨²n hoy, una ciudad amurallada. Buena parte de la Cerca-Nova (9), la muralla de los siglos XVI y XVII, rodea el casco antiguo y conserva varias de sus puertas originales. Se llama la cerca-nova porque hubo una cerca-velha, la primitiva defensa de origen romano y ¨¢rabe, algunos de cuyos paramentos son visibles todav¨ªa en el entorno de la catedral, en el largo da Porta de Moura (10) (donde se ven dos grandes torreones tardorromanos) y en la parte m¨¢s central del casco hist¨®rico. Est¨¢n muy bien conservados y es agradable pasear por los jardines que los rodean al atardecer en la cerca-nova del sector norte y este de la ciudad, en especial desde la puerta de Avis (11) hasta la entrada de la Universidad (12).
20.00 Brindis con vino alentejano
La oferta gastron¨®mica aqu¨ª es muy abundante, y va desde mesones tradicionales alentejanos hasta restaurantes de fusi¨®n. Aqu¨ª una recomendaci¨®n especial: Cartuxa Enoteca (13), en un rinc¨®n de la plaza donde est¨¢ la S¨¦. Es una enoteca con cientos de referencias de vinos alentejanos y otras denominaciones de origen portuguesas y una carta bastante amplia donde redefinen el recetario tradicional de la regi¨®n con un toque de modernidad y originalidad.
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